H. Comentario.
La primera parte del libro de Nehemías se dedica casi por completo a la obra de reconstrucción de los muros de Jerusalén por parte de Nehemías. Esto representa el homólogo político o social de las reformas de Esdras en el área religiosa que se acaban de relatar, aunque por supuesto las dos esferas no se pueden mantener completamente aisladas una de la otra. La narración se basa mayormente en el relato del mismo Nehemías en primera persona. La segunda parte del libro, toma prestado material de varias fuentes diferentes, y representa el clímax combinado de las obras de los dos reformadores en la renovación espiritual de la comunidad y en asuntos relacionados.
1. Nehemías restaura los muros de Jerusalén.
Los eventos relatados aquí se fechan en los años 446–445 a.C., unos 12 o 13 años después de que Esdras llegó a Jerusalén. Solamente se puede especular acerca de lo que pudo haber pasado mientras tanto. Una vez más, el propósito del redactor es concentrarse en lo que considera momentos teológicamente importantes en la historia de la salvación de su pueblo, acentuando la causa y efecto divinos en lugar de los medios más comunes de unir acontecimientos adecuados como la hace la historia secular.
a. Triunfa la adoración pura a Adonay.
La adoración verdadera triunfa mediante la acción decisiva y la firme confianza en Adonay. Esa es la esencia del libro de Nehemías. Es un vívido relato de la reedificación del muro de Jerusalén bajo la valerosa dirección de Nehemías. El libro abarca un período decisivo en el que comenzarían las 70 semanas proféticas de años que llevarían a la aparición del Mesías[1]. El versículo de apertura y el relato escrito en primera persona identifican claramente a Nehemías como el escritor. Este libro es una continuación de Esdras y recoge la narración unos 12 años después de los sucesos que Esdras registró. Al leer este relato, podemos ver cómo Adonay dirige los sucesos a fin de efectuar su voluntad y cómo Él fortalece y consuela a sus siervos leales.
b. Permiso para restaurar el Templo.
Nehemías, el copero del rey persa[2], se entera de que los muros de Jerusalén todavía se hallan en ruinas y que la gente está en una situación calamitosa, lo que los deja visiblemente preocupado. El efecto que tuvo en él fue tan abrumador que no es posible que se refiera a la destrucción de Babilonia 140 años atrás. Lo más probable es que se vea una referencia a los eventos relatados en Esdras 4.7–23 que se incluyen en ese pasaje estrictamente por seguir el orden cronológico estricto[3]. Profundamente angustiado, Nehemías desahoga su corazón en oración fervorosa a Adonay. No es esta una oración repentina debido a su desesperación, pues la condición devastada de Jerusalén había sido tema de las oraciones de Nehemías “día y noche”[4] por algún tiempo. Como copero del rey, se esperaba que sirviera como un compañero discreto, de modo que tenía considerable influencia al poder ser parte de la conversación y dar consejos informales. No hay ninguna indicación al principio de la narrativa de que tuviese intención alguna de abandonar esta posición privilegiada para compartir la suerte de sus compatriotas judíos en la ciudad remota e insignificante de Jerusalén. La reacción de Nehemías al escuchar las noticias indica su reconocimiento de que Dios le estaba llamando a una clase de servicio completamente diferente, para el cual su posición y experiencia lo habían preparado en forma única. Esto lo demuestra especialmente su sentido de identificación con su pueblo y el hecho de que oró acerca de la situación por cuatro meses. Un período de espera tan largo indica que tenía fe en la realidad de su llamado y también una dedicación completa. La oración de Nehemías, que depende grandemente de la gran tradición litúrgica de Israel, se enfoca primeramente en el Dios de los cielos, y de allí sigue directamente a la confesión de pecado personal y nacional. Solo entonces llega al resumen de las promesas del pacto de Dios como base para la petición en dos partes: en general por la restauración de las fortunas del pueblo y en particular por la manera apropiada de acercarse al rey. Si tenemos razón en ver la relación con Esdras 4, entonces Nehemías 1.11 de ese capítulo muestra tanto el peligro potencial que ello conllevaba como también la oportunidad que representaba. Con tanto en juego, Nehemías, en otras ocasiones siempre una persona de acción, sabiamente deja los detalles del momento y manera adecuados de hablarle al rey en las manos de Dios.
1) Nehemías y el rey.
El rey se da cuenta de su pesadumbre[5] y por eso le da la oportunidad de viajar a Jerusalén[6] para ver lo que puede hacer para reedificar el muro de la ciudad y le concedió una escolta de jinetes y cartas de recomendación para los gobernadores de los diferentes distritos que debía cruzar, nombrándolo además gobernador de Judea, como lo había sido Zorobabel. Esto ocurre en el año vigésimo del rey Artajerjes I Longimano[7]. Puesto que en esta narración primero se menciona el mes de Kislev[8] y luego el mes de Nisán[9], parece que los reyes persas contaban cada año de su reinado de otoño a otoño, aunque también es posible que lo contaran desde el momento en que ascendían al trono. Tanto la evidencia histórica confiable como el cumplimiento de ciertas profecías bíblicas señalan que el mes de Nisán del año veinte de Artajerjes correspondió al del año 435 a.C. De modo que Nehemías comenzó su relato en el otoño de 456 a.C., y el decreto de reedificar el muro de Jerusalén se emitió en la primavera de 455 a.C.
2) Nehemías llega a Jerusalén.
Cuando Nehemías regresó a la ciudad de Jerusalén, aún sin fortificar, en el siglo V a.C., la encontró prácticamente indefensa, y los judíos repatriados estaban desorganizados, desanimados e impuros a los ojos del Altísimo. Esdras, el sacerdote que había llegado de Babilonia hacía trece años con el fin de reconstruir el Templo, se hallaba en Jerusalén a la llegada de Nehemías. Este último hizo una ronda nocturna alrededor de las destruidas fortificaciones, pero en secreto, sin duda “calculando el costo” de un proyecto tan trascendental. Después anunció al pueblo su intención de reconstruirlas, pidiendo su ayuda. Los judíos asintieron, y cada notable entre ellos se dedicó a reconstruir un sector de las murallas. La respuesta unánime confirmó que estaba en el curso correcto. Pese a que contaba con la autorización del rey Artajerjes para reconstruir las murallas de Jerusalén, Nehemías se dio cuenta enseguida de que a los gobernadores de los países cercanos les desagradaba su misión. Tres de sus jefes, Sanbalat[10] horonita, Tobías amonita y Gesem[11] el árabe se esforzaron en hacer detener la reconstrucción. Aquellos opositores extranjeros hicieron cuanto estuvo en su mano por detener la obra de Nehemías, para quien sus amenazas, mentiras, calumnias e intimidación debieron de ser como persistentes espinas en la carne[12]. Pero no lograron ni detener ni intimidar a Nehemías. Puso toda su confianza en Dios y no flaqueó. De ese modo, cuando por fin se finalizaron las murallas de Jerusalén, estas constituyeron un testimonio perdurable del respaldo amoroso de Adonay a Nehemías[13].
3) La reconstrucción de los muros.
Esta lista de los dedicados a la reconstrucción de los muros de Jerusalén tiene como punto de referencia la tarea ya completa, un punto al cual no se llega en la narrativa hasta Nehemías 6.15. Aunque no se refiere a Nehemías directamente, no debemos dudar que ilustra su habilidad para la organización y el liderazgo. Va de sección en sección alrededor del muro en dirección opuesta al reloj comenzando y terminando en la puerta de las Ovejas en el rincón nordeste. Desde Nehemías 3.16 en adelante, la naturaleza de la descripción cambia un poco. Esto se de be probablemente a que hasta este momento los constructores habían estado siguiendo el contorno de un muro más antiguo, pero de este punto en adelante trazaron una línea nueva. La destrucción junto a la cuesta empinada al este de la ciudad, con vista al valle Quedrón parece haber sido tan completa que, para ahorrar tiempo, se tuvo que mover el muro hacia la parte más alta de la cuesta; note las referencias a los que por consecuencia terminaron edificando junto a sus propias casas.
El cuadro total que emerge es instructivo. Demuestra primeramente una unidad de intención por parte del pueblo, 40 secciones aparentemente trabajaban simultáneamente. Esto no pudo haberse logrado sin buena supervisión, estrecha cooperación y poniendo atención a lo que se hacía en las secciones próximas. En segundo lugar, por el otro lado, los intereses y motivos de los que trabajaban diferían considerablemente. Algunos trabajaban con base en asociaciones de familia, otros como personas individuales, algunos en asociaciones territoriales, otros en base a su posición en la sociedad, y aun otros debido a sus conexiones profesionales. Lo que es más, en varios casos se empleaba a la gente para que trabajara en el tramo de muro en el cual tenía intereses creados. Estas dos observaciones sirven de ilustración útil de la unidad y diversidad que debería ser característica de la obra de la iglesia. Finalmente, el desafío es notar los diferentes niveles de dedicación. Algunos se negaron a participar completamente; la mayoría parece haber completado la tarea que se les asignó; pero algunos hasta se las arreglaron para terminar otra sección más.
a) Las burlas y los enojos.
Cuando comienzan la edificación del muro, los adversarios se burlan y se mofan. Sanbalat y Tobías amplifican la burla de Nehemías 2.19 para desmoralizar a los trabajadores y para tranquilizar a sus compañeros. La respuesta de Nehemías fue encomendar el problema a Dios en oración, lo cual es admirable, y por ese modo se dio cuenta de que los insultos eran dirigidos contra Dios y contra él y que la justificación debería provenir de su Señor y no de sus propios esfuerzos. Para cuando la obra estaba a medio camino, Nehemías enfrentó una doble crisis. Por un lado, su grupo de obreros estaba en peligro de desmoralizarse debido tanto a las dimensiones de la obra como también a las súplicas de parientes quienes, viviendo en las aldeas del alrededor, estaban conscientes de los preparativos del enemigo de modo que seguían rogándole a los hombres que volvieran a casa. Por el otro lado, las fuerzas aumentadas del enemigo amenazaban atacar en cualquier momento. Es difícil decir si ésta era una amenaza genuina o no, pero para quienes acababan de presenciar el desastre de Esdras 4.23 aun la remota posibilidad que la historia se repitiese hubiera sido inquietante. Pero intrépidamente Nehemías exhorta a los trabajadores: “Acuérdense del Señor, que es grande y temible, y luchen por sus hermanos, sus hijos, sus hijas, sus mujeres y sus casas”[14]. Él mostró flexibilidad con sentido común al interrumpir la obra un tiempo suficientemente breve como para reunir y ani mar al pueblo y para instalar nuevos sistemas de seguridad. Luego animó a la gente apelando a la tradición, utilizando métodos y formas de expresión que habían sido eficaces en la historia del pasado de Israel. Al imponer un marco interpretativo familiar sobre el sentimiento de confusión de su pueblo, Nehemías pudo cambiar aun el miedo y el sentido de debilidad que tenían a una base para la fe. Finalmente, él mismo dio el ejemplo como lo acentúan los últimos versículos del capítulo. La mitad de ellos hacen guardia con lanzas y arcos, mientras que los demás trabajan con sus armas preparadas. Los nobles eran judíos prominentes de entre los habitantes o anteriores residentes de Tecoa, una ciudad ubicada a unos 16 kilómetros al sur de Jerusalén. Probablemente estos “nobles” eran muy orgullosos para humillarse bajo el mando de los intendentes que Nehemías había nombrado[15].Los opositores a veces recurren a las amenazas de violencia. Esto es lo que experimentaron los constructores de las murallas de Jerusalén. Pero Nehemías no se dejó intimidar, sino que armó a los trabajadores para hacer frente a los ataques enemigos y les fortaleció la fe diciéndoles las palabras citadas. Al pueblo verdadero de Adonay también se nos equipa para seguir con la edificación espiritual a pesar de fuerte oposición, al igual que sucedió en los días de Nehemías. Los albañiles tendrían que utilizar ambas manos a fin de efectuar su trabajo. Por eso llevaban las armas en la cadera. Los que llevaban las cargas podían fácilmente sostener una espada en la mano y a la vez cargar receptáculos de tierra o escombros sobre el hombro o la cabeza[16]. A pesar de las amenazas e intrigas, los judíos completan el muro en 52 días, en el año 444 a.C., unos 70 años después de la reconstrucción del Templo.
b) Problemas sociales y económicos.
Aunque no está dicho explícitamente, parece probable que la necesidad de traer gente del campo para trabajar en los muros durante el verano llegó a un punto crítico de la economía que pudo haber estado creciendo por bastante tiempo. El párrafo final del capítulo[17], sin embargo, viene de un período mas reciente, pero ha sido incluido aquí porque está relacionado con el mismo tema.
i. Se resuelven los problemas de deudas.
Nehemías debe figurar en la lista de los grandes reformadores sociales. Al darse cuenta de las injusticias cometidas por los explotadores de los pobres, se enojó en gran manera[18] y reprendió severamente a los ricos. Convocó una asamblea e hizo devolver a sus legítimos dueños las posesiones mal adquiridas. Había familias que no eran dueñas de tierra, de modo que eran las primeras en sentir los efectos de la falta de ingresos mientras se dedicaban a construir el muro. Otros ya habían hipotecado su tierra y estaban por perder todas las garantías de seguridad si no podían pagar sus deudas con la cosecha anual. Mientras que los últimos estaban pidiendo dinero prestado para poder pagar sus impuestos. Para todos ellos, el sentimiento de injusticia social se iba empeorando por el hecho de que sus acreedores eran también judíos y que es taban llegando al punto de tener que venderse ellos mismos a la esclavitud. En todo esto, Nehemías actuó sin violencia y procuró convencer a unos y a otros por medio de explicaciones claras y súplicas sinceras. Además, fue un hombre sumamente desinteresado; renunció al salario que le correspondía como gobernante y jefe. Con frecuencia suspendía sus labores para dedicarse a la oración. El exigir “interés” de los hermanos judíos estaba mal ya que era una violación directa de la ley de Adonay[19]. “La centésima”[20], si se cobraba mensualmente, ascendería a un 12% al año. El pueblo ya estaba en un terrible aprieto debido a la escasez de alimento y a la elevada tributación persa. Y aún así, los ricos cobraban despiadadamente altos intereses de sus hermanos pobres. De esto sacamos nosotros una lección muy valiosa: La de ser generosos con toda la hermandad mundial en la fe y otras personas azotadas por la adversidad. Como en los tiempos de Nehemías, este comportamiento de no explotar al prójimo suscita muchos comentarios de agradecimiento y alabanza al Señor.
ii. El ejemplo personal de Nehemías.
Para ilustrar el principio que dentro de la comunidad se debe preferir la generosidad a la ganancia personal, Nehemías reflexionó sobre su práctica a través de su término de 12 años como gobernador. Este es un período considerablemente más largo del que se preveía en Nehemías 2.6 y no sabemos casi nada de lo que pasó después del primer año. Nuevamente se acentúa el hecho de que los relatos bíblicos son característicamente muy selectivos.
iii. Se completa el muro a pesar de amenazas personales.
Los tres párrafos en el capítulo 6 están bien marcados y tienen que ver con un tema similar dadas las referencias a la intimidación en los resúmenes finales. Sin embargo, a diferencia del capítulo 4, Nehemías mismo empezó a recibir amenazas. A pesar de eso, la obra llegó a su conclusión triunfante.
iv. Sanbalat trata de eliminar a Nehemías.
Cuando el intento inicial para conseguir una reunión con Nehemías le falló, Sanbalat recurrió a una forma de chantaje medio disfrazada. No hay ningún motivo para suponer que sus acusaciones tenían base alguna, pero él pudo haber pensado que los acontecimientos recientes de Esdras 4 debían estar suficientemente frescos en la memoria de los socios de Nehemías como para hacerles poner presión para que Nehemías buscara un término medio. Las cartas confidenciales se solían colocar en bolsas selladas cuidadosamente. Por consiguiente, Sanbalat pudo haber enviado una “carta abierta”[21] a Nehemías a modo de insulto. O, puesto que otros podrían leer la acusación presentada en esa carta abierta, quizás esperaba que Nehemías saliera de Jerusalén para defenderse de las acusaciones que se habían levantado contra él. También es posible que Sanbalat haya esperado que la carta alarmara tanto a los judíos que como resultado abandonarían la obra.
v. Tobías busca desacreditar a Nehemías.
Los contactos de Tobías en Jerusalén lo prepararon para que fuera el protagonista principal de este episodio. Varios de los detalles son oscuros, pero el propósito parece haber sido seducir o asustar a Nehemías para que entrara no solo en el Templo sino en el santuario mismo. Aun si hubiera salido vivo, su entrada ilegal como laico en el lugar santo hubiese hecho una división entre Nehemías y el sacerdocio influyente. Aparte del hecho de que el propuesto curso de acción no era típico de una persona como Nehemías, la mera insinuación fue suficiente para avisarle que era imposible que esta palabra profética hubiera venido de Dios.
vi. Se completa el muro.
El punto central de este párrafo viene en Nehemías 6.17–19, cuya introducción, cronológicamente imprecisa, muestra que marca un punto de transición del relato de la construcción del muro al resto de la narrativa que se interesa con reformas internas en Judá. De manera apropiada, los protagonistas destacados aquí eran los principales de Judá, quienes hu bieran deseado mantener buenas relaciones con sus vecinos por razones comerciales y también razones sociales más personales.
No obstante, no podemos pasar por alto lo mucho que se logró hacer aunque Nehemías 6.15 lo introduce modestamente. La reacción adecuada se reserva para las naciones del alrededor, lo que señala la realización de la súplica de Nehemías en 2.17. No hay pausa aquí para felicitarse a uno mismo. El muro se considera nada más que un marco institucional; lo que importa es la actitud y las actividades del pueblo que vive detrás de él y ya el fin del capítulo indica que hay peligro en esta área. De esa manera la narrativa señala hacia el futuro y la necesidad de las reformas que vendrán a continuación.
c. La necesidad de repoblar Jerusalén.
Reconociendo los peligros ya mencionados, Nehemías primeramente adoptó medidas a corto plazo para mantener la seguridad de la ciudad. A largo plazo, sin embargo, lo que se requería era una población vital dedicada a las normas y principios que Nehemías defendía. Por lo tanto, él recurrió a lo que puede parecer una medida un tanto drástica al organizar el movimiento de un grupo bastante grande de personas del campo a la ciudad. Como base para esto decidió utilizar la lista de los que habían regresado a Jerusalén primeramente. Aunque sabemos que mientras tanto otros grupos habían regresado también, la repetición de la lista en el contexto actual hace esta observación teológica importante: Los que deben poblar la ciudad de Dios están en directa continuidad con la comunidad que anteriormente había participado en la redención de Dios en el “segundo éxodo”.
Las Puertas de Jerusalén y un posible significado Puerta Significado Puerta de las Ovejas Esta era la puerta a través de la cual se traían las ovejas a la ciudad para ser sacrificadas en el altar. Como es natural, la Puerta de las Ovejas representa al Cordero de Dios, cuya sangre fue derramada en la cruz por nosotros y, por lo tanto, revela el principio de la cruz. Puerta del Pescado Esto representa el testimonio del cristiano. Puerta Antigua Representa la verdad. Vivimos tiempos en los que la antigua verdad está siendo olvidada y en los que los hombres están eliminando todo lo que la Iglesia representaba, diciendo que ya no necesitamos esas cosas. Puerta del Valle Es un lugar de humildad mental y de corazón. Puerta del Manantial Esta es una imagen del Espíritu Santo, que es un río de vida que corre en nuestro interior, es decir, el Espíritu que fluye en nuestras vidas y nos permite obedecer a su voluntad y a su palabra. Puerta del Agua Lo interesante acerca de esta Puerta es que no necesitaba reparación y era evidentemente la única parte de la muralla que aún se mantenía en pie. La Palabra de Dios nunca se avería, por lo que nunca necesita ser reparada y lo único que necesita es ser nuevamente habitada. Puerta del Este Es la puerta de la esperanza. Es la puerta de la anticipación de lo que ha de venir cuando todas las pruebas y las luchas de esta vida terminarán y el glorioso sol nuevo saldrá sobre el nuevo día de Dios. Puerta de los Caballos En las Escrituras el caballo es un símbolo de la guerra o, en este caso, de la necesidad de batallar contra las fuerzas de las tinieblas. Puerta de la Inspección Este es, evidentemente, el lugar en el cual se llevará a cabo el juicio. De vez en cuando necesitamos detenernos a examinarnos a nosotros mismos, a volver a evaluar lo que estamos haciendo.
2. Se revitaliza la adoración verdadera.
La narrativa del capítulo 7 no se reanuda hasta el capítulo 11. En medio vienen tres capítulos importantes que tienen que ver con la restauración espiritual de la comunidad bajo el liderazgo compartido de Esdras y Nehemías. Si el capítulo 7 ya ha demostrado que ladrillos y cemento por sí mismos no son capaces de asegurar el futuro, entonces estos capítulos indican que no es suficiente tampoco llenar la ciudad con gente de cualquier clase. Solo un pueblo que ha experimentado la redención y el reavivamiento de Dios, al cual se le ha confiado la ley de Dios, que reconoce su dependencia de él y que se ha dedicado completamente a vivir en fiel obediencia puede asegurar que las estructuras institucionales que se han establecido servirán para el propósito verdadero.
La lista de Nehemías 7.6 difiere de la Esdras, aunque ambos relatos concuerdan con el hecho de que, aparte de los esclavos y cantores, la cantidad total de los que regresaron fue de 42.360. Pero existe una diferencia en el número de los que regresaron según las familias en particular. Es muy probable que Esdras y Nehemías hayan utilizado diferentes métodos para compilar sus listas. Por ejemplo, es posible que uno haya alistado a los que se registraron para regresar, mientras que el otro solo a los que realmente regresaron. Algunos sacerdotes, y posiblemente otras personas, no pudieron demostrar su linaje. Esto pudiera explicar por qué la suma total de las listas individuales no corresponde con el total general de 42.360.
Nehemías se dedicó después a enseñar la Ley al pueblo. Siguió un avivamiento de la fe, y todos los jefes religiosos y civiles pusieron sus sellos, junto con Nehemías, al pacto por el cual se comprometían a adorar a Adonay.
La reaparición de Esdras en el capítulo 8 trae problemas. La narrativa ha avanzado unos 13 años desde que hizo su viaje a Jerusalén con el libro de la Ley, y en todo ese tiempo no se ha dicho nada de él. En este caso hay oportunidad para diferentes puntos de vista, así que cualquier sugerencia que se proponga se debe hacer con cuidado. También vale la pena observar que en este momento nos despedimos del relato de Nehemías mismo que se reanuda en Nehemías 12.31, y que el relato en este capítulo tiene características que lo conectan más bien con las fuentes de Esdras en Esdras 7–10. De modo que es atractivo suponer que este relato de la lectura de la ley por parte de Esdras perteneció alguna vez al resto del material de Esdras. Originalmente pudo haber es tado ubicado entre Esdras 8 y 9, y tal vez el redactor de los libros lo movió a la posición actual tanto para acentuar el significado teológico ya mencionado en la introducción a Nehemías 8–10 como también para demostrar cómo la obra de los dos reformadores debe ser considerada una acción divina de restauración del pueblo de Dios pero en dos partes. La entrega de la ley debe ser considerada como un acto de gracia al clímax del programa de restauración y no como la condición que se tiene que cumplir antes de ser restaurados. Vimos en Esdras 4 cómo a veces estos libros dejan de lado la cronología estricta para dar lugar a consideraciones de temas especiales.
a. Restaurando la verdadera religión.
Después de un censo, el pueblo se congrega para escuchar a Esdras y a otros levitas mientras estos leen y exponen la Toráh. Así, después de adquirir entendimiento en la lectura observan gozosamente la Fiesta de los Tabernáculos. El pueblo ayuna y confiesa sus pecados y da pasos para corregir tales errores.
1) Se lee la Ley.
El capítulo 8 muestra la excelente combinación que hace un pueblo ávido de aprender y un maestro dispuesto a enseñar. La iniciativa vino de parte del pueblo al invitar a Esdras a traerles la ley; la comunidad entera, acentúa Nehemías 8.2, se congregó para escucharla; había un sentido de anticipación reverente mientras esperaban que se leyera; y escucharon atentamente toda la larga exposición. Como muestra la secuela, esa clase de disposición permite que la palabra de Dios tenga el impacto máximo sobre los oyentes. Por su parte, Esdras no solo respondió inmediatamente al pedido del pueblo sino que decidió no hacerlo en el pórtico del Templo sino en un lugar más accesible a todos, a plena vista para que no se le impidiera a nadie estar presente. Además, decidió rodearse de laicos en esta empresa. Parece que estaba deseoso de evitar que se formara la impresión de que la ley era la propiedad privada de profesionales religiosos.
2) Se interpreta la Ley.
Hay un contraste chocante entre las dos partes de este párrafo, el “entendimiento” de la Ley al principio causó que el pueblo llorara y después que celebrara con regocijo. La primera reacción no la explica probablemente el hecho de que la Ley era desconocida por ellos, sino que la interpretación que Esdras y los levitas proveyeron de manera imprevista les hizo darse cuenta de la relevancia para su situación. Como vimos que fue el caso en Esdras 9.1-2, Esdras creó un medio para interpretar las Escrituras por el cual las partes que se pudieran haber considerado anticuadas fueron utilizadas para revelar los principios profundos de la voluntad de Dios que tenían relevancia en cualquier época. El resultado fue que conmovió la conciencia del pueblo y se dieron cuenta de cuánto se habían alejado de las normas de Dios.
a) La reunión para la confesión.
La observación llamativa de este párrafo es la ausencia de los nombres de Esdras y Nehemías. El énfasis cae sobre cada persona que aceptó una porción de la responsabilidad por los pecados pasados y la precaria situación actual por medio de palabras, actitud o acción. De manera apropiada, fueron dos grupos de levitas desconocidos quienes estuvieron a cargo de la adoración y la confesión de la congregación.
b) La oración de confesión.
La confesión genuina procede de un nuevo aprecio de quién es Dios, y ese es el mismo sentimiento que ocasiona esta oración. Desde el principio de la creación, Dios se ha revelado a sí mismo como el que es digno de toda bendición y alabanza. Solo él es Dios, como lo demuestra la creación; escogió a Abraham, por su propia voluntad le prometió una tierra y demostró que es justo al cumplir su palabra; y probó que era digno de tal fama al rescatar a su pueblo en el éxodo y en el mar Rojo. Estas tres primeras secciones de la oración por lo tanto hablan en términos no califica dos de la bondad y gracia de Dios, y proveen la base para el contraste repentino que la comunidad sentía en las circunstancias actuales como lo dicen los últimos versículos de la oración[22], donde se repiten varios términos clave de la primera sección.
La jornada por el desierto comienza una nueva estrofa. Junto con las bondadosas y constantes provisiones de Dios el pueblo comenzó a rebelarse. Sin embargo, esto sirvió para revelar otra característica de Dios, su misericordia, porque a pesar de todo siguió proveyendo y manteniéndolos, y finalmente, los llevó a la tierra que había prometido hacía tanto tiempo.
La imagen de la vida en esa tierra está influenciada por el modelo que recurre a través del libro de Jueces y hasta cierto punto en Reyes. No podemos identificar aquí acontecimientos específicos; por lo contrario, el enfoque se pone en el modo de ser rebelde del pueblo y en la reacción de Dios a éste. Tres veces se cuenta que fueron desobedientes y por eso fueron entregados en manos de sus enemigos. En los primeros dos casos clamaron a Dios, quien en su compasión los rescató.
En un movimiento dinámico del punto de intercesión, el informe esperado del clamor del pueblo a Dios se sustituye con la oración a tal efecto, comenzando con Nehemías 9.32. Visto al lado de todo lo que ha pasado antes, esto llena el aire con una atmósfera de esperanza de que Dios reanudará su intención de rescatar a su pueblo del estado de esclavitud actual, y que les permitirá nuevamente ser libres en la tierra que Dios les había dado en fidelidad a su promesa original. De modo que la confesión del pueblo es un paso vital hacia la restauración que es el tema de este capítulo como un todo.
c) La promesa de obedecer la Ley.
Sin embargo, éste no es ni es el mensaje único ni el dominante de la Ley del Antiguo Testamento ni de las Escrituras enteras. Al recordarles que este era un día santo, el día en que debían recordar especialmente los actos de gracia y salvación de Dios para con Israel, y que el gozo de Adonay era la fuente de su fortaleza al unirse por la fe a la experiencia de sus antepasados, Esdras puso el sentido legítimo de haber fallado dentro del contexto más amplio de la gracia e invitación de Dios. Hay un lugar adecuado para la confesión, pero la primera reacción al escuchar la palabra de Dios debe ser el escucharla con alegría.
Parece que, además de leer con énfasis y una buena pronunciación, Esdras y sus ayudantes expusieron y aplicaron los principios de la Ley de manera que el pueblo pudiera entenderlos mejor.
d) Se aplica la Ley.
Después de la aceptación general de la Ley por parte de la comunidad, los jefes vuelven a Esdras para recibir instrucción más detallada. En vista de la época del año, el pasaje más relevante debe haber sido Levítico 23, el cual legisla la celebración de la fiesta de los Tabernáculos. El hecho de que mandaron pregonar indica el resultado de la obra de interpretación de Levítico 23.4. Los árboles en la lista no están mencionados en la Ley, pero testifica acerca del deseo de poner en práctica el mandamiento general de la ley. En todo esto, el pueblo se regocijó en poder observar con entusiasmo los requisitos detallados ahora que se habían dado cuenta de su relevancia. Nehemías 8.17 nuevamente sugiere que parte del gozo se debía a que apreciaban con nuevo estímulo la tradición histórica.
En el capítulo 9 la comunidad hace un convenio firme de obedecer varios aspectos de la Ley, en su mayor parte relacionados con el apoyo del Templo y sus cultos. En su contexto actual como parte del clímax de la obra combinada de Esdras y Nehemías, sirve para demostrar la sinceridad del pueblo al prometer vivir una vida digna de quienes han participado en la gracia restauradora de Dios. Es una respuesta a lo que Dios ha logrado para ellos, pero no es la condición necesaria para que sean restaurados.
Igual que los dos capítulos anteriores, la situación histórica original es incierta. Muchos eruditos han observado que la mayoría de los puntos específicos del convenio parecen hacer permanente el evitar los abusos con los que Nehemías tenía que tratar en forma fragmentaria en el capítulo 13, y por eso concluyen que la promesa de este capítulo debe haberse formulado más tarde. En ese caso, el último redactor del libro nuevamente debe haber agrupado su material por temas y no en orden cronológico estricto.
Nehemías es un gran ejemplo de la forma positiva de ver los asuntos. Él ayudó a alcanzar el debido estado de ánimo con palabras edificantes y positivas. El pueblo de Dios puede aprender mucho de este relato. Aquellos a quienes se concede la prerrogativa de participar activamente en asamblea deben tener presente lo ya citado. Aunque a veces se ofrezca consejo correctivo que es necesario, en tales ocasiones deben destacarse los beneficios que se obtienen al cumplir con los requisitos divinos. Hay que dar encomio por las buenas obras realizadas y ánimo para perseverar.
El que se vistieran de cilicio, una prenda de vestir de color oscuro hecha de tejidos de pelo de cabra, era una señal de tristeza. De manera similar, el poner tierra o ceniza sobre su cabeza o cuerpo significaba gran lamento o humillación[23]. Los judíos lo hicieron para demostrar el reconocimiento doloroso y humilde de sus pecados. Después de esto hicieron un “contrato” de confesión firmado por los príncipes de Israel y por los levitas y sacerdotes, “pacto fiel”[24]. Del mismo modo, deben reconocerse debemos reconocer y confesarse los pecados para poder conservar la relación con Dios.
La Biblia informa que en otro ámbito existen criaturas poderosas que no pueden verse, criaturas espirituales que adoran o rinden servicio sagrado a su Creador. Si tales seres poderosos e invisibles existen.
Se necesitaba mucha leña para el fuego del altar. No debía haber muchos netineos[25] entre los que regresaron a Jerusalén[26]. De modo que, para asegurar que siempre hubiera suficiente leña, se echaron suertes a fin de determinar qué división tribual debería proveerla durante cierto tiempo en particular.
e) La lista de firmantes.
Esta lista comprende una acumulación amplia de la mayoría de los nombres y títulos de la gente que se conoce de otras partes en estos libros y que tenían buena reputación. Lo importante parece ser que cada persona tiene la responsabilidad de decidir por sí misma si aceptará los valores que caracterizan a la comunidad.
f) Los detalles del convenio.
Nehemías 10.29 declara en forma general que el pueblo tiene la intención de aquí en adelante de obedecer la Ley de Dios, y los siguientes versículos detallan lo que esto significa en circunstancias específicas. Una declaración imprecisa de las buenas intenciones no es suficiente: La confesión de fe se tiene que trasladar a un estilo de vida práctico con cambios visibles.
Los detalles de las cláusulas individuales del convenio y su relación con las leyes del Pentateuco son complicados y no se pueden describir ampliamente aquí. El punto principal que se debe notar es que todos tienen conexiones con la Ley escrita, pero muestran la misma clase de actividad de interpretación, clarificación y actualización que hemos visto era la marca de las enseñanzas de Esdras. Está claro entonces que los líderes de la comunidad habían aceptado el nuevo modo de enseñanza que él había introducido.
3. Consolidación.
Muchas cosas pueden verse positiva o negativamente, según la actitud del observador. A los israelitas se les suministró el maná de forma milagrosa cuando vagaban por el desierto. Debieron haber mirado a su alrededor, a las estériles llanuras, y agradecer profundamente a Adonay el sustento que les proporcionaba. Esa hubiera sido una actitud positiva. No obstante, recordaron la gran variedad de alimentos que tenían en Egipto y se quejaron porque el maná era poco apetitoso[27].
a. Los nuevos habitantes de Jerusalén.
El comienzo de este capítulo reanuda la narrativa que se interrumpió al final del capítulo 7. Sin embargo, no parece provenir del relato propio de Nehemías sino de alguna otra fuente. Esto indica que aunque gran parte del libro presenta el curso de acontecimientos desde el punto de vista de una persona, muchos de los elementos principales de su programa fueron compartidos o adoptados por varios de sus contemporáneos.
El problema de la población de Jerusalén reducida anteriormente fue resuelto echando la suerte. Una décima parte del pueblo estuvo de acuerdo en mudarse del campo a la ciudad. Sus nombres fueron registrados con gratitud porque en el caso de varios de ellos debe haber implicado bastantes inconvenientes.
La mayoría de la lista hace juego con la de 1 Crónicas 9.2–17, y al compararlas cuidadosamente se nota que ninguna ha preservado la lista entera original. Más allá de observar el orden general, debemos prestar atención a los detalles. Es interesante fijarse en que la clase de vocabulario que se utiliza en la descripción tiene un sabor militar; el propósito defensivo de la operación aparentemente nunca se olvidó.
1) Inauguración gozosa.
El “pacto fiel” escrito y sellado en los días de Nehemías preparó al pueblo de Dios de tiempos antiguos para el día de la inauguración del muro de Jerusalén[28]. Pero había otro asunto urgente que requería atención. Jerusalén ya tenía un gran muro con doce puertas a su alrededor, pero necesitaba una población mayor para continuar como centro de la adoración verdadera. Aunque algunos israelitas vivían allí, “La ciudad era espaciosa y grande, pero el pueblo dentro de ella era poco y no había casas reedificadas”[29]. Para resolver ese problema, se adoptó la medida que dice el texto y aparte de los que se ofrecieron de voluntarios, se escogió por sorteo una persona de cada diez de las que moraban fuera de la ciudad para mudarse a la ciudad. Hubo una respuesta muy favorable, y el pueblo bendijo “a todos los hombres que se ofrecieron para habitar en Jerusalén“[30]. El dejar sus posesiones hereditarias y mudarse a Jerusalén pudo haber resultado en gastos y ciertamente en desventajas. Además, los que moraban en la ciudad tal vez estaban expuestos a diversos peligros. Bajo tales circunstancias, el resto del pueblo consideró que estos voluntarios eran dignos de encomio y, sin duda, oraron para que Dios los bendijera. El muro quedó completado el día 25 del sexto mes[31] del año 455 a.C., y al mes siguiente, se celebraron grandes reuniones. La inauguración probablemente fue el punto culminante de aquella ocasión gozosa.
2) Las Reformas de Nehemías eliminan la inmundicia.
Después de haber gobernado Judá durante 12 años, Nehemías volvió a Susa, en el año 433 o 432 a.C. Pidió entonces una nueva licencia[32] y volvió a Jerusalén. Al regresar del viaje, Nehemías se inquieta por lo que ha ocurrido durante su ausencia. Inmediatamente se dispone a corregir los problemas que han surgido. Parece que los “mezclados” se componía de extranjeros, como los moabitas y los ammonitas, y de los hijos de los israelitas que se habían casado con extranjeras[33]. Anteriormente los judíos habían despedido a las esposas extranjeras junto con sus hijos[34]. Nuevamente los judíos habían tomado esposas extranjeras, y por eso hubo la necesidad de excluir a dichas mujeres y a sus hijos de la comunidad nacional judía, y así del privilegio de adorar con el pueblo de Adonay[35]. El historiador Josefo afirma que llegó a una edad avanzada[36]. Nehemías parece haber tenido hasta su muerte el cargo de gobernador de Jerusalén. Bagohi, uno de sus sucesores, era gobernador de Jerusalén en el año 411 a.C.[37].
b. Listas suplementarias.
Después de la conclusión natural de la lista principal en Nehemías 11.20, se ha tomado la oportunidad de añadir algunas otras listas que no están directamente asociadas con la cuestión de la población de Jerusalén. En Nehemías 11.21–24 se suplementa la lista principal, Nehemías 11.25–36 cataloga algunos de los poblados fuera de Jerusalén, y Nehemías 12.1–26 combina varias listas de sacerdotes y levitas. Así que aunque este material no está directamente relacionado con la historia central de esta parte del libro, contribuye en su propia manera a la imagen de una co munidad que se estaba organizando de nuevo.
Un análisis detallado de esta sección sería muy difícil de intentar aquí, pero varios asuntos más amplios merecen comentario. Primeramente, la lista de poblados en Nehemías 11.25–36 es más extensa que la provincia de Judá en ese período. Parecería que mira hacia los días gloriosos del pasado melancólicamente y por lo tanto intenta estimular las esperanzas de un futuro mejor por venir.
En segundo lugar, Nehemías 12.1–26 nos presenta un resumen inicialmente extraño de la perspectiva histórica, en el cual la generación del primer retorno y la de Esdras y Nehemías son colocadas paralelamente. Superficialmente se debe Nehemías 12.26, pero de hecho la lista de sacerdotes y levitas que se dio antes también viene de esas dos generaciones. Tal reducción en la presentación de listas por razones teológicas era una práctica aceptable en aquel entonces, y ocurre también en el Nuevo Testamento. Lo que sugiere es que debajo de las complicaciones del proceso histórico cuando se le ve del punto de vista humano, la mirada de fe puede discernir la ordenada sucesión de las obras de la voluntad divina.
c. La dedicación del muro y su secuela.
Finalmente llegamos a lo que parece ser el clímax de la carrera de Nehemías, la dedicación del muro, cuya construcción dominó la primera parte del libro. La información del relato personal del mismo Nehemías ha sido unida a la de otros documentos para presentar esta versión combinada de la celebración unida por parte del pueblo. Se formaron dos procesiones iguales, y después de salir de la ciudad fueron en diferentes direcciones, cada una marchando alrededor de media ciudad antes de entrar de nuevo y unirse para un servicio de alabanza unido en el Templo. El énfasis en el intenso regocijo en Nehemías 12.43 no tiene igual, lo cual es un buen recuerdo de la verdad bíblica de que la posibilidad de tal regocijo puede servir legítimamente para esforzarnos durante períodos difíciles.
A diferencia de los cuentos de hadas, la conclusión de este libro no es “y vivieron felices para siempre”. El texto se apresura a tratar asuntos que uno tendría la tentación de desechar rápidamente como de rutina, a saber, los arreglos financieros que se habían hecho para los servicios normales del Templo y para la purificación de la congregación en obediencia a la Ley de Dios. Sin esa clase de rutina, parece insinuar el autor, no se puede mantener ni el gozo de un solo día. Aunque generalmente es el vértice del éxito lo que uno recuerda más, lo que realmente mide el progreso espiritual tanto del individuo como de la comunidad es hasta qué punto se ha transformado lo que se hace pasar por “lo normal”. La forma de la narrativa en esta sección enfáticamente afirma que sin tal progreso en la forma de ver lo corriente, cualquier recuerdo de clímax o celebración se desvanecerá rápidamente, dejando solo memorias deslucidas.
d. Reformas finales.
El libro de Nehemías parece que se va agotando hacia el final en lo que uno consideraría una manera bastante desagradable, y en lugar de terminar en una nota alta, desaparece como un suspiro. Todos los abusos que se tratan en este último capítulo ya se trataron anteriormente, pero tienen que mostrar sus caras una vez más a pesar de los mejores es fuerzos que los reformadores hicieron para erradicarlos. Solo de paso nos enteramos de que la situación es el segundo período de Nehemías como gobernador, así que puede ser que han pasado hasta 15 años desde que leímos la parte principal del libro, aunque las notas cronológicas de Nehemías 13.15 y 23 parecen tocar esto muy por encima. Es como si el libro señalara su propio fracaso, haciéndonos recordar que por importante que sea tener buenas estructuras y rutinas, nada puede sustituir la renovación de las inclinaciones perversas naturales del corazón humano.
La descripción ideal de Nehemías 12.44–13.3 tenía que ver con el cuidado y mantenimiento de los cuartos, servicios y personal del Templo y con la pureza de la comunidad.
El estilo de la escritura es tan colorido y dinámico como siempre, y en general la narrativa no necesita comentarios adicionales. Solo en cuanto a la repetición del problema de matrimonios mixtos es necesario observar que el problema parece haber afectado a una región nada más; los niños que hablaban el idioma de Asdod, sugiere que fue restringido mayormente a los que vivían en la frontera occidental de la provincia de Judá. Ya se ha decidido la cuestión fundamental por parte de Esdras y Nehemías la resumió brevemente en Nehemías 13.25. Esto le permitió a Nehemías resolver los casos de abusos individuales en una base de uno por uno.
Detrás de este capítulo se descubre la preocupación por la identidad distintiva de la comunidad. La dura oposición externa la puso en peligro al tentarla a diluir su testimonio y hacerla ineficaz. Entonces, era esencial un enfoque firme y fuerte en el centro de la comunidad y en la adoración adecuada de Dios en el santuario que había designado.
Nehemías está al servicio de las mismas ideas, pero actúa en otro plano: en la Jerusalén restaurada y repoblada por él, ofrece a su pueblo la posibilidad y el placer de una vida nacional. En su memoria, más personal que el informe de Esdras, se nos muestra sensible y humano, arriesgándose personalmente, pero prudente y reflexivo, confiado en Dios a quien ora con frecuencia.
[1] Daniel 9.24-27.
[2] El cargo de copero del rey era de suma confianza, ya que no es simplemente que Nehemías debía servirle el vino al rey, sino que antes que el rey tomara, él, en presencia del soberano, debía probarlo para asegurarse que no estuviese envenenado.
[3] No sabemos si Esdras todavía estaba presente en Jerusalén en esos momentos, pero si lo estaba, es fácil entender por qué hubiera sido imposible de allí en adelante completar los términos de su comisión.
[4] Nehemías 1.6. NBLH
[5] No está claro si Nehemías deliberadamente pone una expresión de tristeza para que el rey empiece una conversación personal con él.
[6] Nehemías 2.1-8.
[7] Nehemías 2.1.
[8] Nuestros noviembre-diciembre.
[9] Nuestros marzo-abril.
[10] A Sanbalat, el enemigo acérrimo de Nehemías, se le conoce por un documento descubierto en Egipto que dice que fue el gobernador de Samaria y que dio a sus hijos buenos nombres ba sados en el nombre de Adonay. Podemos especular que después de la debacle de Esdras 4, se le dio jurisdicción temporal sobre Judá y esa puede ser la razón por sus celos de Nehemías.
[11] Descubrimos por medio de inscripciones que Gesem el árabe fue un rey poderoso del desierto cuya influencia se extendía alrededor de la mayor parte de las fronteras al sur y al este de Judá. No es tan claro qué lo motivó a oponerse a Nehemías, aunque lo es en el caso de Sanbalat y Tobías, y no se le menciona tanto como a los otros.
[12] 2 Corintios 12.7.
[13] Nehemías 4.1-12; 6.1-19.
[14] Nehemías 4.14. NBLH
[15] Jeremías 27.11.
[16] Génesis 24.15, 45.
[17] Nehemías 5.14-19.
[18] Nehemías 5.6.
[19] Levítico 25.36; Deuteronomio 23.19.
[20] Nehemías 5.11. NBLH
[21] Nehemías 6.5. Ibid
[22] Nehemías 9.32-37.
[23] 1 Samuel 4.12; 2 Samuel 13.19.
[24] Nehemías 9.38. NBLH
[25] Personas no israelitas que eran esclavos del Templo y “recogedores de leña”.
[26] Josué 9.23, 27.
[27] Números 11.4-6.
[28] Nehmías 9.38.
[29] Nehemías 7.4. NBLH
[30] Nehemías 11.2. Ibid
[31] Elul.
[32] Nehemías 13.6.
[33] Nehemías 13.1-2.
[34] Esdras 10.44.
[35] Nehemías 13.23-31.
[36] Flavio Josefo: Antigüedades de los Judíos 11.5, 8.
[37] Papiro de Elefantina.
La primera parte del libro de Nehemías se dedica casi por completo a la obra de reconstrucción de los muros de Jerusalén por parte de Nehemías. Esto representa el homólogo político o social de las reformas de Esdras en el área religiosa que se acaban de relatar, aunque por supuesto las dos esferas no se pueden mantener completamente aisladas una de la otra. La narración se basa mayormente en el relato del mismo Nehemías en primera persona. La segunda parte del libro, toma prestado material de varias fuentes diferentes, y representa el clímax combinado de las obras de los dos reformadores en la renovación espiritual de la comunidad y en asuntos relacionados.
1. Nehemías restaura los muros de Jerusalén.
Los eventos relatados aquí se fechan en los años 446–445 a.C., unos 12 o 13 años después de que Esdras llegó a Jerusalén. Solamente se puede especular acerca de lo que pudo haber pasado mientras tanto. Una vez más, el propósito del redactor es concentrarse en lo que considera momentos teológicamente importantes en la historia de la salvación de su pueblo, acentuando la causa y efecto divinos en lugar de los medios más comunes de unir acontecimientos adecuados como la hace la historia secular.
a. Triunfa la adoración pura a Adonay.
La adoración verdadera triunfa mediante la acción decisiva y la firme confianza en Adonay. Esa es la esencia del libro de Nehemías. Es un vívido relato de la reedificación del muro de Jerusalén bajo la valerosa dirección de Nehemías. El libro abarca un período decisivo en el que comenzarían las 70 semanas proféticas de años que llevarían a la aparición del Mesías[1]. El versículo de apertura y el relato escrito en primera persona identifican claramente a Nehemías como el escritor. Este libro es una continuación de Esdras y recoge la narración unos 12 años después de los sucesos que Esdras registró. Al leer este relato, podemos ver cómo Adonay dirige los sucesos a fin de efectuar su voluntad y cómo Él fortalece y consuela a sus siervos leales.
b. Permiso para restaurar el Templo.
Nehemías, el copero del rey persa[2], se entera de que los muros de Jerusalén todavía se hallan en ruinas y que la gente está en una situación calamitosa, lo que los deja visiblemente preocupado. El efecto que tuvo en él fue tan abrumador que no es posible que se refiera a la destrucción de Babilonia 140 años atrás. Lo más probable es que se vea una referencia a los eventos relatados en Esdras 4.7–23 que se incluyen en ese pasaje estrictamente por seguir el orden cronológico estricto[3]. Profundamente angustiado, Nehemías desahoga su corazón en oración fervorosa a Adonay. No es esta una oración repentina debido a su desesperación, pues la condición devastada de Jerusalén había sido tema de las oraciones de Nehemías “día y noche”[4] por algún tiempo. Como copero del rey, se esperaba que sirviera como un compañero discreto, de modo que tenía considerable influencia al poder ser parte de la conversación y dar consejos informales. No hay ninguna indicación al principio de la narrativa de que tuviese intención alguna de abandonar esta posición privilegiada para compartir la suerte de sus compatriotas judíos en la ciudad remota e insignificante de Jerusalén. La reacción de Nehemías al escuchar las noticias indica su reconocimiento de que Dios le estaba llamando a una clase de servicio completamente diferente, para el cual su posición y experiencia lo habían preparado en forma única. Esto lo demuestra especialmente su sentido de identificación con su pueblo y el hecho de que oró acerca de la situación por cuatro meses. Un período de espera tan largo indica que tenía fe en la realidad de su llamado y también una dedicación completa. La oración de Nehemías, que depende grandemente de la gran tradición litúrgica de Israel, se enfoca primeramente en el Dios de los cielos, y de allí sigue directamente a la confesión de pecado personal y nacional. Solo entonces llega al resumen de las promesas del pacto de Dios como base para la petición en dos partes: en general por la restauración de las fortunas del pueblo y en particular por la manera apropiada de acercarse al rey. Si tenemos razón en ver la relación con Esdras 4, entonces Nehemías 1.11 de ese capítulo muestra tanto el peligro potencial que ello conllevaba como también la oportunidad que representaba. Con tanto en juego, Nehemías, en otras ocasiones siempre una persona de acción, sabiamente deja los detalles del momento y manera adecuados de hablarle al rey en las manos de Dios.
1) Nehemías y el rey.
El rey se da cuenta de su pesadumbre[5] y por eso le da la oportunidad de viajar a Jerusalén[6] para ver lo que puede hacer para reedificar el muro de la ciudad y le concedió una escolta de jinetes y cartas de recomendación para los gobernadores de los diferentes distritos que debía cruzar, nombrándolo además gobernador de Judea, como lo había sido Zorobabel. Esto ocurre en el año vigésimo del rey Artajerjes I Longimano[7]. Puesto que en esta narración primero se menciona el mes de Kislev[8] y luego el mes de Nisán[9], parece que los reyes persas contaban cada año de su reinado de otoño a otoño, aunque también es posible que lo contaran desde el momento en que ascendían al trono. Tanto la evidencia histórica confiable como el cumplimiento de ciertas profecías bíblicas señalan que el mes de Nisán del año veinte de Artajerjes correspondió al del año 435 a.C. De modo que Nehemías comenzó su relato en el otoño de 456 a.C., y el decreto de reedificar el muro de Jerusalén se emitió en la primavera de 455 a.C.
2) Nehemías llega a Jerusalén.
Cuando Nehemías regresó a la ciudad de Jerusalén, aún sin fortificar, en el siglo V a.C., la encontró prácticamente indefensa, y los judíos repatriados estaban desorganizados, desanimados e impuros a los ojos del Altísimo. Esdras, el sacerdote que había llegado de Babilonia hacía trece años con el fin de reconstruir el Templo, se hallaba en Jerusalén a la llegada de Nehemías. Este último hizo una ronda nocturna alrededor de las destruidas fortificaciones, pero en secreto, sin duda “calculando el costo” de un proyecto tan trascendental. Después anunció al pueblo su intención de reconstruirlas, pidiendo su ayuda. Los judíos asintieron, y cada notable entre ellos se dedicó a reconstruir un sector de las murallas. La respuesta unánime confirmó que estaba en el curso correcto. Pese a que contaba con la autorización del rey Artajerjes para reconstruir las murallas de Jerusalén, Nehemías se dio cuenta enseguida de que a los gobernadores de los países cercanos les desagradaba su misión. Tres de sus jefes, Sanbalat[10] horonita, Tobías amonita y Gesem[11] el árabe se esforzaron en hacer detener la reconstrucción. Aquellos opositores extranjeros hicieron cuanto estuvo en su mano por detener la obra de Nehemías, para quien sus amenazas, mentiras, calumnias e intimidación debieron de ser como persistentes espinas en la carne[12]. Pero no lograron ni detener ni intimidar a Nehemías. Puso toda su confianza en Dios y no flaqueó. De ese modo, cuando por fin se finalizaron las murallas de Jerusalén, estas constituyeron un testimonio perdurable del respaldo amoroso de Adonay a Nehemías[13].
3) La reconstrucción de los muros.
Esta lista de los dedicados a la reconstrucción de los muros de Jerusalén tiene como punto de referencia la tarea ya completa, un punto al cual no se llega en la narrativa hasta Nehemías 6.15. Aunque no se refiere a Nehemías directamente, no debemos dudar que ilustra su habilidad para la organización y el liderazgo. Va de sección en sección alrededor del muro en dirección opuesta al reloj comenzando y terminando en la puerta de las Ovejas en el rincón nordeste. Desde Nehemías 3.16 en adelante, la naturaleza de la descripción cambia un poco. Esto se de be probablemente a que hasta este momento los constructores habían estado siguiendo el contorno de un muro más antiguo, pero de este punto en adelante trazaron una línea nueva. La destrucción junto a la cuesta empinada al este de la ciudad, con vista al valle Quedrón parece haber sido tan completa que, para ahorrar tiempo, se tuvo que mover el muro hacia la parte más alta de la cuesta; note las referencias a los que por consecuencia terminaron edificando junto a sus propias casas.
El cuadro total que emerge es instructivo. Demuestra primeramente una unidad de intención por parte del pueblo, 40 secciones aparentemente trabajaban simultáneamente. Esto no pudo haberse logrado sin buena supervisión, estrecha cooperación y poniendo atención a lo que se hacía en las secciones próximas. En segundo lugar, por el otro lado, los intereses y motivos de los que trabajaban diferían considerablemente. Algunos trabajaban con base en asociaciones de familia, otros como personas individuales, algunos en asociaciones territoriales, otros en base a su posición en la sociedad, y aun otros debido a sus conexiones profesionales. Lo que es más, en varios casos se empleaba a la gente para que trabajara en el tramo de muro en el cual tenía intereses creados. Estas dos observaciones sirven de ilustración útil de la unidad y diversidad que debería ser característica de la obra de la iglesia. Finalmente, el desafío es notar los diferentes niveles de dedicación. Algunos se negaron a participar completamente; la mayoría parece haber completado la tarea que se les asignó; pero algunos hasta se las arreglaron para terminar otra sección más.
a) Las burlas y los enojos.
Cuando comienzan la edificación del muro, los adversarios se burlan y se mofan. Sanbalat y Tobías amplifican la burla de Nehemías 2.19 para desmoralizar a los trabajadores y para tranquilizar a sus compañeros. La respuesta de Nehemías fue encomendar el problema a Dios en oración, lo cual es admirable, y por ese modo se dio cuenta de que los insultos eran dirigidos contra Dios y contra él y que la justificación debería provenir de su Señor y no de sus propios esfuerzos. Para cuando la obra estaba a medio camino, Nehemías enfrentó una doble crisis. Por un lado, su grupo de obreros estaba en peligro de desmoralizarse debido tanto a las dimensiones de la obra como también a las súplicas de parientes quienes, viviendo en las aldeas del alrededor, estaban conscientes de los preparativos del enemigo de modo que seguían rogándole a los hombres que volvieran a casa. Por el otro lado, las fuerzas aumentadas del enemigo amenazaban atacar en cualquier momento. Es difícil decir si ésta era una amenaza genuina o no, pero para quienes acababan de presenciar el desastre de Esdras 4.23 aun la remota posibilidad que la historia se repitiese hubiera sido inquietante. Pero intrépidamente Nehemías exhorta a los trabajadores: “Acuérdense del Señor, que es grande y temible, y luchen por sus hermanos, sus hijos, sus hijas, sus mujeres y sus casas”[14]. Él mostró flexibilidad con sentido común al interrumpir la obra un tiempo suficientemente breve como para reunir y ani mar al pueblo y para instalar nuevos sistemas de seguridad. Luego animó a la gente apelando a la tradición, utilizando métodos y formas de expresión que habían sido eficaces en la historia del pasado de Israel. Al imponer un marco interpretativo familiar sobre el sentimiento de confusión de su pueblo, Nehemías pudo cambiar aun el miedo y el sentido de debilidad que tenían a una base para la fe. Finalmente, él mismo dio el ejemplo como lo acentúan los últimos versículos del capítulo. La mitad de ellos hacen guardia con lanzas y arcos, mientras que los demás trabajan con sus armas preparadas. Los nobles eran judíos prominentes de entre los habitantes o anteriores residentes de Tecoa, una ciudad ubicada a unos 16 kilómetros al sur de Jerusalén. Probablemente estos “nobles” eran muy orgullosos para humillarse bajo el mando de los intendentes que Nehemías había nombrado[15].Los opositores a veces recurren a las amenazas de violencia. Esto es lo que experimentaron los constructores de las murallas de Jerusalén. Pero Nehemías no se dejó intimidar, sino que armó a los trabajadores para hacer frente a los ataques enemigos y les fortaleció la fe diciéndoles las palabras citadas. Al pueblo verdadero de Adonay también se nos equipa para seguir con la edificación espiritual a pesar de fuerte oposición, al igual que sucedió en los días de Nehemías. Los albañiles tendrían que utilizar ambas manos a fin de efectuar su trabajo. Por eso llevaban las armas en la cadera. Los que llevaban las cargas podían fácilmente sostener una espada en la mano y a la vez cargar receptáculos de tierra o escombros sobre el hombro o la cabeza[16]. A pesar de las amenazas e intrigas, los judíos completan el muro en 52 días, en el año 444 a.C., unos 70 años después de la reconstrucción del Templo.
b) Problemas sociales y económicos.
Aunque no está dicho explícitamente, parece probable que la necesidad de traer gente del campo para trabajar en los muros durante el verano llegó a un punto crítico de la economía que pudo haber estado creciendo por bastante tiempo. El párrafo final del capítulo[17], sin embargo, viene de un período mas reciente, pero ha sido incluido aquí porque está relacionado con el mismo tema.
i. Se resuelven los problemas de deudas.
Nehemías debe figurar en la lista de los grandes reformadores sociales. Al darse cuenta de las injusticias cometidas por los explotadores de los pobres, se enojó en gran manera[18] y reprendió severamente a los ricos. Convocó una asamblea e hizo devolver a sus legítimos dueños las posesiones mal adquiridas. Había familias que no eran dueñas de tierra, de modo que eran las primeras en sentir los efectos de la falta de ingresos mientras se dedicaban a construir el muro. Otros ya habían hipotecado su tierra y estaban por perder todas las garantías de seguridad si no podían pagar sus deudas con la cosecha anual. Mientras que los últimos estaban pidiendo dinero prestado para poder pagar sus impuestos. Para todos ellos, el sentimiento de injusticia social se iba empeorando por el hecho de que sus acreedores eran también judíos y que es taban llegando al punto de tener que venderse ellos mismos a la esclavitud. En todo esto, Nehemías actuó sin violencia y procuró convencer a unos y a otros por medio de explicaciones claras y súplicas sinceras. Además, fue un hombre sumamente desinteresado; renunció al salario que le correspondía como gobernante y jefe. Con frecuencia suspendía sus labores para dedicarse a la oración. El exigir “interés” de los hermanos judíos estaba mal ya que era una violación directa de la ley de Adonay[19]. “La centésima”[20], si se cobraba mensualmente, ascendería a un 12% al año. El pueblo ya estaba en un terrible aprieto debido a la escasez de alimento y a la elevada tributación persa. Y aún así, los ricos cobraban despiadadamente altos intereses de sus hermanos pobres. De esto sacamos nosotros una lección muy valiosa: La de ser generosos con toda la hermandad mundial en la fe y otras personas azotadas por la adversidad. Como en los tiempos de Nehemías, este comportamiento de no explotar al prójimo suscita muchos comentarios de agradecimiento y alabanza al Señor.
ii. El ejemplo personal de Nehemías.
Para ilustrar el principio que dentro de la comunidad se debe preferir la generosidad a la ganancia personal, Nehemías reflexionó sobre su práctica a través de su término de 12 años como gobernador. Este es un período considerablemente más largo del que se preveía en Nehemías 2.6 y no sabemos casi nada de lo que pasó después del primer año. Nuevamente se acentúa el hecho de que los relatos bíblicos son característicamente muy selectivos.
iii. Se completa el muro a pesar de amenazas personales.
Los tres párrafos en el capítulo 6 están bien marcados y tienen que ver con un tema similar dadas las referencias a la intimidación en los resúmenes finales. Sin embargo, a diferencia del capítulo 4, Nehemías mismo empezó a recibir amenazas. A pesar de eso, la obra llegó a su conclusión triunfante.
iv. Sanbalat trata de eliminar a Nehemías.
Cuando el intento inicial para conseguir una reunión con Nehemías le falló, Sanbalat recurrió a una forma de chantaje medio disfrazada. No hay ningún motivo para suponer que sus acusaciones tenían base alguna, pero él pudo haber pensado que los acontecimientos recientes de Esdras 4 debían estar suficientemente frescos en la memoria de los socios de Nehemías como para hacerles poner presión para que Nehemías buscara un término medio. Las cartas confidenciales se solían colocar en bolsas selladas cuidadosamente. Por consiguiente, Sanbalat pudo haber enviado una “carta abierta”[21] a Nehemías a modo de insulto. O, puesto que otros podrían leer la acusación presentada en esa carta abierta, quizás esperaba que Nehemías saliera de Jerusalén para defenderse de las acusaciones que se habían levantado contra él. También es posible que Sanbalat haya esperado que la carta alarmara tanto a los judíos que como resultado abandonarían la obra.
v. Tobías busca desacreditar a Nehemías.
Los contactos de Tobías en Jerusalén lo prepararon para que fuera el protagonista principal de este episodio. Varios de los detalles son oscuros, pero el propósito parece haber sido seducir o asustar a Nehemías para que entrara no solo en el Templo sino en el santuario mismo. Aun si hubiera salido vivo, su entrada ilegal como laico en el lugar santo hubiese hecho una división entre Nehemías y el sacerdocio influyente. Aparte del hecho de que el propuesto curso de acción no era típico de una persona como Nehemías, la mera insinuación fue suficiente para avisarle que era imposible que esta palabra profética hubiera venido de Dios.
vi. Se completa el muro.
El punto central de este párrafo viene en Nehemías 6.17–19, cuya introducción, cronológicamente imprecisa, muestra que marca un punto de transición del relato de la construcción del muro al resto de la narrativa que se interesa con reformas internas en Judá. De manera apropiada, los protagonistas destacados aquí eran los principales de Judá, quienes hu bieran deseado mantener buenas relaciones con sus vecinos por razones comerciales y también razones sociales más personales.
No obstante, no podemos pasar por alto lo mucho que se logró hacer aunque Nehemías 6.15 lo introduce modestamente. La reacción adecuada se reserva para las naciones del alrededor, lo que señala la realización de la súplica de Nehemías en 2.17. No hay pausa aquí para felicitarse a uno mismo. El muro se considera nada más que un marco institucional; lo que importa es la actitud y las actividades del pueblo que vive detrás de él y ya el fin del capítulo indica que hay peligro en esta área. De esa manera la narrativa señala hacia el futuro y la necesidad de las reformas que vendrán a continuación.
c. La necesidad de repoblar Jerusalén.
Reconociendo los peligros ya mencionados, Nehemías primeramente adoptó medidas a corto plazo para mantener la seguridad de la ciudad. A largo plazo, sin embargo, lo que se requería era una población vital dedicada a las normas y principios que Nehemías defendía. Por lo tanto, él recurrió a lo que puede parecer una medida un tanto drástica al organizar el movimiento de un grupo bastante grande de personas del campo a la ciudad. Como base para esto decidió utilizar la lista de los que habían regresado a Jerusalén primeramente. Aunque sabemos que mientras tanto otros grupos habían regresado también, la repetición de la lista en el contexto actual hace esta observación teológica importante: Los que deben poblar la ciudad de Dios están en directa continuidad con la comunidad que anteriormente había participado en la redención de Dios en el “segundo éxodo”.
Las Puertas de Jerusalén y un posible significado Puerta Significado Puerta de las Ovejas Esta era la puerta a través de la cual se traían las ovejas a la ciudad para ser sacrificadas en el altar. Como es natural, la Puerta de las Ovejas representa al Cordero de Dios, cuya sangre fue derramada en la cruz por nosotros y, por lo tanto, revela el principio de la cruz. Puerta del Pescado Esto representa el testimonio del cristiano. Puerta Antigua Representa la verdad. Vivimos tiempos en los que la antigua verdad está siendo olvidada y en los que los hombres están eliminando todo lo que la Iglesia representaba, diciendo que ya no necesitamos esas cosas. Puerta del Valle Es un lugar de humildad mental y de corazón. Puerta del Manantial Esta es una imagen del Espíritu Santo, que es un río de vida que corre en nuestro interior, es decir, el Espíritu que fluye en nuestras vidas y nos permite obedecer a su voluntad y a su palabra. Puerta del Agua Lo interesante acerca de esta Puerta es que no necesitaba reparación y era evidentemente la única parte de la muralla que aún se mantenía en pie. La Palabra de Dios nunca se avería, por lo que nunca necesita ser reparada y lo único que necesita es ser nuevamente habitada. Puerta del Este Es la puerta de la esperanza. Es la puerta de la anticipación de lo que ha de venir cuando todas las pruebas y las luchas de esta vida terminarán y el glorioso sol nuevo saldrá sobre el nuevo día de Dios. Puerta de los Caballos En las Escrituras el caballo es un símbolo de la guerra o, en este caso, de la necesidad de batallar contra las fuerzas de las tinieblas. Puerta de la Inspección Este es, evidentemente, el lugar en el cual se llevará a cabo el juicio. De vez en cuando necesitamos detenernos a examinarnos a nosotros mismos, a volver a evaluar lo que estamos haciendo.
2. Se revitaliza la adoración verdadera.
La narrativa del capítulo 7 no se reanuda hasta el capítulo 11. En medio vienen tres capítulos importantes que tienen que ver con la restauración espiritual de la comunidad bajo el liderazgo compartido de Esdras y Nehemías. Si el capítulo 7 ya ha demostrado que ladrillos y cemento por sí mismos no son capaces de asegurar el futuro, entonces estos capítulos indican que no es suficiente tampoco llenar la ciudad con gente de cualquier clase. Solo un pueblo que ha experimentado la redención y el reavivamiento de Dios, al cual se le ha confiado la ley de Dios, que reconoce su dependencia de él y que se ha dedicado completamente a vivir en fiel obediencia puede asegurar que las estructuras institucionales que se han establecido servirán para el propósito verdadero.
La lista de Nehemías 7.6 difiere de la Esdras, aunque ambos relatos concuerdan con el hecho de que, aparte de los esclavos y cantores, la cantidad total de los que regresaron fue de 42.360. Pero existe una diferencia en el número de los que regresaron según las familias en particular. Es muy probable que Esdras y Nehemías hayan utilizado diferentes métodos para compilar sus listas. Por ejemplo, es posible que uno haya alistado a los que se registraron para regresar, mientras que el otro solo a los que realmente regresaron. Algunos sacerdotes, y posiblemente otras personas, no pudieron demostrar su linaje. Esto pudiera explicar por qué la suma total de las listas individuales no corresponde con el total general de 42.360.
Nehemías se dedicó después a enseñar la Ley al pueblo. Siguió un avivamiento de la fe, y todos los jefes religiosos y civiles pusieron sus sellos, junto con Nehemías, al pacto por el cual se comprometían a adorar a Adonay.
La reaparición de Esdras en el capítulo 8 trae problemas. La narrativa ha avanzado unos 13 años desde que hizo su viaje a Jerusalén con el libro de la Ley, y en todo ese tiempo no se ha dicho nada de él. En este caso hay oportunidad para diferentes puntos de vista, así que cualquier sugerencia que se proponga se debe hacer con cuidado. También vale la pena observar que en este momento nos despedimos del relato de Nehemías mismo que se reanuda en Nehemías 12.31, y que el relato en este capítulo tiene características que lo conectan más bien con las fuentes de Esdras en Esdras 7–10. De modo que es atractivo suponer que este relato de la lectura de la ley por parte de Esdras perteneció alguna vez al resto del material de Esdras. Originalmente pudo haber es tado ubicado entre Esdras 8 y 9, y tal vez el redactor de los libros lo movió a la posición actual tanto para acentuar el significado teológico ya mencionado en la introducción a Nehemías 8–10 como también para demostrar cómo la obra de los dos reformadores debe ser considerada una acción divina de restauración del pueblo de Dios pero en dos partes. La entrega de la ley debe ser considerada como un acto de gracia al clímax del programa de restauración y no como la condición que se tiene que cumplir antes de ser restaurados. Vimos en Esdras 4 cómo a veces estos libros dejan de lado la cronología estricta para dar lugar a consideraciones de temas especiales.
a. Restaurando la verdadera religión.
Después de un censo, el pueblo se congrega para escuchar a Esdras y a otros levitas mientras estos leen y exponen la Toráh. Así, después de adquirir entendimiento en la lectura observan gozosamente la Fiesta de los Tabernáculos. El pueblo ayuna y confiesa sus pecados y da pasos para corregir tales errores.
1) Se lee la Ley.
El capítulo 8 muestra la excelente combinación que hace un pueblo ávido de aprender y un maestro dispuesto a enseñar. La iniciativa vino de parte del pueblo al invitar a Esdras a traerles la ley; la comunidad entera, acentúa Nehemías 8.2, se congregó para escucharla; había un sentido de anticipación reverente mientras esperaban que se leyera; y escucharon atentamente toda la larga exposición. Como muestra la secuela, esa clase de disposición permite que la palabra de Dios tenga el impacto máximo sobre los oyentes. Por su parte, Esdras no solo respondió inmediatamente al pedido del pueblo sino que decidió no hacerlo en el pórtico del Templo sino en un lugar más accesible a todos, a plena vista para que no se le impidiera a nadie estar presente. Además, decidió rodearse de laicos en esta empresa. Parece que estaba deseoso de evitar que se formara la impresión de que la ley era la propiedad privada de profesionales religiosos.
2) Se interpreta la Ley.
Hay un contraste chocante entre las dos partes de este párrafo, el “entendimiento” de la Ley al principio causó que el pueblo llorara y después que celebrara con regocijo. La primera reacción no la explica probablemente el hecho de que la Ley era desconocida por ellos, sino que la interpretación que Esdras y los levitas proveyeron de manera imprevista les hizo darse cuenta de la relevancia para su situación. Como vimos que fue el caso en Esdras 9.1-2, Esdras creó un medio para interpretar las Escrituras por el cual las partes que se pudieran haber considerado anticuadas fueron utilizadas para revelar los principios profundos de la voluntad de Dios que tenían relevancia en cualquier época. El resultado fue que conmovió la conciencia del pueblo y se dieron cuenta de cuánto se habían alejado de las normas de Dios.
a) La reunión para la confesión.
La observación llamativa de este párrafo es la ausencia de los nombres de Esdras y Nehemías. El énfasis cae sobre cada persona que aceptó una porción de la responsabilidad por los pecados pasados y la precaria situación actual por medio de palabras, actitud o acción. De manera apropiada, fueron dos grupos de levitas desconocidos quienes estuvieron a cargo de la adoración y la confesión de la congregación.
b) La oración de confesión.
La confesión genuina procede de un nuevo aprecio de quién es Dios, y ese es el mismo sentimiento que ocasiona esta oración. Desde el principio de la creación, Dios se ha revelado a sí mismo como el que es digno de toda bendición y alabanza. Solo él es Dios, como lo demuestra la creación; escogió a Abraham, por su propia voluntad le prometió una tierra y demostró que es justo al cumplir su palabra; y probó que era digno de tal fama al rescatar a su pueblo en el éxodo y en el mar Rojo. Estas tres primeras secciones de la oración por lo tanto hablan en términos no califica dos de la bondad y gracia de Dios, y proveen la base para el contraste repentino que la comunidad sentía en las circunstancias actuales como lo dicen los últimos versículos de la oración[22], donde se repiten varios términos clave de la primera sección.
La jornada por el desierto comienza una nueva estrofa. Junto con las bondadosas y constantes provisiones de Dios el pueblo comenzó a rebelarse. Sin embargo, esto sirvió para revelar otra característica de Dios, su misericordia, porque a pesar de todo siguió proveyendo y manteniéndolos, y finalmente, los llevó a la tierra que había prometido hacía tanto tiempo.
La imagen de la vida en esa tierra está influenciada por el modelo que recurre a través del libro de Jueces y hasta cierto punto en Reyes. No podemos identificar aquí acontecimientos específicos; por lo contrario, el enfoque se pone en el modo de ser rebelde del pueblo y en la reacción de Dios a éste. Tres veces se cuenta que fueron desobedientes y por eso fueron entregados en manos de sus enemigos. En los primeros dos casos clamaron a Dios, quien en su compasión los rescató.
En un movimiento dinámico del punto de intercesión, el informe esperado del clamor del pueblo a Dios se sustituye con la oración a tal efecto, comenzando con Nehemías 9.32. Visto al lado de todo lo que ha pasado antes, esto llena el aire con una atmósfera de esperanza de que Dios reanudará su intención de rescatar a su pueblo del estado de esclavitud actual, y que les permitirá nuevamente ser libres en la tierra que Dios les había dado en fidelidad a su promesa original. De modo que la confesión del pueblo es un paso vital hacia la restauración que es el tema de este capítulo como un todo.
c) La promesa de obedecer la Ley.
Sin embargo, éste no es ni es el mensaje único ni el dominante de la Ley del Antiguo Testamento ni de las Escrituras enteras. Al recordarles que este era un día santo, el día en que debían recordar especialmente los actos de gracia y salvación de Dios para con Israel, y que el gozo de Adonay era la fuente de su fortaleza al unirse por la fe a la experiencia de sus antepasados, Esdras puso el sentido legítimo de haber fallado dentro del contexto más amplio de la gracia e invitación de Dios. Hay un lugar adecuado para la confesión, pero la primera reacción al escuchar la palabra de Dios debe ser el escucharla con alegría.
Parece que, además de leer con énfasis y una buena pronunciación, Esdras y sus ayudantes expusieron y aplicaron los principios de la Ley de manera que el pueblo pudiera entenderlos mejor.
d) Se aplica la Ley.
Después de la aceptación general de la Ley por parte de la comunidad, los jefes vuelven a Esdras para recibir instrucción más detallada. En vista de la época del año, el pasaje más relevante debe haber sido Levítico 23, el cual legisla la celebración de la fiesta de los Tabernáculos. El hecho de que mandaron pregonar indica el resultado de la obra de interpretación de Levítico 23.4. Los árboles en la lista no están mencionados en la Ley, pero testifica acerca del deseo de poner en práctica el mandamiento general de la ley. En todo esto, el pueblo se regocijó en poder observar con entusiasmo los requisitos detallados ahora que se habían dado cuenta de su relevancia. Nehemías 8.17 nuevamente sugiere que parte del gozo se debía a que apreciaban con nuevo estímulo la tradición histórica.
En el capítulo 9 la comunidad hace un convenio firme de obedecer varios aspectos de la Ley, en su mayor parte relacionados con el apoyo del Templo y sus cultos. En su contexto actual como parte del clímax de la obra combinada de Esdras y Nehemías, sirve para demostrar la sinceridad del pueblo al prometer vivir una vida digna de quienes han participado en la gracia restauradora de Dios. Es una respuesta a lo que Dios ha logrado para ellos, pero no es la condición necesaria para que sean restaurados.
Igual que los dos capítulos anteriores, la situación histórica original es incierta. Muchos eruditos han observado que la mayoría de los puntos específicos del convenio parecen hacer permanente el evitar los abusos con los que Nehemías tenía que tratar en forma fragmentaria en el capítulo 13, y por eso concluyen que la promesa de este capítulo debe haberse formulado más tarde. En ese caso, el último redactor del libro nuevamente debe haber agrupado su material por temas y no en orden cronológico estricto.
Nehemías es un gran ejemplo de la forma positiva de ver los asuntos. Él ayudó a alcanzar el debido estado de ánimo con palabras edificantes y positivas. El pueblo de Dios puede aprender mucho de este relato. Aquellos a quienes se concede la prerrogativa de participar activamente en asamblea deben tener presente lo ya citado. Aunque a veces se ofrezca consejo correctivo que es necesario, en tales ocasiones deben destacarse los beneficios que se obtienen al cumplir con los requisitos divinos. Hay que dar encomio por las buenas obras realizadas y ánimo para perseverar.
El que se vistieran de cilicio, una prenda de vestir de color oscuro hecha de tejidos de pelo de cabra, era una señal de tristeza. De manera similar, el poner tierra o ceniza sobre su cabeza o cuerpo significaba gran lamento o humillación[23]. Los judíos lo hicieron para demostrar el reconocimiento doloroso y humilde de sus pecados. Después de esto hicieron un “contrato” de confesión firmado por los príncipes de Israel y por los levitas y sacerdotes, “pacto fiel”[24]. Del mismo modo, deben reconocerse debemos reconocer y confesarse los pecados para poder conservar la relación con Dios.
La Biblia informa que en otro ámbito existen criaturas poderosas que no pueden verse, criaturas espirituales que adoran o rinden servicio sagrado a su Creador. Si tales seres poderosos e invisibles existen.
Se necesitaba mucha leña para el fuego del altar. No debía haber muchos netineos[25] entre los que regresaron a Jerusalén[26]. De modo que, para asegurar que siempre hubiera suficiente leña, se echaron suertes a fin de determinar qué división tribual debería proveerla durante cierto tiempo en particular.
e) La lista de firmantes.
Esta lista comprende una acumulación amplia de la mayoría de los nombres y títulos de la gente que se conoce de otras partes en estos libros y que tenían buena reputación. Lo importante parece ser que cada persona tiene la responsabilidad de decidir por sí misma si aceptará los valores que caracterizan a la comunidad.
f) Los detalles del convenio.
Nehemías 10.29 declara en forma general que el pueblo tiene la intención de aquí en adelante de obedecer la Ley de Dios, y los siguientes versículos detallan lo que esto significa en circunstancias específicas. Una declaración imprecisa de las buenas intenciones no es suficiente: La confesión de fe se tiene que trasladar a un estilo de vida práctico con cambios visibles.
Los detalles de las cláusulas individuales del convenio y su relación con las leyes del Pentateuco son complicados y no se pueden describir ampliamente aquí. El punto principal que se debe notar es que todos tienen conexiones con la Ley escrita, pero muestran la misma clase de actividad de interpretación, clarificación y actualización que hemos visto era la marca de las enseñanzas de Esdras. Está claro entonces que los líderes de la comunidad habían aceptado el nuevo modo de enseñanza que él había introducido.
3. Consolidación.
Muchas cosas pueden verse positiva o negativamente, según la actitud del observador. A los israelitas se les suministró el maná de forma milagrosa cuando vagaban por el desierto. Debieron haber mirado a su alrededor, a las estériles llanuras, y agradecer profundamente a Adonay el sustento que les proporcionaba. Esa hubiera sido una actitud positiva. No obstante, recordaron la gran variedad de alimentos que tenían en Egipto y se quejaron porque el maná era poco apetitoso[27].
a. Los nuevos habitantes de Jerusalén.
El comienzo de este capítulo reanuda la narrativa que se interrumpió al final del capítulo 7. Sin embargo, no parece provenir del relato propio de Nehemías sino de alguna otra fuente. Esto indica que aunque gran parte del libro presenta el curso de acontecimientos desde el punto de vista de una persona, muchos de los elementos principales de su programa fueron compartidos o adoptados por varios de sus contemporáneos.
El problema de la población de Jerusalén reducida anteriormente fue resuelto echando la suerte. Una décima parte del pueblo estuvo de acuerdo en mudarse del campo a la ciudad. Sus nombres fueron registrados con gratitud porque en el caso de varios de ellos debe haber implicado bastantes inconvenientes.
La mayoría de la lista hace juego con la de 1 Crónicas 9.2–17, y al compararlas cuidadosamente se nota que ninguna ha preservado la lista entera original. Más allá de observar el orden general, debemos prestar atención a los detalles. Es interesante fijarse en que la clase de vocabulario que se utiliza en la descripción tiene un sabor militar; el propósito defensivo de la operación aparentemente nunca se olvidó.
1) Inauguración gozosa.
El “pacto fiel” escrito y sellado en los días de Nehemías preparó al pueblo de Dios de tiempos antiguos para el día de la inauguración del muro de Jerusalén[28]. Pero había otro asunto urgente que requería atención. Jerusalén ya tenía un gran muro con doce puertas a su alrededor, pero necesitaba una población mayor para continuar como centro de la adoración verdadera. Aunque algunos israelitas vivían allí, “La ciudad era espaciosa y grande, pero el pueblo dentro de ella era poco y no había casas reedificadas”[29]. Para resolver ese problema, se adoptó la medida que dice el texto y aparte de los que se ofrecieron de voluntarios, se escogió por sorteo una persona de cada diez de las que moraban fuera de la ciudad para mudarse a la ciudad. Hubo una respuesta muy favorable, y el pueblo bendijo “a todos los hombres que se ofrecieron para habitar en Jerusalén“[30]. El dejar sus posesiones hereditarias y mudarse a Jerusalén pudo haber resultado en gastos y ciertamente en desventajas. Además, los que moraban en la ciudad tal vez estaban expuestos a diversos peligros. Bajo tales circunstancias, el resto del pueblo consideró que estos voluntarios eran dignos de encomio y, sin duda, oraron para que Dios los bendijera. El muro quedó completado el día 25 del sexto mes[31] del año 455 a.C., y al mes siguiente, se celebraron grandes reuniones. La inauguración probablemente fue el punto culminante de aquella ocasión gozosa.
2) Las Reformas de Nehemías eliminan la inmundicia.
Después de haber gobernado Judá durante 12 años, Nehemías volvió a Susa, en el año 433 o 432 a.C. Pidió entonces una nueva licencia[32] y volvió a Jerusalén. Al regresar del viaje, Nehemías se inquieta por lo que ha ocurrido durante su ausencia. Inmediatamente se dispone a corregir los problemas que han surgido. Parece que los “mezclados” se componía de extranjeros, como los moabitas y los ammonitas, y de los hijos de los israelitas que se habían casado con extranjeras[33]. Anteriormente los judíos habían despedido a las esposas extranjeras junto con sus hijos[34]. Nuevamente los judíos habían tomado esposas extranjeras, y por eso hubo la necesidad de excluir a dichas mujeres y a sus hijos de la comunidad nacional judía, y así del privilegio de adorar con el pueblo de Adonay[35]. El historiador Josefo afirma que llegó a una edad avanzada[36]. Nehemías parece haber tenido hasta su muerte el cargo de gobernador de Jerusalén. Bagohi, uno de sus sucesores, era gobernador de Jerusalén en el año 411 a.C.[37].
b. Listas suplementarias.
Después de la conclusión natural de la lista principal en Nehemías 11.20, se ha tomado la oportunidad de añadir algunas otras listas que no están directamente asociadas con la cuestión de la población de Jerusalén. En Nehemías 11.21–24 se suplementa la lista principal, Nehemías 11.25–36 cataloga algunos de los poblados fuera de Jerusalén, y Nehemías 12.1–26 combina varias listas de sacerdotes y levitas. Así que aunque este material no está directamente relacionado con la historia central de esta parte del libro, contribuye en su propia manera a la imagen de una co munidad que se estaba organizando de nuevo.
Un análisis detallado de esta sección sería muy difícil de intentar aquí, pero varios asuntos más amplios merecen comentario. Primeramente, la lista de poblados en Nehemías 11.25–36 es más extensa que la provincia de Judá en ese período. Parecería que mira hacia los días gloriosos del pasado melancólicamente y por lo tanto intenta estimular las esperanzas de un futuro mejor por venir.
En segundo lugar, Nehemías 12.1–26 nos presenta un resumen inicialmente extraño de la perspectiva histórica, en el cual la generación del primer retorno y la de Esdras y Nehemías son colocadas paralelamente. Superficialmente se debe Nehemías 12.26, pero de hecho la lista de sacerdotes y levitas que se dio antes también viene de esas dos generaciones. Tal reducción en la presentación de listas por razones teológicas era una práctica aceptable en aquel entonces, y ocurre también en el Nuevo Testamento. Lo que sugiere es que debajo de las complicaciones del proceso histórico cuando se le ve del punto de vista humano, la mirada de fe puede discernir la ordenada sucesión de las obras de la voluntad divina.
c. La dedicación del muro y su secuela.
Finalmente llegamos a lo que parece ser el clímax de la carrera de Nehemías, la dedicación del muro, cuya construcción dominó la primera parte del libro. La información del relato personal del mismo Nehemías ha sido unida a la de otros documentos para presentar esta versión combinada de la celebración unida por parte del pueblo. Se formaron dos procesiones iguales, y después de salir de la ciudad fueron en diferentes direcciones, cada una marchando alrededor de media ciudad antes de entrar de nuevo y unirse para un servicio de alabanza unido en el Templo. El énfasis en el intenso regocijo en Nehemías 12.43 no tiene igual, lo cual es un buen recuerdo de la verdad bíblica de que la posibilidad de tal regocijo puede servir legítimamente para esforzarnos durante períodos difíciles.
A diferencia de los cuentos de hadas, la conclusión de este libro no es “y vivieron felices para siempre”. El texto se apresura a tratar asuntos que uno tendría la tentación de desechar rápidamente como de rutina, a saber, los arreglos financieros que se habían hecho para los servicios normales del Templo y para la purificación de la congregación en obediencia a la Ley de Dios. Sin esa clase de rutina, parece insinuar el autor, no se puede mantener ni el gozo de un solo día. Aunque generalmente es el vértice del éxito lo que uno recuerda más, lo que realmente mide el progreso espiritual tanto del individuo como de la comunidad es hasta qué punto se ha transformado lo que se hace pasar por “lo normal”. La forma de la narrativa en esta sección enfáticamente afirma que sin tal progreso en la forma de ver lo corriente, cualquier recuerdo de clímax o celebración se desvanecerá rápidamente, dejando solo memorias deslucidas.
d. Reformas finales.
El libro de Nehemías parece que se va agotando hacia el final en lo que uno consideraría una manera bastante desagradable, y en lugar de terminar en una nota alta, desaparece como un suspiro. Todos los abusos que se tratan en este último capítulo ya se trataron anteriormente, pero tienen que mostrar sus caras una vez más a pesar de los mejores es fuerzos que los reformadores hicieron para erradicarlos. Solo de paso nos enteramos de que la situación es el segundo período de Nehemías como gobernador, así que puede ser que han pasado hasta 15 años desde que leímos la parte principal del libro, aunque las notas cronológicas de Nehemías 13.15 y 23 parecen tocar esto muy por encima. Es como si el libro señalara su propio fracaso, haciéndonos recordar que por importante que sea tener buenas estructuras y rutinas, nada puede sustituir la renovación de las inclinaciones perversas naturales del corazón humano.
La descripción ideal de Nehemías 12.44–13.3 tenía que ver con el cuidado y mantenimiento de los cuartos, servicios y personal del Templo y con la pureza de la comunidad.
El estilo de la escritura es tan colorido y dinámico como siempre, y en general la narrativa no necesita comentarios adicionales. Solo en cuanto a la repetición del problema de matrimonios mixtos es necesario observar que el problema parece haber afectado a una región nada más; los niños que hablaban el idioma de Asdod, sugiere que fue restringido mayormente a los que vivían en la frontera occidental de la provincia de Judá. Ya se ha decidido la cuestión fundamental por parte de Esdras y Nehemías la resumió brevemente en Nehemías 13.25. Esto le permitió a Nehemías resolver los casos de abusos individuales en una base de uno por uno.
Detrás de este capítulo se descubre la preocupación por la identidad distintiva de la comunidad. La dura oposición externa la puso en peligro al tentarla a diluir su testimonio y hacerla ineficaz. Entonces, era esencial un enfoque firme y fuerte en el centro de la comunidad y en la adoración adecuada de Dios en el santuario que había designado.
Nehemías está al servicio de las mismas ideas, pero actúa en otro plano: en la Jerusalén restaurada y repoblada por él, ofrece a su pueblo la posibilidad y el placer de una vida nacional. En su memoria, más personal que el informe de Esdras, se nos muestra sensible y humano, arriesgándose personalmente, pero prudente y reflexivo, confiado en Dios a quien ora con frecuencia.
[1] Daniel 9.24-27.
[2] El cargo de copero del rey era de suma confianza, ya que no es simplemente que Nehemías debía servirle el vino al rey, sino que antes que el rey tomara, él, en presencia del soberano, debía probarlo para asegurarse que no estuviese envenenado.
[3] No sabemos si Esdras todavía estaba presente en Jerusalén en esos momentos, pero si lo estaba, es fácil entender por qué hubiera sido imposible de allí en adelante completar los términos de su comisión.
[4] Nehemías 1.6. NBLH
[5] No está claro si Nehemías deliberadamente pone una expresión de tristeza para que el rey empiece una conversación personal con él.
[6] Nehemías 2.1-8.
[7] Nehemías 2.1.
[8] Nuestros noviembre-diciembre.
[9] Nuestros marzo-abril.
[10] A Sanbalat, el enemigo acérrimo de Nehemías, se le conoce por un documento descubierto en Egipto que dice que fue el gobernador de Samaria y que dio a sus hijos buenos nombres ba sados en el nombre de Adonay. Podemos especular que después de la debacle de Esdras 4, se le dio jurisdicción temporal sobre Judá y esa puede ser la razón por sus celos de Nehemías.
[11] Descubrimos por medio de inscripciones que Gesem el árabe fue un rey poderoso del desierto cuya influencia se extendía alrededor de la mayor parte de las fronteras al sur y al este de Judá. No es tan claro qué lo motivó a oponerse a Nehemías, aunque lo es en el caso de Sanbalat y Tobías, y no se le menciona tanto como a los otros.
[12] 2 Corintios 12.7.
[13] Nehemías 4.1-12; 6.1-19.
[14] Nehemías 4.14. NBLH
[15] Jeremías 27.11.
[16] Génesis 24.15, 45.
[17] Nehemías 5.14-19.
[18] Nehemías 5.6.
[19] Levítico 25.36; Deuteronomio 23.19.
[20] Nehemías 5.11. NBLH
[21] Nehemías 6.5. Ibid
[22] Nehemías 9.32-37.
[23] 1 Samuel 4.12; 2 Samuel 13.19.
[24] Nehemías 9.38. NBLH
[25] Personas no israelitas que eran esclavos del Templo y “recogedores de leña”.
[26] Josué 9.23, 27.
[27] Números 11.4-6.
[28] Nehmías 9.38.
[29] Nehemías 7.4. NBLH
[30] Nehemías 11.2. Ibid
[31] Elul.
[32] Nehemías 13.6.
[33] Nehemías 13.1-2.
[34] Esdras 10.44.
[35] Nehemías 13.23-31.
[36] Flavio Josefo: Antigüedades de los Judíos 11.5, 8.
[37] Papiro de Elefantina.