c. Orden de las resurrecciones.
15.20-28 Después de haber hecho ver a los falsos maestros su error, Pablo aclara como serán las cosas, para que nadie ignore. Les dice: “Pero ahora”, porque él les va a decir cómo son las cosas, va a presentar el testimonio de Dios para que en Corinto se sepa quién habla con la verdad.
Lo primero es algo que no tiene pie para ser contradicho: Cristo ha resucitado, es el primero de los que murieron y que no volverán a hacerlo, porque ya antes otros habían muerto y resucitado, pero volvieron a morir. El que Jesús hubiese resucitado es un aval de que todos los que vayamos a morir en Cristo, tendremos la confianza de resucitar para estar con Él por siempre.
Cuando Dios creó al hombre no estaba en Su plan que este muriera, pero el pecado fue lo que nos separó de Dios y nos llevó a tener que morir. La muerte es una de las consecuencias del pecado de Adán[1]. Y así como este acto nos condujo a la muerte, era necesario que otro hombre nos librara de ella, por eso Jesús tuvo que encarnarse. Aquí no está hablando de la muerte espiritual, sino de la muerte física; Adán, al pecar, trajo la muerte física a toda la humanidad.
En Adán todos estamos muriendo, nadie puede exceptuarse de esto[2]. Si el pecado no hubiese entrado en el mundo, todos seríamos inmortales, pero como ingresó, todos estamos condenados a padecer este mal.
La gran diferencia es que aunque en Adán todos muramos, gracias a Cristo, todos seremos resucitados, toda la humanidad[3]. Cristo va a levantarnos a todos, unos para recibir premios, y otros para ser condenados en la eternidad.
Para Dios todo debe ser en orden, así que la resurrección no se escapa de esto también. Primero Cristo, quien ha sido el único que ha resucitado para no volver a morir. Luego los que son del Ungido cuando Él regrese. Aunque Pablo no lo menciona aquí, en ese mismo momento resucitarán los que no son cristianos también[4], pero como se está dirigiendo a los cristianos, se limita a ellos.
Después de todas estas cosas viene el fin; es el fin de la Creación tal y como la conocemos, el fin de la maldad, el fin del dolor, el fin del sufrimiento para los que somos salvos, y el comienzo de una vida sin pesar junto a nuestro Dios.
¿Qué va a hacer Jesús en ese momento? Va a entregar el Reino, la Iglesia, a Dios Padre. Según los premilenialistas primero va a haber un rapto en donde los salvos resucitarán y serán llevados al cielo junto con los salvos vivos, mientras en la tierra se vivirán siete años de tribulación. Después de esto Jesús regresará con sus ángeles y los salvos y reinará en Jerusalén por mil años; pero luego habrá un levantamiento y se dará un enfrentamiento terrible en Armagedón. Luego del triunfo de Cristo, los muertos sin Cristo resucitarán, y vendrá el Juicio Final. ¡La Biblia no enseña nada de esto!
No debe dejar de tenerse en mente que el Reino de Cristo es lo mismo que la Iglesia. Jesús no reinará sobre los incrédulos porque para que alguien pueda reinar debe ser aceptado por sus súbditos. Cuando Cristo vino la primera vez, estableció Su Reino, la Iglesia, y este Reino será entregado al Padre en el día postrero.
¿Qué pasará con Satanás y sus seguidores? Serán dejados sin efecto, sin ningún poder. Jesús debe estar reinando hasta el fin, cuando haya suprimido a todos los que se oponen a Él y al Padre. El reinado de Cristo está en operación ahora, habiendo iniciado el día de la fiesta de Pentecostés después de su resurrección de los muertos, y va a seguir hasta que haya derrotado a todos los enemigos de Dios. Este es un Reino espiritual compuesto por Su Iglesia, los salvos. ¡Cómo se equivocan los que esperan un reino material!
El último enemigo por vencer es la muerte. Había muerte antes de Cristo y después de Cristo hasta el momento en que Él regrese. La muerte será suprimida porque todo ha sido sujetado a Cristo, quien tiene toda la autoridad.
La Creación había sido sujetada al hombre en el Edén, pero este, al pecar, entregó su autoridad a Satanás, y Jesús al morir y resucitar, le fue dada toda la autoridad. Ahora Jesús es quien sojuzga la Creación y esto terminará cuando entregue el Reino al Padre. Pero Pablo aclara que esto no quiere decir que el Padre se sujetó al Hijo, sino que está hablando de la sujeción de la Creación.
Cuando Jesús venga de nuevo, y la muerte sea suprimida, entonces Él entregará el Reino al Padre, y con este acto la Obra redentora habrá concluido, y en su labor de Redentor será sujetado al Padre. Tómese en cuanta que está hablando del papel del Hijo en la redención del hombre, y no que el Hijo sea inferior al Padre.
[1] Hebreos 9.27.
[2] Ibid.
[3] Juan 5.28-29.
[4] Juan 5.28-29; 2 Tesalonicenses 1.6-10.
15.20-28 Después de haber hecho ver a los falsos maestros su error, Pablo aclara como serán las cosas, para que nadie ignore. Les dice: “Pero ahora”, porque él les va a decir cómo son las cosas, va a presentar el testimonio de Dios para que en Corinto se sepa quién habla con la verdad.
Lo primero es algo que no tiene pie para ser contradicho: Cristo ha resucitado, es el primero de los que murieron y que no volverán a hacerlo, porque ya antes otros habían muerto y resucitado, pero volvieron a morir. El que Jesús hubiese resucitado es un aval de que todos los que vayamos a morir en Cristo, tendremos la confianza de resucitar para estar con Él por siempre.
Cuando Dios creó al hombre no estaba en Su plan que este muriera, pero el pecado fue lo que nos separó de Dios y nos llevó a tener que morir. La muerte es una de las consecuencias del pecado de Adán[1]. Y así como este acto nos condujo a la muerte, era necesario que otro hombre nos librara de ella, por eso Jesús tuvo que encarnarse. Aquí no está hablando de la muerte espiritual, sino de la muerte física; Adán, al pecar, trajo la muerte física a toda la humanidad.
En Adán todos estamos muriendo, nadie puede exceptuarse de esto[2]. Si el pecado no hubiese entrado en el mundo, todos seríamos inmortales, pero como ingresó, todos estamos condenados a padecer este mal.
La gran diferencia es que aunque en Adán todos muramos, gracias a Cristo, todos seremos resucitados, toda la humanidad[3]. Cristo va a levantarnos a todos, unos para recibir premios, y otros para ser condenados en la eternidad.
Para Dios todo debe ser en orden, así que la resurrección no se escapa de esto también. Primero Cristo, quien ha sido el único que ha resucitado para no volver a morir. Luego los que son del Ungido cuando Él regrese. Aunque Pablo no lo menciona aquí, en ese mismo momento resucitarán los que no son cristianos también[4], pero como se está dirigiendo a los cristianos, se limita a ellos.
Después de todas estas cosas viene el fin; es el fin de la Creación tal y como la conocemos, el fin de la maldad, el fin del dolor, el fin del sufrimiento para los que somos salvos, y el comienzo de una vida sin pesar junto a nuestro Dios.
¿Qué va a hacer Jesús en ese momento? Va a entregar el Reino, la Iglesia, a Dios Padre. Según los premilenialistas primero va a haber un rapto en donde los salvos resucitarán y serán llevados al cielo junto con los salvos vivos, mientras en la tierra se vivirán siete años de tribulación. Después de esto Jesús regresará con sus ángeles y los salvos y reinará en Jerusalén por mil años; pero luego habrá un levantamiento y se dará un enfrentamiento terrible en Armagedón. Luego del triunfo de Cristo, los muertos sin Cristo resucitarán, y vendrá el Juicio Final. ¡La Biblia no enseña nada de esto!
No debe dejar de tenerse en mente que el Reino de Cristo es lo mismo que la Iglesia. Jesús no reinará sobre los incrédulos porque para que alguien pueda reinar debe ser aceptado por sus súbditos. Cuando Cristo vino la primera vez, estableció Su Reino, la Iglesia, y este Reino será entregado al Padre en el día postrero.
¿Qué pasará con Satanás y sus seguidores? Serán dejados sin efecto, sin ningún poder. Jesús debe estar reinando hasta el fin, cuando haya suprimido a todos los que se oponen a Él y al Padre. El reinado de Cristo está en operación ahora, habiendo iniciado el día de la fiesta de Pentecostés después de su resurrección de los muertos, y va a seguir hasta que haya derrotado a todos los enemigos de Dios. Este es un Reino espiritual compuesto por Su Iglesia, los salvos. ¡Cómo se equivocan los que esperan un reino material!
El último enemigo por vencer es la muerte. Había muerte antes de Cristo y después de Cristo hasta el momento en que Él regrese. La muerte será suprimida porque todo ha sido sujetado a Cristo, quien tiene toda la autoridad.
La Creación había sido sujetada al hombre en el Edén, pero este, al pecar, entregó su autoridad a Satanás, y Jesús al morir y resucitar, le fue dada toda la autoridad. Ahora Jesús es quien sojuzga la Creación y esto terminará cuando entregue el Reino al Padre. Pero Pablo aclara que esto no quiere decir que el Padre se sujetó al Hijo, sino que está hablando de la sujeción de la Creación.
Cuando Jesús venga de nuevo, y la muerte sea suprimida, entonces Él entregará el Reino al Padre, y con este acto la Obra redentora habrá concluido, y en su labor de Redentor será sujetado al Padre. Tómese en cuanta que está hablando del papel del Hijo en la redención del hombre, y no que el Hijo sea inferior al Padre.
[1] Hebreos 9.27.
[2] Ibid.
[3] Juan 5.28-29.
[4] Juan 5.28-29; 2 Tesalonicenses 1.6-10.