Grupos Religiosos del Siglo XX y XXI
X.
Grupos Religiosos del Siglo XX y XXI.
Aunque el pasado siglo XX no fue tan dado a que aparecieran nuevos movimientos religiosos, si hubo mucha división entre los ya establecidos y una absorción de doctrinas nuevas y prácticas de culto, especialmente pentecostales, incluso en los grupos más tradicionales, por lo que en la actualidad es muy difícil poder distinguir quién es quien, ya que como podemos observar en la historia, por ejemplo, John Wesley se manifestó en contra de los dones extáticos, pero en la actualidad, en grupos como los “Metodistas” y “Nazarenos”, descendientes de la teología wesleyana, se promueve esta creencia.
Vamos a citar entre los grupos o movimientos del siglo XX a los siguientes:
A. El Evangelio Completo.
La gente de Carolina del Norte y del Sur, Georgia y Tennessee fueron agitados por el ala radical del Movimiento de Santidad. Benjamín Harding Irwin había afectando la región con su mensaje de “bautismo de fuego”. Las congregaciones bautistas y otras más ortodoxas se vieron barridas ante el dogma del Movimiento de Santidad.
R. G. Spurling, aunque estaba de acuerdo en las enseñanzas de Irwin, se esforzó para calmar el fanatismo de las manifestaciones de aquel. Los que experimentaron los llamados “bautismos de fuego” eran a menudo difíciles de manejar y Spurling buscaba controlarlos.
En 1886, en el Condado de Cherokee, Carolina del Norte, cerca de unos 20 kilómetros de la congregación de Spurling, en los Condados de Monroe y Polk en Tennessee, el avivamiento de Irwin explotó en las reuniones celebradas en la Escuela Shearer, en donde fueron “bautizadas” unas 130 personas con el Espíritu Santo y “hablaron” en otras lenguas. Los principales líderes de este movimiento fueron el pastor metodista William Martin y los bautistas Joseph M. Tipton, Milton McNabb y Bill Hamby.
Una persecución se dio entre las iglesias tradicionales, excomulgando a todos los que defendían la teoría moderna ya que la consideraban una herejía peligrosa, produciendo una disminución que haría que para 1902 solo quedaran 20 miembros. En Mayo de 1902 Spurling interviene y es seleccionado como pastor del este grupo y comienza la restauración de la “Iglesia de Dios”.
En 1903, A. J. Tomlinson se hace amigo de Spurling, que impresiona al joven y le lleva a unirse a la Iglesia y en 1909 se convierte en Supervisor General. Más tarde se cambió el nombre al actual, aunque se han producido numerosas divisiones y varios grupos reclaman ese mismo nombre y la tradición original del movimiento. Su teología es arminiana y tienen su sede denominacional en Cleveland, Tennessee.
Ambrose Jessup Tomlinson, nació el día 22 de Setiembre de 1865. Se crió en Indiana, y algunos datos apuntan a que tenía una inclinación por áreas diferentes a la fe, incursionando en política. De joven Tomlinson era un místico cuáquero que aceptó la enseñanza sobre la sanidad de manos de Carrie Judd Montgomery de Sanidad Pentecostal en 1889, el mismo año que se caso con Mary Jane Taylor. También había aceptado la doctrina de santidad o de la entera santificación, entendida esta como que el cristiano preocupado puede ser libre del pecado, afirmando que él había obtenido esta experiencia. Fue promotor de Biblias de la Sociedad Bíblica Americana.
Fue durante este período de su conversión de 1889 a los 24 años hasta el año 1903 a los 38 años, que el busco experiencias espirituales, fueron 14 años de buscar una iglesia, y experiencias que purificaran su vida. Dedico parte de ese tiempo a repartir Nuevos Testamentos, ropa a los necesitados y literatura cristiana. Laboró como Misionero en las zonas montañosas de Georgia, Tennessee y Carolina del Norte. Notablemente su interés en ayudar a los mas necesitados lo llevo a establecer una pequeña escuela para educar y alimentar a niños en el año 1900, fue también un innovador en cuanto a mantener informado a los de ese tiempo con respecto al acontecer misionero, edito y publicó su primera revista titulada “Las zorras de Sansón” que comenzó a circular en 1901.
Tomlinson fue uno de los mas influyentes hombres en la formación del movimiento Pentecostal, con una variada formación desde que fue bautizado por Sandford. Se unió al grupo que se llamaba así mismo”La Iglesia del Dios viviente para la evangelización del mundo, el Recogimiento de Israel, el Nuevo Orden de cosas al fin de la Era de los Gentiles”. Este nombre reflejaba la extrema posición de la “lluvia tardía”.
En mayo de 1903, comienza un viaje misionero que lo llevaría a encontrarse con un grupo de 39 creyentes que celebraban reuniones en la casa de W. F. Bryant, fue el día 13 de junio que el decide unirse a este grupo de creyentes, y estos lo escogen como pastor de la “Iglesia de la Sanidad de Camp Creek en Tennessee”, que en solo 20 años se multiplicarían a 21 700 personas, y su vida se entrelaza con la vida de Tomlinson y la de otros hombres de ese momento como R. G. Spurling, W. F. Bryant, J. C. Murphy, M. S. Lemons.
En aquel año tiene una “visión” de que la verdadera iglesia de Jesucristo estaba restaurada en su iglesia de Sanidad. Creía que en el año 325 d.C., se había perdido la verdadera iglesia, habiendo sido restaurada en fases, como la Reforma Protestante del Siglo XVI y culminaría con la fundación de la Iglesia de Dios en 1903.
Bajo su dirección dinámica, la iglesia ordenó rápidamente varias congregaciones en carolina del Norte, Tennessee y Georgia.
En sus reuniones la característica fundamental era el pandemónium, que no es otra cosa que griteríos, caídas, sacudidas, contorsiones como de serpiente, trances, etc. Pero no era esto lo mas llamativo, sino el férreo control de las cosas prohibidas, ya que el que las usaba era considerado no salvo. Entre la lista de cosas prohibidas, que por supuesto no están en la Escritura ni en su espíritu, estaba el no comer carne de cerdo, no tomar Coca Cola, mascar chicle; no se podían tener pulseras, anillos, ni corbatas.
Antes de 1906, se siente una necesidad para celebrar una Asamblea anual para promover la unión y comunicación entre las congregaciones; esta es celebrada entre el 26 y 27 de Enero de ese año en el hogar de J. C. Murphy en el Condado de Cherokee, Carolina del Norte.
En 1907, en la siguiente reunión anual, este grupo adoptó en nombre de “Iglesia de Dios”, pero en 1923 Tomlinson se desvinculó y formó su propia organización que se llamaría la “Iglesia de Dios de la Profecía”. Tomlinson enseñó que la sanidad física está garantizada en la expiación, por lo que enseñó en contra de la medicina. También creía que hablar en lenguas era evidencia de salvación y que una persona podía perder la salvación y luego ser reconvertida y rebautizada. Defendió la práctica de las mujeres predicadoras y el de ser “matado por el espíritu”.
En 1909, seleccionan a A. J. Tomlinson como Supervisor General de la “Iglesia de Dios”, posición que llevaría hasta su muerte. Tomlinson se inclina hacia el Pentecostalismo desde que era joven, pero no fue hasta después que se da el “derramamiento” del Espíritu en Topeka, Kansas que la “Iglesia de Dios” se abrazó al pentecostalismo.
En 1908, G. B. Cashwell, el “apóstol del pentecostalismo” predica un sermón en la “Iglesia local en Cleveland, Tennessee” por invitación de A. J. Tomlinson, y al final de este, Tomlinson cae al suelo recibiendo el “bautismo” del Espíritu Santo. Según Tomlinson, estando en éxtasis, tuvo una visión de una cosecha mundial para la iglesia por medio del trabajo misionero.
El crecimiento fenomenal de la iglesia se vio detenido ante la división ocurrida en 1923 por motivos financieros. Después de la división, ambas facciones siguieron creciendo, pero han visto todo el dolor de la sectarización, por lo que en años recientes han buscado la unidad.
En 1943 murió Tomlinson y las Cortes decretaron que fuese llamada su iglesia, “Iglesia de Dios de la profecía”. El Presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt envió su carta de expresiones de condolencia, por la perdida de este gran líder, y fue admirado, se dice por enemigos y por sus amigos. Su hijo mayor fundaría su propia iglesia y de 1955 a 1966 viajó por 101 países habiéndose coronado como “Rey del Mundo”, prometiendo paz y prosperidad, creyéndose acreedor de parar guerras, detener masacres y finalizar sequías.
B. El Movimiento Pentecostal.
Muchos de los creyentes comprometidos con mantener una profunda vida con Cristo se envolvieron en diversas tareas espirituales como reuniones de avivamiento y oración al aire libre, compartiendo el tiempo con el estudio de la Palabra de Dios. Una de estas reuniones fue la que se llevó a cabo en Topeka, un pequeño pueblo localizado en el noreste del estado de Kansas, llamado a ser grande en el reino de los cielos porque allí mismo fue la cuna del movimiento pentecostal moderno.
Esto ocurrió cuando Charles Fox Parham, líder de las iglesias Congregacional y Metodista Episcopal decidió abrazar la doctrina y práctica del Movimiento Santidad, que incluían la entera santificación, bautismo pentecostal y sanidad divina, además de las reglas universalmente aceptadas por las iglesias protestantes como convicción de arrepentimiento, conversión, justificación, bautismo en agua y la Santa Cena.
Para poner en práctica su convicción cristiana Parham abrió una escuela en el otoño del año 1900 en Topeka, bajo el nombre de Escuela Bíblica Betel, conocida como una escuela “solamente para blancos”, mostrando su racismo, y contándose con una asistencia de cuarenta estudiantes.
Entre las materias que bosquejó Parham en la currícula de estudios estaba “El Bautismo del Espíritu Santo” que empezó inmediatamente a desarrollarse. En la segunda quincena de diciembre tuvo que ausentarse por algunos días de la escuela, encargándoles a los estudiantes oración y estudio del tema durante su ausencia. A su retorno en la mañana del 31 de Diciembre los alumnos le presentaron sus conclusiones en el sentido que para recibir el Espíritu Santo el creyente debe demostrarlo con la evidencia inicial de hablar en lenguas.
Durante el servicio de acción de gracias de la noche del 31 de Diciembre, Parham y sus alumnos estaban envueltos en un intenso fervor espiritual, compartiendo la Palabra de Dios con oración y cánticos espirituales alternados. En el turno de la oración, la estudiante Agnes M. Ozman sintió pedir al grupo que sobre ella pusieran las manos. Cuando los hermanos le pusieron las manos de pronto empezó a hablar en lenguas como señal de haber recibido el “bautismo del Espíritu Santo”, provocando que por tres días no pudiera hablar el inglés. Feliz por este acontecimiento Parham cerró la escuela y con un grupo de estudiantes empezó a viajar por pueblos y ciudades de los estados de la región y durante cuatro años hubo muchas conversiones.
Parham fue invitado a predicar el Domingo de Resurección del año 1905 en una iglesia de Orchard, Texas, cuyo mensaje trató sobre la necesidad de tener la experiencia del “bautismo del Espíritu Santo”. El 10 de Julio del mismo año Parham y unos veinticinco miembros de su equipo llegaron a Houston, Texas, en donde luego de realizar una cruzada de verano estableció su cuartel general, abriéndose las puertas también de la Escuela Bíblica de la Fe. Entre los estudiantes estaba William J. Seymour predicador afroamericano del movimiento Santidad, que fue el instrumento para el avivamiento conducido por Parham en Houston y lo que habría de ocurrir en la calle Azusa de la ciudad de Los Angeles, California.
Más adelante mientras se encontraba en Jackson, Mississippi, William J. Seymour se reunió en un culto de oración con Charles P. Jones, conocido predicador afroamericano del movimiento Santidad quien llegó a ser fundador y obispo de la “Iglesia de Cristo Pentecostal”, siendo nombrado Seymour como pastor asistente de una de las iglesias del mismo movimiento en Houston, cuya pastora había participado activamente en el gran avivamiento a través de Charles F. Parham en el estado de Texas.
A comienzos de 1906 Seymour recibió una invitación para ser pastor asistente en una iglesia cuya pastora estaba envuelta en la doctrina del movimiento Santidad. La congregación se conformaba por unos veinte hermanos y como iba creciendo cada vez más el grupo, dejaron de reunirse en casas y alquilaron un edificio entre las calles Novena y Santa Fe, de la ciudad de Los Ángeles.
El primer mensaje que dio Seymour en la nueva iglesia se basó en Hechos 2.4 sobre el “bautismo del Espíritu Santo” con la evidencia de “hablar en lenguas”, lo que vislumbró grandemente a la congregación. Sin embargo la pastora no estaba de acuerdo con esta enseñanza y un día cuando Seymour estaba de regreso a la misión encontró que las puertas del local habían sido trancadas por la propia pastora. En vista de este hecho algunas familias lo invitaron a tener reuniones en las casas. Es así que en una de esas reuniones llevada a cabo el nueve de Abril, el predicador oró por sanidad del dueño de la casa quien no solo quedó sano sino que comenzó a hablar en lenguas extáticas, y horas más tarde, siete personas más tuvieron la misma experiencia. Hasta entonces Seymour estaba predicando sobre el “bautismo pentecostal” pero él aún no había hablado en lenguas extáticas. A partir de este momento las reuniones de oración en las casas se hicieron sin distinción de razas, todos unidos en un mismo espíritu, en una misma fe y en una misma esperanza.
Como quiera que el número de fieles iba en rápido aumento, los hermanos buscaron un lugar más amplio para los cultos de adoración, encontrando un local inapropiado pero grande y en una carrera contra el tiempo se dedicaron a limpiarlo trabajando día y noche. Este edificio había servido como local de la “Primera Iglesia Metodista Episcopal Africana” hasta que se mudaron en 1903, convirtiéndose el lugar desde entonces en una especie de establo y almacén de materiales de construcción. Para la tercera semana del mismo mes de Abril todo estaba listo, abriéndose el local que tenía una capacidad para 750 personas dispuestas a adorar a Dios buscando su santa presencia.
Instalados ya en el improvisado local, las manifestaciones extáticas se dieron profusamente sobre los fieles que unánimes se mantenían en comunión. El vecindario sorprendido empezó a concurrir masivamente al lugar y pronto la ciudad de Los Ángeles se enteró de este extraordinario acontecimiento. El principal periódico “Los Ángeles Times” en su edición del Miércoles 18 de Abril de 1906 informó en primera página que un extraño suceso había ocurrido la noche anterior en la calle Azusa, en la que la gente habló en otras lenguas sin articulación conocida.
En Setiembre del mismo año, el ministerio del pastor Seymour publicó el periódico mensual “La Fe Apostólica”, de cuyo primer número se imprimieron cinco mil copias, pero para el próximo año el tiraje mensual ya estaba sobre los cincuenta mil ejemplares, con circulación dentro y fuera del país.
De 1906 a 1909, aproximadamente durante mil días, este avivamiento pentecostal con “milagros, prodigios y sanidades”, cuyo epicentro estaba localizado en el 312 de la calle Azusa de la ciudad de Los Ángeles, rápidamente radió su onda expansiva cubrió la nación y traspasando los mares, el mundo entero. Gente de toda condición social, pobres, ricos, trabajadores del campo y de la ciudad, intelectuales, políticos, autoridades de gobierno, líderes religiosos de todo el país así como de más de cincuenta naciones, empezaron a llegar a este santuario en Los Ángeles, para ver con sus ojos lo que de oídos habían escuchado sobre estas manifestaciones.
La llama del fuego pentecostal se había encendido y los creyentes envueltos en esta manifestación espiritual eran de muchas iglesias tradicionalmente históricas, pero no podían mantenerse en sus denominaciones porque sus autoridades rechazaban de plano al movimiento pentecostal, por lo que los líderes pentecostales decidieron organizarse para realizar un mejor trabajo.
El movimiento enfatiza los dones del Espíritu, hablar en lenguas y sanidad divina. Promueven una adoración libre y cargada de emotividad, en donde la música estridente y rápida no puede faltar. En sus cien años de historia contemporánea el movimiento pentecostal ha cambiado iglesias, formas cúlticas y transformado la vida de millones de personas. La revolución espiritual del movimiento pentecostal y su variante carismática está detrás, en buena medida, del espectacular crecimiento evangélico de los últimos cuarenta años.
De este movimiento surgieron numerosas denominaciones como las Iglesias de Dios, las Asambleas de Dios, la Iglesia Cuadrangular, los Pentecostales Unidos o Solo Jesús.
El movimiento llegó a México, Puerto Rico y otras regiones del continente, convirtiéndose no solo en un movimiento que impulsa la creación de nuevas congregaciones independientes sino que absorbe con su teología y forma de adoración a otros grupos ya establecidos, incluyendo a la misma Iglesia Católica-Romana, que en los años 60´s acepta en su seno al Movimiento de Renovación Carismático.
1. Santidad Pentecostal.
En 1911 nace la “Iglesia de Santidad Pentecostal”, en Anderson, Carolina del Sur, Estados Unidos. Para 1915 se les unió la “Iglesia del Tabernáculo Pentecostal”. Tienen una teología en donde se mezcla el arminianismo con el wesleyanismo, y se identifican en algunos aspectos con las otras iglesias de santidad, pero insisten en su experiencia pentecostal; por lo tanto, enfatizan el “don de lenguas” y la sanidad divina. Tienen un sistema de gobierno en donde los obispos están a cargo de las jurisdicciones eclesiásticas.
2. Asambleas de Dios.
Para 1910 ya había dos grandes asociaciones pentecostales. La primera, la “Fraternidad de Texas y Arkansas”, dirigida por E. M. Bell; y la segunda, la “Fraternidad de Alabama y Mississippi”, liderada por H. A. Gross, teniendo en cuenta que para entonces eran muchas las iglesias independientes que surgieron como consecuencia del avivamiento pentecostal.
Bell, quien había sido un ministro bautista, pero expulsado de su denominación después de haber recibido el “bautismo del Espíritu Santo”, empezó a editar un periódico llamado también “La Fe Apostólica” que mas adelante se llamó “Palabra y Testimonio” desde Fort Worth, Texas, en cuyas páginas se daba cuenta de los testimonios de muchos que a lo largo y ancho del país habían recibido manifestaciones extáticas, por lo que sintió la necesidad de unificar a estas muchas iglesias independientes para hacer valer los derechos sobre sus propiedades ante el Gobierno, a la vez que se buscaba proteger el trabajo de estas iglesias contra las grandes denominaciones que no veían con agrado la manifestación del poder pentecostal.
Es así que con fecha 20 de Diciembre de 1913, E. M. Bell publicó un anuncio, convocando a todas las iglesias del nuevo movimiento pentecostal a una convención a realizarse a partir del 2 de Abril de 1914 en la ciudad de Hot Springs, Arkansas, fecha en que trecientos hombres y mujeres que estuvieron presentes. Entre ellos se encontraban ciento veintiocho misioneros procedentes de veinte Estados y de otros países. El principal acuerdo de esta cita fue la creación de una fraternidad pentecostal lo suficientemente fuerte y sin fronteras a la que se le puso por nombre: las “Asambleas de Dios”.
En este primer Concilio General, E. N. Bell fue elegido como presidente y J. Roswell Flower como secretario. Una serie de decisiones internas se adoptaron para un mejor desarrollo de la organización que contó con la adhesión de muchos ministros de espíritu pentecostal como el evangelista T. K. Leonard que ofreció al servicio de las Asambleas de Dios su imprenta y escuela en Findlay, Ohio. A los pocos meses se anunció la convocatoria al segundo Concilio General para Noviembre de 1914, en la ciudad de Chicago, Illinois.
Desde el primer momento en que se estableció la fraternidad de las Asambleas de Dios una importante línea de trabajo constituyó el apoyo al campo misionero, para cuyo efecto el segundo Concilio destinó la importante suma para ese entonces de diez mil dólares, destinada a promover la empresa misionera en diversas partes en el país y en ultramar.
Poco antes de la fundación de las “Asambleas de Dios”, Henry Cleophas Ball, un activo líder metodista de Kingsville, Texas, comenzó a levantar una obra entre los muchos mexicanos que vivían en el área de Ricardo, una población del mismo estado y no obstante su muy limitada capacidad para hablar el español, se esmeró por aprender esta lengua que al poco tiempo empezó a predicar en el idioma de Cervantes.
Para 1915 dentro del trabajo misionero de las “Asambleas de Dios” le tocó al evangelista Felix A. Hale predicar en un culto en Kingsville, en el cual H. C. Ball tuvo su experiencia extática, sintiendo renunciar a su filiación metodista para dedicarse al trabajo entre los latinos. Poco después en el mismo año, fue ordenado como ministro de las “Asambleas de Dios”, dedicando su tiempo y talento al trabajo exclusivo entre el pueblo de habla hispana, estableciendo una obra indígena en el vasto estado de Texas.
Mientras tanto, en otro lugar del país, se estaba preparando a una mujer que en su momento junto con Ball, habrían de efectuar el trabajo más fecundo en la primera hora del movimiento pentecostal latino. Su nombre: Alice Eveline Luce.
Alice E. Luce, originaria de Inglaterra tuvo una profunda vocación misionera. En 1896 luego de terminar sus estudios de enfermería y teología fue nombrada misionera a la India por la “Iglesia de Sociedad Misionera”. Más tarde, cuando el avivamiento pentecostal que se inició en la calle Azusa de Los Angeles, llegó a la India en 1910, A. E. Luce tuvo su experiencia extática. Encontrándose prestando servicios en el Canadá, renunció a su denominación, sintiendo un llamado especial de parte de Dios para trabajar como misionera entre los latinos.
Estando en Texas, conoció a H. C. Ball y otros líderes pentecostales, envolviéndose muy pronto en el trabajo de las “Asambleas de Dios”, de la que fue ordenada como ministro en 1915. Al poco tiempo empezó la obra evangélica entre los latinos en la ciudad de Los Ángeles. Más adelante, Alice E. Luce se dedicó a preparar el programa de capacitación y entrenamiento para pastores y evangelistas a fin de alcanzar al pueblo hispano, fundando para tal efecto el Instituto Bíblico Berea, en la ciudad de La Puente, California.
Un tercer instrumento de esta obra, fue Juan León Lugo, el fundador de la obra pentecostal en Puerto Rico y quien posteriormente contribuyó también al establecimiento de la obra entre los hispanos del área metropolitana de la ciudad de Nueva York.
La onda expansiva del estruendo pentecostal cuyo epicentro estaba en California no tardó mucho en llegar a la cuenca del Pacífico en el lejano oriente. Es así que en 1912 un grupo de misioneros partió de California rumbo al Japón y la China haciendo escala en la isla de Hawai, en donde estaban trabajando cierto número de puertorriqueños debido a que las condiciones económicas eran difíciles en su tierra.
En Hawai los misioneros pentecostales predicaron su mensaje y entre los que recibieron el llamado del Señor estaba la madre de Juan L. Lugo, y posteriormente sin darse cuenta éste también se envolvió en las tareas evangelizadoras del grupo, y a los pocos meses en 1913 hizo su entrega personal. A partir de este momento Lugo empezó a correr con paciencia la carrera de llevar el mensaje de las buenas nuevas a través de la empresa misionera de salvación.
Para fines de 1913, Lugo llegó a San Francisco, California, en compañía de Francisco Ortiz, quien era pastor del pequeño grupo puertorriqueño en Hawai. Poco tiempo después, durante el verano de 1914, Lugo recibió clases de doctrina y práctica misionera por parte del maestro Montgomery, envolviéndose rápidamente así en el trabajo misionero de las “Asambleas de Dios”.
Juan L. Lugo solicitó y obtuvo su membresía de las “Asambleas de Dios”, siendo ordenado como evangelista el 30 de Enero de 1916 por Stanley H. Frodsham, en San José, California y, el 9 de Febrero del mismo año, el “Concilio General de las Asambleas de Dios”, le otorgó el certificado de ordenación suscrito por J. W. Welch y J. R. Flower.
Pocas semanas después, estando en la ciudad de Los Angeles, Lugo asistió a un servicio de jóvenes en el Templo Betel, en donde los miembros de la iglesia, al conocer el deseo de Lugo de predicar el evangelio en Puerto Rico, recaudaron fondos para su viaje, entregándole el pasaje al Caribe vía Nueva York y un dinero extra para su estadía. El 17 de agosto partió de la estación del tren de Santa Fe, California rumbo a Nueva York, haciendo escala en San Luis, Missouri, para visitar a J. R. Flower secretario del concilio general de las “Asambleas de Dios”, cuya sede central para entonces estaba en la ciudad de San Luis.
Al llegar a la ciudad de Nueva York, Lugo se hospedó en una conocida casa misionera de la calle 42 en Manhattan para luego proseguir viaje a Puerto Rico, llegando a San Juan el 30 de Agosto de 1916. Ese mismo día empezó su trabajo como ministro de las “Asambleas de Dios”, siendo Ponce el primer lugar en donde se levantó la obra pentecostal en la isla. El trabajo de Lugo contó con el permanente apoyo económico de las “Asambleas de Dios” como se puede ver de los informes periódicos que él hacía y de las contribuciones que se le enviaban del fondo misionero del Concilio General. Mientras tanto en el territorio continental de los Estados Unidos el trabajo entre los latinos seguía adelante.
En 1916, H. C. Ball se dedicó a la paciente tarea de compilar preciosas melodías de cánticos e himnos espirituales al español, dándole el nombre de “Himnos de Gloria” que constituye una verdadera joya del auténtico cancionero espiritual de todo tiempo, siendo más de diez millones de copias que hasta hoy se han impreso, y su uso alcanza a prácticamente todas las denominaciones pentecostales de habla castellana en el mundo. Además del himnario, Ball publicó en septiembre del mismo año desde San Antonio, Texas, el periódico “La Fe Apostólica” que tuvo gran circulación en los Estados Unidos y los países de latinoamérica.
Este vigoroso crecimiento entre los latinos pentecostales principalmente en los estados de California y Texas, preparó el terreno para que en Enero de 1918 se reunieran en Kingsville, Texas, H. C. Ball, Demetrio Bazán, Isabel Flores, José Garza, Cecilio Jacinto, Arnulfo López, Rodolfo Orozco y Concepción Suárez, en donde se acordó formar la primera Conferencia Latino Americana, saliendo elegido H. C. Ball como presidente.
Junto al liderazgo de H. C. Ball y A. E. Luce hubo muchos otros que trabajaron intensamente en la primera hora de la jornada misionera de llevar su mensaje a diversos lugares del país y México, nación que por ser limítrofe con los Estados Unidos era relativamente fácil el tránsito hacia y desde aquel país; asimismo un buen número de obreros salieron a muchas ciudades y pueblos del Caribe, Centro y Sudamérica, razón más que suficiente para que en 1925 la Conferencia se constituyese en el “Distrito Latino Americano de las Asambleas de Dios”, siendo elegido H. C. Ball como primer superintendente, posición que ocupó hasta su renuncia en 1939.
Aunque el pasado siglo XX no fue tan dado a que aparecieran nuevos movimientos religiosos, si hubo mucha división entre los ya establecidos y una absorción de doctrinas nuevas y prácticas de culto, especialmente pentecostales, incluso en los grupos más tradicionales, por lo que en la actualidad es muy difícil poder distinguir quién es quien, ya que como podemos observar en la historia, por ejemplo, John Wesley se manifestó en contra de los dones extáticos, pero en la actualidad, en grupos como los “Metodistas” y “Nazarenos”, descendientes de la teología wesleyana, se promueve esta creencia.
Vamos a citar entre los grupos o movimientos del siglo XX a los siguientes:
A. El Evangelio Completo.
La gente de Carolina del Norte y del Sur, Georgia y Tennessee fueron agitados por el ala radical del Movimiento de Santidad. Benjamín Harding Irwin había afectando la región con su mensaje de “bautismo de fuego”. Las congregaciones bautistas y otras más ortodoxas se vieron barridas ante el dogma del Movimiento de Santidad.
R. G. Spurling, aunque estaba de acuerdo en las enseñanzas de Irwin, se esforzó para calmar el fanatismo de las manifestaciones de aquel. Los que experimentaron los llamados “bautismos de fuego” eran a menudo difíciles de manejar y Spurling buscaba controlarlos.
En 1886, en el Condado de Cherokee, Carolina del Norte, cerca de unos 20 kilómetros de la congregación de Spurling, en los Condados de Monroe y Polk en Tennessee, el avivamiento de Irwin explotó en las reuniones celebradas en la Escuela Shearer, en donde fueron “bautizadas” unas 130 personas con el Espíritu Santo y “hablaron” en otras lenguas. Los principales líderes de este movimiento fueron el pastor metodista William Martin y los bautistas Joseph M. Tipton, Milton McNabb y Bill Hamby.
Una persecución se dio entre las iglesias tradicionales, excomulgando a todos los que defendían la teoría moderna ya que la consideraban una herejía peligrosa, produciendo una disminución que haría que para 1902 solo quedaran 20 miembros. En Mayo de 1902 Spurling interviene y es seleccionado como pastor del este grupo y comienza la restauración de la “Iglesia de Dios”.
En 1903, A. J. Tomlinson se hace amigo de Spurling, que impresiona al joven y le lleva a unirse a la Iglesia y en 1909 se convierte en Supervisor General. Más tarde se cambió el nombre al actual, aunque se han producido numerosas divisiones y varios grupos reclaman ese mismo nombre y la tradición original del movimiento. Su teología es arminiana y tienen su sede denominacional en Cleveland, Tennessee.
Ambrose Jessup Tomlinson, nació el día 22 de Setiembre de 1865. Se crió en Indiana, y algunos datos apuntan a que tenía una inclinación por áreas diferentes a la fe, incursionando en política. De joven Tomlinson era un místico cuáquero que aceptó la enseñanza sobre la sanidad de manos de Carrie Judd Montgomery de Sanidad Pentecostal en 1889, el mismo año que se caso con Mary Jane Taylor. También había aceptado la doctrina de santidad o de la entera santificación, entendida esta como que el cristiano preocupado puede ser libre del pecado, afirmando que él había obtenido esta experiencia. Fue promotor de Biblias de la Sociedad Bíblica Americana.
Fue durante este período de su conversión de 1889 a los 24 años hasta el año 1903 a los 38 años, que el busco experiencias espirituales, fueron 14 años de buscar una iglesia, y experiencias que purificaran su vida. Dedico parte de ese tiempo a repartir Nuevos Testamentos, ropa a los necesitados y literatura cristiana. Laboró como Misionero en las zonas montañosas de Georgia, Tennessee y Carolina del Norte. Notablemente su interés en ayudar a los mas necesitados lo llevo a establecer una pequeña escuela para educar y alimentar a niños en el año 1900, fue también un innovador en cuanto a mantener informado a los de ese tiempo con respecto al acontecer misionero, edito y publicó su primera revista titulada “Las zorras de Sansón” que comenzó a circular en 1901.
Tomlinson fue uno de los mas influyentes hombres en la formación del movimiento Pentecostal, con una variada formación desde que fue bautizado por Sandford. Se unió al grupo que se llamaba así mismo”La Iglesia del Dios viviente para la evangelización del mundo, el Recogimiento de Israel, el Nuevo Orden de cosas al fin de la Era de los Gentiles”. Este nombre reflejaba la extrema posición de la “lluvia tardía”.
En mayo de 1903, comienza un viaje misionero que lo llevaría a encontrarse con un grupo de 39 creyentes que celebraban reuniones en la casa de W. F. Bryant, fue el día 13 de junio que el decide unirse a este grupo de creyentes, y estos lo escogen como pastor de la “Iglesia de la Sanidad de Camp Creek en Tennessee”, que en solo 20 años se multiplicarían a 21 700 personas, y su vida se entrelaza con la vida de Tomlinson y la de otros hombres de ese momento como R. G. Spurling, W. F. Bryant, J. C. Murphy, M. S. Lemons.
En aquel año tiene una “visión” de que la verdadera iglesia de Jesucristo estaba restaurada en su iglesia de Sanidad. Creía que en el año 325 d.C., se había perdido la verdadera iglesia, habiendo sido restaurada en fases, como la Reforma Protestante del Siglo XVI y culminaría con la fundación de la Iglesia de Dios en 1903.
Bajo su dirección dinámica, la iglesia ordenó rápidamente varias congregaciones en carolina del Norte, Tennessee y Georgia.
En sus reuniones la característica fundamental era el pandemónium, que no es otra cosa que griteríos, caídas, sacudidas, contorsiones como de serpiente, trances, etc. Pero no era esto lo mas llamativo, sino el férreo control de las cosas prohibidas, ya que el que las usaba era considerado no salvo. Entre la lista de cosas prohibidas, que por supuesto no están en la Escritura ni en su espíritu, estaba el no comer carne de cerdo, no tomar Coca Cola, mascar chicle; no se podían tener pulseras, anillos, ni corbatas.
Antes de 1906, se siente una necesidad para celebrar una Asamblea anual para promover la unión y comunicación entre las congregaciones; esta es celebrada entre el 26 y 27 de Enero de ese año en el hogar de J. C. Murphy en el Condado de Cherokee, Carolina del Norte.
En 1907, en la siguiente reunión anual, este grupo adoptó en nombre de “Iglesia de Dios”, pero en 1923 Tomlinson se desvinculó y formó su propia organización que se llamaría la “Iglesia de Dios de la Profecía”. Tomlinson enseñó que la sanidad física está garantizada en la expiación, por lo que enseñó en contra de la medicina. También creía que hablar en lenguas era evidencia de salvación y que una persona podía perder la salvación y luego ser reconvertida y rebautizada. Defendió la práctica de las mujeres predicadoras y el de ser “matado por el espíritu”.
En 1909, seleccionan a A. J. Tomlinson como Supervisor General de la “Iglesia de Dios”, posición que llevaría hasta su muerte. Tomlinson se inclina hacia el Pentecostalismo desde que era joven, pero no fue hasta después que se da el “derramamiento” del Espíritu en Topeka, Kansas que la “Iglesia de Dios” se abrazó al pentecostalismo.
En 1908, G. B. Cashwell, el “apóstol del pentecostalismo” predica un sermón en la “Iglesia local en Cleveland, Tennessee” por invitación de A. J. Tomlinson, y al final de este, Tomlinson cae al suelo recibiendo el “bautismo” del Espíritu Santo. Según Tomlinson, estando en éxtasis, tuvo una visión de una cosecha mundial para la iglesia por medio del trabajo misionero.
El crecimiento fenomenal de la iglesia se vio detenido ante la división ocurrida en 1923 por motivos financieros. Después de la división, ambas facciones siguieron creciendo, pero han visto todo el dolor de la sectarización, por lo que en años recientes han buscado la unidad.
En 1943 murió Tomlinson y las Cortes decretaron que fuese llamada su iglesia, “Iglesia de Dios de la profecía”. El Presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt envió su carta de expresiones de condolencia, por la perdida de este gran líder, y fue admirado, se dice por enemigos y por sus amigos. Su hijo mayor fundaría su propia iglesia y de 1955 a 1966 viajó por 101 países habiéndose coronado como “Rey del Mundo”, prometiendo paz y prosperidad, creyéndose acreedor de parar guerras, detener masacres y finalizar sequías.
B. El Movimiento Pentecostal.
Muchos de los creyentes comprometidos con mantener una profunda vida con Cristo se envolvieron en diversas tareas espirituales como reuniones de avivamiento y oración al aire libre, compartiendo el tiempo con el estudio de la Palabra de Dios. Una de estas reuniones fue la que se llevó a cabo en Topeka, un pequeño pueblo localizado en el noreste del estado de Kansas, llamado a ser grande en el reino de los cielos porque allí mismo fue la cuna del movimiento pentecostal moderno.
Esto ocurrió cuando Charles Fox Parham, líder de las iglesias Congregacional y Metodista Episcopal decidió abrazar la doctrina y práctica del Movimiento Santidad, que incluían la entera santificación, bautismo pentecostal y sanidad divina, además de las reglas universalmente aceptadas por las iglesias protestantes como convicción de arrepentimiento, conversión, justificación, bautismo en agua y la Santa Cena.
Para poner en práctica su convicción cristiana Parham abrió una escuela en el otoño del año 1900 en Topeka, bajo el nombre de Escuela Bíblica Betel, conocida como una escuela “solamente para blancos”, mostrando su racismo, y contándose con una asistencia de cuarenta estudiantes.
Entre las materias que bosquejó Parham en la currícula de estudios estaba “El Bautismo del Espíritu Santo” que empezó inmediatamente a desarrollarse. En la segunda quincena de diciembre tuvo que ausentarse por algunos días de la escuela, encargándoles a los estudiantes oración y estudio del tema durante su ausencia. A su retorno en la mañana del 31 de Diciembre los alumnos le presentaron sus conclusiones en el sentido que para recibir el Espíritu Santo el creyente debe demostrarlo con la evidencia inicial de hablar en lenguas.
Durante el servicio de acción de gracias de la noche del 31 de Diciembre, Parham y sus alumnos estaban envueltos en un intenso fervor espiritual, compartiendo la Palabra de Dios con oración y cánticos espirituales alternados. En el turno de la oración, la estudiante Agnes M. Ozman sintió pedir al grupo que sobre ella pusieran las manos. Cuando los hermanos le pusieron las manos de pronto empezó a hablar en lenguas como señal de haber recibido el “bautismo del Espíritu Santo”, provocando que por tres días no pudiera hablar el inglés. Feliz por este acontecimiento Parham cerró la escuela y con un grupo de estudiantes empezó a viajar por pueblos y ciudades de los estados de la región y durante cuatro años hubo muchas conversiones.
Parham fue invitado a predicar el Domingo de Resurección del año 1905 en una iglesia de Orchard, Texas, cuyo mensaje trató sobre la necesidad de tener la experiencia del “bautismo del Espíritu Santo”. El 10 de Julio del mismo año Parham y unos veinticinco miembros de su equipo llegaron a Houston, Texas, en donde luego de realizar una cruzada de verano estableció su cuartel general, abriéndose las puertas también de la Escuela Bíblica de la Fe. Entre los estudiantes estaba William J. Seymour predicador afroamericano del movimiento Santidad, que fue el instrumento para el avivamiento conducido por Parham en Houston y lo que habría de ocurrir en la calle Azusa de la ciudad de Los Angeles, California.
Más adelante mientras se encontraba en Jackson, Mississippi, William J. Seymour se reunió en un culto de oración con Charles P. Jones, conocido predicador afroamericano del movimiento Santidad quien llegó a ser fundador y obispo de la “Iglesia de Cristo Pentecostal”, siendo nombrado Seymour como pastor asistente de una de las iglesias del mismo movimiento en Houston, cuya pastora había participado activamente en el gran avivamiento a través de Charles F. Parham en el estado de Texas.
A comienzos de 1906 Seymour recibió una invitación para ser pastor asistente en una iglesia cuya pastora estaba envuelta en la doctrina del movimiento Santidad. La congregación se conformaba por unos veinte hermanos y como iba creciendo cada vez más el grupo, dejaron de reunirse en casas y alquilaron un edificio entre las calles Novena y Santa Fe, de la ciudad de Los Ángeles.
El primer mensaje que dio Seymour en la nueva iglesia se basó en Hechos 2.4 sobre el “bautismo del Espíritu Santo” con la evidencia de “hablar en lenguas”, lo que vislumbró grandemente a la congregación. Sin embargo la pastora no estaba de acuerdo con esta enseñanza y un día cuando Seymour estaba de regreso a la misión encontró que las puertas del local habían sido trancadas por la propia pastora. En vista de este hecho algunas familias lo invitaron a tener reuniones en las casas. Es así que en una de esas reuniones llevada a cabo el nueve de Abril, el predicador oró por sanidad del dueño de la casa quien no solo quedó sano sino que comenzó a hablar en lenguas extáticas, y horas más tarde, siete personas más tuvieron la misma experiencia. Hasta entonces Seymour estaba predicando sobre el “bautismo pentecostal” pero él aún no había hablado en lenguas extáticas. A partir de este momento las reuniones de oración en las casas se hicieron sin distinción de razas, todos unidos en un mismo espíritu, en una misma fe y en una misma esperanza.
Como quiera que el número de fieles iba en rápido aumento, los hermanos buscaron un lugar más amplio para los cultos de adoración, encontrando un local inapropiado pero grande y en una carrera contra el tiempo se dedicaron a limpiarlo trabajando día y noche. Este edificio había servido como local de la “Primera Iglesia Metodista Episcopal Africana” hasta que se mudaron en 1903, convirtiéndose el lugar desde entonces en una especie de establo y almacén de materiales de construcción. Para la tercera semana del mismo mes de Abril todo estaba listo, abriéndose el local que tenía una capacidad para 750 personas dispuestas a adorar a Dios buscando su santa presencia.
Instalados ya en el improvisado local, las manifestaciones extáticas se dieron profusamente sobre los fieles que unánimes se mantenían en comunión. El vecindario sorprendido empezó a concurrir masivamente al lugar y pronto la ciudad de Los Ángeles se enteró de este extraordinario acontecimiento. El principal periódico “Los Ángeles Times” en su edición del Miércoles 18 de Abril de 1906 informó en primera página que un extraño suceso había ocurrido la noche anterior en la calle Azusa, en la que la gente habló en otras lenguas sin articulación conocida.
En Setiembre del mismo año, el ministerio del pastor Seymour publicó el periódico mensual “La Fe Apostólica”, de cuyo primer número se imprimieron cinco mil copias, pero para el próximo año el tiraje mensual ya estaba sobre los cincuenta mil ejemplares, con circulación dentro y fuera del país.
De 1906 a 1909, aproximadamente durante mil días, este avivamiento pentecostal con “milagros, prodigios y sanidades”, cuyo epicentro estaba localizado en el 312 de la calle Azusa de la ciudad de Los Ángeles, rápidamente radió su onda expansiva cubrió la nación y traspasando los mares, el mundo entero. Gente de toda condición social, pobres, ricos, trabajadores del campo y de la ciudad, intelectuales, políticos, autoridades de gobierno, líderes religiosos de todo el país así como de más de cincuenta naciones, empezaron a llegar a este santuario en Los Ángeles, para ver con sus ojos lo que de oídos habían escuchado sobre estas manifestaciones.
La llama del fuego pentecostal se había encendido y los creyentes envueltos en esta manifestación espiritual eran de muchas iglesias tradicionalmente históricas, pero no podían mantenerse en sus denominaciones porque sus autoridades rechazaban de plano al movimiento pentecostal, por lo que los líderes pentecostales decidieron organizarse para realizar un mejor trabajo.
El movimiento enfatiza los dones del Espíritu, hablar en lenguas y sanidad divina. Promueven una adoración libre y cargada de emotividad, en donde la música estridente y rápida no puede faltar. En sus cien años de historia contemporánea el movimiento pentecostal ha cambiado iglesias, formas cúlticas y transformado la vida de millones de personas. La revolución espiritual del movimiento pentecostal y su variante carismática está detrás, en buena medida, del espectacular crecimiento evangélico de los últimos cuarenta años.
De este movimiento surgieron numerosas denominaciones como las Iglesias de Dios, las Asambleas de Dios, la Iglesia Cuadrangular, los Pentecostales Unidos o Solo Jesús.
El movimiento llegó a México, Puerto Rico y otras regiones del continente, convirtiéndose no solo en un movimiento que impulsa la creación de nuevas congregaciones independientes sino que absorbe con su teología y forma de adoración a otros grupos ya establecidos, incluyendo a la misma Iglesia Católica-Romana, que en los años 60´s acepta en su seno al Movimiento de Renovación Carismático.
1. Santidad Pentecostal.
En 1911 nace la “Iglesia de Santidad Pentecostal”, en Anderson, Carolina del Sur, Estados Unidos. Para 1915 se les unió la “Iglesia del Tabernáculo Pentecostal”. Tienen una teología en donde se mezcla el arminianismo con el wesleyanismo, y se identifican en algunos aspectos con las otras iglesias de santidad, pero insisten en su experiencia pentecostal; por lo tanto, enfatizan el “don de lenguas” y la sanidad divina. Tienen un sistema de gobierno en donde los obispos están a cargo de las jurisdicciones eclesiásticas.
2. Asambleas de Dios.
Para 1910 ya había dos grandes asociaciones pentecostales. La primera, la “Fraternidad de Texas y Arkansas”, dirigida por E. M. Bell; y la segunda, la “Fraternidad de Alabama y Mississippi”, liderada por H. A. Gross, teniendo en cuenta que para entonces eran muchas las iglesias independientes que surgieron como consecuencia del avivamiento pentecostal.
Bell, quien había sido un ministro bautista, pero expulsado de su denominación después de haber recibido el “bautismo del Espíritu Santo”, empezó a editar un periódico llamado también “La Fe Apostólica” que mas adelante se llamó “Palabra y Testimonio” desde Fort Worth, Texas, en cuyas páginas se daba cuenta de los testimonios de muchos que a lo largo y ancho del país habían recibido manifestaciones extáticas, por lo que sintió la necesidad de unificar a estas muchas iglesias independientes para hacer valer los derechos sobre sus propiedades ante el Gobierno, a la vez que se buscaba proteger el trabajo de estas iglesias contra las grandes denominaciones que no veían con agrado la manifestación del poder pentecostal.
Es así que con fecha 20 de Diciembre de 1913, E. M. Bell publicó un anuncio, convocando a todas las iglesias del nuevo movimiento pentecostal a una convención a realizarse a partir del 2 de Abril de 1914 en la ciudad de Hot Springs, Arkansas, fecha en que trecientos hombres y mujeres que estuvieron presentes. Entre ellos se encontraban ciento veintiocho misioneros procedentes de veinte Estados y de otros países. El principal acuerdo de esta cita fue la creación de una fraternidad pentecostal lo suficientemente fuerte y sin fronteras a la que se le puso por nombre: las “Asambleas de Dios”.
En este primer Concilio General, E. N. Bell fue elegido como presidente y J. Roswell Flower como secretario. Una serie de decisiones internas se adoptaron para un mejor desarrollo de la organización que contó con la adhesión de muchos ministros de espíritu pentecostal como el evangelista T. K. Leonard que ofreció al servicio de las Asambleas de Dios su imprenta y escuela en Findlay, Ohio. A los pocos meses se anunció la convocatoria al segundo Concilio General para Noviembre de 1914, en la ciudad de Chicago, Illinois.
Desde el primer momento en que se estableció la fraternidad de las Asambleas de Dios una importante línea de trabajo constituyó el apoyo al campo misionero, para cuyo efecto el segundo Concilio destinó la importante suma para ese entonces de diez mil dólares, destinada a promover la empresa misionera en diversas partes en el país y en ultramar.
Poco antes de la fundación de las “Asambleas de Dios”, Henry Cleophas Ball, un activo líder metodista de Kingsville, Texas, comenzó a levantar una obra entre los muchos mexicanos que vivían en el área de Ricardo, una población del mismo estado y no obstante su muy limitada capacidad para hablar el español, se esmeró por aprender esta lengua que al poco tiempo empezó a predicar en el idioma de Cervantes.
Para 1915 dentro del trabajo misionero de las “Asambleas de Dios” le tocó al evangelista Felix A. Hale predicar en un culto en Kingsville, en el cual H. C. Ball tuvo su experiencia extática, sintiendo renunciar a su filiación metodista para dedicarse al trabajo entre los latinos. Poco después en el mismo año, fue ordenado como ministro de las “Asambleas de Dios”, dedicando su tiempo y talento al trabajo exclusivo entre el pueblo de habla hispana, estableciendo una obra indígena en el vasto estado de Texas.
Mientras tanto, en otro lugar del país, se estaba preparando a una mujer que en su momento junto con Ball, habrían de efectuar el trabajo más fecundo en la primera hora del movimiento pentecostal latino. Su nombre: Alice Eveline Luce.
Alice E. Luce, originaria de Inglaterra tuvo una profunda vocación misionera. En 1896 luego de terminar sus estudios de enfermería y teología fue nombrada misionera a la India por la “Iglesia de Sociedad Misionera”. Más tarde, cuando el avivamiento pentecostal que se inició en la calle Azusa de Los Angeles, llegó a la India en 1910, A. E. Luce tuvo su experiencia extática. Encontrándose prestando servicios en el Canadá, renunció a su denominación, sintiendo un llamado especial de parte de Dios para trabajar como misionera entre los latinos.
Estando en Texas, conoció a H. C. Ball y otros líderes pentecostales, envolviéndose muy pronto en el trabajo de las “Asambleas de Dios”, de la que fue ordenada como ministro en 1915. Al poco tiempo empezó la obra evangélica entre los latinos en la ciudad de Los Ángeles. Más adelante, Alice E. Luce se dedicó a preparar el programa de capacitación y entrenamiento para pastores y evangelistas a fin de alcanzar al pueblo hispano, fundando para tal efecto el Instituto Bíblico Berea, en la ciudad de La Puente, California.
Un tercer instrumento de esta obra, fue Juan León Lugo, el fundador de la obra pentecostal en Puerto Rico y quien posteriormente contribuyó también al establecimiento de la obra entre los hispanos del área metropolitana de la ciudad de Nueva York.
La onda expansiva del estruendo pentecostal cuyo epicentro estaba en California no tardó mucho en llegar a la cuenca del Pacífico en el lejano oriente. Es así que en 1912 un grupo de misioneros partió de California rumbo al Japón y la China haciendo escala en la isla de Hawai, en donde estaban trabajando cierto número de puertorriqueños debido a que las condiciones económicas eran difíciles en su tierra.
En Hawai los misioneros pentecostales predicaron su mensaje y entre los que recibieron el llamado del Señor estaba la madre de Juan L. Lugo, y posteriormente sin darse cuenta éste también se envolvió en las tareas evangelizadoras del grupo, y a los pocos meses en 1913 hizo su entrega personal. A partir de este momento Lugo empezó a correr con paciencia la carrera de llevar el mensaje de las buenas nuevas a través de la empresa misionera de salvación.
Para fines de 1913, Lugo llegó a San Francisco, California, en compañía de Francisco Ortiz, quien era pastor del pequeño grupo puertorriqueño en Hawai. Poco tiempo después, durante el verano de 1914, Lugo recibió clases de doctrina y práctica misionera por parte del maestro Montgomery, envolviéndose rápidamente así en el trabajo misionero de las “Asambleas de Dios”.
Juan L. Lugo solicitó y obtuvo su membresía de las “Asambleas de Dios”, siendo ordenado como evangelista el 30 de Enero de 1916 por Stanley H. Frodsham, en San José, California y, el 9 de Febrero del mismo año, el “Concilio General de las Asambleas de Dios”, le otorgó el certificado de ordenación suscrito por J. W. Welch y J. R. Flower.
Pocas semanas después, estando en la ciudad de Los Angeles, Lugo asistió a un servicio de jóvenes en el Templo Betel, en donde los miembros de la iglesia, al conocer el deseo de Lugo de predicar el evangelio en Puerto Rico, recaudaron fondos para su viaje, entregándole el pasaje al Caribe vía Nueva York y un dinero extra para su estadía. El 17 de agosto partió de la estación del tren de Santa Fe, California rumbo a Nueva York, haciendo escala en San Luis, Missouri, para visitar a J. R. Flower secretario del concilio general de las “Asambleas de Dios”, cuya sede central para entonces estaba en la ciudad de San Luis.
Al llegar a la ciudad de Nueva York, Lugo se hospedó en una conocida casa misionera de la calle 42 en Manhattan para luego proseguir viaje a Puerto Rico, llegando a San Juan el 30 de Agosto de 1916. Ese mismo día empezó su trabajo como ministro de las “Asambleas de Dios”, siendo Ponce el primer lugar en donde se levantó la obra pentecostal en la isla. El trabajo de Lugo contó con el permanente apoyo económico de las “Asambleas de Dios” como se puede ver de los informes periódicos que él hacía y de las contribuciones que se le enviaban del fondo misionero del Concilio General. Mientras tanto en el territorio continental de los Estados Unidos el trabajo entre los latinos seguía adelante.
En 1916, H. C. Ball se dedicó a la paciente tarea de compilar preciosas melodías de cánticos e himnos espirituales al español, dándole el nombre de “Himnos de Gloria” que constituye una verdadera joya del auténtico cancionero espiritual de todo tiempo, siendo más de diez millones de copias que hasta hoy se han impreso, y su uso alcanza a prácticamente todas las denominaciones pentecostales de habla castellana en el mundo. Además del himnario, Ball publicó en septiembre del mismo año desde San Antonio, Texas, el periódico “La Fe Apostólica” que tuvo gran circulación en los Estados Unidos y los países de latinoamérica.
Este vigoroso crecimiento entre los latinos pentecostales principalmente en los estados de California y Texas, preparó el terreno para que en Enero de 1918 se reunieran en Kingsville, Texas, H. C. Ball, Demetrio Bazán, Isabel Flores, José Garza, Cecilio Jacinto, Arnulfo López, Rodolfo Orozco y Concepción Suárez, en donde se acordó formar la primera Conferencia Latino Americana, saliendo elegido H. C. Ball como presidente.
Junto al liderazgo de H. C. Ball y A. E. Luce hubo muchos otros que trabajaron intensamente en la primera hora de la jornada misionera de llevar su mensaje a diversos lugares del país y México, nación que por ser limítrofe con los Estados Unidos era relativamente fácil el tránsito hacia y desde aquel país; asimismo un buen número de obreros salieron a muchas ciudades y pueblos del Caribe, Centro y Sudamérica, razón más que suficiente para que en 1925 la Conferencia se constituyese en el “Distrito Latino Americano de las Asambleas de Dios”, siendo elegido H. C. Ball como primer superintendente, posición que ocupó hasta su renuncia en 1939.