A MANERA DE CONCLUSIÓN
Estoy consciente de que cada uno de estos temas puede
servir para desarrollar un tomo de cada uno de ellos, pero este es solo un
breve comentario de Teología Bíblica que tiene como fin no el tallar en piedra
las últimas palabras, sino más bien inculcar en el lector un anhelo cada vez
mayor de escudriñar las Escrituras y así como los cristianos de Berea “que recibieron el mensaje con toda avidez y
todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les
anunciaba”[1], y que no se conformen con escuchar simplemente a
los expositores, porque muchos de ellos simplemente hablan sin comprender
cabalmente lo que quiere decir el Señor por medio de Su Palabra.
Como dijimos al principio, cualquiera que quiera hacer Teología debe saber sujetarse a la Biblia, porque fuera de lo que está escrito en la Palabra no es más que vanidad, tal y como lo manifiesta el mismo apóstol Pablo cuando escribe: “En atención a vosotros, hermanos, he aplicado estas cosas, como ejemplo, a mi propio caso y al de Apolo, para que de nosotros aprendáis lo de: "No más de lo que está escrito", a fin de que no os infléis de vanidad, tomando partido por uno y contra otro”[2].
[1] Hechos 17.11. BAD
[2] 1 Corintios 4.6. CAB
Como dijimos al principio, cualquiera que quiera hacer Teología debe saber sujetarse a la Biblia, porque fuera de lo que está escrito en la Palabra no es más que vanidad, tal y como lo manifiesta el mismo apóstol Pablo cuando escribe: “En atención a vosotros, hermanos, he aplicado estas cosas, como ejemplo, a mi propio caso y al de Apolo, para que de nosotros aprendáis lo de: "No más de lo que está escrito", a fin de que no os infléis de vanidad, tomando partido por uno y contra otro”[2].
[1] Hechos 17.11. BAD
[2] 1 Corintios 4.6. CAB