11. 6.16-18 Es probable que los
discípulos se sintieran extrañados del paradero de su Maestro que se había ido
para alejarse de todos. Quizá ellos no sabían en dónde se encontraba, por lo
que decidieron ir a Capernaum. Estos eran, en su mayoría, marinos acostumbrados
a estas aguas, así que no tenían temor de navegar aunque fuera en la noche, e
incluso cuando soplaba el viento.
12. 6.19 La reacción de temor de los discípulos es lógica. Ya habían remado como cuatro o cinco kilómetros cuando ven a Jesús caminando sobre el mar. ¿Cuál sería el pensamiento normal de cualquiera que ve cosa semejante? De seguro que el que ve esto se llena de temor.
13. 6.20 Jesús usa el nombre de Adonay para referirse a Él mismo. Cuando escuchamos la voz del Señor, no debemos tener temor, sino que debemos depositar nuestras cargas en Él.
14. 6.21 Al reconocer la voz de su Señor, le reciben en la barca. ¡Qué bueno sería que todos lograramos reconocer la voz del Señor y le recibamos en nuestra barca! Si hiciéramos esto, podríamos llegar a puerto seguro.
15. 6.22-24 Siguen las divisiones de Juan por los días que ocurren entre cada evento. Al parecer, la gente no se da cuenta que Jesús se ha marchado, ellos probablemente le esperaban ver bajar de la montaña para que les diera más pan, pero no bajó y la barca de los discípulos no está, lo que les hace suponer que se han marchado a Capernaum, a donde viajan quizá con el propósito de tratar de hacerle rey o tal vez buscando alimento.
12. 6.19 La reacción de temor de los discípulos es lógica. Ya habían remado como cuatro o cinco kilómetros cuando ven a Jesús caminando sobre el mar. ¿Cuál sería el pensamiento normal de cualquiera que ve cosa semejante? De seguro que el que ve esto se llena de temor.
13. 6.20 Jesús usa el nombre de Adonay para referirse a Él mismo. Cuando escuchamos la voz del Señor, no debemos tener temor, sino que debemos depositar nuestras cargas en Él.
14. 6.21 Al reconocer la voz de su Señor, le reciben en la barca. ¡Qué bueno sería que todos lograramos reconocer la voz del Señor y le recibamos en nuestra barca! Si hiciéramos esto, podríamos llegar a puerto seguro.
15. 6.22-24 Siguen las divisiones de Juan por los días que ocurren entre cada evento. Al parecer, la gente no se da cuenta que Jesús se ha marchado, ellos probablemente le esperaban ver bajar de la montaña para que les diera más pan, pero no bajó y la barca de los discípulos no está, lo que les hace suponer que se han marchado a Capernaum, a donde viajan quizá con el propósito de tratar de hacerle rey o tal vez buscando alimento.