TESALONICENSES
I. Introducción.
Tesalónica, en griego “Thessaloník”, significa “victoria contra Tesalia”. Ciudad del este de Macedonia. Situada en la unión de la principal ruta por tierra del Egeo al Danubio en la vía Egnatia, la carretera que unía Roma con Bizancio; su posición bajo los romanos estaba asegurada, y ha seguido siendo una ciudad importante hasta hoy. Su puerto comparativamente protegido llegó a ser el principal de Macedonia. Se la sigue llamando Tesalónica, pero aún más comúnmente Salónica. Su nombre original era Termas, “fuentes de agua caliente”, pero cuando Casandro, uno de los sucesores de Alejandro Magno, hizo de ella su capital en el 315 a.C., le cambió el nombre y le puso Tesalónica en honor de su esposa, hermana de Alejandro. Experimentó su mayor expansión durante la dominación romana, en cuyas manos cayó después de la batalla de Pidna. Cuando se organizó la provincia de Macedonia, Tesalónica se convirtió en su capital, como también en capital del 20 distrito de los cuatro en que se la dividió. Después de la batalla de Filipos, Tesalónica llegó a ser una ciudad libre, administrada por magistrados a quienes se daba el título de politárj's, “gobernantes de la ciudad”. Esta expresión aparece apoyada también por inscripciones en griego del Arco de Tesalónica. Era un importante centro comercial y bastión militar ubicado en la Vía Ignacia, la que cruzaba toda Macedonia de oeste a este. Los romanos dividieron Macedonia en cuatro distritos, e hicieron a Tesalónica la capital del segundo. Roma la hizo la capital de su distrito en 168 a.C., y de toda la provincia después de 147. En 58 a.C., Cicerón pasó parte de su destierro allí, y fue la base de Pompeyo en la guerra civil con Julio César. Un sistema monetario prolífico sugiere un alto nivel de prosperidad. La población incluía un elemento romano numeroso y una colonia judía. La ciudad, vino a ser ciudad libre en el año 42 a.C., era un centro militar y comercial en la vía Ignaciana.
Por tener una sinagoga y por ser el centro más importante de la región, la visita a Tesalónica concordaba muy bien con la táctica de Pablo, que la visitó viajando de Filipos en su segundo viaje misionero; fue el primer lugar donde la predicación de Pablo dio como resultado seguidores numerosos y socialmente prominentes[1]. Comenzó a predicar en la sinagoga, pero tuvo poco éxito entre la comunidad judía; sin embargo, logró fundar una Iglesia antes que la persecución se desatara contra él en la ciudad[2]; sus opositores, desprovistos de su acostumbrada influencia anterior en las altas esferas, echaron mano a la agitación popular para forzar la mano del gobierno, acusándole de revolucionario. Las autoridades, hábilmente entrampadas por la imputación de deslealtad para con el poder imperial, adoptaron las medidas mínimas para lograr que Pablo siguiera su camino, procurando incomodarlo lo menos posible. A pesar de su éxito, Pablo se esforzó por no quedar en deuda para con sus seguidores[3]; no es que ellos mismos no fueran generosos[4]; aparentemente Pablo temía que la condición floreciente de la iglesia alentara parásitos a menos que él mismo ofreciera un buen ejemplo de sostén propio[5].
La Iglesia, que parece haber estado compuesta mayormente por cristianos de origen gentil, llegó a ser una fuerte comunidad cristiana. Las dos epístolas a los tesalonicenses, escritas poco después de su partida, reflejan también su ansiedad por conservar sus frutos para que no fuesen presa de maestros rivales[6] y de desilusiones ante la eventualidad de posteriores agitaciones[7]. No tenía por qué temer. Tesalónica permaneció como corona triunfante de sus esfuerzos[8] Pablo les hizo una segunda visita, y posiblemente una tercera durante su tercer viaje misionero[9]. Dos de sus epístolas que subsisten estaban dirigidas a esta iglesia, y dos de sus compañeros de viaje, Aristarco y Segundo, eran oriundos de ella[10]. Para Pablo, los creyentes macedonios eran su corona.
Por siglos la ciudad permaneció como una de las pocas fortalezas principales del cristianismo, y ganó para sí el nombre de “la Ciudad Ortodoxa”, tanto por su tenacidad como por su carácter agresivo. Fue el escenario de una gran matanza por Teodosio en 390. Fue atacada por los godos, ávares, eslavos y búlgaros, pero fueron rechazados. Finalmente, en 904, los sarracenos la capturaron, mataron a mucha gente, quemaron parte de la ciudad, y se embarcaron llevándose a 22.000 cautivos, jóvenes y niños. Hubo otra matanza por los normandos en 1185. Después de 1204 fue gobernada, a veces por latinos, a veces por griegos, hasta que en 1430 fue tomada por los turcos. Fue tomada de nuevo por los griegos en 1912. Las batallas terribles de la Primera Guerra Mundial destruyeron la sección del comercio en 1917, pero esta sección fue reedificada. Los alemanes la ocuparon durante la II Guerra Mundial. Patriotas griegos la libraron en octubre de 1944. De 1940 a 1950 hubo expansión en la industria de la ciudad. Se construyeron nuevas fábricas para fósforos, plantas para nitrógenos y níquel, y astilleros.
Estando Pablo en Corinto, escribió las dos epístolas a los tesalonicenses cerca del año 50 d.C. Según Hechos 17.1-9, Pablo había establecido esta congregación como un año antes, durante su segundo viaje misionero, cuando algunos judíos y gentiles aceptaron a Jesús, mientras que otros judíos promovieron un alboroto ya que le acusaban de “trastornar el mundo entero…”[11], lo que constituía alta traición, por lo que Pablo fue enviado a Berea.
En las dos epístolas, Pablo presenta su preocupación por la Iglesia en esa comunidad, siendo el tema principal el retorno de Jesús, para lo que deben estar preparados. Parece que entre los tesalonicenses se había presentado algo de confusión con respecto a la segunda venida de Jesús, tal y como ocurre hoy entre los sectarios, por lo que Pablo debe aclarar que hay que estar preparados siempre.
[1] Hechos 17.4.
[2] Hechos 17.1-9.
[3] Filipenses 4.16; 2 Tesalonicenses 2.9.
[4] 1 Tesalonicenses 4.10.
[5] 2 Tesalonicenses 3.8-12.
[6] 2 Tesalonicenses 2.2.
[7] 1 Tesalonicenses 3.3.
[8] 1 Tesalonicenses 1.8.
[9] Hechos 20.1-6.
[10] Diccionario Bíblico AD; Nuevo Diccionario Bíblico Certeza; Diccionario Mundo Hispano; Diccionario Nelson; Diccionario Bíblico Vila-Escualin; Geografía Bíblica.
[11] Hechos 17.6.
Tesalónica, en griego “Thessaloník”, significa “victoria contra Tesalia”. Ciudad del este de Macedonia. Situada en la unión de la principal ruta por tierra del Egeo al Danubio en la vía Egnatia, la carretera que unía Roma con Bizancio; su posición bajo los romanos estaba asegurada, y ha seguido siendo una ciudad importante hasta hoy. Su puerto comparativamente protegido llegó a ser el principal de Macedonia. Se la sigue llamando Tesalónica, pero aún más comúnmente Salónica. Su nombre original era Termas, “fuentes de agua caliente”, pero cuando Casandro, uno de los sucesores de Alejandro Magno, hizo de ella su capital en el 315 a.C., le cambió el nombre y le puso Tesalónica en honor de su esposa, hermana de Alejandro. Experimentó su mayor expansión durante la dominación romana, en cuyas manos cayó después de la batalla de Pidna. Cuando se organizó la provincia de Macedonia, Tesalónica se convirtió en su capital, como también en capital del 20 distrito de los cuatro en que se la dividió. Después de la batalla de Filipos, Tesalónica llegó a ser una ciudad libre, administrada por magistrados a quienes se daba el título de politárj's, “gobernantes de la ciudad”. Esta expresión aparece apoyada también por inscripciones en griego del Arco de Tesalónica. Era un importante centro comercial y bastión militar ubicado en la Vía Ignacia, la que cruzaba toda Macedonia de oeste a este. Los romanos dividieron Macedonia en cuatro distritos, e hicieron a Tesalónica la capital del segundo. Roma la hizo la capital de su distrito en 168 a.C., y de toda la provincia después de 147. En 58 a.C., Cicerón pasó parte de su destierro allí, y fue la base de Pompeyo en la guerra civil con Julio César. Un sistema monetario prolífico sugiere un alto nivel de prosperidad. La población incluía un elemento romano numeroso y una colonia judía. La ciudad, vino a ser ciudad libre en el año 42 a.C., era un centro militar y comercial en la vía Ignaciana.
Por tener una sinagoga y por ser el centro más importante de la región, la visita a Tesalónica concordaba muy bien con la táctica de Pablo, que la visitó viajando de Filipos en su segundo viaje misionero; fue el primer lugar donde la predicación de Pablo dio como resultado seguidores numerosos y socialmente prominentes[1]. Comenzó a predicar en la sinagoga, pero tuvo poco éxito entre la comunidad judía; sin embargo, logró fundar una Iglesia antes que la persecución se desatara contra él en la ciudad[2]; sus opositores, desprovistos de su acostumbrada influencia anterior en las altas esferas, echaron mano a la agitación popular para forzar la mano del gobierno, acusándole de revolucionario. Las autoridades, hábilmente entrampadas por la imputación de deslealtad para con el poder imperial, adoptaron las medidas mínimas para lograr que Pablo siguiera su camino, procurando incomodarlo lo menos posible. A pesar de su éxito, Pablo se esforzó por no quedar en deuda para con sus seguidores[3]; no es que ellos mismos no fueran generosos[4]; aparentemente Pablo temía que la condición floreciente de la iglesia alentara parásitos a menos que él mismo ofreciera un buen ejemplo de sostén propio[5].
La Iglesia, que parece haber estado compuesta mayormente por cristianos de origen gentil, llegó a ser una fuerte comunidad cristiana. Las dos epístolas a los tesalonicenses, escritas poco después de su partida, reflejan también su ansiedad por conservar sus frutos para que no fuesen presa de maestros rivales[6] y de desilusiones ante la eventualidad de posteriores agitaciones[7]. No tenía por qué temer. Tesalónica permaneció como corona triunfante de sus esfuerzos[8] Pablo les hizo una segunda visita, y posiblemente una tercera durante su tercer viaje misionero[9]. Dos de sus epístolas que subsisten estaban dirigidas a esta iglesia, y dos de sus compañeros de viaje, Aristarco y Segundo, eran oriundos de ella[10]. Para Pablo, los creyentes macedonios eran su corona.
Por siglos la ciudad permaneció como una de las pocas fortalezas principales del cristianismo, y ganó para sí el nombre de “la Ciudad Ortodoxa”, tanto por su tenacidad como por su carácter agresivo. Fue el escenario de una gran matanza por Teodosio en 390. Fue atacada por los godos, ávares, eslavos y búlgaros, pero fueron rechazados. Finalmente, en 904, los sarracenos la capturaron, mataron a mucha gente, quemaron parte de la ciudad, y se embarcaron llevándose a 22.000 cautivos, jóvenes y niños. Hubo otra matanza por los normandos en 1185. Después de 1204 fue gobernada, a veces por latinos, a veces por griegos, hasta que en 1430 fue tomada por los turcos. Fue tomada de nuevo por los griegos en 1912. Las batallas terribles de la Primera Guerra Mundial destruyeron la sección del comercio en 1917, pero esta sección fue reedificada. Los alemanes la ocuparon durante la II Guerra Mundial. Patriotas griegos la libraron en octubre de 1944. De 1940 a 1950 hubo expansión en la industria de la ciudad. Se construyeron nuevas fábricas para fósforos, plantas para nitrógenos y níquel, y astilleros.
Estando Pablo en Corinto, escribió las dos epístolas a los tesalonicenses cerca del año 50 d.C. Según Hechos 17.1-9, Pablo había establecido esta congregación como un año antes, durante su segundo viaje misionero, cuando algunos judíos y gentiles aceptaron a Jesús, mientras que otros judíos promovieron un alboroto ya que le acusaban de “trastornar el mundo entero…”[11], lo que constituía alta traición, por lo que Pablo fue enviado a Berea.
En las dos epístolas, Pablo presenta su preocupación por la Iglesia en esa comunidad, siendo el tema principal el retorno de Jesús, para lo que deben estar preparados. Parece que entre los tesalonicenses se había presentado algo de confusión con respecto a la segunda venida de Jesús, tal y como ocurre hoy entre los sectarios, por lo que Pablo debe aclarar que hay que estar preparados siempre.
[1] Hechos 17.4.
[2] Hechos 17.1-9.
[3] Filipenses 4.16; 2 Tesalonicenses 2.9.
[4] 1 Tesalonicenses 4.10.
[5] 2 Tesalonicenses 3.8-12.
[6] 2 Tesalonicenses 2.2.
[7] 1 Tesalonicenses 3.3.
[8] 1 Tesalonicenses 1.8.
[9] Hechos 20.1-6.
[10] Diccionario Bíblico AD; Nuevo Diccionario Bíblico Certeza; Diccionario Mundo Hispano; Diccionario Nelson; Diccionario Bíblico Vila-Escualin; Geografía Bíblica.
[11] Hechos 17.6.