Capítulo 51-6.20
D. En respuesta a los reportes sobre la inmoralidad (5.1-6.20).
1. Sobre el incesto (5.1-13).
a. Entregar los fornicadores a la disciplina.
5.1-8 La situación que se daba en Corinto era lamentable. No solo había problemas con las divisiones, sino que ya era notorio que había entre ellos un escándalo sexual que hasta los paganos censuraban. Lo que estaba pasando no era un simple rumor, era algo comprobado. La situación era que había un hombre que estaba teniendo relaciones sexuales con su madrastra, la mujer de su padre. Para la gente común de Corinto esto era escandaloso, a pesar de ser su ciudad un puerto lleno de las perversiones más horribles, pero para los cristianos de esta ciudad, aquello había sido causa de sentirse satisfechos, orgullosos.
El hecho de que se hable de disciplina solo para el hombre nos dice que esta mujer no era miembro de la Iglesia y en la segunda epístola nos dice que su marido todavía estaba vivo[1].
Es muy curioso que la Iglesia se sintiera orgullosa por esta situación. Es probable que la hinchazón que había por otras causas y con esto, siguiendo las filosofías paganas, había que permitir libertad en muchos aspectos de la vida, entre ellos el libertinaje sexual. También es probable que no sea que la Iglesia se sintiera orgullosa de la fornicación que vivía este miembro, pero al estar envanecidos con otras cosas, no censuraran esta aberración. Esto sucede con mucha frecuencia en la Iglesia del día de hoy, en donde se pasan por alto graves pecados debido a que la Iglesia está envanecida con alguna otra situación.
El pecado en cualquiera de los miembros de la Iglesia debe ser motivo de lamento. Esto es una muerte espiritual y debe doler igual que una muerte física de alguno de los miembros. Pero la disciplina en la Iglesia es necesaria, aunque esto no debe ser utilizado como herramienta de venganza. En este caso se necesitaba separar de la Iglesia al que había cometido este pecado. Hay quienes critican que al día de hoy se utilice la práctica de disciplinar a algún miembro de la Iglesia y consideran que se debe permitir a los que han caído en pecado que continúen congregándose y viviendo sin ningún tipo de molestia espiritual, porque de todas maneras el Espíritu se encargará de convencerle de pecado.
Yo, dice Pablo, aunque estoy ausente, ya hice un juicio en este asunto. Si bien es cierto que el juicio no nos corresponde a nosotros, el pecado no puede permitirse, por lo que cuando vemos que este se introduce en la Iglesia, es nuestro deber denunciarlo.
Pablo había determinado que un caso como este era causa de la excomunión. Tómese en cuenta que Pablo no está hablando de una situación vengativa de parte de él hacia el pecador, como si he visto en algunas ocasiones en donde se aplica disciplina simplemente porque alguno de los líderes tiene un problema personal con el acusado. En una ocasión fui excomulgado de una congregación en otro país porque uno de los líderes no quería a los extranjeros. ¡Cuando hay una excomunión no puede estar la responsabilidad en manos de una sola persona, sino que toda la congregación debe estar de acuerdo!
Al darse una excomunión, la Iglesia actúa en el nombre del Señor, es decir, con su autoridad, con el poder de Cristo. Cuando una persona es cortada de comunión, es entregada al Adversario, a Satanás. Lo que esto significa es que al ser expulsado de la Iglesia, el miembro pecador estaba expuesto en el reino de las tinieblas. Él tendría que tomar la decisión, o vivir en pecado o vivir en santidad. Si él decidía vivir en pecado, poco a poco iría destruyendo su ser, porque ese es el resultado del pecado, pero quizá, habiendo gustado del gozo del Reino de Dios, y viendo el daño del pecado, se arrepienta y vuelva contrito delante del Señor.
He notado que en la mayoría de los casos en donde se aplica la disciplina en la Iglesia de hoy, los pecadores no regresan a la Iglesia. ¿Será que los pecadores no se arrepienten o que la disciplina no está siendo bien aplicada? El propósito de la disciplina en que el pecador se arrepienta de lo malo, que le de vergüenza, pero esto solo sucederá si él logra entender que quienes le aplicaron la disciplina lo aman, pero cuando más bien parece que se le odia, él no querrá volver.
Hay quienes piensan que aquí se está hablando de que el pecador pueda ser asesinado por Satanás, pero eso es un pensamiento equivocado ya que si el pecador muere en pecado, no habrá manera de salvarle. Pero cuando el pecador ve las consecuencias de su pecado en su propio cuerpo, podrá arrepentirse y volverá a la Iglesia.
Hay quienes enseñan que no importa cuánto se peque, si la persona fue predestinada para ser salva, al final se va a salvar de alguna manera, pero eso contradice las enseñanzas bíblicas de que quien peca y muere en pecado, se pierde. Esto se verá claramente el día del Señor, es decir, el día en que Cristo regrese.
Los corintios se sentían jactanciosos por los dones milagrosos que tenían, y eso les hacía creerse más santos que los demás, y por ello no le hacían tanto caso a los que estaban pecando. Lo mismo ocurre hoy en la Iglesia de Cristo, en donde se dice tener la doctrina más bíblica de todos los que se hacen llamar cristianos, pero se pasa por alto el pecado de muchos.
Pablo deba advertir que eso no es bueno. Lo importante es la santidad de cada miembro de la Iglesia. El dejar que haya pecado en el seno de una congregación es enfermizo. Pero tomemos en cuenta, una vez más, que el problema aquí era que los corintios estaban muy ocupados en cosas que no tenían razón de ser y por ello estaban dejando de lado la santidad. El orgullo que tenían no les dejaba ver el mal.
¿Qué es la levadura y que acción ocurre cuando entra en contacto con la masa? Se llama levadura a cualquiera de los diversos hongos microscópicos unicelulares que son importantes por su capacidad para realizar la descomposición mediante fermentación de diversos cuerpos orgánicos, principalmente los azúcares o hidratos de carbono, produciendo distintas sustancias. Aunque en algunos textos de botánica se considera que las levaduras “verdaderas” pertenecen solo a la clase Ascomycota, desde una perspectiva microbiológica se ha denominado levadura a todos los hongos con predominio de una fase unicelular en su ciclo de vida, incluyendo a los hongos basidiomicetes. A veces suelen estar unidos entre sí formando cadenas. Producen enzimas capaces de descomponer diversos sustratos, principalmente los azúcares. Una de las levaduras más conocidas es la especie Saccharomyces cerevisiae. Esta levadura tiene la facultad de crecer en forma anaeróbica, realizando fermentación alcohólica. Por esta razón se emplea en muchos procesos de fermentación industrial, de forma similar a la levadura química, por ejemplo en la producción de cerveza, vino, hidromiel, pan, producción de antibióticos, etc. Las levaduras se reproducen asexualmente por gemación e instintivamente por razón de ascosporas o basidioesporas. Durante la reproducción asexual, una nueva yema surge de la levadura madre cuando se dan las condiciones adecuadas, tras lo cual la yema se separa de la madre al alcanzar un tamaño adulto. En condiciones de escasez de nutrientes las levaduras que son capaces de reproducirse sexualmente formarán ascosporas. Las levaduras que no son capaces de recorrer el ciclo sexual completo se clasifican dentro del género Cándida. La levadura es la primera célula eucariota en la que se ha intentado expresar proteínas recombinantes debido a que es de fácil uso industrial: Es barata, cultivarla es sencillo y se duplica cada 90 minutos en condiciones nutritivas favorables[2].
De la misma manera, con un “pequeño pecado” que se permita en la Iglesia. Toda ella se contaminará. Si no se pone límites y se dan advertencias, estamos participando del pecado y la Iglesia entera se corromperá, ya la historia nos ha dado la razón.
Pablo da un mandamiento a la Iglesia que nos llega hasta hoy: “Límpiense de todo pecado que los corrompa, para que puedan ser nueva masa, sin corrupción”. ¡Qué triste oír a tantos cristianos decir “respeten mi manera de ser”!, y de esta manera tratan de esconder su pecado.
Nótese también que es una acción nuestra, no es que Dios nos va a limpiar de manera milagrosa, sino que somos los seres humanos los que tomamos la decisión de vivir santamente o en pecado. El pueblo de Dios, la Iglesia, es un ente santo, compuesto de personas santas, aunque hay muchos que se reúnen pensando que ellos son parte de ella, por sus frutos demuestran que en realidad están muy alejados de ella. La Iglesia debe limpiarse cada día para ser santa.
La fiesta más importante del judaísmo era la Pascua, en donde se recordaba como Dios milagrosamente había salvado al pueblo de Israel sacándolo de Egipto. En ella se sacrificaba un cordero como símbolo de la escapatoria de la muerte cuando pasó el mensajero de Dios matando a los primogénitos, plaga que haría que Faraón dejara ir a Israel. Pero para poder ser rescatados de la esclavitud del pecado es necesario un nuevo sacrificio y un cordero sin defecto, este es Jesucristo. Pablo asegura que nuestra Pascua, el Cordero sin defecto, Cristo mismo, ha sido sacrificado, y en Él no hay levadura que significa corrupción.
En la fiesta de la Pascua, los israelitas debían sacar de su casa todo aquello que tuviese levadura, así cuando se comía el cordero, se comían solo panes sin levadura. Cuando Cristo, nuestra Pascua es sacrificado, la levadura del pecado debe ser sacada de la casa, es decir, nuestro ser. ¡No podemos ser verdaderos cristianos si vivimos en pecado!
b. Sepárense de los creyentes inmorales.
5.9-13 Aparentemente Pablo había escrito otra epístola a los corintios que no nos llegó a nosotros, similar a lo ocurrido con la carta a los de Laodicea[3], aunque tampoco podemos decir que estas son necesarias para la vida de la Iglesia de hoy, ya que en la revelación que tenemos está contenida toda la verdad que Dios quería revelarnos[4], por eso es que tampoco es necesaria nueva revelación y los que dicen tener algo nuevo que enseñar en realidad son unos mentirosos.
Pablo les había dicho que no se juntaran con los inmorales sexuales, pero no con todos, como es probable que los corintios hubieran torcido ya que ellos, al parecer estaban aplicándolo a los de fuera, aunque como vimos arriba si lo permitían en la Iglesia.
La inmoralidad sexual era una práctica común en Corinto, tanto es así que cuando alguien era un corrupto sexual se decía que se había “corintizado”, y la Iglesia no estaba exenta a que algunos miembros quisieran seguir con tal práctica y ahí era donde venía el problema, ya que la Iglesia santa debía actuar en estos casos.
Lo que sigue en el pasaje nos da referencia a que en la Iglesia se estaba permitiendo ciertas cosas que debían ser censuradas. Es por esto que Pablo presenta un listado de las prácticas más comunes entre los pecadores y que en la vida normal el cristiano tiene que relacionarse de una u otra manera con quienes practican estas cosas por motivos de trabajo o negocio o incluso familiares, aunque esto no quiere decir que él las apruebe.
Pablo, después de mencionar a los inmorales sexuales o como dice en otras versiones en donde no se traduce sino que se translitera: Fornicarios; cita a los codiciosos. Esta es una práctica habitual de nuestro tiempo, en donde todos desean aparentar más de lo que son o tienen, por lo que han convertido no solo al dinero en su dios, sino que todo objeto material es ahora un dios, incluyendo autos, teléfonos, propiedades, etc. La sociedad moderna es una servidora ferviente del dios Mamón.
Cita luego a los ladrones, aunque algunas versiones traducen “estafadores, defraudadores, los que practican extorsión”, pero más bien la palabra se refiere a los rapaces o traduciendo literalmente “los que arrebatan con violencia”.
Y pongamos atención a la siguiente cita en donde menciona a los que adoran ídolos, que en este tiempo no se puede limitar tampoco a las imágenes religiosas como hasta hace algunos años, sino que también debemos incluir a todos los que se desviven por cantantes, artistas, políticos y otros.
Lógicamente Pablo no estaba hablando de manera general porque como dice él, deberíamos salir del mundo. De manera indirecta Pablo está censurando la manera de vivir de los monjes y de los menonitas, quienes pretenden vivir alejados del mundo. Es necesario que los cristianos compartamos con los paganos en nuestra vida ordinaria, no sus pecados, sino en las relaciones sociales que todo ser humano debe tener; solo así podemos influenciar de manera positiva en el mundo.
Pero había una censura que si tenían que practicar y tenemos que hacer los cristianos, separarnos de los que se dicen ser creyentes pero que siguen viviendo en pecado. La disciplina congregacional tiene que practicarse y debe ser ella una herramienta de limpieza con la meta de salvar al disciplinado.
De nuevo Pablo cita algunos pecados, aunque esta lista la extiende incluyendo “denigradores injuriosos”, difamadores, calumniadores, maldicientes o chismosos; e incluye también a los borrachos, que a partir del siglo XX tuvieron el beneplácito de la sociedad que los declaró enfermos en contradicción con la Palabra de Dios que dice que esto es un pecado[5].
Con esos, con los cristianos hipócritas, ni siquiera se sienten a compartir los alimentos. Esta persona se ha convertido en un enemigo de Cristo, por lo tanto no podemos compartir más con él. Recordemos que en todas las diferentes culturas que hay en el mundo el compartir los alimentos es sinónimo de amistad, por lo que no debemos compartir con aquel que ahora se convirtió en enemigo de nuestro Señor.
Pablo aclara lo que algunos no logran entender con respecto al divorcio y nuevo casamiento, pidiendo a una persona que viene en segundas nupcias a la Iglesia que deje a su actual cónyuge y regrese con el anterior o que se quede solo. Aunque un día la Iglesia juzgará al mundo, todavía no ha llegado ese día, por lo tanto no nos corresponde a los cristianos emitir juicios contra las personas, lo que no quiere decir que vamos a aprobar el pecado, todo lo contrario, vamos a denunciarlo.
Era necesario que los miembros de la Iglesia en Corinto emitieran un juicio acerca de este hombre que vivía en pecado entre ellos. Es importante que la Iglesia esté velando que todos los miembros estén viviendo santamente, o ¿acaso no nos preocupamos todos cuando alguna parte de nuestro cuerpo físico nos duele o presenta algún síntoma anómalo?
A los que no son miembros de la Iglesia, Dios se va a encargar de darles su merecido. Ese no es nuestro problema. Pero al miembro que vive en pecado si debemos censurar y cortar de comunión. Tómese en cuenta que no es que se debe pedir al disciplinado que no asista más a los servicios, porque ¿cómo podría escuchar la exhortación de la Palabra? Sino que ya no puede participar como un miembro normal de la Cena del Señor, de la ofrenda ni de la dirección.
[1] 2 Corintios 7.12.
[2] Wikipedia. Levadura.
[3] Colosenses 4.16.
[4] Hechos 20.27.
[5] 1 Juan 1.8.
1. Sobre el incesto (5.1-13).
a. Entregar los fornicadores a la disciplina.
5.1-8 La situación que se daba en Corinto era lamentable. No solo había problemas con las divisiones, sino que ya era notorio que había entre ellos un escándalo sexual que hasta los paganos censuraban. Lo que estaba pasando no era un simple rumor, era algo comprobado. La situación era que había un hombre que estaba teniendo relaciones sexuales con su madrastra, la mujer de su padre. Para la gente común de Corinto esto era escandaloso, a pesar de ser su ciudad un puerto lleno de las perversiones más horribles, pero para los cristianos de esta ciudad, aquello había sido causa de sentirse satisfechos, orgullosos.
El hecho de que se hable de disciplina solo para el hombre nos dice que esta mujer no era miembro de la Iglesia y en la segunda epístola nos dice que su marido todavía estaba vivo[1].
Es muy curioso que la Iglesia se sintiera orgullosa por esta situación. Es probable que la hinchazón que había por otras causas y con esto, siguiendo las filosofías paganas, había que permitir libertad en muchos aspectos de la vida, entre ellos el libertinaje sexual. También es probable que no sea que la Iglesia se sintiera orgullosa de la fornicación que vivía este miembro, pero al estar envanecidos con otras cosas, no censuraran esta aberración. Esto sucede con mucha frecuencia en la Iglesia del día de hoy, en donde se pasan por alto graves pecados debido a que la Iglesia está envanecida con alguna otra situación.
El pecado en cualquiera de los miembros de la Iglesia debe ser motivo de lamento. Esto es una muerte espiritual y debe doler igual que una muerte física de alguno de los miembros. Pero la disciplina en la Iglesia es necesaria, aunque esto no debe ser utilizado como herramienta de venganza. En este caso se necesitaba separar de la Iglesia al que había cometido este pecado. Hay quienes critican que al día de hoy se utilice la práctica de disciplinar a algún miembro de la Iglesia y consideran que se debe permitir a los que han caído en pecado que continúen congregándose y viviendo sin ningún tipo de molestia espiritual, porque de todas maneras el Espíritu se encargará de convencerle de pecado.
Yo, dice Pablo, aunque estoy ausente, ya hice un juicio en este asunto. Si bien es cierto que el juicio no nos corresponde a nosotros, el pecado no puede permitirse, por lo que cuando vemos que este se introduce en la Iglesia, es nuestro deber denunciarlo.
Pablo había determinado que un caso como este era causa de la excomunión. Tómese en cuenta que Pablo no está hablando de una situación vengativa de parte de él hacia el pecador, como si he visto en algunas ocasiones en donde se aplica disciplina simplemente porque alguno de los líderes tiene un problema personal con el acusado. En una ocasión fui excomulgado de una congregación en otro país porque uno de los líderes no quería a los extranjeros. ¡Cuando hay una excomunión no puede estar la responsabilidad en manos de una sola persona, sino que toda la congregación debe estar de acuerdo!
Al darse una excomunión, la Iglesia actúa en el nombre del Señor, es decir, con su autoridad, con el poder de Cristo. Cuando una persona es cortada de comunión, es entregada al Adversario, a Satanás. Lo que esto significa es que al ser expulsado de la Iglesia, el miembro pecador estaba expuesto en el reino de las tinieblas. Él tendría que tomar la decisión, o vivir en pecado o vivir en santidad. Si él decidía vivir en pecado, poco a poco iría destruyendo su ser, porque ese es el resultado del pecado, pero quizá, habiendo gustado del gozo del Reino de Dios, y viendo el daño del pecado, se arrepienta y vuelva contrito delante del Señor.
He notado que en la mayoría de los casos en donde se aplica la disciplina en la Iglesia de hoy, los pecadores no regresan a la Iglesia. ¿Será que los pecadores no se arrepienten o que la disciplina no está siendo bien aplicada? El propósito de la disciplina en que el pecador se arrepienta de lo malo, que le de vergüenza, pero esto solo sucederá si él logra entender que quienes le aplicaron la disciplina lo aman, pero cuando más bien parece que se le odia, él no querrá volver.
Hay quienes piensan que aquí se está hablando de que el pecador pueda ser asesinado por Satanás, pero eso es un pensamiento equivocado ya que si el pecador muere en pecado, no habrá manera de salvarle. Pero cuando el pecador ve las consecuencias de su pecado en su propio cuerpo, podrá arrepentirse y volverá a la Iglesia.
Hay quienes enseñan que no importa cuánto se peque, si la persona fue predestinada para ser salva, al final se va a salvar de alguna manera, pero eso contradice las enseñanzas bíblicas de que quien peca y muere en pecado, se pierde. Esto se verá claramente el día del Señor, es decir, el día en que Cristo regrese.
Los corintios se sentían jactanciosos por los dones milagrosos que tenían, y eso les hacía creerse más santos que los demás, y por ello no le hacían tanto caso a los que estaban pecando. Lo mismo ocurre hoy en la Iglesia de Cristo, en donde se dice tener la doctrina más bíblica de todos los que se hacen llamar cristianos, pero se pasa por alto el pecado de muchos.
Pablo deba advertir que eso no es bueno. Lo importante es la santidad de cada miembro de la Iglesia. El dejar que haya pecado en el seno de una congregación es enfermizo. Pero tomemos en cuenta, una vez más, que el problema aquí era que los corintios estaban muy ocupados en cosas que no tenían razón de ser y por ello estaban dejando de lado la santidad. El orgullo que tenían no les dejaba ver el mal.
¿Qué es la levadura y que acción ocurre cuando entra en contacto con la masa? Se llama levadura a cualquiera de los diversos hongos microscópicos unicelulares que son importantes por su capacidad para realizar la descomposición mediante fermentación de diversos cuerpos orgánicos, principalmente los azúcares o hidratos de carbono, produciendo distintas sustancias. Aunque en algunos textos de botánica se considera que las levaduras “verdaderas” pertenecen solo a la clase Ascomycota, desde una perspectiva microbiológica se ha denominado levadura a todos los hongos con predominio de una fase unicelular en su ciclo de vida, incluyendo a los hongos basidiomicetes. A veces suelen estar unidos entre sí formando cadenas. Producen enzimas capaces de descomponer diversos sustratos, principalmente los azúcares. Una de las levaduras más conocidas es la especie Saccharomyces cerevisiae. Esta levadura tiene la facultad de crecer en forma anaeróbica, realizando fermentación alcohólica. Por esta razón se emplea en muchos procesos de fermentación industrial, de forma similar a la levadura química, por ejemplo en la producción de cerveza, vino, hidromiel, pan, producción de antibióticos, etc. Las levaduras se reproducen asexualmente por gemación e instintivamente por razón de ascosporas o basidioesporas. Durante la reproducción asexual, una nueva yema surge de la levadura madre cuando se dan las condiciones adecuadas, tras lo cual la yema se separa de la madre al alcanzar un tamaño adulto. En condiciones de escasez de nutrientes las levaduras que son capaces de reproducirse sexualmente formarán ascosporas. Las levaduras que no son capaces de recorrer el ciclo sexual completo se clasifican dentro del género Cándida. La levadura es la primera célula eucariota en la que se ha intentado expresar proteínas recombinantes debido a que es de fácil uso industrial: Es barata, cultivarla es sencillo y se duplica cada 90 minutos en condiciones nutritivas favorables[2].
De la misma manera, con un “pequeño pecado” que se permita en la Iglesia. Toda ella se contaminará. Si no se pone límites y se dan advertencias, estamos participando del pecado y la Iglesia entera se corromperá, ya la historia nos ha dado la razón.
Pablo da un mandamiento a la Iglesia que nos llega hasta hoy: “Límpiense de todo pecado que los corrompa, para que puedan ser nueva masa, sin corrupción”. ¡Qué triste oír a tantos cristianos decir “respeten mi manera de ser”!, y de esta manera tratan de esconder su pecado.
Nótese también que es una acción nuestra, no es que Dios nos va a limpiar de manera milagrosa, sino que somos los seres humanos los que tomamos la decisión de vivir santamente o en pecado. El pueblo de Dios, la Iglesia, es un ente santo, compuesto de personas santas, aunque hay muchos que se reúnen pensando que ellos son parte de ella, por sus frutos demuestran que en realidad están muy alejados de ella. La Iglesia debe limpiarse cada día para ser santa.
La fiesta más importante del judaísmo era la Pascua, en donde se recordaba como Dios milagrosamente había salvado al pueblo de Israel sacándolo de Egipto. En ella se sacrificaba un cordero como símbolo de la escapatoria de la muerte cuando pasó el mensajero de Dios matando a los primogénitos, plaga que haría que Faraón dejara ir a Israel. Pero para poder ser rescatados de la esclavitud del pecado es necesario un nuevo sacrificio y un cordero sin defecto, este es Jesucristo. Pablo asegura que nuestra Pascua, el Cordero sin defecto, Cristo mismo, ha sido sacrificado, y en Él no hay levadura que significa corrupción.
En la fiesta de la Pascua, los israelitas debían sacar de su casa todo aquello que tuviese levadura, así cuando se comía el cordero, se comían solo panes sin levadura. Cuando Cristo, nuestra Pascua es sacrificado, la levadura del pecado debe ser sacada de la casa, es decir, nuestro ser. ¡No podemos ser verdaderos cristianos si vivimos en pecado!
b. Sepárense de los creyentes inmorales.
5.9-13 Aparentemente Pablo había escrito otra epístola a los corintios que no nos llegó a nosotros, similar a lo ocurrido con la carta a los de Laodicea[3], aunque tampoco podemos decir que estas son necesarias para la vida de la Iglesia de hoy, ya que en la revelación que tenemos está contenida toda la verdad que Dios quería revelarnos[4], por eso es que tampoco es necesaria nueva revelación y los que dicen tener algo nuevo que enseñar en realidad son unos mentirosos.
Pablo les había dicho que no se juntaran con los inmorales sexuales, pero no con todos, como es probable que los corintios hubieran torcido ya que ellos, al parecer estaban aplicándolo a los de fuera, aunque como vimos arriba si lo permitían en la Iglesia.
La inmoralidad sexual era una práctica común en Corinto, tanto es así que cuando alguien era un corrupto sexual se decía que se había “corintizado”, y la Iglesia no estaba exenta a que algunos miembros quisieran seguir con tal práctica y ahí era donde venía el problema, ya que la Iglesia santa debía actuar en estos casos.
Lo que sigue en el pasaje nos da referencia a que en la Iglesia se estaba permitiendo ciertas cosas que debían ser censuradas. Es por esto que Pablo presenta un listado de las prácticas más comunes entre los pecadores y que en la vida normal el cristiano tiene que relacionarse de una u otra manera con quienes practican estas cosas por motivos de trabajo o negocio o incluso familiares, aunque esto no quiere decir que él las apruebe.
Pablo, después de mencionar a los inmorales sexuales o como dice en otras versiones en donde no se traduce sino que se translitera: Fornicarios; cita a los codiciosos. Esta es una práctica habitual de nuestro tiempo, en donde todos desean aparentar más de lo que son o tienen, por lo que han convertido no solo al dinero en su dios, sino que todo objeto material es ahora un dios, incluyendo autos, teléfonos, propiedades, etc. La sociedad moderna es una servidora ferviente del dios Mamón.
Cita luego a los ladrones, aunque algunas versiones traducen “estafadores, defraudadores, los que practican extorsión”, pero más bien la palabra se refiere a los rapaces o traduciendo literalmente “los que arrebatan con violencia”.
Y pongamos atención a la siguiente cita en donde menciona a los que adoran ídolos, que en este tiempo no se puede limitar tampoco a las imágenes religiosas como hasta hace algunos años, sino que también debemos incluir a todos los que se desviven por cantantes, artistas, políticos y otros.
Lógicamente Pablo no estaba hablando de manera general porque como dice él, deberíamos salir del mundo. De manera indirecta Pablo está censurando la manera de vivir de los monjes y de los menonitas, quienes pretenden vivir alejados del mundo. Es necesario que los cristianos compartamos con los paganos en nuestra vida ordinaria, no sus pecados, sino en las relaciones sociales que todo ser humano debe tener; solo así podemos influenciar de manera positiva en el mundo.
Pero había una censura que si tenían que practicar y tenemos que hacer los cristianos, separarnos de los que se dicen ser creyentes pero que siguen viviendo en pecado. La disciplina congregacional tiene que practicarse y debe ser ella una herramienta de limpieza con la meta de salvar al disciplinado.
De nuevo Pablo cita algunos pecados, aunque esta lista la extiende incluyendo “denigradores injuriosos”, difamadores, calumniadores, maldicientes o chismosos; e incluye también a los borrachos, que a partir del siglo XX tuvieron el beneplácito de la sociedad que los declaró enfermos en contradicción con la Palabra de Dios que dice que esto es un pecado[5].
Con esos, con los cristianos hipócritas, ni siquiera se sienten a compartir los alimentos. Esta persona se ha convertido en un enemigo de Cristo, por lo tanto no podemos compartir más con él. Recordemos que en todas las diferentes culturas que hay en el mundo el compartir los alimentos es sinónimo de amistad, por lo que no debemos compartir con aquel que ahora se convirtió en enemigo de nuestro Señor.
Pablo aclara lo que algunos no logran entender con respecto al divorcio y nuevo casamiento, pidiendo a una persona que viene en segundas nupcias a la Iglesia que deje a su actual cónyuge y regrese con el anterior o que se quede solo. Aunque un día la Iglesia juzgará al mundo, todavía no ha llegado ese día, por lo tanto no nos corresponde a los cristianos emitir juicios contra las personas, lo que no quiere decir que vamos a aprobar el pecado, todo lo contrario, vamos a denunciarlo.
Era necesario que los miembros de la Iglesia en Corinto emitieran un juicio acerca de este hombre que vivía en pecado entre ellos. Es importante que la Iglesia esté velando que todos los miembros estén viviendo santamente, o ¿acaso no nos preocupamos todos cuando alguna parte de nuestro cuerpo físico nos duele o presenta algún síntoma anómalo?
A los que no son miembros de la Iglesia, Dios se va a encargar de darles su merecido. Ese no es nuestro problema. Pero al miembro que vive en pecado si debemos censurar y cortar de comunión. Tómese en cuenta que no es que se debe pedir al disciplinado que no asista más a los servicios, porque ¿cómo podría escuchar la exhortación de la Palabra? Sino que ya no puede participar como un miembro normal de la Cena del Señor, de la ofrenda ni de la dirección.
[1] 2 Corintios 7.12.
[2] Wikipedia. Levadura.
[3] Colosenses 4.16.
[4] Hechos 20.27.
[5] 1 Juan 1.8.