IV. Conclusión.
Hemos hecho un viaje en la historia del Maestro, de más de treinta años, comentando los pasajes narrados por tres de los cuatro biógrafos, de los cuales, como ya vimos, uno fue testigo presencial de por lo menos los últimos años de la vida y ministerio de Jesús; otro fue el escritor del relato de uno de sus más íntimos discípulos, y el último fue un hábil investigador que utilizó sus conocimientos en medicina para ir buscando la información necesaria para poder darnos un excelente resumen. Aún tenemos pendiente analizar la biografía realizada por quizá, el discípulo más cercano al Señor, que además de ser su pariente, fue uno de los más fieles, que se quedó al lado de su Señor incluso hasta el momento de Su muerte.
El pensar que estos tres hombres se hubiesen puesto de acuerdo para escribir estas obras, carece de cualquier fundamento y raya en la majadería. La información presentada en este estudio así lo confirma.
No nos queda más que tomar una de dos alternativas: Obedecemos las palabras de Jesús y somos salvados de nuestros pecados y la condenación eterna, o perecemos en nuestra maldad. Es ahora cosa del amado lector.
Dios le bendiga.
Hemos hecho un viaje en la historia del Maestro, de más de treinta años, comentando los pasajes narrados por tres de los cuatro biógrafos, de los cuales, como ya vimos, uno fue testigo presencial de por lo menos los últimos años de la vida y ministerio de Jesús; otro fue el escritor del relato de uno de sus más íntimos discípulos, y el último fue un hábil investigador que utilizó sus conocimientos en medicina para ir buscando la información necesaria para poder darnos un excelente resumen. Aún tenemos pendiente analizar la biografía realizada por quizá, el discípulo más cercano al Señor, que además de ser su pariente, fue uno de los más fieles, que se quedó al lado de su Señor incluso hasta el momento de Su muerte.
El pensar que estos tres hombres se hubiesen puesto de acuerdo para escribir estas obras, carece de cualquier fundamento y raya en la majadería. La información presentada en este estudio así lo confirma.
No nos queda más que tomar una de dos alternativas: Obedecemos las palabras de Jesús y somos salvados de nuestros pecados y la condenación eterna, o perecemos en nuestra maldad. Es ahora cosa del amado lector.
Dios le bendiga.