13. 8.21 Como hemos dicho antes, los judíos esperaban a un Mesías, pero no uno
que les hablara de amor y paz, sino uno que les guiara militar y políticamente
y que librar a Israel del yugo romano. En este momento los judíos rechazaban a
Jesús, pero más adelante, cuando las tropas romanas entraran con todo su
poderío y saquearan el Templo, muchos clamarían al Cristo, pero no le iba a
encontrar, ya sería demasiado tarde, y es por eso que ellos no pueden seguir a
Jesús.
14. 8.22 La respuesta de Jesús no tenía significado para ellos. Pensaron que tal vez iba a suicidarse, pero de nuevo Él les asegura que ellos no podrían seguirle.
15. 8.23-24 Jesús los ubica, ya que ellos estaban pensando que Él sería capaz de suicidarse. Les hace ver que sus pensamientos y actos carnales eran fruto de su naturaleza caída, mientras que Él tiene una naturaleza divina.
16. 8.25-26 La pregunta de ellos no es porque quisieran saber algo, sino más bien es un reto. Jesús les responde con una pregunta que ellos deben responder en su conciencia. No eran ellos los llamados a juzgar a Jesús, sino Él era quien podía juzgarles a ellos, pero a pesar de esto, lo único que pensaba hacer era hablar las palabras que le había escuchado.
17. 8.27 Ellos no logran entender estas cosas debido a que su mente se había esclavizado a sus tradiciones que les impedían comprender la verdad. Eso mismo pasa no solo con los católicos, sino con los evangélicos y aún con los que se hacen llamar cristianos, ya que se apegan a las tradiciones que han tenido por muchos años y no logran entender que esas cosas están en oposición con la Palabra de Dios.
18. 8.28-29 Jesús profetiza la manera en que va a morir: Crucificado. Es en ese momento que muchos de los que se le oponían, reconocen que realmente es el Mesías y que su mensaje es completamente celestial.
19. 8.30 Al parecer, las palabras de Jesús impactaron a muchos de estos en el momento, aunque luego prefieren echarse atrás.
20. 8.31-32 ¡Hoy son tantos los que se dicen ser los verdaderos discípulos de Jesús! Solo en Estados Unidos se calcula que hay más de 3 000 diferentes grupos que se autoproclaman ser cristianos. ¿Quiénes son los verdaderos cristianos? ¿Serán los católicos, los evangélicos, los pentecostales, los mormones, adventistas, russellistas, o los miembros de la Iglesia de Cristo? La respuesta de Jesús es: “Si ustedes permanecen en mi Palabra, verdaderamente son mis discípulos”. Entonces no debemos poner tanto énfasis en el nombre denominacional, sino en la verdad en que vivimos. ¿Cómo puede una persona decir que es costarricense si denigra a su país con sus acciones y palabras? ¿Cómo puede alguien llamarse cristiano si vive de manera contraria a lo que Cristo enseñó? ¿Puede un cristiano ser cruel, adúltero, fornicario, ladrón, mentiroso, engañador, idólatra o asesino? ¿Puede alguien ser cristiano si cuando ve a su hermano en dificultades no se interesa en ayudarle? ¿Es uno cristiano cuando le importa más cualquier cosa material antes que la salvación de alguna persona?
Hay quienes creen que el ser cristiano significa estar atado y amargado, pero la verdad es que cuando Jesús ocupa el centro de nuestra vida, llega la libertad, ya no estamos sujetos al pecado, a las reglas religiosas humanas, a la angustia de la culpa, a las ansiedades, al miedo, al egoísmo o a los vicios carnales.
21. 8.33 Siempre el hombre ha considerado la importancia de las glorias pasadas, los seguidores de un equipo dicen: “No importa si no ganamos, hace 25 años fuimos campeones”; etc. Los judíos eran iguales, pensaban que el ser descendientes de Abraham los capacitaba para ser el pueblo de Dios, creían que el patriarca había conseguido la misericordia de Dios para toda su descendencia. ¡Cómo me duele ver a muchos decir: Somos salvos porque afuera de nuestra capilla dice que somos la Iglesia de Cristo! Incluso he encontrado personas que me han dicho que son salvas porque su mamá es miembro de tal o cual iglesia.
La ceguera de los judíos era tal que se olvidaron que fueron esclavos de los egipcios, los cananeos, los sirios, los asirios, los babilonios y ahora estaban bajo Roma. Entonces, ¿cómo iban a decir que nunca habían sido esclavos?
22. 8.34-38 Parece curioso que los impíos consideren que ser cristiano es un yugo, simplemente porque ya no se puede participar de las costumbres carnales. El que no es cristiano considera que puede hacer lo que quiere, sin entender que hace lo que quiere porque está esclavizado al pecado. No puedo olvidar a mis hermanos mayores buscando métodos y tratamientos para dejar de fumar y tomar licor. Ellos creían tener libertad para hacer estas cosas, y no entendían que los vicios los tenían atados.
Ser esclavo en Israel era diferente a ser esclavo en otras regiones. En Israel los esclavos debían ser liberados en el año del Jubileo[1], es decir, un esclavo podía dejar de serlo al llegar el año del Jubileo, mientras que el hijo lo sería por siempre. Así, si los judíos eran rebeldes ante Dios, podían ser despedidos como esclavos, ya que no eran hijos.
Pero si el hijo les daba la libertad, podían verse libres del yugo de la esclavitud, pero ellos no estaban interesados.
Ellos pensaban que ser descendientes de Abraham los libraba, pero no se comportaban como tales, ya que querían matar a Jesús. Al contrario de Abraham, que recibió a ls mensajeros de Dios con gozo y les preparó un banquete[2], ellos rechazaban al Mensajero de Dios. El motivo: Las palabras de Jesús no podían ser aceptadas en su duro corazón.
Jesús testificaba de lo que había visto al Padre, mientras que ellos hacían lo que habían oído de su propio padre, no Abraham, sino Satanás.
23. 8.39-47 Los judíos comprendían que los hijos son el reflejo de sus padres, pero ellos habían pensado que con solo tener el nombre de su padre era suficiente y se habían desviado de la enseñanza que les había marcado su padre. Ya solo eran semejantes a Abraham porque tenían sus mismos genes.
Abraham se destacó por ser un hombre justo y que gustaba escuchar la Palabra de Dios y es por eso que los que creen en Cristo y siguen los pasos para ser salvos, son verdaderos hijos de Abraham, no aquellos que simplemente declaran serlo.
Al verse atacados por Jesús, los judíos buscan defenderse arguyendo un chisme que decía que Él era hijo de la relación de María con un soldado romano, y aseguran ser los verdaderos hijos de Dios. Ellos tenían la Ley, el Templo y las tradiciones antiguas, y por ello creían estar capacitados para ser hijos de Dios, pero Jesús los desenmascara haciéndoles ver que sus obras decían claramente que eran hijos de Satanás, porque no querían oír sus enseñanzas. No entendían las cosas que Jesús les hablaba porque su corazón se había endurecido.
No debe creerse que haya quienes nacen como hijos de Dios y otros como hijos de Satanás. Cada cual decide si será hijo de uno o de otro y manifestará lo que es, al actuar imitando a su padre.
Los judíos actuaban de acuerdo a la actitud de su padre, iban contra Jesús y sus enseñanzas. Como eran hijos de Satanás, querían cometer un asesinato y eran mentirosos destacados, haciendo creer que la Palabra decía cosas que no hacía.
Satanás era un homicida ya que era el promotor de que el hombre cayera en pecado y con ello de su muerte espiritual. Con su actitud, los judíos eran homicidas también[3].
Los judíos se oponían directamente a la verdad, por su inclinación diabólica. La verdad les parecía incomprensible y repulsiva. Ellos eran felices con sus mentiras y engaños. Amaban ser elogiados por ser mejores a los demás hombres y llegaban al punto de negar su propia historia.
Los judíos acusaban a Jesús de ser un hombre pecador, pero no podían decir cuál era su pecado. No podían decir con base cierta que Jesús había violado el día de reposo, porque Él había demostrado que todo lo había hecho bien. No podían decir que era un blasfemo, porque ellos mismos comprendían que nadie había hablado como Él.
No encontraron pecado en Jesús, pero se negaban a escucharle, simplemente porque no querían saber nada de la verdad. Y no querían saber nada de la verdad porque no eran de Dios. ¡Qué dolor da cuando uno enseña lo que dice la Biblia, incluso a aquellos que se dicen ser cristianos, y estos se cierran y dicen: No es cierto lo que dice ahí!
24. 8.48 Vuelven los judíos al ataque personal, ahora acusando a Jesús de ser samaritano, es decir, un hereje, enemigo de Israel, que desobedecía la Ley; y de endemoniado. Lo mismo pasa hoy. Cuando alguien con un corazón sincero enseña las Escrituras, los que se niegan a obedecer atacan diciendo que aquella persona es un hereje o que se ha apartado de la verdad, sin querer escuchar razonamientos.
25. 8.49-51 Jesús se defiende de la acusación de estar endemoniado. No dice nada de la acusación de ser samaritano, quizá porque estos le habían recibido y creído en Él[4]. Él estaba honrando al Padre, mientras ellos lo deshonraban a Él. No buscaba su gloria, a pesar de que podía dar una orden y legiones de ángeles aparecerían para demostrar quién era Él. A pesar de eso, más bien prefirió la humillación y la muerte. Pero había quien le honraría, el Padre celestial.
De nuevo Jesús asegura que creer en Él era un certificado de la vida eterna, pero no el hecho de afirmar que es el Hijo de Dios, sino en guardar, en buscar cumplir con la Palabra de Dios.
26. 8.52-53 De nuevo dejan ver que no comprenden las enseñanzas de Jesús. Consideraban que las palabras de Jesús eran una locura. Pensaban que Jesús quería ponerse en una posición superior a la de Abraham y de los profetas. Ellos no reconocían la gloria de Jesús.
27. 8:54-56 Se dice que no es correcto lanzarse flores a uno mismo, Jesús lo sabía bien, por eso Él no lo hacía, sino que Dios mismo era quien lo glorificaba. Era ese mismo Dios que ellos decían ser su padre, pero que en realidad no conocían y la mejor manera de saber esto era porque no obedecían Su Palabra. A diferencia de ellos, Jesús lo conocía porque tenía un conocimiento especial de Dios y esto se manifestaba porque cumplía con Su Palabra.
Abraham ya había muerto cuando Jesús comenzó Su ministerio, pero él lo vio con los ojos de la fe, al igual que lo hicieran Moisés, David y todos los héroes de la fe.
28. 8.57 Vemos como tuercen los judíos todo lo que oyen. Jesús no dijo que Él había visto a Abraham, sino que Abraham había visto su día. Lo había visto por su fe, así como todos los creyentes estamos seguros que un día veremos a Dios en su gloria y por fe ya lo vivimos, a pesar que hay quienes dicen que nadie sabe si irá al Cielo, más los verdaderos cristianos ya estamos experimentándolo.
29. 8.58 Jesús da una declaración que hace que los oídos de los judíos retumben: Se identifica directamente con la Deidad. Ellos entienden la afirmación del Maestro y en un impulso descontrolado deciden lapidarlo, pero aún no era la hora de Jesús, por lo que es escondido y sale del Templo.
[1] Levítico 25.54.
[2] Génesis 18.1-5.
[3] 1 Juan 3.15.
[4] Juan 3.
14. 8.22 La respuesta de Jesús no tenía significado para ellos. Pensaron que tal vez iba a suicidarse, pero de nuevo Él les asegura que ellos no podrían seguirle.
15. 8.23-24 Jesús los ubica, ya que ellos estaban pensando que Él sería capaz de suicidarse. Les hace ver que sus pensamientos y actos carnales eran fruto de su naturaleza caída, mientras que Él tiene una naturaleza divina.
16. 8.25-26 La pregunta de ellos no es porque quisieran saber algo, sino más bien es un reto. Jesús les responde con una pregunta que ellos deben responder en su conciencia. No eran ellos los llamados a juzgar a Jesús, sino Él era quien podía juzgarles a ellos, pero a pesar de esto, lo único que pensaba hacer era hablar las palabras que le había escuchado.
17. 8.27 Ellos no logran entender estas cosas debido a que su mente se había esclavizado a sus tradiciones que les impedían comprender la verdad. Eso mismo pasa no solo con los católicos, sino con los evangélicos y aún con los que se hacen llamar cristianos, ya que se apegan a las tradiciones que han tenido por muchos años y no logran entender que esas cosas están en oposición con la Palabra de Dios.
18. 8.28-29 Jesús profetiza la manera en que va a morir: Crucificado. Es en ese momento que muchos de los que se le oponían, reconocen que realmente es el Mesías y que su mensaje es completamente celestial.
19. 8.30 Al parecer, las palabras de Jesús impactaron a muchos de estos en el momento, aunque luego prefieren echarse atrás.
20. 8.31-32 ¡Hoy son tantos los que se dicen ser los verdaderos discípulos de Jesús! Solo en Estados Unidos se calcula que hay más de 3 000 diferentes grupos que se autoproclaman ser cristianos. ¿Quiénes son los verdaderos cristianos? ¿Serán los católicos, los evangélicos, los pentecostales, los mormones, adventistas, russellistas, o los miembros de la Iglesia de Cristo? La respuesta de Jesús es: “Si ustedes permanecen en mi Palabra, verdaderamente son mis discípulos”. Entonces no debemos poner tanto énfasis en el nombre denominacional, sino en la verdad en que vivimos. ¿Cómo puede una persona decir que es costarricense si denigra a su país con sus acciones y palabras? ¿Cómo puede alguien llamarse cristiano si vive de manera contraria a lo que Cristo enseñó? ¿Puede un cristiano ser cruel, adúltero, fornicario, ladrón, mentiroso, engañador, idólatra o asesino? ¿Puede alguien ser cristiano si cuando ve a su hermano en dificultades no se interesa en ayudarle? ¿Es uno cristiano cuando le importa más cualquier cosa material antes que la salvación de alguna persona?
Hay quienes creen que el ser cristiano significa estar atado y amargado, pero la verdad es que cuando Jesús ocupa el centro de nuestra vida, llega la libertad, ya no estamos sujetos al pecado, a las reglas religiosas humanas, a la angustia de la culpa, a las ansiedades, al miedo, al egoísmo o a los vicios carnales.
21. 8.33 Siempre el hombre ha considerado la importancia de las glorias pasadas, los seguidores de un equipo dicen: “No importa si no ganamos, hace 25 años fuimos campeones”; etc. Los judíos eran iguales, pensaban que el ser descendientes de Abraham los capacitaba para ser el pueblo de Dios, creían que el patriarca había conseguido la misericordia de Dios para toda su descendencia. ¡Cómo me duele ver a muchos decir: Somos salvos porque afuera de nuestra capilla dice que somos la Iglesia de Cristo! Incluso he encontrado personas que me han dicho que son salvas porque su mamá es miembro de tal o cual iglesia.
La ceguera de los judíos era tal que se olvidaron que fueron esclavos de los egipcios, los cananeos, los sirios, los asirios, los babilonios y ahora estaban bajo Roma. Entonces, ¿cómo iban a decir que nunca habían sido esclavos?
22. 8.34-38 Parece curioso que los impíos consideren que ser cristiano es un yugo, simplemente porque ya no se puede participar de las costumbres carnales. El que no es cristiano considera que puede hacer lo que quiere, sin entender que hace lo que quiere porque está esclavizado al pecado. No puedo olvidar a mis hermanos mayores buscando métodos y tratamientos para dejar de fumar y tomar licor. Ellos creían tener libertad para hacer estas cosas, y no entendían que los vicios los tenían atados.
Ser esclavo en Israel era diferente a ser esclavo en otras regiones. En Israel los esclavos debían ser liberados en el año del Jubileo[1], es decir, un esclavo podía dejar de serlo al llegar el año del Jubileo, mientras que el hijo lo sería por siempre. Así, si los judíos eran rebeldes ante Dios, podían ser despedidos como esclavos, ya que no eran hijos.
Pero si el hijo les daba la libertad, podían verse libres del yugo de la esclavitud, pero ellos no estaban interesados.
Ellos pensaban que ser descendientes de Abraham los libraba, pero no se comportaban como tales, ya que querían matar a Jesús. Al contrario de Abraham, que recibió a ls mensajeros de Dios con gozo y les preparó un banquete[2], ellos rechazaban al Mensajero de Dios. El motivo: Las palabras de Jesús no podían ser aceptadas en su duro corazón.
Jesús testificaba de lo que había visto al Padre, mientras que ellos hacían lo que habían oído de su propio padre, no Abraham, sino Satanás.
23. 8.39-47 Los judíos comprendían que los hijos son el reflejo de sus padres, pero ellos habían pensado que con solo tener el nombre de su padre era suficiente y se habían desviado de la enseñanza que les había marcado su padre. Ya solo eran semejantes a Abraham porque tenían sus mismos genes.
Abraham se destacó por ser un hombre justo y que gustaba escuchar la Palabra de Dios y es por eso que los que creen en Cristo y siguen los pasos para ser salvos, son verdaderos hijos de Abraham, no aquellos que simplemente declaran serlo.
Al verse atacados por Jesús, los judíos buscan defenderse arguyendo un chisme que decía que Él era hijo de la relación de María con un soldado romano, y aseguran ser los verdaderos hijos de Dios. Ellos tenían la Ley, el Templo y las tradiciones antiguas, y por ello creían estar capacitados para ser hijos de Dios, pero Jesús los desenmascara haciéndoles ver que sus obras decían claramente que eran hijos de Satanás, porque no querían oír sus enseñanzas. No entendían las cosas que Jesús les hablaba porque su corazón se había endurecido.
No debe creerse que haya quienes nacen como hijos de Dios y otros como hijos de Satanás. Cada cual decide si será hijo de uno o de otro y manifestará lo que es, al actuar imitando a su padre.
Los judíos actuaban de acuerdo a la actitud de su padre, iban contra Jesús y sus enseñanzas. Como eran hijos de Satanás, querían cometer un asesinato y eran mentirosos destacados, haciendo creer que la Palabra decía cosas que no hacía.
Satanás era un homicida ya que era el promotor de que el hombre cayera en pecado y con ello de su muerte espiritual. Con su actitud, los judíos eran homicidas también[3].
Los judíos se oponían directamente a la verdad, por su inclinación diabólica. La verdad les parecía incomprensible y repulsiva. Ellos eran felices con sus mentiras y engaños. Amaban ser elogiados por ser mejores a los demás hombres y llegaban al punto de negar su propia historia.
Los judíos acusaban a Jesús de ser un hombre pecador, pero no podían decir cuál era su pecado. No podían decir con base cierta que Jesús había violado el día de reposo, porque Él había demostrado que todo lo había hecho bien. No podían decir que era un blasfemo, porque ellos mismos comprendían que nadie había hablado como Él.
No encontraron pecado en Jesús, pero se negaban a escucharle, simplemente porque no querían saber nada de la verdad. Y no querían saber nada de la verdad porque no eran de Dios. ¡Qué dolor da cuando uno enseña lo que dice la Biblia, incluso a aquellos que se dicen ser cristianos, y estos se cierran y dicen: No es cierto lo que dice ahí!
24. 8.48 Vuelven los judíos al ataque personal, ahora acusando a Jesús de ser samaritano, es decir, un hereje, enemigo de Israel, que desobedecía la Ley; y de endemoniado. Lo mismo pasa hoy. Cuando alguien con un corazón sincero enseña las Escrituras, los que se niegan a obedecer atacan diciendo que aquella persona es un hereje o que se ha apartado de la verdad, sin querer escuchar razonamientos.
25. 8.49-51 Jesús se defiende de la acusación de estar endemoniado. No dice nada de la acusación de ser samaritano, quizá porque estos le habían recibido y creído en Él[4]. Él estaba honrando al Padre, mientras ellos lo deshonraban a Él. No buscaba su gloria, a pesar de que podía dar una orden y legiones de ángeles aparecerían para demostrar quién era Él. A pesar de eso, más bien prefirió la humillación y la muerte. Pero había quien le honraría, el Padre celestial.
De nuevo Jesús asegura que creer en Él era un certificado de la vida eterna, pero no el hecho de afirmar que es el Hijo de Dios, sino en guardar, en buscar cumplir con la Palabra de Dios.
26. 8.52-53 De nuevo dejan ver que no comprenden las enseñanzas de Jesús. Consideraban que las palabras de Jesús eran una locura. Pensaban que Jesús quería ponerse en una posición superior a la de Abraham y de los profetas. Ellos no reconocían la gloria de Jesús.
27. 8:54-56 Se dice que no es correcto lanzarse flores a uno mismo, Jesús lo sabía bien, por eso Él no lo hacía, sino que Dios mismo era quien lo glorificaba. Era ese mismo Dios que ellos decían ser su padre, pero que en realidad no conocían y la mejor manera de saber esto era porque no obedecían Su Palabra. A diferencia de ellos, Jesús lo conocía porque tenía un conocimiento especial de Dios y esto se manifestaba porque cumplía con Su Palabra.
Abraham ya había muerto cuando Jesús comenzó Su ministerio, pero él lo vio con los ojos de la fe, al igual que lo hicieran Moisés, David y todos los héroes de la fe.
28. 8.57 Vemos como tuercen los judíos todo lo que oyen. Jesús no dijo que Él había visto a Abraham, sino que Abraham había visto su día. Lo había visto por su fe, así como todos los creyentes estamos seguros que un día veremos a Dios en su gloria y por fe ya lo vivimos, a pesar que hay quienes dicen que nadie sabe si irá al Cielo, más los verdaderos cristianos ya estamos experimentándolo.
29. 8.58 Jesús da una declaración que hace que los oídos de los judíos retumben: Se identifica directamente con la Deidad. Ellos entienden la afirmación del Maestro y en un impulso descontrolado deciden lapidarlo, pero aún no era la hora de Jesús, por lo que es escondido y sale del Templo.
[1] Levítico 25.54.
[2] Génesis 18.1-5.
[3] 1 Juan 3.15.
[4] Juan 3.