4. 14.18-21 Las
personas de autoridad en la vida de los judíos dejaban una huella profunda y
siempre eran muy estimados, así que cuando un maestro judaíco moría, sus
discípulos decían que se habían quedado huérfanos; por eso Jesús les hace esta
declaración; ellos no serían huérfanos porque Él volvería, aunque ya no en su
propia persona, sino en la del Espíritu Santo.
Iba a pasar un tiempo en que aunque el mundo no podría ver a Jesús, después de su resurrección, en un espacio de cuarenta días, los discípulos si iban a contar con su presencia. A pesar de que los del mundo pensaban que Jesús había muerto, Él está vivo y todos los que creemos en Él estamos vivos porque tenemos vida eterna, ya que Jesús nos ha justificado delante del Padre por medio de su muerte[1].
Ahora los discípulos podían comprender que Jesús y el Padre eran uno. Al entender esto, podían guardar los mandamientos de Jesús, que es el verdadero sello de que somos cristianos, obedecer todos sus mandatos. Son miles de grupos denominacionales en el mundo que dicen ser los verdaderos cristianos, pero al analizar cuidadosamente sus enseñanzas doctrinales, lastimosamente encontramos que la gran mayoría no comprende y no desean comprender las enseñanzas de Jesús. No solamente hablamos de errores doctrinales como la idolatría o el materialismo, que son muy relevantes, pero también hay errores que aunque parecen infantiles, se oponen directamente a las Escrituras, y lo más grave es que al parecer inocentes, los mismos líderes religiosos los aceptan y hasta defienden.
5. 14.22 Este Judas es el llamado Tadeo, nombre que significa “valiente” en hebreo. Fue uno de los doce apóstoles, según las listas de Mateo 10 y Marcos 3.16-19. El apóstol correspondiente en la lista de Lucas se identifica como “Judas, hermano de Jacobo”[2], pero a la luz de la traición a Jesús, por parte de Judas Iscariote, es fácil ver por qué este nombre cayó en desuso. Si seguimos esta identificación, Judas Tadeo será el Judas distinguido por la frase “no el Iscariote”. Algunos eruditos intentan atribuirle a Tadeo la paternidad de la epístola de Judas, pero no es muy probable dicha hipótesis.
En Mateo 10.3 los manuscritos vacilan entre “Tadeo” y “Lebeo”, palabra hebrea que significa “corazón”, que son casi sinónimos. Acerca de la vida posterior de Tadeo solo tenemos datos poco seguros, provenientes de las leyendas surgidas en épocas posteriores[3].
6. 14.23-31 Una vez más, Jesús reitera que el amor a Él se refleja en el cumplimiento de Su Palabra y de nuevo debemos anotar que son muchos los que se hacen llamar cristianos pero que se niegan a obedecer las Escrituras. Es importante que estemos vigilantes de los predicadores que hablan mucho pero que hacen poco.
El obedecer la Palabra tiene como recompensa el que Jesús y el Padre vengan a morar con uno y cuán importante es comprender que no estamos solos nunca, Dios está con nosotros, pero también está en nosotros. Vendrá un día en que iremos a morar con Dios en el Cielo, pero es necesario que primero el more en nosotros en la tierra. ¿Somos los cristianos conscientes de esto? Los hechos nos dicen que no; por eso es que vemos que hay cristianos desinteresados de la vida espiritual, se conformaron con oír, creer, arrepentirse, confesar y sumergirse en agua, pero no quieren saber nada del requisito para ser salvo más importante, sin el cual nadie podrá ver al Señor: La Santidad.
Por el contrario, no amar a Jesús se refleja en la negativa de cumplir Sus Palabras y en eso hay pecado, porque lo que Jesús habló venía del Padre directamente.
Jesús les dijo todo esto, pero para que no se les olvidara, vendría el Espíritu Santo para recordárselo o inspirárselo. Esta palabra, “inspirar”, viene del griego theopneustos, que literalmente se traduce “La respiración de Dios”, por lo que podemos estar seguros que la Biblia fue “respirada por Dios”, o bien “habladas por Dios”.
¿Por qué, si la Biblia fue inspirada por Dios, cada libro tiene un estilo diferente? Aunque la inspiración que recibieron los escritores bíblicos fue verbal, ya que hay cosas que los mismos escritores no entendieron lo que escribían, el Espíritu Santo permite que estos lo escriban siguiendo su propio estilo, es por eso que nos damos cuenta que el autor de la llamada espístola a los Hebreos no pudo haber sido Pablo, ya que el estilo que tiene es muy diferente al que tienen las otras epístolas escritas o dictadas por él. Los escritores de la Biblia nunca fueron máquinas de escribir utilizadas por Dios. Hay casos en que el mismo autor reconoce que buscó la información necesaria para hacer el escrito o bien escribe siendo un testigo de lo ocurrido, como es el caso del Evangelio de Lucas y Hechos, pero aún así, el Espíritu Santo les guiaba para que no escribieran algo equivocado.
Dar la paz es un privilegio de Dios, por eso Jesús podía hacerlo[4]. La bendición sacerdotal decía: “Adonay te bendiga y te guarde; ilumine Adonay su rostro sobre ti y te sea propicio; Adonay te muestre su rostro y te conceda la paz”[5]. Solo Dios, no el mundo, puede producir la paz. Es curioso que al señor expresidente de Costa Rica se le premió con el Nobel de la Paz en 1987 por la búsqueda de la paz en la región de Centroamérica, ya que en esa década la violencia había cobrado miles de vidas con las guerras, golpes de estado, guerrillas, etc., en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, y gracias a la intervención del señor Arias, se logró detener en mucho la escalada violenta y desde ahí se ha estado en un proceso democartizante en la región, pero él no pudo mantener la paz en su hogar y terminó divorciándose de su esposa doña Margarita Penón Góngora.
La paz real es la paz con Dios. El hombre puede ser muy pacífico en su relación con otras personas, pero si no tiene paz con Dios, está en guerra con Él, y es una guerra perdida. Es imposible tener la paz con Dios si no aceptamos las enseñanzas de Jesús. Si no tenemos al Espíritu de Dios morando en nosotros, no podemos dar Sus frutos y no podemos tener paz[6].
La paz de Dios se ha manifestado en la vida de los cristianos de todos los tiempos. Pedro y Juan se presentaron en paz ante el Sanedrín judío[7]. La paz que tenía Esteban hacía que los que veían pensaran que tenía rostro de ángel[8]. Pedro podía dormir encadenado en medio de dos soldados sabiendo que al día siguiente le podían matar[9]. Pablo y Silas no dejaron de cantar himnos a pesar de estar sujetos con el cepo en la cárcel de Filipo[10]. Vivir en paz no quiere decir únicamente hablar de ella o no agredir a otros, sino que es necesario que estemos en primer lugar en paz con Dios y luego con nosotros mismos. En cuanto a la paz con las demás personas, Pablo dice: “Si fuera posible, sean pacíficos con todos los hombres”[11]. No dice que es obligatorio estar en paz con todos, sino que debe ser de nuestra parte el estar en paz con todos, pero en veces la actitud de las otras personas no es pacífica, así que esa paz no depende de nosotros sino de ellos.
El tener la paz de Cristo no es garantía de que todas las cosas irán bien y que no habrá problemas ni lágrimas. Jesús nunca prometió esto. Lo que Él dice es que con Él podemos descansar en Dios. Hay promesa para los pacificadores[12], pero un pacificador no es solo el que busca acabar o evitar una guerra, sino el que enseña, con su vida y con sus palabras, lo que enseñó Jesús. Lastimosamente no todos quieren esta paz. La gente se queja de la falta de seguridad, de los altos precios, de la falta de empleo, de las injuticias, pero no están dispuestos a obedecer la Palabra de Dios. ¡Por eso es que la paz de Cristo no es como la paz del mundo! En la página de internet es.wikipedia.org/wiki/Categoría:Tratados_de_paz se encuentran 119 páginas que se refieren a los diferentes tratados de paz que se han hecho entre los hombres, pero al leer en la historia, sabemos que estos tratados que en su momento fueron aplaudidos por todos, al poco tiempo son violentados por los mismos que los firmaron e incluso por los que los promovieron.
Tampoco la paz religiosa que ofrece el mundo es verdadera. No podemos negar que el mundo religiosos siempre ha estado convulsionado no solamente por los que tiene una religión abiertamente opuesta a la de los demás; las guerras religiosas son tan innumerables como lo son las guerras políticas. Las cruzadas son un buen ejemplo de esto. Así como hoy, en pleno siglo XXI, es conocido por todos las guerra religiosa que se vive en todo el mundo por parte de grupos extremistas islámicos contra los cristianos. Pero no solo eso, han pasado décadas de la guerra entre protestantes y católicos en Irlanda del Norte. Pero la violencia religiosa no se queda ahí, sino que somos testigos de la gran cantidad de veces que un grupo religioso mayoritario incluso usa sus influencias políticas para afectar a otros grupos minoritarios. Países que se hacen llamar democráticos tienen en su Constitución Política artículos en donde se da la adhesión del Gobierno hacia un grupo religioso, como si el Gobierno tuviera alma para necesitar de religión.
Como solución “pacífica” se ofrece un movimiento ecuménico, es decir, una instancia promovida por la Iglesia Católica para “una mayor unidad o cooperación entre las confesiones cristianas”[13], pero que en realidad es un movimiento que lo que busca es hacer que todos los creyentes estén sujetos al Papa romano, sin importar la verdad de la Palabra de Dios. Eso mismo querían los sacerdotes judíos con Jesús. A ellos no les importaba tanto que hiciera milagros y sanidades, pero cuando Él comenzó a predicar cosas que les afectaban a ellos, en lugar de arrepentirse prefirireron buscar su muerte. ¡Los cristianos verdaderos no podemos tener paz con los falsos maestros, incluso con los que ser refugian en lugares de reunión que tienen rótulos que dicen que ahí se reúne la Iglesia de Cristo! La Biblia nos enseña que no podemos tener paz con los cristianos que prefieren vivir mundanamente[14].
Hay quienes han pensado que los cristianos somos personas tímidas y cobardes, pero por el contrario, los cristianos debemos ser valientes, saber denunciar lo incorrecto y hablar con la verdad. No podemos estar perturbados, actuando como locos que no tienen esperanza; ni ser cobardes. ¡Cuántas amenazas he escuchado por parte de los falsos “siervos de Dios” porque me he opuesto a sus mentiras! Y nada de lo que han dicho se ha cumplido. Pero cómo me duele ver que son tantos los cristianos temerosos que a pesar de estar viendo las cosas malas que se hacen en el nombre de nuestro Señor, siguen apoyando con su presencia y su dinero a estos mentirosos porque temen que lo que ellos dicen desde los púlpitos se cumpla.
Jesús da una vez más su promesa que aunque volverá al Padre, regresará a la tierra. ¿Cómo y para qué volverá Jesús? Lo hará en gloria, ya no como un hombre que pueda ser asesinado por los demás, y lo hará con un doble sentido: Recompensar a los suyos, a los que creímos en Él y buscamos obedecer Su Palabra y para castigar a los incrédulos que no han querido seguirle. Eso debía ser motivo de gozo para sus discípulos.
Cuando Jesús dice que el Padre es mayor que Él no se refiere a que en la Deidad hubiese alguno superior a los demás, o que Jesús era un ángel, como enseñan los rusellistas, porque sabemos que los ángeles rinden adoración a Cristo[15]; sino que en ese momento, cuando Jesús está para ser sacrificado, se encontraba en un momento de humillación, porque de lo contrario los hombres no le hubiesen podido matar.
Todas estas cosas serían recordadas por los discípulos más adelante y podrían estar seguros que se estaba cumpliendo lo que Jesús había prometido.
Jesús no tenía temor de Satanás, no estaba huyendo de él, había pasado toda su vida terrenal enfrentándolo y siempre había salido vencedor. Pero ahora había que darle espacio para que pudiera cumplirse lo que había sido escrito acerca de Él. El gobernante del mundo estaba llegando en la persona de Judas, quien ya había trabajado en su traición y había recibido el dinero, precio que había puesto al Maestro.
A pesar de que los judíos pensaron haber triunfado sobre Jesús, y Satanás también; no comprendían que la verdad era todo lo contrario, el Único triunfador era Jesús. Él iba a obedecer al Padre en todo, incluso en el sacrificio.
[1] Romanos 4.25.
[2] Lucas 6.16; Hechos 1.13.
[3] Diccionario Nelson. Tadeo.
[4] Isaías 9.6; 26.12.
[5] Números 6.24-26. La Toráh.
[6] Gálatas 5.22.
[7] Hechos 4.5.
[8] Hechos 6.15.
[9] Hechos 12.6.
[10] Hechos 16.23-26.
[11] Romanos 12.18.
[12] Mateo 5.9.
[13] Wikipedia. Movimiento Ecuménico.
[14] Revelación 2.17.
[15] Hebreos 1.6.
Iba a pasar un tiempo en que aunque el mundo no podría ver a Jesús, después de su resurrección, en un espacio de cuarenta días, los discípulos si iban a contar con su presencia. A pesar de que los del mundo pensaban que Jesús había muerto, Él está vivo y todos los que creemos en Él estamos vivos porque tenemos vida eterna, ya que Jesús nos ha justificado delante del Padre por medio de su muerte[1].
Ahora los discípulos podían comprender que Jesús y el Padre eran uno. Al entender esto, podían guardar los mandamientos de Jesús, que es el verdadero sello de que somos cristianos, obedecer todos sus mandatos. Son miles de grupos denominacionales en el mundo que dicen ser los verdaderos cristianos, pero al analizar cuidadosamente sus enseñanzas doctrinales, lastimosamente encontramos que la gran mayoría no comprende y no desean comprender las enseñanzas de Jesús. No solamente hablamos de errores doctrinales como la idolatría o el materialismo, que son muy relevantes, pero también hay errores que aunque parecen infantiles, se oponen directamente a las Escrituras, y lo más grave es que al parecer inocentes, los mismos líderes religiosos los aceptan y hasta defienden.
5. 14.22 Este Judas es el llamado Tadeo, nombre que significa “valiente” en hebreo. Fue uno de los doce apóstoles, según las listas de Mateo 10 y Marcos 3.16-19. El apóstol correspondiente en la lista de Lucas se identifica como “Judas, hermano de Jacobo”[2], pero a la luz de la traición a Jesús, por parte de Judas Iscariote, es fácil ver por qué este nombre cayó en desuso. Si seguimos esta identificación, Judas Tadeo será el Judas distinguido por la frase “no el Iscariote”. Algunos eruditos intentan atribuirle a Tadeo la paternidad de la epístola de Judas, pero no es muy probable dicha hipótesis.
En Mateo 10.3 los manuscritos vacilan entre “Tadeo” y “Lebeo”, palabra hebrea que significa “corazón”, que son casi sinónimos. Acerca de la vida posterior de Tadeo solo tenemos datos poco seguros, provenientes de las leyendas surgidas en épocas posteriores[3].
6. 14.23-31 Una vez más, Jesús reitera que el amor a Él se refleja en el cumplimiento de Su Palabra y de nuevo debemos anotar que son muchos los que se hacen llamar cristianos pero que se niegan a obedecer las Escrituras. Es importante que estemos vigilantes de los predicadores que hablan mucho pero que hacen poco.
El obedecer la Palabra tiene como recompensa el que Jesús y el Padre vengan a morar con uno y cuán importante es comprender que no estamos solos nunca, Dios está con nosotros, pero también está en nosotros. Vendrá un día en que iremos a morar con Dios en el Cielo, pero es necesario que primero el more en nosotros en la tierra. ¿Somos los cristianos conscientes de esto? Los hechos nos dicen que no; por eso es que vemos que hay cristianos desinteresados de la vida espiritual, se conformaron con oír, creer, arrepentirse, confesar y sumergirse en agua, pero no quieren saber nada del requisito para ser salvo más importante, sin el cual nadie podrá ver al Señor: La Santidad.
Por el contrario, no amar a Jesús se refleja en la negativa de cumplir Sus Palabras y en eso hay pecado, porque lo que Jesús habló venía del Padre directamente.
Jesús les dijo todo esto, pero para que no se les olvidara, vendría el Espíritu Santo para recordárselo o inspirárselo. Esta palabra, “inspirar”, viene del griego theopneustos, que literalmente se traduce “La respiración de Dios”, por lo que podemos estar seguros que la Biblia fue “respirada por Dios”, o bien “habladas por Dios”.
¿Por qué, si la Biblia fue inspirada por Dios, cada libro tiene un estilo diferente? Aunque la inspiración que recibieron los escritores bíblicos fue verbal, ya que hay cosas que los mismos escritores no entendieron lo que escribían, el Espíritu Santo permite que estos lo escriban siguiendo su propio estilo, es por eso que nos damos cuenta que el autor de la llamada espístola a los Hebreos no pudo haber sido Pablo, ya que el estilo que tiene es muy diferente al que tienen las otras epístolas escritas o dictadas por él. Los escritores de la Biblia nunca fueron máquinas de escribir utilizadas por Dios. Hay casos en que el mismo autor reconoce que buscó la información necesaria para hacer el escrito o bien escribe siendo un testigo de lo ocurrido, como es el caso del Evangelio de Lucas y Hechos, pero aún así, el Espíritu Santo les guiaba para que no escribieran algo equivocado.
Dar la paz es un privilegio de Dios, por eso Jesús podía hacerlo[4]. La bendición sacerdotal decía: “Adonay te bendiga y te guarde; ilumine Adonay su rostro sobre ti y te sea propicio; Adonay te muestre su rostro y te conceda la paz”[5]. Solo Dios, no el mundo, puede producir la paz. Es curioso que al señor expresidente de Costa Rica se le premió con el Nobel de la Paz en 1987 por la búsqueda de la paz en la región de Centroamérica, ya que en esa década la violencia había cobrado miles de vidas con las guerras, golpes de estado, guerrillas, etc., en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, y gracias a la intervención del señor Arias, se logró detener en mucho la escalada violenta y desde ahí se ha estado en un proceso democartizante en la región, pero él no pudo mantener la paz en su hogar y terminó divorciándose de su esposa doña Margarita Penón Góngora.
La paz real es la paz con Dios. El hombre puede ser muy pacífico en su relación con otras personas, pero si no tiene paz con Dios, está en guerra con Él, y es una guerra perdida. Es imposible tener la paz con Dios si no aceptamos las enseñanzas de Jesús. Si no tenemos al Espíritu de Dios morando en nosotros, no podemos dar Sus frutos y no podemos tener paz[6].
La paz de Dios se ha manifestado en la vida de los cristianos de todos los tiempos. Pedro y Juan se presentaron en paz ante el Sanedrín judío[7]. La paz que tenía Esteban hacía que los que veían pensaran que tenía rostro de ángel[8]. Pedro podía dormir encadenado en medio de dos soldados sabiendo que al día siguiente le podían matar[9]. Pablo y Silas no dejaron de cantar himnos a pesar de estar sujetos con el cepo en la cárcel de Filipo[10]. Vivir en paz no quiere decir únicamente hablar de ella o no agredir a otros, sino que es necesario que estemos en primer lugar en paz con Dios y luego con nosotros mismos. En cuanto a la paz con las demás personas, Pablo dice: “Si fuera posible, sean pacíficos con todos los hombres”[11]. No dice que es obligatorio estar en paz con todos, sino que debe ser de nuestra parte el estar en paz con todos, pero en veces la actitud de las otras personas no es pacífica, así que esa paz no depende de nosotros sino de ellos.
El tener la paz de Cristo no es garantía de que todas las cosas irán bien y que no habrá problemas ni lágrimas. Jesús nunca prometió esto. Lo que Él dice es que con Él podemos descansar en Dios. Hay promesa para los pacificadores[12], pero un pacificador no es solo el que busca acabar o evitar una guerra, sino el que enseña, con su vida y con sus palabras, lo que enseñó Jesús. Lastimosamente no todos quieren esta paz. La gente se queja de la falta de seguridad, de los altos precios, de la falta de empleo, de las injuticias, pero no están dispuestos a obedecer la Palabra de Dios. ¡Por eso es que la paz de Cristo no es como la paz del mundo! En la página de internet es.wikipedia.org/wiki/Categoría:Tratados_de_paz se encuentran 119 páginas que se refieren a los diferentes tratados de paz que se han hecho entre los hombres, pero al leer en la historia, sabemos que estos tratados que en su momento fueron aplaudidos por todos, al poco tiempo son violentados por los mismos que los firmaron e incluso por los que los promovieron.
Tampoco la paz religiosa que ofrece el mundo es verdadera. No podemos negar que el mundo religiosos siempre ha estado convulsionado no solamente por los que tiene una religión abiertamente opuesta a la de los demás; las guerras religiosas son tan innumerables como lo son las guerras políticas. Las cruzadas son un buen ejemplo de esto. Así como hoy, en pleno siglo XXI, es conocido por todos las guerra religiosa que se vive en todo el mundo por parte de grupos extremistas islámicos contra los cristianos. Pero no solo eso, han pasado décadas de la guerra entre protestantes y católicos en Irlanda del Norte. Pero la violencia religiosa no se queda ahí, sino que somos testigos de la gran cantidad de veces que un grupo religioso mayoritario incluso usa sus influencias políticas para afectar a otros grupos minoritarios. Países que se hacen llamar democráticos tienen en su Constitución Política artículos en donde se da la adhesión del Gobierno hacia un grupo religioso, como si el Gobierno tuviera alma para necesitar de religión.
Como solución “pacífica” se ofrece un movimiento ecuménico, es decir, una instancia promovida por la Iglesia Católica para “una mayor unidad o cooperación entre las confesiones cristianas”[13], pero que en realidad es un movimiento que lo que busca es hacer que todos los creyentes estén sujetos al Papa romano, sin importar la verdad de la Palabra de Dios. Eso mismo querían los sacerdotes judíos con Jesús. A ellos no les importaba tanto que hiciera milagros y sanidades, pero cuando Él comenzó a predicar cosas que les afectaban a ellos, en lugar de arrepentirse prefirireron buscar su muerte. ¡Los cristianos verdaderos no podemos tener paz con los falsos maestros, incluso con los que ser refugian en lugares de reunión que tienen rótulos que dicen que ahí se reúne la Iglesia de Cristo! La Biblia nos enseña que no podemos tener paz con los cristianos que prefieren vivir mundanamente[14].
Hay quienes han pensado que los cristianos somos personas tímidas y cobardes, pero por el contrario, los cristianos debemos ser valientes, saber denunciar lo incorrecto y hablar con la verdad. No podemos estar perturbados, actuando como locos que no tienen esperanza; ni ser cobardes. ¡Cuántas amenazas he escuchado por parte de los falsos “siervos de Dios” porque me he opuesto a sus mentiras! Y nada de lo que han dicho se ha cumplido. Pero cómo me duele ver que son tantos los cristianos temerosos que a pesar de estar viendo las cosas malas que se hacen en el nombre de nuestro Señor, siguen apoyando con su presencia y su dinero a estos mentirosos porque temen que lo que ellos dicen desde los púlpitos se cumpla.
Jesús da una vez más su promesa que aunque volverá al Padre, regresará a la tierra. ¿Cómo y para qué volverá Jesús? Lo hará en gloria, ya no como un hombre que pueda ser asesinado por los demás, y lo hará con un doble sentido: Recompensar a los suyos, a los que creímos en Él y buscamos obedecer Su Palabra y para castigar a los incrédulos que no han querido seguirle. Eso debía ser motivo de gozo para sus discípulos.
Cuando Jesús dice que el Padre es mayor que Él no se refiere a que en la Deidad hubiese alguno superior a los demás, o que Jesús era un ángel, como enseñan los rusellistas, porque sabemos que los ángeles rinden adoración a Cristo[15]; sino que en ese momento, cuando Jesús está para ser sacrificado, se encontraba en un momento de humillación, porque de lo contrario los hombres no le hubiesen podido matar.
Todas estas cosas serían recordadas por los discípulos más adelante y podrían estar seguros que se estaba cumpliendo lo que Jesús había prometido.
Jesús no tenía temor de Satanás, no estaba huyendo de él, había pasado toda su vida terrenal enfrentándolo y siempre había salido vencedor. Pero ahora había que darle espacio para que pudiera cumplirse lo que había sido escrito acerca de Él. El gobernante del mundo estaba llegando en la persona de Judas, quien ya había trabajado en su traición y había recibido el dinero, precio que había puesto al Maestro.
A pesar de que los judíos pensaron haber triunfado sobre Jesús, y Satanás también; no comprendían que la verdad era todo lo contrario, el Único triunfador era Jesús. Él iba a obedecer al Padre en todo, incluso en el sacrificio.
[1] Romanos 4.25.
[2] Lucas 6.16; Hechos 1.13.
[3] Diccionario Nelson. Tadeo.
[4] Isaías 9.6; 26.12.
[5] Números 6.24-26. La Toráh.
[6] Gálatas 5.22.
[7] Hechos 4.5.
[8] Hechos 6.15.
[9] Hechos 12.6.
[10] Hechos 16.23-26.
[11] Romanos 12.18.
[12] Mateo 5.9.
[13] Wikipedia. Movimiento Ecuménico.
[14] Revelación 2.17.
[15] Hebreos 1.6.