11. 7.25-27 Este grupo era diferente a la otra muchedumbre. Ellos conocían lo que
había ocurrido y sabían que los líderes judíos querían asesinar a Jesús. Pero
ahora ocurre algo que ellos no pueden explicarse: Si con tanto afán estaban
buscando a Jesús para matarle, ¿cómo es que este Jesús se planta delante de
ellos y no le hacen nada? ¿Tal vez sería que los principales estaban
reconociendo a Jesús como el Mesías? Pero también se presenta un inconveniente:
Habían llegado al convencimiento de que cuando llegara el Mesías, este
aparecería de repente en el Templo, de manera sorprendente, basando su creencia
en Malaquías 3.1, pero dejando de lado otros pasajes como Isaías 40.3; 9.1-2;
Miqueas 4.1-5; 5.2 y Zacarías 9.1.
12. 7.28-29 Jesús debe levantar la voz porque la necedad se estaba tomando todos los espacios. De cierta manera, los presentes sabían de dónde venía Jesús. Ellos sabían, de acuerdo a su conocimiento, que era el hijo de José el carpintero y de María, sabían quienes eran sus hermanos; probablemente hasta sabían que era primo de Juan el bautizador e inclusive que también era primo de Juan y Jacobo. Pero de otra manera no sabían nada de Él. Ellos desconocían que en realidad Su Padre es Dios y que Él había venido del cielo.
13. 7.30-31 La enseñanza de Jesús de que Él provenía del Padre iba a convertirse en el punto medular de la acusación en su contra. En esa ocasión no pudieron detenerle ya que había una fuerza sobrenatural que no se los permitía.
Muchos estaban creyendo que Jesús es el Mesías a causa de los milagros que habían sido testigos, y es probable que le hubiesen proclamado Rey de los judíos si no hubiese sio por la oposición de los líderes religiosos.
14. 7.32 Los comentarios a favor de Jesús, irritaron a los líderes, que se sentían obligados a detenerlo.
15. 7.33-34 Ya el ministerio de Jesús comenzaba a enrumbarse a su fin, en donde no le iban a quitar la vida, sino que Él la iba a dar, y ya Jesús va avisando lo que iba a ocurrir.
Aunque es cierto que los judíos estaban y aún están esperando al Mesías, cuando este llegó, no lo conocieron, lo que los limita para poder ir al Cielo. Ellos no pueden estar con Dios mientras no se arrepientan de sus pecados, reconociendo a Jesús como Salvador y cumplan los seis requisitos para la salvación como todos los demás.
16. 7.35-36 Las preguntas de los judíos tenían su lógica humana. Ellos no podían entender lo que Jesús les hablaba. Pensaron, de manera limitada, que Jesús se iría a otras tierras; quizá con los judíos que no vivían entre ellos, sino que se habían trasladado a Grecia.
Tampoco entendían, ni entienden todavía, que no es buscando a Cristo en el futuro, sino que ya vino como Jesús de Nazareth, y por ello, a menos que se arrepintiesen de sus pecados, no podrán ir al Cielo.
17. 7.37-38 Hollywood nos ha pintado un retrato de un Jesús muy lento, pasivo y en veces hasta amanerado, pero el Jesús bíblico era un ser activo, fuerte, con voz potente que no escondía cuando era necesario, y que no temía anunciar la verdad a voz en cuello, como hace en esta ocasión.
La sed es el ansia por beber líquidos, causado por el instinto básico de humanos o animales para beber. Es un mecanismo esencial de regulación del contenido de agua en el cuerpo y uno de los primeros síntomas de deshidratación. Se produce por una carencia de hidratación o por un aumento de la concentración de sales minerales.
Si el volumen de agua del cuerpo baja de un cierto umbral, o la concentración osmótica es demasiado alta, el cerebro induce la sed. Si la deshidratación continúa, se pueden originar una gran cantidad de problemas; los más comúnmente asociados son problemas neurológicos y problemas renales[1].
Todos los seres vivos necesitamos de tres cosas esenciales: Alimentarnos, tomar líquido y descansar. Jesús suple estas tres necesidades, siendo el pan de vida, el agua de vida y el descanso para nuestra alma.
El último día de esta fiesta, el sacerdote cumplía con un ritual en donde traía, en un vaso de oro, agua del estanque de Siloé y la vaciaba sobre el altar. En ese momento, Isaías 12.3 era cantado por la concurrencia.
En Occidente no estamos acostumbrados a padecer sed, es más, en algunas regiones lo que más abunda es el agua, por lo que ese sentimiento de necesidad no es tan común. Pero en Oriente Medio, la situación es diferente. Ellos viven en un desierto, por lo que el agua es sumamente apreciada y el hecho de pensar en una fuente de agua viva es sinónimo de gran riqueza.
18. 7.39 Al inicio del cristianismo, este no era tan popular, realmente eran unos pocos que fueron multiplicándose poco a poco, descubriendo la realidad de una nueva vida. Más adelante, con el correr del tiempo, el cristianismo llegó a ser muy popular ya que el Emperador romano simpatizó con los cristianos y entonces el cristianismo dejó de ser un estilo de vida para convertirse en una obligación. Hoy, en nuestros países hispanos, es obligatorio decir que uno es cristiano, sin importar la denominación. Esto ha hecho que se pierda el verdadero concepto de tener el Espíritu, y para muchos esto ha llegado a ser sinónimo de tener manifestaciones sobrenaturales.
La verdad es que la persona recibe al Espíritu en el momento de su bautismo. Ahora bien, son muchos los que son bautizados pero inmediatamente apagan a ese Espíritu, porque en su corazón no han hecho el claro propósito de permitirle a Él que controle su vida y ellos siguen manteniendo el control. Pero si el cristiano permite al Espíritu controlarle, entonces el agua viva surgirá desde el fondo de su corazón.
19. 7.40-43 A pesar de ser los guardianes de las Escrituras, los judíos ignoraban muchas cosas. Ellos sabían que iba a venir el Profeta[2], pero no entendían que este era el mismo que el Ungido. También decían conocer a Jesús, y sabían que el Ungido vendría de Belén, pero ignoraban que Jesús había nacido en esa pequeña aldea. Y en su ignorancia, viene la división.
20. 7.44-46 La actitud de los sacerdotes, que se aliaron a los fariseos, ahora se hace oficial, y por ello envían a los policías del Templo para arrestar a Jesús. Es cierto que había entre la muchedumbre algunos que se oponían a las enseñanzas de Jesús, pero la mayoría estaba de acuerdo con ellas, así que el intento de arrestarlo en ese momento, era muy peligroso. Aún así, los policías no lo detienen por esta causa, sino que la autoridad de Jesús no les permitía a ellos actuar en su contra. Estos hombres con estudios limitados entendían lo que los sacerdotes, con estudios profundos, no. Nótese que no fueron los milagros de Jesús los que los hicieron pensar así, sino la enseñanza.
21. 7.47-49 Este pasaje es una autocondenación de parte de los mismos fariseos. Si ellos eran los maestros, ¿cómo podían los suyos ser engañados? También hay algo muy interesante: Escuchan a los policías decir que no habían escuchado a otro hombre hablar como Jesús, y ellos, sus maestros, no les contradicen, es decir, aceptaban que no había ningún otro maestro como Jesús. Entonces, ¿por qué querían arrestarle en lugar de aprender de Él? Por el mal que habitaba en su corazón.
La verdad es que sí había algunos fariseos, como Nicodemo, y de los príncipes, como José de Arimatea, que creían en Jesús, pero no lo hacían públicamente. Según los fariseos, solamente los que les obedecían a ellos, estaban bien. Tristemente hoy hay algunos religiosos que piensan de la misma forma, y no pueden comprender que la verdad no está en nuestra enseñanza, sino el la Palabra de Dios. Si nuestra enseñanza se apega directamente en las Escrituras, no hay problema; pero cuando nuestra enseñanza se basa en experiencias propias o en pensamientos positivos, etc., comenzamos a cometer el pecado de la arrogancia que puede condenar a muchos.
Estos líderes religiosos acusaban a la gente de no conocer la Ley, pero ellos eran los “maestros”. Hace unos años un evangelista de la Iglesia de Cristo decía que nadie en la congregación donde él enseñaba, estaba preparado para dar una enseñanza sin su supervisión, a pesar de que él tenía más de diez años de estar en ella, ¿de quién era la culpa? Así vemos a muchos evangelistas que tienen diez, quince o veinte años en una congregación y dicen que no hay hombres preparados para ser pastores, ¿de quién es la culpa? El pueblo perece por falta de conocimiento, se convierte en maldito por su ignorancia, pero los líderes serán los primeros en ser condenados porque no cumplieron con su trabajo; así que si el pueblo es maldito, ellos lo son más.
22. 7.50-51 Después de la visita que hizo Nicodemo a Jesús, su pensamiento cambió y era un discípulo anónimo del Señor, probablemente por temor al resto de los fariseos, lo cual no le quita, que en momentos como este, participe en defensa de Jesús.
La pregunta de Nicodemo no necesitaba respuesta, era lógica. La Ley dice algo, pero el Sanedrín se impone sobre esta para hacer de acuerdo a su voluntad. Los que estaban juzgando a Jesús ni siquiera sabían lo que había hecho para ser condenado a muerte.
23. 7.52 Al verse enfrentados con la injusticia que estaban tramando, en lugar de recapacitar, prefieren lanzar un insulto que iba mezclado con amenaza: ¿Eres galileo? Esto puede interpretarse como “¿Quieres ser parte de los malditos?” Tristemente he encontrado entre los que se hacen llamar cristianos a los que se burlan cuando alguien les hace ver que lo que hacen está en contra de las Escrituras, o bien, amenazan con la excomunión a los que se les oponen, en lugar de sentarse a analizar la Palabra de Dios. Hace poco tiempo llamé la atención a un predicador ya que pusieron una placa en honor al evangelista que inició su congregación, en la pared del frente, detrás del púlpito, para que estuviera a la vista de todos, lo cual aparenta ser una adoración al evangelista; pero su respuesta fue que prefería que yo no visitara su congregación antes de mover la placa. ¿No es esto idolatría? ¿Es más importante rendirle honor a un muerto que recibir a alguna persona en el culto?
Estos “maestros” tratan de ignorante a Nicodemo, pero no toman en cuenta que Jonás era oriundo de Gat-hefer[3], que estaba en el límite de Zabulón, unos 4 kilómetros al noroeste del monte Tabor. El nombre moderno es Kizrbet ez-Zurra[4]. Es probable también que Oseas y Nahúm sean de Galilea.
24. 7.53 No iban a razonar en nada, sin importar la verdad, así que la conversación llegó a su fin de manera brusca.
[1] Wikipedia. Sed.
[2] Deuteronomio 18.15.
[3] 2 Reyes 14.25
[4] losprofetasylasprofecias.blogspot.com/.../1402-jons-paternidad-literaria.html
12. 7.28-29 Jesús debe levantar la voz porque la necedad se estaba tomando todos los espacios. De cierta manera, los presentes sabían de dónde venía Jesús. Ellos sabían, de acuerdo a su conocimiento, que era el hijo de José el carpintero y de María, sabían quienes eran sus hermanos; probablemente hasta sabían que era primo de Juan el bautizador e inclusive que también era primo de Juan y Jacobo. Pero de otra manera no sabían nada de Él. Ellos desconocían que en realidad Su Padre es Dios y que Él había venido del cielo.
13. 7.30-31 La enseñanza de Jesús de que Él provenía del Padre iba a convertirse en el punto medular de la acusación en su contra. En esa ocasión no pudieron detenerle ya que había una fuerza sobrenatural que no se los permitía.
Muchos estaban creyendo que Jesús es el Mesías a causa de los milagros que habían sido testigos, y es probable que le hubiesen proclamado Rey de los judíos si no hubiese sio por la oposición de los líderes religiosos.
14. 7.32 Los comentarios a favor de Jesús, irritaron a los líderes, que se sentían obligados a detenerlo.
15. 7.33-34 Ya el ministerio de Jesús comenzaba a enrumbarse a su fin, en donde no le iban a quitar la vida, sino que Él la iba a dar, y ya Jesús va avisando lo que iba a ocurrir.
Aunque es cierto que los judíos estaban y aún están esperando al Mesías, cuando este llegó, no lo conocieron, lo que los limita para poder ir al Cielo. Ellos no pueden estar con Dios mientras no se arrepientan de sus pecados, reconociendo a Jesús como Salvador y cumplan los seis requisitos para la salvación como todos los demás.
16. 7.35-36 Las preguntas de los judíos tenían su lógica humana. Ellos no podían entender lo que Jesús les hablaba. Pensaron, de manera limitada, que Jesús se iría a otras tierras; quizá con los judíos que no vivían entre ellos, sino que se habían trasladado a Grecia.
Tampoco entendían, ni entienden todavía, que no es buscando a Cristo en el futuro, sino que ya vino como Jesús de Nazareth, y por ello, a menos que se arrepintiesen de sus pecados, no podrán ir al Cielo.
17. 7.37-38 Hollywood nos ha pintado un retrato de un Jesús muy lento, pasivo y en veces hasta amanerado, pero el Jesús bíblico era un ser activo, fuerte, con voz potente que no escondía cuando era necesario, y que no temía anunciar la verdad a voz en cuello, como hace en esta ocasión.
La sed es el ansia por beber líquidos, causado por el instinto básico de humanos o animales para beber. Es un mecanismo esencial de regulación del contenido de agua en el cuerpo y uno de los primeros síntomas de deshidratación. Se produce por una carencia de hidratación o por un aumento de la concentración de sales minerales.
Si el volumen de agua del cuerpo baja de un cierto umbral, o la concentración osmótica es demasiado alta, el cerebro induce la sed. Si la deshidratación continúa, se pueden originar una gran cantidad de problemas; los más comúnmente asociados son problemas neurológicos y problemas renales[1].
Todos los seres vivos necesitamos de tres cosas esenciales: Alimentarnos, tomar líquido y descansar. Jesús suple estas tres necesidades, siendo el pan de vida, el agua de vida y el descanso para nuestra alma.
El último día de esta fiesta, el sacerdote cumplía con un ritual en donde traía, en un vaso de oro, agua del estanque de Siloé y la vaciaba sobre el altar. En ese momento, Isaías 12.3 era cantado por la concurrencia.
En Occidente no estamos acostumbrados a padecer sed, es más, en algunas regiones lo que más abunda es el agua, por lo que ese sentimiento de necesidad no es tan común. Pero en Oriente Medio, la situación es diferente. Ellos viven en un desierto, por lo que el agua es sumamente apreciada y el hecho de pensar en una fuente de agua viva es sinónimo de gran riqueza.
18. 7.39 Al inicio del cristianismo, este no era tan popular, realmente eran unos pocos que fueron multiplicándose poco a poco, descubriendo la realidad de una nueva vida. Más adelante, con el correr del tiempo, el cristianismo llegó a ser muy popular ya que el Emperador romano simpatizó con los cristianos y entonces el cristianismo dejó de ser un estilo de vida para convertirse en una obligación. Hoy, en nuestros países hispanos, es obligatorio decir que uno es cristiano, sin importar la denominación. Esto ha hecho que se pierda el verdadero concepto de tener el Espíritu, y para muchos esto ha llegado a ser sinónimo de tener manifestaciones sobrenaturales.
La verdad es que la persona recibe al Espíritu en el momento de su bautismo. Ahora bien, son muchos los que son bautizados pero inmediatamente apagan a ese Espíritu, porque en su corazón no han hecho el claro propósito de permitirle a Él que controle su vida y ellos siguen manteniendo el control. Pero si el cristiano permite al Espíritu controlarle, entonces el agua viva surgirá desde el fondo de su corazón.
19. 7.40-43 A pesar de ser los guardianes de las Escrituras, los judíos ignoraban muchas cosas. Ellos sabían que iba a venir el Profeta[2], pero no entendían que este era el mismo que el Ungido. También decían conocer a Jesús, y sabían que el Ungido vendría de Belén, pero ignoraban que Jesús había nacido en esa pequeña aldea. Y en su ignorancia, viene la división.
20. 7.44-46 La actitud de los sacerdotes, que se aliaron a los fariseos, ahora se hace oficial, y por ello envían a los policías del Templo para arrestar a Jesús. Es cierto que había entre la muchedumbre algunos que se oponían a las enseñanzas de Jesús, pero la mayoría estaba de acuerdo con ellas, así que el intento de arrestarlo en ese momento, era muy peligroso. Aún así, los policías no lo detienen por esta causa, sino que la autoridad de Jesús no les permitía a ellos actuar en su contra. Estos hombres con estudios limitados entendían lo que los sacerdotes, con estudios profundos, no. Nótese que no fueron los milagros de Jesús los que los hicieron pensar así, sino la enseñanza.
21. 7.47-49 Este pasaje es una autocondenación de parte de los mismos fariseos. Si ellos eran los maestros, ¿cómo podían los suyos ser engañados? También hay algo muy interesante: Escuchan a los policías decir que no habían escuchado a otro hombre hablar como Jesús, y ellos, sus maestros, no les contradicen, es decir, aceptaban que no había ningún otro maestro como Jesús. Entonces, ¿por qué querían arrestarle en lugar de aprender de Él? Por el mal que habitaba en su corazón.
La verdad es que sí había algunos fariseos, como Nicodemo, y de los príncipes, como José de Arimatea, que creían en Jesús, pero no lo hacían públicamente. Según los fariseos, solamente los que les obedecían a ellos, estaban bien. Tristemente hoy hay algunos religiosos que piensan de la misma forma, y no pueden comprender que la verdad no está en nuestra enseñanza, sino el la Palabra de Dios. Si nuestra enseñanza se apega directamente en las Escrituras, no hay problema; pero cuando nuestra enseñanza se basa en experiencias propias o en pensamientos positivos, etc., comenzamos a cometer el pecado de la arrogancia que puede condenar a muchos.
Estos líderes religiosos acusaban a la gente de no conocer la Ley, pero ellos eran los “maestros”. Hace unos años un evangelista de la Iglesia de Cristo decía que nadie en la congregación donde él enseñaba, estaba preparado para dar una enseñanza sin su supervisión, a pesar de que él tenía más de diez años de estar en ella, ¿de quién era la culpa? Así vemos a muchos evangelistas que tienen diez, quince o veinte años en una congregación y dicen que no hay hombres preparados para ser pastores, ¿de quién es la culpa? El pueblo perece por falta de conocimiento, se convierte en maldito por su ignorancia, pero los líderes serán los primeros en ser condenados porque no cumplieron con su trabajo; así que si el pueblo es maldito, ellos lo son más.
22. 7.50-51 Después de la visita que hizo Nicodemo a Jesús, su pensamiento cambió y era un discípulo anónimo del Señor, probablemente por temor al resto de los fariseos, lo cual no le quita, que en momentos como este, participe en defensa de Jesús.
La pregunta de Nicodemo no necesitaba respuesta, era lógica. La Ley dice algo, pero el Sanedrín se impone sobre esta para hacer de acuerdo a su voluntad. Los que estaban juzgando a Jesús ni siquiera sabían lo que había hecho para ser condenado a muerte.
23. 7.52 Al verse enfrentados con la injusticia que estaban tramando, en lugar de recapacitar, prefieren lanzar un insulto que iba mezclado con amenaza: ¿Eres galileo? Esto puede interpretarse como “¿Quieres ser parte de los malditos?” Tristemente he encontrado entre los que se hacen llamar cristianos a los que se burlan cuando alguien les hace ver que lo que hacen está en contra de las Escrituras, o bien, amenazan con la excomunión a los que se les oponen, en lugar de sentarse a analizar la Palabra de Dios. Hace poco tiempo llamé la atención a un predicador ya que pusieron una placa en honor al evangelista que inició su congregación, en la pared del frente, detrás del púlpito, para que estuviera a la vista de todos, lo cual aparenta ser una adoración al evangelista; pero su respuesta fue que prefería que yo no visitara su congregación antes de mover la placa. ¿No es esto idolatría? ¿Es más importante rendirle honor a un muerto que recibir a alguna persona en el culto?
Estos “maestros” tratan de ignorante a Nicodemo, pero no toman en cuenta que Jonás era oriundo de Gat-hefer[3], que estaba en el límite de Zabulón, unos 4 kilómetros al noroeste del monte Tabor. El nombre moderno es Kizrbet ez-Zurra[4]. Es probable también que Oseas y Nahúm sean de Galilea.
24. 7.53 No iban a razonar en nada, sin importar la verdad, así que la conversación llegó a su fin de manera brusca.
[1] Wikipedia. Sed.
[2] Deuteronomio 18.15.
[3] 2 Reyes 14.25
[4] losprofetasylasprofecias.blogspot.com/.../1402-jons-paternidad-literaria.html