Capítulo 26
1. Pablo
ante Agripa.
a. Introducción.
26.1-3. Cuando Festo acaba, Agripa toma el control, ya que aunque Festo era el oficial romano, por las alianzas con el Imperio, Agripa tenía una posición superior. Inmediatamente Agripa cede la palabra a Pablo, quien hace el gesto característico de los oradores de su época en el momento en que iban a ponunciar un discurso.
Pablo da muestras de sentir alivio de que alguien que podía comprender los pensamientos y las costumbes judías pudiera tomar tiempo para ponerle atención, de hecho, el mismo emperador también consideraba a Agripa capacitado para una labor semejante y por ello le nombró rey mientras aquella tierra era gobernada por sus generales.
b. Pablo y su juventud.
26.4-8 Después de la introducción, Pablo procede a relatar su extracción, dejando en claro que antes había pensado de la misma manera que lo hacían sus acusadores. La idea de Pablo era causar cierta simpatía por parte de Agripa. Al mismo tiempo, usa su defensa para dar a entender que no tiene justificación la acusación de los judíos porque ellos creen lo mismo de lo que lo acusan, ya que ningún judío osaría decir que Dios no podía resucitar a un muerto, ya que eso iría contra las enseñanzas encontradas en las Escrituras.
c. Su odio hacia Cristo.
26.9-11 Ahora deja ver que no solamente fue un fariseo estricto, sino que se convirtió en el líder de la persecución contra los seguidores de Jesús. Pero había algo que produjo en este enemigo del cristianismo un cambio radical.
d. Su encuentro con Jesús.
26.12-18 Inmediatamente Pablo relata cómo llegó a darse ese cambio de inquisidor a defensor. Presenta su experiencia donde se encuentra con aquel a quien odiaba sin conocer. Es tan impactante lo que sufrió que no puede dejar de emocionar aún hoy, después de más de veinte siglos desde que se diera la experiencia en la vida de Pablo.
El Señor debe intervenir directamente en la vida de Pablo, para convertirlo de su más terrible perseguidor en su más fiel adalid. Y es que este hombre necesitaba una sacudida de esta clase para cambiar, ya que era tal como un buey terco que golpea el aguijón que le guía.
e. Por qué estaba encadenado.
26.19-23 Agripa, como rey, sabía que cuando daba una orden esperaba que se cumpliese inmediatamente, así que Pablo estaba haciendo lo correcto al obedecer. Pero cuando estaba cumpliendo las órdenes que se le encomendaron, los judíos se propusieron estorbar; y Agripa tenía a su alcance las maneras de probar si Pablo estaba mintiendo o se había cometido una gran injusticia contre él. Y, ¿qué es lo que los judíos le censuran? Lo mismo que enseñaron los profetas y Moisés: El Cristo vendría a padecer, morir y resucitar para traer la salvación al mundo. ¿Podían negar lo que ellos habían enseñado?
f. Interrupción y conclusión.
26.24-29 De nuevo Festo demuestra su ignorancia con respecto a los asuntos del judaísmo; para él, lo que decía Pablo era algo sin sentido. Él no podía como romano digerir que alguien pudiese resucitar, por lo que las palabras de Pablo no podían ser más que locuras. Pero no pensemos que esta explosión de Festo era una de burla, sino porque no entendía lo que estaba pasando y humanamente el cambio que había hecho Pablo era fuera de lógica.
La respuesta de Pablo tampoco lleva resentimiento, sino más bien va sazonda con respeto. Era algo que Agripa si podía entender, ya que había recibido una educación judaíca. Para él lo que decía aquel prisionero si tenía sentido y por lo menos por un momento pensó en doblegar su vida delante de Dios. ¡Pero solo fue por un momento!
g. Resultado inmediato de su discurso.
26.30-32. Es triste saber que Agripa conociendo la verdad, cerró su corazón, aunque hay que aceptar que tenía momentos de verdader justicia, lo que podemos ver cuando reconoce que bien se podía liberar a Pablo, de no ser de su pedido por ir ante Cesar.
a. Introducción.
26.1-3. Cuando Festo acaba, Agripa toma el control, ya que aunque Festo era el oficial romano, por las alianzas con el Imperio, Agripa tenía una posición superior. Inmediatamente Agripa cede la palabra a Pablo, quien hace el gesto característico de los oradores de su época en el momento en que iban a ponunciar un discurso.
Pablo da muestras de sentir alivio de que alguien que podía comprender los pensamientos y las costumbes judías pudiera tomar tiempo para ponerle atención, de hecho, el mismo emperador también consideraba a Agripa capacitado para una labor semejante y por ello le nombró rey mientras aquella tierra era gobernada por sus generales.
b. Pablo y su juventud.
26.4-8 Después de la introducción, Pablo procede a relatar su extracción, dejando en claro que antes había pensado de la misma manera que lo hacían sus acusadores. La idea de Pablo era causar cierta simpatía por parte de Agripa. Al mismo tiempo, usa su defensa para dar a entender que no tiene justificación la acusación de los judíos porque ellos creen lo mismo de lo que lo acusan, ya que ningún judío osaría decir que Dios no podía resucitar a un muerto, ya que eso iría contra las enseñanzas encontradas en las Escrituras.
c. Su odio hacia Cristo.
26.9-11 Ahora deja ver que no solamente fue un fariseo estricto, sino que se convirtió en el líder de la persecución contra los seguidores de Jesús. Pero había algo que produjo en este enemigo del cristianismo un cambio radical.
d. Su encuentro con Jesús.
26.12-18 Inmediatamente Pablo relata cómo llegó a darse ese cambio de inquisidor a defensor. Presenta su experiencia donde se encuentra con aquel a quien odiaba sin conocer. Es tan impactante lo que sufrió que no puede dejar de emocionar aún hoy, después de más de veinte siglos desde que se diera la experiencia en la vida de Pablo.
El Señor debe intervenir directamente en la vida de Pablo, para convertirlo de su más terrible perseguidor en su más fiel adalid. Y es que este hombre necesitaba una sacudida de esta clase para cambiar, ya que era tal como un buey terco que golpea el aguijón que le guía.
e. Por qué estaba encadenado.
26.19-23 Agripa, como rey, sabía que cuando daba una orden esperaba que se cumpliese inmediatamente, así que Pablo estaba haciendo lo correcto al obedecer. Pero cuando estaba cumpliendo las órdenes que se le encomendaron, los judíos se propusieron estorbar; y Agripa tenía a su alcance las maneras de probar si Pablo estaba mintiendo o se había cometido una gran injusticia contre él. Y, ¿qué es lo que los judíos le censuran? Lo mismo que enseñaron los profetas y Moisés: El Cristo vendría a padecer, morir y resucitar para traer la salvación al mundo. ¿Podían negar lo que ellos habían enseñado?
f. Interrupción y conclusión.
26.24-29 De nuevo Festo demuestra su ignorancia con respecto a los asuntos del judaísmo; para él, lo que decía Pablo era algo sin sentido. Él no podía como romano digerir que alguien pudiese resucitar, por lo que las palabras de Pablo no podían ser más que locuras. Pero no pensemos que esta explosión de Festo era una de burla, sino porque no entendía lo que estaba pasando y humanamente el cambio que había hecho Pablo era fuera de lógica.
La respuesta de Pablo tampoco lleva resentimiento, sino más bien va sazonda con respeto. Era algo que Agripa si podía entender, ya que había recibido una educación judaíca. Para él lo que decía aquel prisionero si tenía sentido y por lo menos por un momento pensó en doblegar su vida delante de Dios. ¡Pero solo fue por un momento!
g. Resultado inmediato de su discurso.
26.30-32. Es triste saber que Agripa conociendo la verdad, cerró su corazón, aunque hay que aceptar que tenía momentos de verdader justicia, lo que podemos ver cuando reconoce que bien se podía liberar a Pablo, de no ser de su pedido por ir ante Cesar.