D. Mormones.
1. Joseph Smith, hijo.
En 1830, en LaFayette, Nueva York, surgió la “Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, más conocidos como “Mormones”. Su fundador fue Joseph Smith, quien se proclamó profeta.
Joseph Smith, Jr. nace en Sharon, Vermont, Estados Unidos, el 23 de diciembre de 1805. Fue el quinto de once hijos del matrimonio entre Joseph Smith padre y Lucy Mack, casados en 1796. Su familia era una de las tantas descendientes de inmigrantes y eran considerados por sus vecinos como una familia “analfabeta, bebedora de whiskey, holgazana e irreligiosa”. La madre, Lucy Mack, practicaba la hechicería y alimentaba la pretensión, por lo visto no del todo desprovista de fines económicos, de tener visiones. El padre, Joseph, más conocido como Joe, contaba con una cierta popularidad que emanaba de que su ocupación consistía en buscar tesoros en favor de aquellos que le pagaban con esa finalidad, en particular el del capitán Kidd. Está documentado que el joven Joseph Smith acompañaba con frecuencia a su padre en estas expediciones a mitad de camino entre el fraude y lo oculto, y desde edad muy temprana se dedicó a la práctica de la adivinación y de decir la fortuna mediante el uso de piedras, una práctica específicamente prohibida por la Biblia. Sin embargo, de manera aún más interesante, la familia de Joseph Smith estaba estrechamente vinculada con la masonería. El padre, Joseph Smith Sr. había sido iniciado en el grado de maestro masón el 7 de mayo de 1818 en la logia de Ontario de Canandaigua, Nueva York. Uno de los hijos mayores, Hyrum Smith, era miembro de la logia Mount Moriah de Palmyra, Nueva York.
Joseph Smith padre logró prosperar, pero varios reveses económicos le obligaron a establecerse en Palmyra, a orillas del rio Hathaway, en el condado de Ontario, ahora llamado Wayne, en el estado de Nueva York, a unos 2 kilómetros al sur de la población en 1815. Cuatro años más tarde, se mudaron al pueblo de Manchester; en el mismo condado de Ontario.
En el momento en que entraba en la adolescencia, la región de Vermont se vio convulsionada por una serie de corrientes religiosas cristianas revisionistas y fundamentalistas que comenzó con los metodistas; pero pronto se extendió a las demás sectas de la comarca afectando a toda la región. Grandes multitudes se unian a las distintas iglesias creando conmoción y desunión entre la gente. Unos decian “He aquí la verdad”, y otros afirmaban que solo ellos tenían razón. Unos contendían a favor de los metodistas y otros a favor de los presbiterianos o de los bautistas. Parte de su familia abrazó la religión presbiteriana e incluso el joven Smith asistió a diversas reuniones de esta denominación cristiana, no sin dudas al respecto. Joseph Smith, Jr. sentía especial afinidad por lo espiritual, sea cual fuere su origen, y deseaba unirse a una denominación. A pesar del gran amor que los conversos afirmaban sentir al momento de su conversión y del gran fervor manifestado por los clérigos respectivos, que activamente fomentaban este ambiente de fanatismo religioso con el fin de convertir a todos, según ellos, no importaba a qué secta fuera, cuando la gente comenzó a dividirse y a unirse unos a una iglesia, y otros a otra, se vio que los buenos sentimientos tanto de los clérigos como de los conversos eran más fingidos que reales; porque enseguida se produjo una escena de gran confusión y antagonismo: Pastor contra pastor y prosélito contra prosélito, perdieron todos los buenos sentimientos que pudieron abrigarse en una guerra de palabras y opiniones.
Joseph Smith Jr. como la mayor parte de sus contemporáneos, era un varón de escasa escolaridad, colindante en el analfabetismo y según sus propias palabras, casi incapaz de manejar la aritmética básica. Las causas de esta situación pueden encontrar origen en la necesidad de ayudar a mantener el sustento familiar.
En 1820, después de mucho estudio y oración, luego de meditar un pasaje de la Biblia en particular[1], llegó a la conclusión de que debía orar para preguntar a Dios mismo o quedar con la duda para toda su vida. A los 14 años solía acudir a un bosque colindante a su hogar para orar y meditar sobre sus dudas teológicas. Fue en una de estas ocasiones cuando, según su propio relato, presenció una columna de luz dentro de la cual dos personajes celestiales aparecieron ante él, Jesucristo y Dios mismo. Según su relato: “Vi una columna de luz, más brillante que el sol, directamente arriba de mi cabeza; y esta luz gradualmente descendió hasta descansar sobre mí. Al reposar sobre mí la luz, vi en el aire arriba de mí a dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción. Uno de ellos me habló, llamándome por mi nombre, y dijo, señalando al otro: Éste es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo!” El mensaje que estos seres celestiales le anunciaron fue que la verdadera iglesia y doctrina pura del Evangelio de Cristo en ese momento no se encontraba sobre la tierra y que él habría de ser una herramienta en las manos del Señor para restaurar la iglesia de Jesucristo en los últimos días.
Joseph Smith, después de esta experiencia, intentó transmitir dicho mensaje a algunas personas que eran de su confianza o con las que había sostenido alguna conversación religiosa en el pasado, pero fue rechazado, tratado como uno de los autoproclamados profetas precedentes o contemporáneos a su época y frecuentemente ridiculizado.
Tres años más tarde, el 21 de setiembre de 1823, cuando tenía 17 años, Smith proclamó que el ángel Moroni se le había aparecido. Moroni, según contó Smith, le dijo que él, Joseph, había sido elegido para traducir unos escritos de pueblos antiguos, el Libro de Mormón. El documento habría sido escrito sobre planchas de oro por varios profetas americanos y compilado por Mormón, padre de Moroni, más de mil años antes de la aparición, en el 385, en donde se registra que los descendientes de un grupo de inmigrantes provenientes desde el antiguo reino de Israel, quienes llegaron navegando a América aproximadamente 600 años antes de Cristo, y que habrían dado origen en parte a los pobladores amerindios encontrados allí por los colonizadores Europeos. Moroni, el hijo de Mormón, escondería el libro hacia el año 421 d.C., en una colina, actualmente conocida como monte Cumorah, en el Estado de Nueva York. Según Smith, el ángel le mencionó que, a causa de su misión, su nombre sería tomado para bien o para mal en las naciones. Al parecer, el ángel le había dicho que aún no se encontraba listo para traducirlos, por lo que no se los entregó al momento. Sus revelaciones, tildadas de patrañas y locuras por muchos contemporáneos, hallaron acogida en algunos pocos seguidores. La insatisfacción de estos, que por el momento solo contaban con los testimonios de Smith para construir su cuerpo doctrinal, provocó que muchas veces sus seguidores pidieran a Smith que les mostraran las supuestas planchas de oro. Cierto tiempo después, y siempre según el propio Smith, encontró las planchas en el lugar indicado por el ángel Moroni y anunció que el Señor le había ordenado mostrar las planchas, lo que efectivamente haría ante once testigos escogidos entre sus fieles. Los testimonios de estos se pueden encontrar hoy entre las primeras páginas del “Libro de Mormón”.
Esto ha sido enseñado por lo mormones acerca de la aparición que vio Smith, pero cierto es que no fue así. Los mismos mormones se han visto obligados a reconocer que el relato oficial de la primera visión de Joseph Smith y las visitas del ángel Moroni fue publicado por primera vez en 1842, es decir, 22 años después de acontecidos los hechos. Hasta qué punto este retraso resulta absurdo podemos verlo en el hecho de que la secta fue fundada oficialmente el 6 de Abril de 1830, el mismo año de publicación del Libro de Mormón, en Fayette, Condado de Séneca, Nueva York. Smith y sus seguidores organizaron la Iglesia de acuerdo con las leyes del estado con un total de seis miembros.
Diversas investigaciones parecen apuntar a una causa bien poco presentable: El mismo Joseph Smith no contó siempre la misma historia y ello se debe sencillamente a que la misma no era verdad. Jerald y Sandra Tanner han dejado de manifiesto que en el interior de la secta circulaban, al menos, dos versiones diferentes de la visión divina de Smith si bien no salieron a la luz pública hasta que Paul Cheesman, un estudiante de la universidad Brigham Young, las publicó en 1965. Por si esto fuera poco, al año siguiente, James B. Allen, profesor asociado de Historia de la BYU, reveló otra versión más de la visión. Demasiados relatos discordantes para creer en una versión, hoy oficial, que, al parecer, desconocieron dirigentes mormones como Brigham Young y Oliver Cowdery.
El mismo Joseph Smith se destacó por ser el origen de este tremendo embrollo. A fin de cuentas, no relató siempre la misma historia. Así, el “Messenger and Advocate” de Septiembre de 1834 y de Febrero de 1835 publicó diversas versiones de la primera visión considerablemente diferentes de la oficial de 1842. Las diferencias son de magnitud. En la versión ahora oficial, Joseph Smith tenía catorce años, buscaba saber qué secta era la verdadera y se le aparecieron el Padre y el Hijo. En las de 1834 y 1835, Joseph Smith tenía diecisiete años, lo que ansiaba saber es si existía un ser supremo y el que se le apareció fue un simple ángel. Para terminar de complicar las cosas el 29 de mayo de 1852 el “Desert News” publicaba unas declaraciones del profeta Smith en que afirmaba que la primera visión la tuvo a los catorce años y que fue de ángeles.
Esto fue corroborado posteriormente, por el apóstol mormón Orson Pratt y por John Taylor, el tercer presidente de los mormones. Por desgracia para Smith, ni siquiera en la época en que coincidían casi todos en que quien se había aparecido era un ángel, llegaban a ponerse de acuerdo sobre la identidad del mismo. En la primera edición de la “Perla de gran precio” de 1851, página 41, se decía que el ángel era Nephi y la misma opinión sustentaba Lucy Mack, su madre. No obstante, después se denominó al ángel con el apelativo de Moroni. Finalmente, alguien debió de llegar a la conclusión de que una aparición del Padre y del Hijo siempre es mucho más atrayente que la de un simple enviado. Así esta tesis acabaría imponiéndose de manera oficial en la “Perla de gran precio”, uno de los libros sagrados de los mormones.
Como fundamento, según el profeta y apóstol MacKay, de la organización que afirmaba ser la única iglesia cristiana, la visión primera de Smith da la impresión de dejar mucho que desear. No coinciden, de acuerdo a las diferentes versiones, ni la edad de Smith, ni el motivo de su oración ni los personajes que se le aparecieron. Francamente, un profeta con una memoria tan dudosa sobre asunto de tanta importancia no consigue crear precisamente confianza en la manera en que transmite las revelaciones ni en la veracidad de las mismas. Para colmo, la última, por el momento, versión de la visión de Smith se contradice con sus propias enseñanzas de manera directa.
Mientras llegaba el tiempo de recibir los escritos sagrados, conoció en 1825 a una joven maestra llamada Emma Hale, que pasaría a ser Emma Smith después de un noviazgo de más de dos años al casarse en enero de 1827 en South Bainbridge, Nueva York. De allí pasaron a residir en Palmyra.
Finalmente, el 22 de setiembre de 1827 proclamó haber recibido las planchas tras ser instruido por Moroni para llevar a cabo la traducción, en la que se sirvió asimismo de unas piedras pectorales identificadas por el angel como las bíblicas Urím y Tumím. El procedimiento habría consistido en que Smith vistiera las piedras, obteniendo así la facultad de leer las planchas y dictárselas a un testigo para que las transcribiera.
Según Smith, y más tarde los ya mencionados once testigos, el documento consistía en unas planchas de oro con inscripciones en alfabeto “egipcio reformado”[2] unidas con gruesas anillas a modo de libro. Dicha obra habría permanecido oculta en el cerro de Cumorah, a 8 kilómetros al sur, cerca de su residencia en Palmyra. Tras esta proclamación, el matrimonio Smith fue objeto de persecuciones e intentos de robo. Así pues, decidieron mudarse a Harmony, y en ese lugar comenzó su tarea. El papel de su mujer, dotada de una cierta cultura en cuanto maestra de escuela, es considerado determinante. Asimismo, contó con ayuda de su vecino Martin Harris, hombre acaudalado con ciertos problemas de identidad religiosa[3], que le prestaría apoyo económico. El método de traducción consistía en lo siguiente: Diariamente, Harris y Smith se reunían en casa de este; Smith había introducido previamente las planchas de oro en un sombrero en el que, en presencia de Harris, colocaba también las dos piedras videntes que le permitían traducirlas. Harris nunca vio las planchas de oro, aunque sí las piedras, posteriormente, despúes de haber abandonado el mormonismo y luego vuelto a él, declararía haber visto las planchas. Smith entonces introducía su rostro en el sombrero, y comenzaba a dictar el texto traducido, que Harris trasladaba al papel.
La familia de Harris supo por este del particular proceso de traducción, y su esposa, arguyendo que ansiaba ver el texto, insistió en leer la traducción antes de que hubiera sido completada. Smith permitió a Martin Harris llevarse las primeras 116 páginas de la traducción. La mujer de Harris, sospechando un fraude, le comentó a su marido la posibilidad de que Smith se estuviera inventando el texto sobre la marcha. Así que, pretendiendo desenmascarar a Smith, decidió retener el texto traducido e hizo creer a su marido que lo había extraviado. De ser un fraude, Smith produciría una segunda versión que diferiría de la primera. Pero, en lugar de recomenzar el proceso partiendo de las mismas planchas, Smith alegó que el ángel le había prohibido valerse del original en castigo por su negligencia, obligándole entonces a acudir a otros escritos en los que se relataba la misma historia, pero de manera algo distinta.
La familia de Harris tomó esta explicación como una evidencia del engaño, terminando así toda colaboración. En 1829, Smith renaudó la traducción en presencia de otro testigo, Oliver Cowdery. Esta vez Smith tomó la precaución de no dejarle a nadie los textos antes de concluir la traducción, que culminaría ese mismo año. Las planchas de oro y los artefactos, una vez traducidos, le habrían sido retirados de las manos de Smith por el mismo ángel llamado Moroni. En 1830, el texto vio la luz bajo el título de Libro de Mormón.
Según Joseph, durante el proceso de traducción se le apareció, entre otros, Juan el Bautista, quien le confirió el Sacerdocio Aarónico, o sacerdocio menor, sin aclarar qué significaba tal honor. Posteriormente, otros santos cristianos como Pedro, Santiago y Juan le ordenaron en el Sacerdocio de Melquisedec o sacerdocio mayor, encomendándole restaurar la verdadera iglesia de Cristo conforme al modelo de los primeros cristianos. El mensaje reformista no era novedoso, y se basaba, como ya lo hicieran los cuáqueros o los luteranos, en razón de que las iglesias surgidas después de las muertes de los primeros apóstoles, habrían sido “corrompidas” por las filosofías imperantes, pervirtiendo su mensaje. Al período religioso que transcurría entre sus revelaciones y la labor de los apóstoles Smith lo llamó “la Gran Apostasía”, periodo en el que los derechos del sacerdocio carecían de validez. Se hacía necesaria, pues, una restauración directa por parte de los apóstoles, en la que también se revelarían partes fundamentales de la doctrina de Cristo que habían sido olvidadas.
El Libro de Mormón aparece como un relato del pueblo de Nefi, de origen semita, que llegó al continente americano desde el Oriente Medio, guiado por inspiración divina. El relato cubre un periodo que va, aproximadamente, desde el año 600 a.C., hasta el año 400 d.C. También incluye la historia de una migración anterior, de los jareditas, pueblo de la época de la torre de Babel, quienes supuestamente emigraron a este continente, pero que fueron casi exterminados antes de la llegada del grupo semita de Nefi. La trama principal trata de una clan familiar de hebreos que abandona Jerusalén antes de que fuera sitiada y tomada por las tropas de Senaquerib, rey Asirio, y que guiados por Dios y una brújula especial llamada “Liahona”, atraviesan los oceános para llegar a América bajo el liderazgo de un hombre llamado Nefi. Tras alcanzar su destino, se multiplican grandemente, para después dividirse en dos grupos rivales, los nefitas y los lamanitas, en pugna constante. Los nefitas fueron finalmente derrotados por los lamanitas en 428. Los lamanitas que sobrevivieron se transformaron en un pueblo feroz y muy distante de las costumbres nefitas, constituyendo la ascendencia de los indios americanos. La arqueología, la genética y la historiografía modernas han considerado esta historia tan sorprendente que ni tan siquiera se han propuesto refutarla directamente, salvo cuando se han visto forzadas a hacerlo en respuesta a las pretensiones de historicidad verídica por parte de la propia Iglesia mormona, pero las pruebas demuestran que los pueblos nativos americanos no tienen en nigún caso origen semita, que las culturas mesoamericanas jamás tuvieron un contacto incuestionable con los pueblos del mediterráneo de la Antigüedad, y que no hay vestigio alguno que muestre una ruptura de la continuidad cultural, histórica, o económica de las mismas en el entorno del año 600 a.C., cuando habrían llegado los nefitas. Buena parte del libro trata la aparición de Jesucristo en América, donde habría repetido buena parte de sus doctrinas a los nefitas. Sea como sea, para los mormones, El Libro de Mormón es un volumen de escrituras sagradas con la misma validez que la Biblia. Para ellos es una historia de la comunicación de Dios con los antiguos habitantes de las Américas y contiene la plenitud del evangelio eterno, e ignoran que:
a. Nunca existió un idioma tal como los “jeroglíficos reformados egipcios”, como lengua oral o escrita. Ningún lingüista confirma ese hecho.
b. Nadie ha encontrado rastros de alguna de las 38 ciudades de América Central que se mencionan en el Libro de Mormón. La arqueología ha dejado de buscarlas.
c. No hay conexiones genealógicas entre el pueblo hebreo y los indios americanos. Mormón pretende que Jesús visitó a los indios después de su resurrección, lo que es un fraude.
d. La división en capítulos y versículos en la Biblia fue usada cientos de años después del año 421 cuando supuestamente las planchas de oro fueron usadas para contar sobre las migraciones hebreas y lo demás. Entonces, ¿cómo es posible que esas divisiones aparecieran en una traducción cuando en realidad no aparecían originalmente en las Escrituras? Las citas del Antiguo y Nuevo Testamentos son exactamente las de la versión inglesa King James, de 1611, incluyendo las palabras en cursiva que fueron agregadas para la claridad del texto. Esa traducción fue hecha mil doscientos años después del pretendido encuentro de las planchas de oro en 421.
e. Los mormones pretenden que ese libro es el “más correcto que se haya escrito”, pero ha tenido alrededor de cuatro mil correcciones desde la primera edición, a medida que los líderes han tratado de corregir errores. Pero hasta la actualidad, no han borrado la declaración de 3 Nephi 8.23, que declara que las tinieblas cubrieron la tierra por tres días después que Cristo fue crucificado. En Mateo 27.45-46, Marcos 15.33 y Lucas 23.44 se dice que fueron tres horas.
f. Los nombres de once “testigos” están en la portada del libro, como quienes certifican que es auténtica la “traducción” hecha por Joseph Smith de las planchas de oro. Ocho de esos testigos luego fueron expulsados de la iglesia por “fraude, mentira y otros crímenes”.
g. Solomon Spaulding murió diez años antes que surgiera el Libro de Mormón. Escribió otra “novela”. Tres peritos calígrafos: Howard Davis, Wayne Cowdrey y Donald Scales, han afirmado que la escritura de ambos ha sido identificada como igual, excepto interpolaciones y cambios hecho por Smith y sus seguidores[4].
h. En 2 Nephi 29.3-10 declara tontos a los “gentiles” por decir que la Biblia es adecuada. En una conferencia juvenil en 1970, un líder mormón dijo que los leen la Biblia no aprenden mucho y que se necesita leer tres veces más el Libro de Mormón.
Kirtland, Ohio se convierte en el principal lugar de reunión de los mormones. José Smith recibe muchas revelaciones. Otros mormones se mudan a Missouri, con la esperanza de edificar Sión. Kirtland, Ohio es el sitio del primer templo mormón.
Algunos aspectos de las doctrinas presentadas por Smith ofendían a las denominaciones cristianas ya establecidas, y otros, como la poligamia o sus intentos de establecer una especie de teocracia en un país que estaba construyendo su identidad nacional sobre la separación entre Iglesia y Estado, resultaban intolerables para buena parte de la opinión pública norteamericana. Tras su expansión inicial, la tirantez entre miembros y no miembros de la iglesia mormona se fue intensificando, obligando a Smith a trasladar su sede en varias ocasiones hasta ser detenido en el estado de Illinois, donde se hallaba en proceso de construir un segundo templo con sus seguidores, entre los que se encontraba un nutrido grupo de conversos europeos.
Tanto Smith como sus consejeros estuvieron varias veces encarcelados bajo cargos tales como escándalo público o alterar el orden, aunque en ningún caso durante largo tiempo. El hecho de presentarse como un profeta receptor del mensaje divino con la intención de reformar el protestantismo a su favor, no le hicieron ningún bien de cara a la opinión pública, mayoritariamente suspicaz ante tales casos. El ambiente profundamente religioso y protestante surgido en los Estados Unidos a principios del siglo XIX, del que Smith era un destacado producto, era marcadamente hostil a toda autoproclamación profética. Más aún, el afán proselitista del mismo y su ruptura doctrinal no eran algo fácilmente asumible por una sociedad con reticencias religiosas.
De junio a octubre de 1830, Joseph Smith presentó a la nueva Iglesia, lo que habrían sido importantes revelaciones doctrinales, escribió una versión que refirió ser inspirada del Génesis y escritos de Moisés, incluyendo porciones de un libro que habría escrito el profeta antediluviano Enoc. En diciembre de 1830, la Iglesia en Nueva York tenía más de 70 miembros bautizados en la nueva fe, y pocos meses después el número de conversos en Ohio superaba los de la sede en Nueva York.
Luego se trasladan al Condado de Jackson, Missouri, en 1831.
En 1832, Joseph Smith afirmó haber tenido una revelación de Dios según la cual nadie puede ver a Dios sin tener el sacerdocio. Según el propio Smith él no tuvo ese sacerdocio hasta pasado 1830 pero la visión de Dios fue, al menos, diez años antes. Como y por qué Dios hizo una excepción a Su revelación en relación a Smith constituye un misterio que hasta la fecha ningún adepto de la secta ha conseguido aclarar.
Como ha dejado de manifiesto Floyd C. Mc Elveen, ambas revelaciones no pueden ser verdad. O bien Smith vio a Dios en 1820, y eso se contradice con la revelación sobre el sacerdocio de 1832, o bien la revelación de 1832 es falsa y con ello queda a salvo la veracidad de la versión, hoy oficial, de la visión de 1820. Naturalmente cabe también la posibilidad de que ambas visiones no fueran sino una falacia.
Para 1833, ellos son arrojados del Condado de Jackson por grupos de personas. Los mormones primero se establecen en el Condado de Clay, y se mudan más permanentemente a los Condados de Caldwell, creado para que los mormones se asentaran y Davies en 1836. Pero estos Condados también son sitios de acoso. Algunos mormones responden la agresión. Un grupo de mormones organiza los “Danitas”, quienes responden la pelea. Cuando el resto de la Iglesia se muda a Missouri, el conflicto crece. La Orden de Exterminación fuerza a los mormones a salir de Missouri. Docenas de mormones son masacrados en el Molino de Haun, otros son quemados fuera de sus casas. Smith es arrestado.
Smith era considerado profeta y vidente y el 14 de Febrero de 1835 anunció que en 56 años, es decir, en 1891, sería la Venida de Cristo y el 14 de Febrero de ese año comenzaría el Juicio Final[5]. Pero además afirmó que los habitantes de la Luna medían 1,80 metros, vestían como los Quakers y vivían cerca de 1 000 años[6]. En su libro “Doctrinas y Convenios” [7] afirmó que elnombre de Oliver Granger “…será guardado en sagrada memoria de generación en generación, para siempre, ha dicho el Señor”, pero al consultar a varios mormones de nuestros días sobre este señor, nadie sabe quién fue. Otra de las “profecías” fallidas de Smith se refiere a David W. Patten que debía llevar a cabo una misión durante la próxima primavera de 1838[8], pero ¡David Patten murió antes de la primavera! Smith declaró que Dios le mandó instituir la poligamia. Tuvo 47 “esposas oficiales”, ocho de las cuales tenían entre catorce y diecinueve años. En 1833 predicó que las ciudades de Nueva York, Albany y Boston serían destruidas en su tiempo si rechazaban su mensaje. Esas ciudades no aceptaron el estilo de vida de Smith pero no fueron destruidas por Dios a causa de ello. También profetizó que la ciudad de Sión sería establecida en Independence, Estado de Misuri[9]. Afirmó que cerca del Polo Norte hay una tierra cálida y fructífera donde viven las diez tribus perdidas de Israel. Dijo que la tribu de Manasés era más numerosa que las demás y, aunque no sean judíos, que los mormones proceden de las tribus de Efraín y Manasés. En esa época, había rumores de que estallaría la guerra entre el Sur y el Norte y Smith profetizó que se extendería “por todas las naciones”, pero eso no ocurrió. La Biblia advierte sobre los falsos profetas[10]. Smith declaró que había tenido visitas de Juan el Bautista en Mayo de 1829 y le había dado autoridad para bautizar y desde entonces los mormones dicen que ellos son los administradores legales del bautismo y la cena del Señor y que todos los demás son falsos. También pretendió haber sido visitado por Moisés, Elías, Miguel, Gabriel y, por supuesto, Moroni[11].
Pese a la antipatía que suscitaban sus pretensiones mesiánicas, vistas por muchos contemporáneos como los delirios de un loco, la fama de Joseph Smith entre sus seguidores alcanzó niveles tan elevados que muchos pensaron en postularlo a la presidencia de los Estados Unidos, lo que efectivamente llevaron a cabo.
En abril de 1839, un guardia quien era muy amable con Smith le permitió que escapara de la prisión y se unió a los mormones en Illinois. El escogió las orillas de Mississippi en el Condado de Hancock como el sitio para el nuevo asentamiento y lo nombró Nauvoo. Así empezó el nuevo capítulo en la historia mormona. Los mormones prosperaron en Illinois. En 1840, justamente 10 años después de que la Iglesia fuera organizada, la membrecía alcanzó los 16 000. En el otoño, ellos empezaron a construir otro templo mormón. La persecución continúo, Missouri intentó extraditar a Joseph Smith, en 1842, pero sin ninguna evidencia, los mormones resentidos trataron de escribir ataques en contra de Smith, forzándolo a esconderse para evitar ser enviado a la cárcel. En pocos años Nauvoo rivaliza con Chicago en tamaño.
La candidatura a la presidencia de Smith contribuyó a la hostilidad general contra los mormones, y nuevamente Joseph y su hermano Hyrum fueron encarcelados en la prisión de Carthage por cargos de sedición, después de haber estimulado el cierre de un periódico de Nauvoo, Illinois, que había publicado acusaciones contra él acerca de su poligamia, y una noche Smith hizo asaltar la imprenta y echar los materiales a la calle. El jefe de la policía del Condado acusó a Smith con cargos de incitar un motín que se desató después. Nuevamente, Smith se escondió, con miedo a que la chusma se desquitara. Pero él se entregó a sí mismo a la orden del Gobernador Ford y fue puesto en la cárcel de Cartago el 22 de junio. Joseph Smith murió asesinado a balazos la noche del 27 de junio de 1844 por una turba de alrededor de 200 a 250 personas que lograron abrirse paso hasta su celda, aunque mató a dos atacantes e hirió a otro. En el momento de su muerte, se encontraba preso junto con su hermano Hyrum Smith y su consejero, Taylor, quien sobrevivió e hizo un recuento de los eventos. Smith mató a por lo menos dos antes de que le dispararan de muerte, a pesar que había dicho “Seré llevado como oveja al matadero”[12].
Tras la muerte de Smith, sus opositores pensaron que el movimiento mormón se desvanecería y las persecuciones se redujeron, al tiempo que la agresividad evangelizadora de los mormones menguaba tras desaparecer su cabeza visible y establecerse en los todavía poco poblados territorios del medio oeste americano.
Tras la muerte de Smith, la congregación mormona entró en un periodo de discusiones por la sucesión del cargo de Presidente de la Iglesia y sus atributos. Un grupo reclamó que la sucesión debía recaer en el hijo de Smith; otro grupo postuló la basada en lo que el Consejo de los Doce propusiese.
2. Brigham Young.
Brigham Young nació el 1 de junio de 1801 en una familia de granjeros en Whittingham, Vermont y trabajó como carpintero y herrero itinerante, entre otros trabajos. Asistió tan sólo dos meses a la escuela. Se casó por primera vez en 1824.
Aunque se había convertido al metodismo en 1823, cuando en 1829 se estableció en la ciudad de Mendon, Nueva York, conoció a un hermano y discípulo de Joseph Smith, fundador de la comunidad mormona, Young se acercó al mormonismo, tras leer el “Libro de Mormón” poco después de su publicación en 1830. Se unió formalmente a la nueva fe en 1832 al bautizarse y viajó a Canadá como misionero. Cuando su primera esposa falleció en 1833, Young colaboró con otros mormones para establecer una comunidad en Kirtland, Ohio.
Entre 1833 y 1836, su fama y su talla dentro del movimiento mormón crecieron de una forma extraordinaria. Fue ordenado como apóstol y se unió al Consejo de los Doce Apóstoles como uno de los primeros miembros, el 14 de febrero de 1835. Durante las persecuciones del populacho en Misuri a finales de la década de 1830 le fueron embargadas todas sus propiedades y le hicieron migrar al condado de Hancock, en Illinois, y se estableció Nauvoo como nuevo centro del mormonismo. En 1840 y 1841 viajó a Liverpool, en el Reino Unido como misionero de la Iglesia. La mayoría de los que Young convirtió, unos 70 000, emigraron a Estados Unidos para unirse a las comunidades mormonas norteamericanas. En la década de 1840 Young estaba entre los que establecieron la ciudad de Nauvoo, Illinois, a orillas del río Misisipi. En esta ciudad se estableció la nueva sede de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. En tamaño, llegó a ser comparable a Chicago.
Mientras estaba en la cárcel esperando un juicio por cargos de traición, el presidente de la Iglesia Joseph Smith fue asesinado por una multitud enfervorecida en 1844.
Hubo varios aspirantes para sustituirá Smith como presidente de la iglesia. Sidney Rigdon, el único superviviente de la primera presidencia argumento la necesidad de ser temporalmente “guardián de la Iglesia”, pero en un mitin celebrado en Nauvoo, Young argumentó con éxito que era el Consejo de los Doce quien debía regir la comunidad. Esta propuesta salió adelante, y Young, como presidente del Consejo, se autoproclamó líder como presidente del Quorum de los Doce. A partir de esta conferencia la Iglesia se dividió en dos fuertes corrientes: Los que postulaban que la sucesión de la presidencia y oficio de profeta debían estar a cargo de quien habría sido señalado por el difunto Joseph Smith, su hijo de 12 años a la fecha Joseph Smith Tercero y aquellos que apoyaron la autoproclamación de Brigham Young como líder espirtual, profeta, vidente y revelador. La corriente que no acepto a Young hoy conforma la Comunidad de Cristo radicada en Independence, Misuri y la facción que siguió a Young es hoy la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días establecida en Utah.
Rigdon se separó y asumió la presidencia de la Iglesia Rigdonita, con sede en Pittsburgh, Pensilvania. Surgieron también otros líderes para encabezar lo que más tarde serían grupos independientes del movimiento.
Después de una tregua, los ataques empezaron nuevamente y el acuerdo de Nauvoo fue revocado en enero de 1845.
La persistencia de conflictos y la practica de la poligamia motivó la oposición de Illinois contra ellos hizo que en 1846 Young organizase y supervisase la marcha de cerca de 5 000 mormones a través de las grandes llanuras llegando a Council Bluffs, Iowa, y a las montañas Rocosas hacia Winter Quarters, Nebraska, y más tarde a la región árida de Great Basin, estableciendo la “Ruta Mormona” a Utah. Allí, en el valle de Salt Lake, por entonces parte de México, fundó el 24 de Julio de 1847 la ciudad de Great Salt Lake. Esta fecha se recuerda como el Día del Pionero y es festivo en el Estado de Utah. Después de tres años bajo el Consejo de los Doce, Young organizó una nueva Primera Presidencia y el 5 de diciembre del mismo año lo designaron de forma solemne como cabeza de la Iglesia mormona. En los próximos años continuaron llegando los inmigrantes a Salt Lake, y Young envió a establecer comunidades alrededor del territorio.
El Batallón Mormón participa en la Guerra de Estados Unidos y México y explora California. Los pioneros mormones establecen ciudades en Utah, Nevada, Colorado, Wyoming, Arizona e Idaho, así como en el norte de México y al sur de Canadá. Este periodo marca diez años de paz para la Iglesia Mormona.
Poco después de que las nuevas colonias mormonas se establecieran en territorio mexicano, en la Alta California, vendido ilegalmente a Estados Unidos por Antonio López de Santanna y mencionado como “Cesión Mexicana” por cronistas estadounidenses de la época, Young solicitó al Congreso de los Estados Unidos la creación del estado de Deseret. En lugar de eso, en 1850 se estableció en el territorio que hoy es Utah, y Young fue nombrado gobernador. Como gobernador y presidente de la Iglesia, Young gestionó asuntos religiosos y económicos. Promovió la independencia económica y la autosuficiencia. Elevó el status económico de las arcas eclesiásticas sacando a la iglesia y a sus miembros de la pobreza.
Muchas ciudades de Utah y algunas de los estados vecinos fueron fundadas bajo la dirección de Young. Algunos han acusado a Young de ser un autócrata. Otros discrepan, reconociendo a Young como un líder fuerte e influyente durante una época complicada, conservando así una reputación y una herencia que están mayoritariamente bien vistas dentro del movimiento mormón.
En 1857, la iglesia mormona estaba asegurando su poder en Utah cuando ocurrió un hecho luctuoso. Los primeros funcionarios de Utah, usando presión policial y mentiras que decían que los mormones se rebelaban contra la autoridad de los Estados Unidos, inducen al Presidente James Buchanan a enviar el Ejército de Johnston a Utah para sofocar una rebelión inexistente y colocar a un nuevo gobernador, ya que se relevó a Brigham Young del cargo de gobernador de Utah, pero no se le notificó. Los mormones, que no desean ser expulsados nuevamente, hostigan al Ejército de Johnston quemando pasto y dispersando a los caballos. El ejército finalmente concluye que no hay rebelión y establece la paz después que Brigham Young se reunió con el nuevo gobernador Alfred Cumming y obtuvo un acuerdo de que los mormones asentados no serían hostigados, luego de lo cual el renunció al puesto de gobernador. Los mormones evitaron la guerra y el volver a mudarse.
Desafortunadamente, los temores provocados por la idea de invasión conducen a algunos mormones a masacrar a una caravana de un centenar y medio de personas atravesaba el Estado con destino a California, la caravana era dirigida por el señor Fincher, eran colonos buscando tierra, la caravana es rodeada y atacada por un grupo de hombres armados.
Luego de un sitio de cinco días, la milicia convence a los colonos de rendirse con la promesa de que se les daría un salvoconducto para atravesar el Estado. Cuando los colonos se rinden, toma lugar la carnicería mayor entre pioneros blancos durante toda la historia de la colonización en América. Alrededor de 140 hombres, mujeres y niños fueron ejecutados a sangre fría; solo 17 niños menores de 8 años fueron conservados con vida. Ocho años es el máximo dentro de la edad de inocencia entre los mormones. El gobierno detuvo a John D. Lee acusado como el ejecutor intelectual de la masacre. La iglesia lo excomulgó declarando a Lee fuera de la ley del hombre, y de la iglesia al supuestamente malinterpretar un edicto de su líder, Brigham Young.
En marzo de 1877, 20 años más tarde, el gobierno de los Estados Unidos ejecutó al hombre al mando de los asesinos, John D. Lee. En sus últimas palabras, Lee confesó sentirse traicionado por Brigham Young, aunque mantuvo que este no supo de la atrocidad hasta después de que había ocurrido. Cierta interpretación de los hechos hicieron a Lee suponer que Brigham Young quería que todo emigrante que pasara por el Territorio de Utah durante el toque de sitio fuera detenido o asesinado. Brigham Young no fue juzgado por la masacre hasta su muerte ese mismo año. El acontecimiento de Mountain Meadows fue y ha sido hasta el día de hoy criticado duramente por críticos de la iglesia mormona contándose una gran cantidad de material bibliográfico dedicado a ello. La masacre de Mountain Meadows fue perpetrada por hombres que tomaron esta decisión en contra de las leyes tanto del país como de su iglesia. El líder mormón Gordon Hinckley que presidio la iglesia mormona entre 1994 y 2007, dio disculpas públicas debido al revuelo que se ha dado debido a la reciente publicación de un libro que trata sobre este tema y la iglesia mormona levantó un monumento conmemorativo a la masacre.
Durante la Guerra Civil, se deja en paz a la Iglesia Mormona por mucho tiempo, pero al final de la guerra, fue abolida la esclavitud y entonces la poligamia llegó a ser de nuevo el blanco de atención. Se aprobaron varias leyes por el Congreso haciendo ilegal la poligamia y se castigaron aquellos que la practicaban. Al principio esto fue difícil de implementar, pero con la muerte de Brigham Young, varios líderes de la Iglesia fueron encarcelados por practicar la poligamia y algunos de ellos se escondieron para evitar ser encarcelados. Miles de mormones son finalmente encarcelados y a otros se les prohíbe votar, tener cargos, o poseer propiedades. Para mantener a los mormones fuera del trabajo, se instituyeron juramentos de lealtad. Los líderes de la Iglesia se escondían y muchos mormones huyeron a México y Canadá. Las sanciones del gobierno federal incrementaron hasta el año 1890 cuando el profeta mormón y presidente de la Iglesia Mormona, Wilford Woodruff, anunció la revelación de terminar con la práctica de la poligamia[13]. Más tarde, el Presidente de los Estados Unidos, Grover Cleveland perdonará a todos los poligamitas. Durante este periodo, miles de mormones europeos vinieron a Utah.
Entre los dichos de Brigham Young encontramos que declaro: “No hay hombre o mujer que quebrante los pactos hechos con su Dios, a quien no se le requerirá que pague la deuda. La sangre de Cristo nunca limpiará aquello; usted debe expiar por ello con su propia sangre...”[14]. Además: “...y aquel que no confiesa que Jesús ha venido en la carne y que envió a Joseph Smith con la plenitud del Evangelio para esta generación, no es de Dios, sino que es Anticristo”[15]. Acerca de sus discursos: “Les digo ahora, cuando ellos son copiados y aprobados por mí, son tan buena Escritura como lo que está expresado en esta Biblia...”[16] Acerca de la poligamia: “Ahora, si cualquiera de ustedes negara la pluraildad de esposas, y persistiese en hacerlo, les prometo que será maldecido”[17]. Sobre la salvación: “...ningún hombre o mujer en esta dispensación entrará jamás al reino celestial de Dios sin el consentimiento de Joseph Smith”[18]. Sobre la concepción de Jesús: “El nacimiento del Salvador fue tan natural como el de nuestros hijos; fue el resultado de una acción natural. El participó de carne y sangre, fue engendrado por su Padre, como nosotros lo fuimos por nuestros padres”[19]. Acerca de la Omnisciencia de Dios: “Dios mismo está aumentando y progresando en conocimiento, poder y dominio, y continuará haciéndolo perpetuamente”[20]. Sobre sí mismo: “¿Qué hombre o mujer en la tierra, qué espíritu del mundo espiritual puede decir verdaderamente que yo haya dado jamás una palabra de consejo errónea, o una palabra de consejo que no pudiera ser sancionada por los cielos? El éxito que me ha acompañado en mi presidencia se debe a las bendiciones y misericordia del Todopoderoso...”[21]
Young es conocido con varios sobrenombres, entre ellos “el Moisés Americano” debido a que, igual que Moisés, condujo a los primeros miembros de la Iglesia de Jesucristo durante un arduo “éxodo” por las planicies de norteamérica, para llegar a una “tierra prometida”.
Las siguientes décadas por algún tiempo están marcadas por un período de paz en la historia del mormonismo. Cuando la poligamia terminó Utah llegó a ser parte de los Estados y la historia mormona se estabilizó. La Iglesia Mormona empieza a volverse próspera otra vez, aunque tomará algún tiempo para poder pagar todas las deudas acarreadas por la persecución. Y algunas partes de la persecución todavía existen. Reed Smoot, un apóstol mormón, debe pelear por dos años para tomar su lugar en el Senado de los Estados Unidos después de ser elegido. El Presidente Joseph F. Smith recibe una importante revelación acerca de la salvación para los muertos. La Iglesia celebra su centenario y empieza a comprar lugares históricos. Durante la Gran Depresión, la Iglesia crea el sistema de Bienestar de la Iglesia para ayudar a sus miembros. Los mormones fuera de los Estados Unidos dejan de mudarse a Utah en masa, la mayoría se queda donde está. La obra misional en América del Sur y en las islas del Pacífico trae a miles a la Iglesia y se construyen templos mormones en Canadá, Europa, Nueva Zelanda y Hawái. Los mormones se hallan en ambos lados del conflicto de la Segunda Guerra Mundial y muchos son atrapados detrás de la Cortina de Hierro después de la guerra.
A continuación de la Segunda Guerra Mundial, la Iglesia Mormona empieza a crecer exponencialmente. Los templos aumentan junto con este crecimiento. Aún se construye un templo en Alemania Oriental bajo el control Soviético. El presidente David O. McKay se convierte en el presidente mormón que más ha viajado hasta esa fecha. Los programas de bienestar y humanitario mormones se expanden y la Iglesia provee valiosa ayuda a la reconstrucción de Europa y Japón. Se establecen los centros de capacitación misional para ayudar a los misioneros a aprender los muchos y crecientes idiomas en la Iglesia. David O. McKay anima a todos los miembros a ser misioneros y el Señor revela a uno de sus sucesores, Spencer W. Kimball, que todos los miembros varones deben servir como misioneros. El número en la fuerza misional de la Iglesia se eleva a más de 50 000. Este crecimiento hace necesario hacer más eficientes el gobierno de la Iglesia y los programas de la Iglesia a través del programa de correlación. El crecimiento de la Iglesia en Brasil y África mueve al profeta mormón Spencer W. Kimball a orar acerca de la prohibición de otorgar el sacerdocio a las personas de raza negra. En 1978, él recibe una revelación de que todos los miembros varones dignos pueden recibir el sacerdocio. La Iglesia Mormona crece exponencialmente en Brasil y en África. En la década de 1980, la Iglesia se enfoca en la traducción del Libro de Mormón a docenas de idiomas mundiales y los mormones responden al llamado de “inundar la tierra” con el Libro de Mormón.
Actualmente, la Iglesia tiene 14 millones de miembros repartidos en diferentes países, incluyendo Latinoamérica y Europa, estableciendo congregaciones y templos a través del mundo. Los fieles de la Iglesia creen que Jesucristo guía la Iglesia por revelación dada al Presidente de la Iglesia, a quien considera un profeta. Además tienen 129 Templos funcionando y más de 27 000 congregaciones llamadas barrios o ramas, los cuales asisten cada domingo a “capillas” en 160 naciones. Entre ellos hay más de 53 000 misioneros, la mayoría de entre 19 y 21 años de edad, cuya actividad proselitista dura dos años; las mujeres sirven misiones de año y medio, lo mismo que los matrimonios mayores. Los centros de capacitación misional se encuentran en Provo, Utah, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana, Inglaterra, Guatemala, Japón, México, Nueva Zelanda, Perú, las Filipinas, España y Corea del Sur.
3. Creencias mormonas.
Según los mormones, la iglesia cristiana fue apóstata hasta 1830. No aceptan la doctrina de la Trinidad, sino que enseñan la existencia de infinidad de dioses que fueron una vez hombres. Los humanos pueden transformarse en dioses y alcanzar la divinidad en la vida venidera. La encarnación de Cristo no es única para ellos, ya que otros dioses, después de una existencia como espíritus, se establecieron en algún planeta para recibir cuerpos antes de alcanzar la deidad.
Joseph Smith enseñó, y desde entonces la creencia se ha mantenido, que el canon de libros sagrados no estaba cerrado y que Dios seguía revelando, cosas divinas, al hombre. La Iglesia acepta otros libros sagrados y revelaciones que complementan y clarifican a la Biblia. Más aún, Dios puede dar revelaciones a quienes presiden la iglesia en el presente, así como revelaciones personales a cualquier hombre o mujer en cualquier lugar y situación y que cumpla los requisitos de la fe en Cristo, relacionados a sus vidas personales y familiares. Se sostienen a la Primera Presidencia y a los doce apóstoles de la Iglesia como profetas, videntes y reveladores.
4. Literatura Aceptada por los Mormones.
Todos los Santos de los Últimos Días aceptan a la Santa Biblia como Escritura Sagrada hasta donde esté correctamente traducida, y creen que sus profecías son verídicas, pero que hay algunas partes de la traducción de la Biblia que están incompletas o incorrectas. Se estudia el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento en clases dominicales, llamadas Escuela Dominical. Se entiende que las escrituras son compendios de libros que manifiestan la voluntad de Dios por medio de sus respectivos profetas, y notan que existen otros libros que se mencionan en la Biblia que se han perdido. La revisión de la Santa Biblia, considerada la mejor traducida; totalmente aceptada y usada por los miembros hispano-hablantes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es “Reina Valera 1960”.
Como vimos antes, el Libro de Mormón es un volumen de escritura sagrada para los mormones, semejante en propósito y teología a la Biblia, y es considerado por sus miembros como el más correcto de todos los libros sobre la tierra, y la clave de su religión.
Otro de sus libros es “Doctrinas y Convenios” que contiene escritos, considerados revelaciones modernas, dadas por Dios a Joseph Smith y algunos de sus sucesores. Contiene instrucciones sobre el sacerdocio, la obra misional, la obra de los templos, las glorias de las eternidades, y la obra a favor de los muertos, entre otras.
“Doctrinas y Convenios” constan de 138 secciones o capítulos y 2 Declaraciones Oficiales, dadas a José Smith en su mayoría; aunque contienen también lo que se considera es la palabra literal de Dios o ángeles[22], ordenaciones[23], visiones, actas, oraciones, preguntas, deberes y responsabilidades eclesiásticas, epístolas, instrucciones personalizadas y declaraciones.
La mayoría de las Secciones fueron recibidas por Joseph Smith desde 1829 hasta su muerte. La Sección 135 relata la muerte del mismo, escrito por John Taylor el 27 de junio de 1844. La última sección es una vision dada al Presidente Joseph F. Smith en el año 1918 sobre el mundo de los espíritus y la administración de la obra misional entre los muertos.
Todos los Santos de los Últimos Días aceptan una colección de escrituras sagradas llamada “La Perla de Gran Precio”. La misma consiste de “El libro de Moisés”, “El libro de Abraham”, “Joseph Smith – Mateo” y “Joseph Smith – Historia”: Una selección de materias o temas de gran valor que se relacionan con muchos aspectos importantes de la fe y de la teología de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El profeta Joseph Smith preparó estos temas y se publicaron en los periódicos de la Iglesia en su época y son considerados auténticos y parte de la palabra de Dios.
El “Libro de Moisés” consiste en un libro corto, de ocho capítulos, que José Smith comenzó en junio de 1830 en el que afirmó haber traducido, con el poder de Dios, los escritos de Moisés de la Biblia, agregando partes originales que se habían perdido con el correr del tiempo. Equivale al comienzo del Génesis, y contiene un relato de la creación del mundo, la historia de Adán y Eva, la vida de Enoc y las condiciones que prepararon al mundo para el Diluvio. Relata el intento de Satanás de destruir el Plan de Salvación, y de como Jesucristo aceptó dicho plan en la vida premortal.
A comienzos del siglo XIX, un arqueólogo italiano, Antonio Lebolo, encontró ciertos papiros en tumbas egipcias. Al morir se los dejó a Michael Chandler. El mismo los expuso en Estados Unidos en 1835. Joseph Smith los compró con ayuda de los miembros de la iglesia en Kirtland por US$ 2400 y, con Oliver Cowdery y W. W. Phelps como escribas, tradujo los caracteres y jeroglíficos. Estas transacciones históricas se tornaron en cuestión de fe al dar Joseph Smith a conocer la traducción de los manuscritos. Los escritos que presentó Smith contienen un relato en primera persona, escrito por quien según él, fuera el patriarca Abraham. En pocos capítulos, se narra la decisión de Abraham de huir de su casa, su viaje a Egipto, y diversas visiones que tuvo, incluyendo otra narración de la creación del mundo y el plan de salvación que fue presentado a los hijos espirituales de Dios en la vida premortal.
El “Libro de Mateo” consta de un solo capítulo, forma parte de la corrección que Joseph Smith afirmó hacer de la Biblia, con la ayuda divina. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días continúa utilizando la Biblia cristiana, pero considera de importancia la corrección de Joseph Smith. Sin embargo, ninguna de esas correcciones se encuentra en el canon de las escrituras, excepto dos fragmentos: “El libro de Moisés” y el capítulo 24 de Mateo, cuya corrección se denomina “Joseph Smith – Mateo”.
La “Historia” de Smith son selecciones del testimonio e historia oficial de Joseph Smith que él preparó en 1838 y que se publicó en serie en el periódico “Times and Seasons”, en Nauvoo, Illinois, empezando el 15 de marzo de 1842.
Los mormones se han extendido por casi todo el mundo, incluyendo la América Latina, aunque antes de su entrada en Brasil, creían que las personas de raza negra eran ángeles que durante el conflicto celestial entre Dios y Satanás, ellos habían decidido no participar en ninguno de los dos bandos, por lo que como castigo por su cobardía fueron enviados a la tierra como negros.
5. Organización.
Los Mormones se organizan de la siguiente manera:
a. La Primera Presidencia, compuesta por el Profeta y sus dos Consejeros;
b. El “Consejo de los Doce Apóstoles”, presidido por el segundo Apóstol de mayor antigüedad en el Quórum de los Doce;
c. El Obispado Presidente compuesto por un Obispo Presidente y dos Obispos Consejeros;
d. El “Primer y Segundo Quórum de los Setenta”, conforman lo que los Santos de los Últimos Días conocen como “Las Autoridades Generales” de la Iglesia, es decir, los líderes con autoridad a nivel mundial en los asuntos de la Iglesia.
e. Del Tercer al Octavo Quórum de los Setenta se les conoce como Autoridades de Área, es decir, cuya su autoridad esta dentro de la jurisdicción de un Área, que tiene límites específicos.
f. Los quórumes de los Setenta son presididos por 7 presidentes.
g. A nivel local la Iglesia se divide en unidades llamadas “estacas”, divididas a su vez en unidades más pequeñas llamadas “barrios”. Cada estaca es presidida por una Presidencia de Estaca compuesta por un Presidente y dos Consejeros.
h. Los barrios son dirigidos por Obispos que son también asistidos por dos consejeros, formando el Obispado del Barrio.
i. En las localidades donde no haya una gran cantidad de miembros de la Iglesia se organizan Ramas, que son unidades más pequeñas que un barrio pero que al igual que estos agrupan a un número de familias. Estas Ramas son dirigidas por una presidencia de Rama compuesta por un presidente y dos consejeros.
j. Si se diera el caso que hay Ramas que geográficamente están cerca una de la otra se puede conformar un Distrito, presidido por una Presidencia de Distrito compuesta por un presidente y dos consejeros. Cada Distrito es dependiente de la Misión donde se encuentre situado.
k. Una Misión es presidida por una Presidencia de Misión compuesta por un presidente y dos consejeros.
l. El Sacerdocio es la autoridad que Dios a dado a los miembros fieles y dignos de la Iglesia para dirigir y bendecir su Iglesia. Es por medio del Sacerdocio de Dios que se dirigen los asuntos del Reino de Dios en la Tierra. El Sacerdocio está conformado por diferentes Oficios, cada uno con responsabilidades específicas según su ordenación. Una agrupación de hermanos con el mismo oficio conforma un Quórum.
m. Diáconos, por lo general jóvenes de 12 y 13 años: Son presididos por una presidencia de hermanos con este oficio en el sacerdocio. La presidencia se compone de un presidente y dos consejeros. Se conforman a nivel de Barrios o Ramas.
n. Maestros, por lo general jóvenes de 14 y 15 años: Son presididos por una presidencia de hermanos con este oficio en el sacerdocio. La presidencia se compone de un presidente y dos consejeros. Se conforman a nivel de Barrios o Ramas.
o. Presbíteros, jóvenes de 16 a 18 años o varones recién bautizados mayores de edad: Son presididos por el Obispo quien es asistido por dos hermanos con el Oficio de Presbítero, a quienes se les denomina Asistentes. Se conforman a nivel de Barrios o Ramas.
p. Elderes, hermanos mayores de 18 años: Son presididos por una presidencia de hermanos con este oficio en el sacerdocio. La presidencia se compone de un presidente y dos consejeros. Se conforman a nivel de Barrios o Ramas.
q. Sumo Sacerdotes: Son presididos por la Presidencia de Estaca, en un Distrito no se conforman los quorumes de Sumo Sacerdotes, por lo que los hermanos que posean este Oficio del Sacerdocio integran el Quórum de Élderes.
r. Setentas: Son presididos por Siete Presidentes. Se conforman a nivel General.
s. Han levantado enormes templos en varias ciudades del globo y su principal institución educativa es la Universidad Brigham Young en Salt Lake City, ciudad donde radica la sede de la iglesia.
E. Los Adventistas del Sétimo Día.
1. William Miller.
Nació el 15 de febrero de 1782 en Pittsfield, Massachusetts. A la edad de 4 años, su familia se mudó a Hampton Nueva York. Fue educado en casa por su madre, hasta los 9 años de edad, cuando ingresó en la recientemente establecida Escuela del Distrito de Poultney del Este. Se desconoce si Miller cursó alguna educación formal después de los 18 años; a pesar de ello, continuó leyendo vorazmente. En su juventud es sabido que tuvo acceso a las bibliotecas privadas del Juez James Witherell, del Congresista Matthew Lyon en la cercana Fairhaven, Vermont y de Alexander Cruikshanks de Whitehall, Nueva York.
En 1803, Miller contrajo matrimonio con Lucy Smith y se mudaron al pueblo de su esposa, cercano a Poultney, Vermont, donde se convirtió en granjero. Mientras Miller era electo como miembro de la Oficina Civil de Poultney, comenzó con el oficio de Guardia. En 1809 fue elegido para el puesto de Sheriff Diputado y en una fecha desconocida fue elegido como Juez de Paz. Miller sirvió en la milicia de Vermont y fue comisionado como teniente el 21 de julio de 1810. Por estas fechas se convierte en un hombre relativamente acaudalado, poseyendo una casa, tierras y por lo menos dos caballos.
Al comienzo de la Guerra Anglo-Estadounidense de 1812, Miller reunió una compañía local de hombres y viajaron a Burlington, Vermont. Fue transferido al Trigésimo Regimiento de Infantería en el Ejército Regular de los Estados Unidos con el rango de Teniente. Miller pasó la mayor parte de la guerra trabajando como reclutador y el 1 de febrero de 1814 fue promovido a Capitán. Vio por primera vez acción en la Batalla de Plattsburgh, donde las fuerzas americanas sumamente superadas en número vencieron a su contraparte británica. Miller llegó a ver el resultado de esta batalla como milagroso. Escribió posteriormente: “Me pareció que un Ser Supremo debió haber observado los intereses de esta nación en una forma especial, y nos liberó de las manos de nuestros enemigos... un resultado sumamente sorprendente, contra tales probabilidades, me pareció el trabajo de una fuerza más poderosa que el hombre”.
Después de la guerra, y siguiendo a su liberación del ejército el 18 de junio de 1815, Miller regresó a Poultney. Poco después de su cambio a Poultney, Miller rechaza sus creencias bautistas y se convierte en Deísta. En su biografía, Miller reseña su conversión: “Me hice conocido de los principales hombres en esa aldea, que eran abiertamente Deístas; pero eran buenos ciudadanos, y de una conducta y moral serias. Ellos pusieron en mis manos los trabajos de Voltaire, Hume, Paine, Ethan Allen y otros escritores deístas”.
Miller fue también un activo francmasón y avanzó al grado más alto que las logias en el Condado, o en la región. Poco sabemos de los lazos masónicos de Miller, aparte de los registrados por su biógrafo Sylvester Bliss. La mayoría de los autores subsecuentes ignora este hecho o no mencionan comentario alguno. Whitney R. Cross especifica que Miller era un masón del Arco Real pero no da más detalles o fuentes. H. Y. Smith y W. S. Rann, editores del libro de 1886 Historia del Condado Rutland Vermont con Ilustraciones y Bosquejos Biográficos de algunos de sus Prominentes Hombres y Pioneros muestra a William Miller como uno de los cincuenta y un individuos listados por el Sr. Clarke como “los que han sido prominentes en el Orden de el Condado de Rutland. El Capitán Miller es nombrado posteriormente como uno de los primeros Maestros de la “Logia Estrella de la Mañana”, No. 27. Se dice de esta logia que fue organizada en Poultney anteriormente a 1800, pero la fecha exacta no es conocida. En una carta escrita a su amigo Truman Hendryx, fechada el 17 de noviembre de 1832, Miller se regocija cuando la Antimasonería muere en su localidad. Las declaraciones de Miller referentes a la Antimasonería se fechan bien después de su conversión en 1816, y parecen indicar que Miller no veía contradicciones entre su religiosidad Bautista y sus creencias Masónicas.
Poco después, se mudó con su familia de regreso a Low Hampton, en donde compraron una granja, ahora un sitio histórico poseído y administrado por El Ministerio de la Herencia del Adventista. Pronto después de su retorno a Low Hampton, Miller tomó medidas tentativas hacia la recuperación de su fe Bautista. Al principio procuró combinar ambas, exponer públicamente su Deísmo mientras que simultáneamente asistía a la iglesia Bautista local. Su asistencia se tornó en participación cuando le pidieron leer el sermón del día durante una de las frecuentes ausencias del ministro local. Su participación se convirtió en comisión un domingo, cuando estaba leyendo un sermón sobre los deberes de los padres y fue elogiado con emoción. No parece probable que Miller fuese masón activo mientras seguía su permiso como ministro de la Iglesia Bautista de Low Hampton el 12 de septiembre de 1833; la logia de Poultney, y la mayoría de las otras logias, cerró en 1832 durante el tiempo del fervor Anti-Masón. Aunado a esto, Miller regresó a Low Hampton en 1815. Sin embargo, como se mostró previamente, la evidencia sugiere que él por lo menos, mantuvo su simpatía por el movimiento masónico hasta 1834, y posiblemente después.
A través de este período, Miller estuvo profundamente preocupado por la pregunta de la muerte y la vida después de la muerte. Esta reflexión sobre su propia mortalidad siguió a las recientes muertes de su padre y su hermana; y su experiencia como soldado en la guerra. Miller aparentemente sentía que solo había dos opciones posibles después de la muerte: La aniquilación o la rendición de cuentas; con ninguna de las dos se sentía cómodo.
Después de su conversión, Miller fue pronto confrontado por sus amigos deistas para justificar su renovada fe. Él lo hizo examinando la Biblia detalladamente, declarando a uno de sus amigos: “Si me diera tiempo, yo armonizaría todas las contradicciones aparentes para mi satisfacción, o seré aún un deísta”. Miller comenzó con Génesis 1.1, estudiando cada verso y sin avanzar hasta que sentía que el significado estaba claro. De esta forma se convenció primeramente, que el Postmilenarismo no era bíblico; y en segunda, que la Segunda Venida de Cristo estaba revelada en la Profecía de la Biblia.
Basando su creencia principalmente en Daniel 8.14, y usando un principio interpretativo conocido como el “Principio de día-año”; Miller concluyó que la purificación del santuario, el Templo de Jerusalén, representaba la purificación de la tierra por fuego en la Segunda Venida de Cristo. Para Miller y otros usuarios de este principio, un día en la profecía debería ser leída como un período de un año, 365 días. Además, Miller estaba convencido que el período de 2 300 días había comenzado en 457 a.C., con el Decreto para reconstruir Jerusalén de Artajerjes I de Persia. Cálculos simples revelaron que este período terminaba en el año 1843 y por lo tanto, en esa fecha, ocurriría el regreso de Cristo. Miller escribió: “Llegué entonces a la solemne conclusión, que en cerca de veinticinco años a partir de esa fecha, 1818, todos los asuntos de nuestro estado actual, se colapsarían”.
Aunque Miller estaba convencido de sus cálculos en 1818, continuó con sus estudios en privado hasta 1823 para asegurarse de la autenticidad de sus interpretaciones. En septiembre de 1822, Miller plasmó formalmente sus conclusiones en un documento de 20 puntos, incluido el artículo 15: “Yo creo que la segunda venida de Jesucristo está cerca, casi en puerta, aun dentro de veinte años, o antes de 1843”. Sin embargo, Miller continuó sin leerlo públicamente hasta el primer Domingo de Agosto de 1831 en el pueblo de Dresden.
En 1832 entregó una serie de dieciséis artículos al “Vermont Telegraph”, una publicación Bautista. El primero de estos fue publicado el 15 de Mayo, a lo que Miller comenta sobre la respuesta del público: “Comencé a ser inundado con cartas preguntándome sobre mis opiniones, y visitantes se reunieron conmigo para conversar del tema”. En 1834, incapaz de cumplir con muchas de las peticiones urgentes y con invitaciones para viajar y predicar que había recibido, Miller publica una sinopsis de sus enseñanzas en un escrito de 64 páginas con el título de: “Evidencia de las Escrituras y la Historia sobre la Segunda Venida de Crísto, cerca del año 1843: Exhibido en un Curso de Conferencias”.
Desde 1840 en adelante, el Millerismo se transformó de un “movimiento regional oscuro, a una campaña nacional”. La figura clave en esta transformación fue Joshua Vaughan Himes, pastor de la capilla de la calle Chardon en Boston y un experimentado editor. A pesar de que Himes no aceptó completamente las ideas de Miller hasta 1842, estableció el periódico quincenal “Señales de los tiempos” el 28 de febrero de 1840, para publicarlas.
A pesar de la urgencia de sus partidarios, Miller nunca fijó una fecha exacta para la Segunda Venida. Sin embargo, en respuesta a sus peticiones, redujo el periodo de tiempo a algún día dentro del calendario Hebreo comenzando en el año gregoriano de 1843, registrando: “Mis principios en breve, son, que Jesucristo vendrá otra vez a esta tierra, limpiará, purificará, y tomará posesión del mismo, con todos los santos, en algún momento entre el 21 de marzo de 1843 y el 21 de marzo de 1844”.
El 21 de marzo de 1844 pasó sin incidentes, algunas discusiones y estudios posteriores resultaron en la pronta adopción de una nueva fecha: 18 de abril de 1844, basado en la interpretación caraísta del Calendario hebreo, opuesta al calendario rabínico. Como en la fecha pasada, el 18 de abril pasó sin el retorno de Cristo. Miller respondió públicamente, escribiendo: “Confieso mi error y reconozco mi decepción; pero aún creo que el día del Señor está cerca, casi a la puerta”.
En agosto de 1844 en un campamento de reunión en Exeter, Nuevo Hampshire, Samuel S. Snow presentó un mensaje que llegó a ser conocido como “El mensaje de los siete meses o el verdadero grito de medianoche”. En una discusión basada en tipología escritural, Snow presentó su conclusión, aún basada en la profecía de los 2 300 días de Daniel 8.14, que Cristo regresaría el décimo día del séptimo mes del presente año 1844. Otra vez usando el calendario de los judíos caraístas, el día fue determinado como el 22 de octubre de 1844.
El 22 de octubre y el amanecer del 23 de octubre, se convirtieron en la gran decepción de los Milleristas. Hiram Edson registró: “Nuestras más profundas esperanzas y expectativas fueron destrozadas, y un espíritu de angustia vino sobre nosotros como nunca antes había experimentado... lloramos y lloramos hasta el atardecer”. Después de la “Gran Decepción” muchos Milleristas simplemente renunciaron a sus creencias. Algunos no lo hicieron y proliferaron puntos de vista y explicaciones. Miller inicialmente parecía creer que la Segunda Venida de Cristo aún iba a tener lugar, que “el año de expectativa estaba de acuerdo a la profecía; pero... que debía de haber algún error en la cronología de la Biblia, que provenía de algún error humano, que podría haber desechado alguna fecha y que esto de alguna forma contará para la discrepancia”. Miller nunca renunció a su creencia en la Segunda Venida de Cristo.
Miller murió el 20 de diciembre de 1849, aún convencido que la Segunda Venida era inminente. Miller fue enterrado cerca de su casa en Low Hampton, Nueva York. Su casa está registrada como Lugar Histórico Nacional de los Estados Unidos y es preservada como museo: Casa de William Miller.
2. Helen Gould Harmon-White.
Nace, con su hermana gemela Elizabeth, el 26 de noviembre de 1827 en una granja, ahora conocida como Fort Hill Farm, cerca de Gorham, Maine, una aldea situada a unos 19 kilómetros al oeste de la ciudad de Portland en el noreste de los Estados Unidos, de padres metodistas, Robert Harmon y Eunice Gould, que tenían una familia de ocho hijos. Pocos años después del nacimiento de Hellen y su hermana, la familia se mudó a Portland, en donde su padre, se dedicó a la fabricación de sombreros.
Durante su infancia, Hellen ayudaba en los quehaceres del hogar y a su padre en la fabricación de sombreros. A los nueve años, en 1836, una tarde, mientras regresaba a casa de la escuela, fue golpeada en la cara con una piedra que una compañera de clases le tiró. El golpe le fracturó el tabique de la nariz y casi le costó la vida, por tres semanas estuvo inconsciente, virtualmente en estado de coma. En los años siguientes sufrió una salud disminuida lo que le obligó a abandonar la escuela y no podía continuar ayudando en casa. A todos les parecía que no podría vivir mucho. Algunos consideran que esto pudo ocasionar que padeciera de epilepsia de lóbulo temporal, enfermedad que puede hacer que la persona sufra de visiones.
La salud de Hellen la perjudicó de tal forma que en raras ocasiones estuvo en disposición de asistir a la escuela. Ella misma describe sobre esta experiencia: “Mis maestras me aconsejaron que dejase de asistir a la escuela y no prosiguiese los estudios hasta mejorar de salud. La más terrible lucha de mi niñez fue el verme obligada a ceder a mi flaqueza corporal y decidir que era preciso dejar el estudio y renunciar a toda esperanza de educación”. Así, su educación fue limitada aproximadamente a tres años, este hecho genera sorpresa en todos aquellos que estudian su amplia producción literaria.
En 1840 asiste a una campaña metodista en Buxton, y entonces hace confesión de fe. Dos años después bajará a las aguas bautismales en la bahía de Portland, y aceptada como miembro de la Iglesia Metodista Episcopal. Ese mismo año, Helen y otros miembros de su familia, asistieron a las reuniones adventistas en Portland, en donde escucha una serie de conferencias dictadas por William Miller y su equipo de predicadores, y confiaban que Jesús regresaría a la tierra inicialmente en 1843, y luego en 1844. Las fervientes actividades de la familia en promulgar la esperanza del advenimiento indujeron a la Iglesia Metodista de Portland a expulsar a la familia de la feligresía de la misma, en la última parte de 1843.
En 1844, Helen y otros, enseñan acerca de la Segunda Venida de Cristo que ocurriría el 22 de Octubre de es año, para después llevarse la “Gran Decepción”. En Diciembre de este mismo año Ellen Harmon tuvo su primera visión, la cual renovó su confianza y la de otros creyentes en sus creencias sobre el advenimiento. Esto dio base para que se considerara que había recibido el don de “profecía”. Según los “Adventistas”, ella experimentó cerca de 2 000 visiones.
Debido al estado precario de salud de Hellen, estaba alojada en la casa de los Haines en South Portland, Maine, para aportar un poco de descanso a su madre. Su médico y sus amigos habían aceptado ya la idea de que moriría de tuberculosis. Era la hora la meditación matinal, ella junto a un grupo mujeres estaban orando en busca de respuestas sobre la “Gran Decepción”. Fue en este momento que esta adolescente entró en trance, y en este vio un viaje simbólico del grupo de creyentes al que pertenecía hacía una ciudad celestial, con Cristo a la cabeza.
En esta visión los creyentes adventistas no encontraron una explicación por la no venida de Cristo, el 22 de Octubre de 1844, pero pronto hallaron explicar la “Decepción” reinterpretando la fallida profecía. La explicación que aceptaron los primeros adventistas derivó de escuchar la narración de otra visión, en este caso de Iram Edson, en donde veía a Jesús en el Santuario Celestial, pasando del Lugar Santo al Lugar Santísimo. Esta visión sembró la creencia en los adventistas del séptimo día que existe un santuario en el cielo como el mencionado en el Antiguo Testamento. Esta doctrina no es común en otros grupos protestantes.
Hellen relató su primera visión a un grupo de sesenta creyentes adventistas de Portland. Este pequeño grupo creyó sin dudas que era Dios que se dirigía a ellos a través de esa joven. Luego viajó con varios miembros de su familia o mujeres que ella conocía, para contar su experiencia en Maine y los Estados vecinos.
Esta primera visión fue escrita por Hellen Harmon un año después el 20 de diciembre de 1845 y publicada en el “Day-Star” de Cincinnati, Ohio el 24 de enero de 1846. La impresión de esta historia, que fue enviado como correspondencia personal al redactor E. Jacobs, proporcionó consuelo y fortaleció a muchos creyentes adventistas que habían visto el no cumplimiento del regreso de Cristo el 22 de octubre de 1844 por la interpretación de la profecía de Daniel 8.14, lo que conllevó a que los creyentes terminarán aceptando que la profecía era correcta respecto a la fecha, pero que se habían equivocado respecto al evento.
En un viaje a Oregón, Maine, Hellen conoció a un joven ministro adventista, llamado James Springer White con quien se casó el 30 de agosto de 1846. El hogar de los Harmon en Gorham, fue su primer lugar de residencia. La pareja acepta favorablemente los trabajos del Capitán Joseph Bates sobre el reposo bíblico del sábado. Seis meses más tarde, el sábado 7 de abril de 1847, Elena tuvo una visión en la que veía los diez mandamientos en el santuario celestial con un halo de luz que rodeaba el cuarto. Esto la convenció aún más de la importancia de realizar los servicios religiosos de la naciente iglesia y confirmó su papel como moldeadora de las doctrinas de la nueva religión. La doctrina de la adoración en sábado fue tomada del estudio de la Biblia en Éxodo 20.8. En donde están grabados los diez mandamientos de Dios.
La experiencia de los primeros días de James y Hellen White se vio lleno de pobreza. Sin existir una organización eclesiástica no había una forma de sostén del ministerio regular o seguro. En la actualidad los ministros adventistas son mantenidos por los diezmos que pagan los feligreses. El tiempo de James White durante un año se dividió entre viajar y predicar por una parte, y ganarse la vida en el ferrocarril o en los campos de heno por la otra.
Poco después del nacimiento de su primer hijo Henry Nichols White, ocurrido el 26 de agosto de 1847, la joven pareja decidió dedicarse totalmente al ministerio. Henry fue dejado al cuidado de manos ajenas a las de su madre. Esto también resultó cierto con respecto a James Edson White, nacido en 1849. Cuando William nació, en 1854 y John, en 1860, los esposos White pudieron tener su propia casa.
Durante la primavera y el verano de 1848, James y Hellen White asistieron a cinco conferencias sabáticas, en las cuales se dio forma a las principales doctrinas que la Iglesia Adventista sostiene como un cuerpo orgánico de enseñanza. En esas reuniones, Hellen White intermedió entre puntos difíciles de doctrina aludiendo a sus visiones como respuesta a las polémicas.
En la sexta conferencia, realizada en noviembre de 1848, a Hellen se le mostró que su esposo debía publicar un pequeño periódico para diseminar las verdades bíblicas. En respuesta a las urgencias de ella, James, en junio de 1849, sin dinero para llevar a cabo la empresa, y mientras vivía en habitaciones prestadas en el hogar de los Belden, ubicados en Rocky Hill, Connecticut, inició la publicación de un periódico de ocho páginas denominado “The Present Truth”. En la última parte de 1850, con el propósito de hacer que el título representara una misión más amplia, se sustituyó por el de “Second Advent Review and Sabbath Herald”, el órgano de la iglesia adventista que existe hasta hoy.
Las visiones siguientes de Hellen fueron apareciendo en pliegos sueltos o en artículos de la revista Present Truth. Su primer libro, de 64 páginas, que estaba encuadernado a la rústica y tenía por título “A Sketch of Christian Experience and Views of Hellen G. White”, en donde se relata la primer visión y que más tarde sería la primera parte del libro “Early Writings”. Se componía de artículos o condensaciones de artículos que aparecieron en forma suelta en Present Truth, y también de algún material nuevo.
Los esposos White viajaron entre los creyentes, animaron, instruyeron y, en algunas ocasiones, reprendieron la indiferencia y el fanatismo. Mientras se alojaban en uno u otro hogar hospitalario, James White hacía los arreglos para la publicación de las revistas que se esforzaba para que aparecieran con cierta regularidad. Con la decisión de comprar un equipo de impresión en 1852, se establecieron en Rochester, Nueva York, y fijaron su residencia familiar en una casa grande rentada que sirvió también como centro de impresión y casa de alojamiento para los que ayudaban en la impresión. Aunque acosados por la pobreza, la enfermedad y la angustia, los esposos White gozaban del placer de tener su familia junta en su propio hogar.
En 1854 nace su tercer hijo, William Clarence White. Un año después se instalan en Battle Creek, Michigan.
En noviembre de 1855, en respuesta a una invitación de observadores del sábado del Estado de Míchigan, el equipo de impresión fue trasladado a Battle Creek, donde los esperaba una pequeña casa editora. A medida que la iglesia se desarrollaba, Battle Creek llegó a ser su centro de operaciones y de administración, y continuó siéndolo hasta el año 1903, fecha en la cual se trasladó a Washington, D. C.
Hellen White tuvo una visión considerada importante para los creyentes durante la conferencia realizada inmediatamente después que se estableció en Battle Creek, y cuando ella la leyó a la iglesia pocos días más tarde, se tomó el acuerdo de que debía ser publicada para beneficio de todos los adventistas observadores del sábado. La publicación apareció como un folleto de 16 páginas titulado “Testimonies for the Church”. De año en año, a medida que Hellen tenía visiones importantes, estas eran publicadas en folletos, y más tarde reimpresas en los volúmenes de la colección “Testimonies”.
La visión del 14 de marzo de 1858, relativa al gran conflicto, es considerada por los adventistas como la más importante de la señora White. El relato de una visión de dos horas fue publicado en la última parte del verano bajo el título de “El gran conflicto ente Cristo y sus ángeles y Satanás y sus ángeles”. En sus 219 páginas con tipo pequeño, ella fue trazando los puntos más importantes de la historia con un énfasis particular en los acontecimientos de los últimos días y la recompensa para los fieles. A través de los años posteriores, a medida que por el crecimiento de la iglesia se publicaban libros mayores, visiones repetidas fueron desarrollando más plenamente esa idea del conflicto, y Hellen White, en gran parte del resto de su vida, preparó libros, con ayuda de su esposo y varios secretarios.
En 1858 publica “Spiritual Gifts”. Dos años luego, nace John Herbert White, que fallece tres meses más tarde de una infección. A su muerte se adquirió un pequeño lote familiar en el cementerio de Oak Hill, donde actualmente descansan todos los miembros de la familia.
En 1863 se inaugura la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Battle Creek, pero mientras la familia estaba en un viaje de trabajo y de vacación rumbo a Maine, muere Henry White de neumonía, a los 16 años.
El 6 de junio de 1863, poco después de la organización de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en la última parte de Mayo, Hellen tuvo una visión sobre la abarcante reforma relativa a la salud, en Otsego, Míchigan, unos 45 kilómetros al oeste de Battle Creek. Esta visión llamaba la atención de los adventistas del séptimo día a la importancia de un conocimiento de los principios relativos a la salud; hacía un llamamiento a regresar a un programa alimentario desprovisto de carne como el establecido en el Edén del Génesis; señalaba los peligros del uso de las drogas intoxicantes prescritas libremente en aquel tiempo; aconsejaba el uso benéfico del agua en el buen vivir y en el cuidado de los enfermos; recomendaba usar vestidos saludables, y amonestaba contra el abuso en las relaciones matrimoniales. Aunque algunos de estos principios eran defendidos por uno que otro conferenciante sobre temas de la salud, a menudo se mezclaban con ellos ideas no defendidas por la señora White. A raíz de esto viene una nueva visión a establecer la posición adventista oficial. En la publicación de esta visión Hellen White conocida como: “Este es el camino”, ella da a conocer los principios de la salud. Se publicaron artículos, se imprimieron folletos y finalmente, y se inició una institución médica en setiembre de 1866, en Battle Creek, la que se llamó “The Western Health Reform Institute”. Esta fue solamente la primera de una cadena de instituciones médicas que hoy son dirigidas por la Iglesia Adventista alrededor del mundo.
En este campo hay declaraciones polémicas por parte de la señora White, las cuales causan conflictos ya que estas declaraciones son mostradas como reveladas por Dios. Dentro de estas se pueden mencionar: Todos los tipos de cáncer se deben al consumo de carne, la tuberculosis es causada por el consumo de carne, los organismos tienen una fuerza vital y se declinación causa la enfermedad, una postura claramente vitalista, la creencia que la masturbación causa locura y ceguera, que el uso de pelucas causa locura, entre otras.
En 1868, con una reunión que duró diez días y que se realizó en un bosque de Wright, Míchigan, James White y sus asociados iniciaron una serie de Congresos Campestres, como convocaciones en las cuales de año en año los creyentes podían retirarse por un tiempo para fines espirituales. Esta forma de reuniones resultó de tanto éxito que en los años que siguieron casi todas las asociaciones tenían sus propias reuniones campestres. Hellen White asistía a estas regularmente con su esposo, y a veces estaba presente en diez a quince reuniones en una sola estación. Esta obra realizada durante la década del 70 sobrecargó mucho la salud de Hellen y retrasó sus escritos.
En 1872 la iglesia recibió por parte de la señora White, instrucciones para establecer una institución educacional donde la juventud adventista pudiera obtener educación en su religión, y jóvenes de ambos sexos se prepararan para el servicio de la denominación.
Para 1873, el matrimonio White anima al joven adventista John Harvey Kellogg, futuro responsable del sanatorio de Battle Creek y creador de los famosos Corn Flakes en 1894, a realizar estudios de medicina y administración.
El Colegio de Battle Creek se inició en 1874, para ser seguido a su debido tiempo por colegios en el este y el oeste del país, y en otros países alrededor del mundo. Estos colegios fueron seguidos a su vez por el establecimiento de escuelas primarias y secundarias. Artículos aparecidos en “Testimony”, así como algunos folletos especiales, contenían sus instrucciones con respecto a cómo ella consideraba que Dios quería que estas instituciones fueran dirigidas.
No obstante su timidez y renuencia, Hellen White era una oradora pública muy popular, no solo en los Estados Unidos, sino también en Europa y Australia. Se demandaba su presencia no solo en reuniones adventistas sino también ante audiencias no adventistas, donde se apreciaban mucho sus temas sobre temperancia. Durante 1876 ella habló a una audiencia estimada en 20 000 personas, su mayor audiencia, en Groveland, Massachusetts, por más de una hora sin la ayuda de un micrófono.
En Agosto de 1881 James White cayó repentinamente enfermo y tan solo una semana después muere a la edad de 60 años. Fue enterrado en el lote familiar del cementerio de Oak Hill.
Después de la muerte de su esposo, Hellen se apoyó en su hijo William C. White, que a la sazón tenía 27 años, por pedido especial empezó a ayudar a su madre en sus viajes y en su obra de publicación. Su confianza en William fue confirmada por otra visión.
Después que los dos trabajaron juntos en iniciar el Colegio de Healdsburg, California, en 1882, y luego que ella había completado la tarea de escribir su historia del espiritú de profecía, la Asociación General envió a Hellen White un pedido de los creyentes de Europa de que ella visitara los países en los cuales se había comenzado la adoctrinación en la década anterior. Se pidió que su hijo William la acompañara, y que tomara una parte activa en la tarea de poner sobre una base de operación sólida a la casa editora de Basilea, Suiza, recientemente establecida.
Hellen White, junto con su ayuda secretarial y William y su familia, se embarcaron para Inglaterra en agosto de 1885. Durante dos años trabajaron en Europa, estableciendo su sede en Basilea, Suiza. Desde allí viajaron visitando Italia, Inglaterra, y los países escandinavos tres veces. Visitó a los creyentes adventistas, asistió a reuniones generales, y a veces habló a grandes auditorios de público en general, como ocurrió en Oslo, Noruega, donde se dirigió a 5 000 personas en una noche. Por supuesto, tanto en su propio país como en el extranjero, Hellen White no podía escapar a la tarea de escribir, ya sea testimonios de orden personal para animar, amonestar o preservar a familias o individuos, o artículos para periódicos de la iglesia, o bien sus libros.
Al volver a los Estados Unidos en Setiembre de 1887, Elena de White de nuevo dividió su tiempo entre la tarea de escribir y el ministerio público. Asistió a reuniones campestres, y luego a la sesión de la Asociación General realizada el año 1888 en Minneápolis, Minnesota, en donde se opone al legalismo mayoritario de los delegados de la Conferencia General. Esta reunión, con sus conflictos sobre enseñanzas doctrinales, afectó mucho su salud. Pero empleó una buena parte de los dos próximos años para viajar entre las iglesias llevando la doctrina de la justificación por la fe, tanto a las iglesias como a las asambleas ministeriales. Ese año se publica la primera versión de “The Great Controversy”, el más conocido de los libros de la señora White, publicado en español con el nombre “El Conflicto de los siglos”. Ese año viaja a Australia y Nueva Zelanda.
Teniendo ya impresos y en circulación los libros “Testimonies for the Church”, tomo 5; “El conflicto de los siglos”; “Patriarcas y profetas” y “Christian Temperance and Bible Hygiene”, Hellen White estaba preparada para responder al pedido que la Asociación General le hizo en 1890 para que visitara Australia y ayudara en el establecimiento de la iglesia adventista en ese continente, donde la adoctrinación recién se iniciaba. De nuevo su hijo William C. White y varios ayudantes la acompañaron a cruzar el Pacífico en noviembre de 1891. Llegaron a Australia a mitad del verano. Trabajó allí por nueve años. Fuera de la casa editora de Melbourne, llamada “Bible Echo”, y grupos de creyentes aquí y allá, no había un solo edificio de iglesia, y poco para mostrar en favor de la obra en Australia.
Mientras estaba en Australia completó y publicó tres libros: “Steps to Christ” en 1892, “Thoughts from the Mount of Blessing” en 1896 y “The Desire of Ages” en 1898. Dos de ellos han sido puestos fuertemente en tela de juicio por ser considerados como plagio: “Steps to Christ” y “The Desire of Ages”.
En 1900 Hellen White regresa a Norteamérica, según ella por instrucciones de Dios dadas en visión. Cuando salió de Australia en Agosto de ese año, para regresar a Norteamérica, dejó una iglesia más que triplicado en su feligresía, varias asociaciones bien organizadas, edificios de iglesia para la mayor parte de las congregaciones, un colegio en Corranbong establecido en el campo, rodeado de huertas, jardines y viñedos, una buena granja que sin embargo había sido declarada inservible, un gran sanatorio en los suburbios de Sidney en plena construcción, el comienzo de una fábrica de productos alimenticios, y una floreciente casa editora.
Once días después de su arribo había encontrado en el norte de California una propiedad: Elmshaven, lista para ser ocupada, y allí se mudó para continuar con su tarea. En 1900 se instala en Elmshaven, California, y publica “Christ’s Object Lessons”. Las exigencias de la causa a menudo requerían que abandonara la tarea de escribir. Ella asistió a la Asociación General en su sesión de 1901, donde sus mensajes fueron el principal factor en la reorganización de la Asociación General. Allí se distribuyeron responsabilidades y se abrió el camino para un rápido progreso por todo el mundo.En esa reunión ella hizo frente al movimiento fanático llamado “Holy Flesh”. En 1903 publica “Education”; en 1905, “The Ministry of Healing” y “Testimonies for the Church”, tomos 8 y 9; en 1911, “The Acts of the Apostles” y se actualiza y corrige “The Great Controversy”.
Aludiendo a sus visiones se insto a los dirigentes a adquirir propiedades en el sur de California y a iniciar la obra de sanatorios en Paradise Valley, Glendale y Loma Linda, y también al desarrollo de una facultad de medicina en este último lugar.
En 1912, Hellen White estableció una junta de fideicomisarios compuesta de dirigentes de la iglesia, incluyendo su propio hijo, a los cuales les confió el cuidado de sus escritos. Ellos y sus sucesores han llevado esta responsabilidad, y al hacerlo han hecho los arreglos para proveer a la distribución siempre creciente de sus libros. Esta obra es dirigida desde la oficina central de la Corporación Editorial Hellen G. de White, en la sede de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Washington, D. C.
“Consejos para los padres, maestros y alumnos”, publicado en 1913, y “Obreros evangélicos”, en 1915, completaron la serie de libros publicados mientras Hellen vivía.
Aunque estuvo activa en la obra de preparar libros hasta el tiempo en que cayó y se fracturó la cadera en febrero de 1915, hellen White fue aliviada de las tareas más pesadas de escribir cartas y hablar en público durante los últimos tres años de su vida. Tuvo visiones hasta el año 1914, y aún hasta 1915, año en que murió.
El sábado de mañana, 13 de febrero de 1915, al entrar en la pieza que usaba para escribir, a la edad de 87 años, tropezó y cayó, quebrándose la cadera. Tuvo que quedar confinada a una cama de hospital, que se instaló en su sala de escribir, donde pasó los últimos días de su vida sin sufrir. Una silla de ruedas le permitía ocasionalmente pasar unas pocas horas en el balcón del segundo piso. Durante este período estaba a veces completamente alerta y otras veces en coma. Su vida terminó un viernes por la tarde, el 16 de julio de 1915. Sus últimas palabras, dichas a su hijo, fueron: “Yo sé en quién he creído”. El próximo Domingo por la tarde se realizó un servicio fúnebre en el patio de su casa. Otro servicio se realizó en el campamento de la asociación en Richmond, California, el Lunes, y un tercero en el tabernáculo de Battle Creek, el Sábado 24 de julio. A este servicio asistieron 4 000 personas. Fue enterrada junto a su esposo en el cementerio de Oak Hill, en el lote familiar.
Hellen G. de White murió convencida que las visiones que había tenido durante su vida eran producto de Dios, y no como resultado de la epilepsia de lóbulo temporal que probablemente se le generó como resultado del accidente que tuvo en su niñez. Su fuerte fe se manifiesta en la última parte de su vida al escribir: “Ya sea que mi vida sea preservada o no, mis escritos hablarán constantemente, y su obra irá adelante mientras dure el tiempo. Mis escritos son guardados en los archivos en la oficina, y aunque yo no viviera, esas palabras que me han sido dadas por el Señor todavía tendrán vida y hablarán a la gente”[32].
“Life Sketches” siguió inmediatamente después de su muerte el mismo año.
Hellen G. White promovió el vegetarianismo, así como la evangelización y difusión del adventismo en diferentes lugares del mundo. Durante su vida escribió más de 5 000 artículos de periódicos y 40 libros; actualmente, incluyendo las compilaciones de sus 50 000 páginas de manuscritos se han publicado cerca de 40 libros, los cuales han sido traducidos a los principales idiomas del mundo.
Los delegados a la conferencia internacional de los adventistas del séptimo día reafirmaron que Hellen G. White fue “inspirada de la misma manera en que lo fueron los profetas de la Biblia”. Ella escribió más de 50 libros. Ahora, un hombre que ha sido ministro adventista por 36 años y ha pasado dos años investigando los escritos de ella, declaró: “Era una plagiaria”.
El pastor Walter Rea afirma que las pruebas son tan claras que “puedo hacer que un camionero note eso por sí mismo”. Declara que las fuentes de consulta de Hellen White fueron a menudo obras de escritores religiosos de a mediados del siglo XIX que no eran adventistas, y ofrece una cantidad de ejemplos para probar su afirmación. Afirma que, hasta la fecha, no ha encontrado una obra de importancia escrita por Hellen White en la que no se haya utilizado una fuente ya publicada. “Lo importante de este asunto es que ella y la confesión siempre afirmaron que ella nunca copió de otros y que ella nunca recibió la influencia de nadie”, dice Rea.
En sus comentarios acerca del descubrimiento de esta apropiación literaria, Donald R. McAdams, presidente del Colegio Adventista del Sudoeste, de Keene, Texas, escribió: “Hellen White es una parte tan céntrica de la vida de los adventistas del séptimo día que sus palabras penetran en prácticamente toda área de la enseñanza y práctica adventista... El que se considere que sus palabras posiblemente se hayan derivado de otra persona y que no necesariamente sean la autoridad final introduce un elemento de caos en el mismo corazón del adventismo, lo cual hace que todos nos sintamos incómodos.”
Es interesante notar que Hellen White ha sido a veces el centro de acusaciones que afirman que sus asistentes literarias escribieron sus libros, o que cometió plagio[33] en la mayor parte de lo que ella escribió. No obstante, en el prefacio de “El conflicto de los siglos”, ella afirmó que había usado otros libros: “En algunos casos, cuando he encontrado que un historiador había reunido los hechos y presentado en pocas líneas un claro conjunto del asunto, o agrupado los detalles en forma conveniente, he reproducido sus palabras [...]. Y, al referir los casos y los puntos de vista de quienes siguen adelante con la obra de reforma en nuestro tiempo, me he valido en forma similar de las obras que han publicado”.
En 1981, la Asociación General pidió a un abogado especialista en derechos de autor que estudiara el asunto. Después de pasar más de trescientas horas investigando, llegó a la conclusión de que “Hellen G. de White no fue plagiaria, y que sus obras no constituyen plagios ni violaciones de los derechos de autor”[34]. Entre las razones que dio, estaban: Primero, el hecho de que los libros que usó Hellen White no estaban protegidos por derechos de autor; segundo, aun si hubieran estado cubiertos por derechos de autor, el tipo de uso que hizo de frases y oraciones no constituye una violación de los derechos de autor.
Entre los tópicos más discutidos por los críticos de la Iglesia Adventista, se encuentra la polémica teoría de la “Amalgamación de las Especies” desarrollada por la señora White en sus obras, las cuales fueron supuestamente editadas y censuradas por su tono racista. El pastor Uriah Smith intentó zanjar la cuestión en 1868 publicando una defensa de Hellen White, conjeturando que la unión del hombre y la bestia había creado razas tales como los “bosquimanos salvajes de Africa”[35], cabe mencionar que ella jamás aprobó la interpretación racista de Smith.
“Pero si hubo un pecado por encima de los demás que clamaba por la destrucción de la raza por el diluvio fue el crimen básico de la amalgama de hombre y bestia que desfiguró la imagen de Dios, y causó confusión por todas partes. Dios se propuso destruir por un diluvio esta raza poderosa y longeva que había corrompido sus caminos delante de él”[36].
“Todas las especies de animales que Dios había creado fueron preservadas en el arca. Las especies confusas que Dios no creó, que fueron el resultado de la amalgama, fueron destruidas por el diluvio. Después del diluvio ha habido amalgama de hombres y de bestias, como se puede ver en la casi infinita variedad de especies de animales, y en ciertas razas de hombres”[37].
Los defensores de las obras de Hellen White, resaltan que ella no hizo mención de una mezcla híbrida de humano animal, únicamente de las prácticas idolátricas paganas que utilizaron imágenes mitad hombre-animal, aun en tiempos de las longevas razas descritas en la Biblia y el resultado del pecado, evidenciado en la degradación de las especies del mundo recién creado. Dado que se expresaba en términos espirituales de un fuerte trasfondo bíblico, hacen un paralelismo de los días antidiluvianos con la imagen escatológica de la bestia de Revelación 13, que al ser aceptada por el hombre provoca la ira de Dios y la destrucción final.
En ocasiones, la Iglesia Adventista distribuye artículos en sus revistas para convencer a sus lectores que la señora White era una profetiza. Por ejemplo, el mes de mayo de 2001 distribuyeron en su revista mensual “El centinela” un curioso artículo apologético sobre Hellen G. de White. El artículo decía lo siguiente: "Ella escribió mayormente sobre la vida espiritual. Pero sus obras discuten también temas variados tales como educación, relaciones sociales y nutrición. Lo asombroso es que aunque murió en 1915 y la ciencia ha tenido un progreso enorme desde entonces en nuestra comprensión de los requisitos de la salud física, lo que ella escribió al respecto todavía es válido". Para finalizar el autor dice: "Los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día creen que sus nociones sobre la salud espiritual y física son más que el mero resultado de adivinar bien. Ven en ella un cumplimiento de la promesa bíblica de conducción profética poco antes del regreso de Jesús".
El defensor adventista afirma en su artículo que Hellen G. de White dijo que el fumar produce enfermedades. Esto es totalmente cierto, pero es necesario mencionar que la señora White nunca mencionó los tipos de cánceres que el uso del tabaco produce; jamás mencionó los productos cancerígenos presentes en el cigarrillo: Alquitrán, radicales libres, etc. La señora White tampoco habló concretamente sobre otros problemas de salud relacionados con el hábito de fumar, tales como la hipoxia fetal en madres fumadoras, o el riesgo de ataques cardíacos. Todo esto nos lleva a la conclusión, en lo que a este punto se refiere, que la señora White no se adelantó en nada a la ciencia de esa época, y por tal razón tampoco hay indicio que su “fuente de información sobrenatural” fuese lo suficientemente inteligente como para adelantarse en la explicación sobre el daño del tabaco a los alvéolos pulmonares[38].
Verdaderamente curioso es que la señora White realizó una serie de explicaciones a hechos naturales que resultaron ser totalmente falsos o poco precisos. Pero es extraño que los señores de “El Centinela” no los mencione. Por esta razón presento algunos de ellos aquí:
a. El uso de pelucas genera locura.
"La moda recarga las cabezas de las mujeres con trenzas y almohadillas artificiales... que calientan y excitan los centros nerviosos de la médula espinal en el cerebro... La acción de la sangre sobre los órganos inferiores o animales del cerebro causa una actividad antinatural y una tendencia hacia la temeridad en la moral, y la mente y el corazón están en peligro de corromperse. Al excitarse y fortalecerse los órganos animales, la moral se debilita. Los poderes morales e intelectuales de la mente se convierten en siervos del animal... Muchos han perdido la razón y se han vuelto locos sin remedio después por seguir esta moda deformadora"[39].
Si bien es cierto que en ninguna iglesia adventista se afirma esto, causa mucho asombro que miles de personas crean que Hellen G. White era una profetiza después de encontrar declaraciones como estas. Esta declaración es completamente falsa, pues no existe ninguna relación de causa y efecto entre el uso de pelucas y el desarrollo de locura. Es posible que este consejo esté ligado al hipermoraslismo que la señora White ponía en el vestir y en las actividades recreativas.
b. La carne se descompone en el estómago a menudo, produciendo enfermedad.
“Muchas veces cuando se come carne, está se descompone en el estómago, y produce enfermedad”[40].
A principios del siglo XIX los fisiólogos creían que el estómago era como una olla cuya función era permitir que el alimento se descompusiera. Esta situación cambió después de los trabajos de William Beamont quien descubrió el jugo gástrico y su acción sobre los alimentos.
Es sumamente curioso que la “mensajera del Señor” siguiese manteniendo este punto de vista. ¿Acaso el supremo Hacedor no podría haberle mandado una visión en la que le exlicase como funcionaba el estómago? Claro esta, que si Hellen G. White no recibia la información de Dios, debería esperarse que en sus escritos se encontrasen una réplica de algunas creencias comunes que luego se probasen falsas. Tal es el caso de las declaraciones relativas a la fisiología del estómago, la cual no explicase nada diferente a lo que corrientemente se creía, aunque Beamount empezó su trabajo en 1822.
c. El cáncer se produce por el consumo de carne con gérmenes de cáncer.
“... la práctica de comer mayormente carne hace que se contraigan enfermedades de todo género: Cáncer, tumores, escrófula, tuberculosis y una cantidad de otras afecciones similares” “Continuamente sucede que la gente come carne que llena gérmenes de tuberculosis y cáncer. Así se propagan estas enfermedades y otras también graves”[41]. "Por la luz que Dios me ha dado, sé que la prevalencia de carne y tumores se debe a un sistema de vida vulgar a base de carne"[42].
En la cita de la página 464 de “Consejos sobre el régimen alimenticio” es curioso que mencione “cáncer” y “tumores” como dos enfermedades separadas. Hoy sabemos que un tumor es una masa creciente de tejido que aumentan gradualmente en el número de células con capacidad para dividirse descontroladamente. El desarrollo de tumores es una etapa del desarrollo del cáncer que se da después de la perdida del control de la división celular de una célula, y la no eliminación de la misma, y previó a la metástasis o invasión de este tipo de células “rebeldes” por el cuerpo.
La parte que dice "Continuamente sucede que la gente come carne que lleva gérmenes de... cáncer" Plantea dos interrogantes:
1) ¿Existen gérmenes de cáncer? y
2) De existir “gérmenes de cáncer” ¿se transmiten estos principalmente por el consumo de carne?
En el primer punto he recibido la respuesta, por parte de personas adventistas, de que la ciencia ha descubierto agentes virales que producen cáncer. Esto es cierto. Algunos de estos virus y los tipos de cáncer que produces son: El virus de Epstein-Barr asociado con el linfoma de Burkitt, el virus del papiloma humano asociado al cáncer de cuello uterino, el virus de hepatitis B asociado al cáncer de hígado, el virus linfotrópico de células T humano asociado a la leucemia de células T en adultos, y el herpes virus asociado con sarcoma de Kaposi se relaciona con el sarcoma de Kaposi. También la bacteria Helicobacter pylori se asociado con el cáncer de estómago.
El descubrimiento de estos factores biológicos en el desarrollo del cáncer ha hecho que muchos adventistas consideren que este punto ya se ha aclarado y que la ciencia ha corroborado las explicaciones de su lidereza cofundadora. Pero ¿se contraen estos virus por el consumo de carne? La respuesta es no.
El virus de la hepatitis B se contrae por vía sanguínea y sexual, el virus del papiloma humano por contacto sexual, y el VEB se contrae sobre todo por contacto sexual con las zonas lesionadas, por lo que también se engloba dentro de las E.T.S., también se dan caso de transmisión materno-fetal, la transfusión sanguínea y contacto con semen. No hay una relación, ni siquiera indirecta, entre el consumo de carne y el desarrollo de cáncer de hígado debido al virus de hepatitis B.
También es importante comentar que enfermedades como el Sarcoma de Kaposi no son muy frecuentes, estas se presentan en personas inmunodeprimidas, ya sea tras un transplante o por VIH, y el linfoma de Burkitt es un tipo de cáncer algo escaso. Siendo estos tipos de cáncer menos frecuentes que otros más comunes, como el cáncer de seno o el pulmón.
Sin embargo, faltaríamos a la verdad si no mencionásemos que hay una relación directa entre el consumo de carne y el cáncer de colón. Esta situación es más corriente en Occidente con el aumento de la cultura de las comidas rápidas. También el consumo de grandes cantidades de grasas y carbohidratos está relacionado con el mismo tipo de cáncer.
Para el desarrollo del cáncer, sabemos hoy, y no de boca de la “inspirada” Hellen G. White, que las causas de este pueden clasificarse como biológicas, físicas y químicas. Dentro de las causas biológicas tenemos los virus y la bacteria antes mencionados. Causas físicas como la radiación ultravioleta asociada al cáncer de piel, y los rayos X, gamma, o por sustancias químicas tales como el benceno, el aminobenceno y benzoantraceno, presentes junto a muchos otros en el humo del tabaco, entre otras sustancias. Otros defensores de la profetiza dicen que el descubrimiento de sustancias cancerígenas como el benzopireno y el benzoantraceno, que se pueden formar en alimentos quemados corrobora los escritos de la señora White. Nada más equivocado. Perfectamente podría haber dicho “El Señor me mostró que no deben consumirse partes de alimentos que se hayan quemado” y no obligar al texto a que “gérmenes” signifique sustancia química. Además que esto sería sacar de contexto el término germen. A decir verdad, en los “escritos revelados” no se encuentra ninguno en que ella lograse distinguir entre bacteria, virus o protozoo. Todo lo que le sonaba microscópico, ella lo llamaba germen. Además como no existe un microorganismo que se relacione con todos los tipos de cáncer podemos decir que su expresión “gérmenes de cáncer” indica su falta de conocimiento en el tema.
Algunos adventistas han comentado que no solo Hellen G. White era ignorante sobre los virus, sino todos los médicos de la época. Lo cual es totalmente cierto. Los virus, esos elementos genéticos que no se pueden reproducir sin infectar una célula, fueron identificados a finales del siglo XIX e inicios del XX. En 1892 el científico ruso D. Ivanonowsky ya había demostrado que el agente causal de la enfermedad del mosaico del tabaco era “filtrable”, es decir era tan pequeño que podía pasar por los poros de los filtros que eran capaces de retener bacterias. El microbiólogo holandés Martinus Beijerick dio un paso adelante en el descubrimiento de los virus al encontrar que estos tenían algunas características de los seres vivos. Ya en el año en el que murió la señora White, 1915, el biólogo británico F. W. Twort y dos años más tarde, el francés F. D´Herelle descubren los virus bacterianos, conocidos como bacteriófagos. La relación entre los virus y el cáncer inició con su demostración en 1810 con el patólogo Francis Peyton Rous, quien decidió inyectar a un grupo de gallinas con un filtrado obtenido de un tumor procedente de otra gallina. Estos trabajos plantearon la hipótesis de microorganismos más pequeños que las bacterias y su importancia en la generación de algunas enfermedades.
Los defensores de la señora White aducen que en su tiempo la medicina estaba poco adelantada en oncología y microbiología, y que ella solo contaba con un tercer grado de educación básica, razón por la que no puede exigírsele una mayor precisión. Entendemos estos argumentos, y deseamos dejar en claro que no atacamos a la persona en sí, sino la idea que se le considere una persona que escribía, predicaba y aconsejaba porque Dios le mostraba visiones. Recalcamos que es bastante sospechoso que tras oír y ver en visiones consejos sobre la salud del mismísimo Dios no se presentasen aspectos verdaderamente novedosos para su época que hubieran demostrado, más allá de toda duda razonable, que sus nuevas explicaciones y ampliaciones venían de una fuente que todo lo sabe.
John Harvey Kellogg, un médico preocupado por los hábitos saludables y que después adquiriría fama por ayudar a introducir el consumo de cereales en el desayuno fue amigo personal de los White. Fue adventista por un tiempo pero luego se retiró. Kellogg nunca creyó en el don profético de la señora White. Según cuenta el pastor Rea en el su libro “La mentira White” capítulo 11: “No creo en su infalibilidad, y nunca creí. Hace ocho años, le dije cara a cara que algunas de las cosas que me había escrito como testimonios no eran verdaderos, que no estaban en armonía con los hechos, y que ella misma lo había averiguado. Tengo una carta de ella en la que explica cómo es que me envió ciertas cosas.... Sé que la gente va a ver a la Sra. White con algún plan o proyecto que desean llevar adelante con su aprobación, y se levantan y dicen: "El Señor ha hablado”. Y sé que eso es fraude, y aprovecharse injustamente de las mentes y conciencias de la gente... yo no simpatizo con eso, y se lo dije a W. C. White hace mucho tiempo[43].
d. La tuberculosis se propaga gracias al consumo de carne con gérmenes de tuberculosis[44].
No es de extrañarse que la señora White se preocupara tanto por la tuberculosis, dado que esta enfermedad constituía una emergencia sanitaria por aquellos días. El Mycobacterium tuberculosis, agente infeccioso de la tuberculosis, se contrae principalmente por vía respiratoria, por ejemplo, si usted respira el mismo aire que haya sido contaminado poco tiempo después de haber tosido un tuberculoso. En realidad el contagio de tuberculosis por alimentos es casi nulo, especialmente si se tienen en cuenta medidas higiéncias. Existe la tuberculosis bovina la cual es consecuencia de la exposición al ganado tuberculoso, por lo regular por ingestión de leche cruda o productos lácteos no pasteurizados, y a veces por la diseminación de bacilos llevados por el aire, a granjeros y personas que manipulan animales. Notemos que la señora White no habla de los productos lácteos, ni tampoco hace recomendaciones para destruir los microorganismos por el método que hoy conocemos como pasteurización. Lo que discuto es que sea el consumo de carne la principal causa de la adquisición del agente etiológico de la tuberculosis.
La señora White también relacionó el desarrollo de la tuberculosis linfonodular o escrofula con una causa totalmente diferente al microorganismo que la causa: “El vestido embarrado y húmedo se pone en contacto con los tobillos, que no están suficientemente protegidos, y los enfría pronto; esta es una de las grandes causas productoras de catarros y tumefacciones escrofulosas, y pone en peligro la salud y la vida”[45].
e. Todas las enfermedades inflamatorias se deben principalmente al consumo de carne.
"El cáncer, los tumores y todas las enfermedades inflamatorias son producidas mayormente por el consumo de carne"[46].
Actualmente denominamos las enfermedades que involucran algún tipo de inflamación con la terminación “itis”, por ejemplo: Bronquitis, gastritis, hepatitis, apendicitis, etc. No tenemos nada en contra de los vegetarianos; lo inaceptable es engañar a la gente con supuestas “revelaciones divinas” como estas. Al contrario de lo que dice Hellen White, y para poner un ejemplo, está comprobado que muchas gastritis son producidas por la infección de la bacteria Helicobacter pylori.
f. Dar carne a los niños nerviosos los corrompe y los hace perder las prácticas virtuosas.
“Los efectos de que un régimen basado en carne tendrá sobre hijos nerviosos no tenderá a hacerlos de un temperamento dulce, sino malhumorados, irritables, apasionados e impacientes frente a las restricciones; se pierden las prácticas virtuosas, y la corrupción destruye la mente, el alma y el cuerpo”[47] .
El desarrollo del carácter humano no se relaciona con el consumo de carne. Existen más pruebas que relacionan el ambiente de crianza, el afecto, la atención y demás cuidados con el desarrollo de prácticas virtuosas, para usar la expresión de la señora White. Tal declaración es sin duda falsa.
g. El carbón y el petróleo se encienden bajo la Tierra y producen los terremotos y las erupciones volcánicas.
“...En ese tiempo (en el diluvio) inmensos bosques fueron sepultados. Desde entonces se han transformado en el carbón de piedra... y han producido también inmensas cantidades de petróleo. Con frecuencia el petróleo se enciende y arde bajo la Tierra. Esto calienta las rocas, quema la piedra caliza y derrite el hierro. La acción del agua sobre la cal intensifica el calor y ocasiona terremotos, volcanes y brotes ígneos”[48]
En geología se conoce como una falla a una línea de fractura a lo largo de la cual una sección de la corteza terrestre se ha desplazado con respecto a otra. La dirección de este movimiento puede ser vertical, horizontal o una combinación de ambas. Hoy sabemos que los sismos se deben al rompimiento abrupto y repentino de una falla.
La relación entre fallas y terremotos se estableció claramente hasta principios del siglo XX. Fue tras el terremoto que sacudió la región de San Francisco el 18 de abril de 1906 que H. Reid dirigió una comisión para investigar el suceso. La comisión informó que la sacudida fue provocada por un deslizamiento de cinco metros sobre una porción de la falla de San Andrés de varios cientos de kilómetros. La relación quedaba establecida. Además, la Comisión distinguió tres tipos de deslizamientos. El primero se da cuando los bloques son sometidos a fuerzas de estiramiento, estos disminuyen de grosor y se alejan siguiendo un plano inclinado: Se habla en tal caso de fallas normales, y es este tipo de movimiento el que abré rifts como en el Mar Rojo. El segundo se da cuando los bloques son comprimidos, generando acortamiento y se levantan las zonas deformadas. El tercer tipo de movimiento se da por los desplazamientos horizontales: Un plano se desliza contra otro en un plano vertical sin crear relieve. La falla de San Andrés, en California, es el ejemplo más conocido.
Los terremotos y las erupciones volcánicas son efectos superficiales de la actividad interna del planeta. Hoy sabemos que el motor del vulcanismo y los sismos el calor interno desprendido por la radiactividad natural de las rocas profundas, especialmente las del manto. Como las rocas son muy poco conductoras del calor estas suben en forma líquida por medio de grandes corrientes de convección que mezclan todo el manto. Estos lentos movimientos, del orden de 10 centímetros/año, son los que generan el desplazamiento de las placas tectónicas en la superficie del planeta. Las fracturas de las fallas debido a estos movimientos son la real causa de los sismos.
Los volcanes, esas estructuras geológicas que arrojan magma o roca fundida junto con gases también se deben al calor interno del planeta que genera magma y gases los cuales salen de la corteza terrestre a través de los lugares más débiles de esta.
La idea mencionada por la señora White, de que estos fenómenos se deben a la combustión del petróleo y el carbón es falsa y están relacionadas con las ideas corrientes que sobre estos fenómenos se tenían en el siglo XIX. Debe tenerse en cuenta que la explicación dada por la señora White sobre el vulcanismo fue hecha en 1864, mientras que el trabajo de H. Reid se llevó a cabo en 1906, la teoría de la tectónica de placas fue formulada por Alfred Waggener de 1908-1912 y totalmente fue aceptada en la década de 1960 tras el estudio del fondo marino con técnicas de datación. Pienso que este tema hubiese sido una excelente oportunidad para que la señora White se hubiese adelantado a su tiempo y demostrara que en realidad “algo inefable” le enviaba sus visiones. El terremoto de San Francisco, estudiado por H. Reid fue atribuido por la señora White a “un juicio de Dios sobre la pecaminosa ciudad”.
h. Sostuvo que en Júpiter y Saturno hay vida inteligente.
En una visión de 1846, producto de su epilepsia de lóbulo temporal, la señora White afirmó haber sido transportada a Júpiter y Saturno. Afirmó que logro ver en ellos seres “altos y majestusos” y que en tales planetas no había entrado el pecado.
La siguiente nota fue escrita por J. N. Loughborough: “Pronto notamos que ella era insensible a las cosas terrenales....Después de contar en voz alta las lunas de Júpiter, y poco después las de Saturno, hizo una hermosa descripción de los anillos de éste último. Luego dijo: "Los habitantes son personas altas, majestuosas, bien diferentes de los habitantes de la tierra. El pecado nunca ha entrado allí”[49].
En “Primeros Escritos”[50], Hellen también informa sobre su visión planetaria, en la cual vio a Enoc entre los habitantes de uno de los planetas.
En 1977 los Estados Unidos enviaron dos sondas a los planetas exteriores del Sistema Solar: Júpiter, Saturno, Urano y Néptuno. Las naves fueron la Voyager I y la Voyager II mostraron que estos gigantes gaseosos no tienen vida inteligente, y que sus condiciones ambientales hace imposible ser habitados por seres humanos. Las sondas Voyager dieron a conocer las tormentas increíbles que hay en Júpiter y que son responsables de la Gran Mancha Roja el cual es un ciclón gigantesco de 40.000 kilómetros de largo.
Otros aspecto relacionado con la astronomía fue una situación que desembocó en la aceptación de la señora White como profeta por el respetado e integro pastor Joseph Bates, uno de los pioneros adventistas y aficionado a la astronomía. El pastor Bates se convenció del don profético de la señora White en una visión en la que mencionó detalles de sus “viajes” a otros mundos. El pionero Loughborough narra en la página 258 del libro “The Great Second Advent Movement”: “Una noche, durante la conferencia mencionada arriba[51], en la casa del Sr. Curtis, y en presencia del pastor Bates, que todavía estaba indeciso en relación con estas manifestaciones, la Sra. White, estando en visión, comenzó a hablar acerca de las estrellas, dando una entusiasta descripción de las franjas de tinte rosáceo que veía a través de la superficie de algún planeta, y añadió: “Veo cuatro lunas”. “Oh”, dice el pastor Bates, “ella está mirando a Júpiter”. Luego, habiendo hecho unos movimientos como si viajara por el espacio, ella comenzó a describir franjas y anillos en su siempre cambiante belleza, y dijo: "Veo ocho lunas”. “Ella está describiendo a Saturno”. Luego vino una descripción de Urano con sus seis lunas, y después una maravillosa descripción de los “cielos abiertos”.
Bates se convenció muy fácil. Le hizo falta más escepticismo. Pero qué diría Bates si se enterara que hoy sabemos que Júpiter tiene 63 satélites. Muchos más de los que se conocía en su época.
Ya hablamos que Hellen sufrió una fuerte lesión en la cabeza a la edad de nueve años que le generó inmediatamente tres semanas de inconsciencia. Este lamentable accidente fue la causa de una epilepsia de lóbulo temporal. Muchos neurólogos, incluso varios médicos adventistas, han avalado esta explicación al analizar la zona de la lesión, sus síntomas tras el trauma, su comportamiento y los aspectos de sus visiones.
Muchos líderes adventistas argumentan que una prueba de la influencia de Dios en la señora White es el hecho que ella llegó a escribir muchísimo a pesar de su bajo nivel educativo. Lo primero que debe apuntarse es que su extensa obra escrita se explica por tres razones.
La primera es que ella contaba con un equipo de secretarias que revisaban y corregian sus escritos. Segundo, la hipergrafía es un signo conductual de los pacientes con epilepsia de lóbulo temporal; tercero, se ha comprobado que la señora White cometió plagio en sus escritos. Por ejemplo, gran parte de su obra “El Conflicto de los siglos” fue copiado de “Historia del protestantismo” de J. A. Wylie, LL.D., escrito en 1876. Para la elaboración del libro “El deseado de todas las gentes”, el cual narra la vida de Jesús, Hellen White tomó partes de “La vida de Cristo” de William Hanna, de “El gran Maestro” de John Harris, y principalmente del libro de “The Life and Times of Jesus, the Messiah”, publicado en 1883. La obra “Patriarcas y reyes” tuvo como fuente principal “Bible History: Old Testament” de Alfred Edersheim. El descubrimiento de este plagio o préstamo literario ha causado grandes discusiones en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, tanto así que algunos pastores han renunciado a esta denominación tras evidenciar que parte de la cúpula de ella es renuente a admitir que hubo una falta de ética por parte de la señora White al no dar crédito a sus escritos. Tal es el caso del pastor Walter Rea, de Long Beach, California, quien elaboró el libro “La mentira White”.
La señora White también hizo predicciones que no se cumplieron. Predijo que Inglaterra se uniría a la guerra civil norteamericana luchando contra el Norte y que los Estados Unidos sería “humillado hasta el polvo”, cosa que jamás ocurrió.
Después de analizar algunos de los textos de la señora White donde hace declaraciones sobre el mundo natural se puede concluir que ella no “recibió” nada superior para los conocimientos de su época, como lo afirman en la revista propagándistica “El Centinela”[52], y como es la creencia de la mayoría de los adventistas. Al contrario se nota en tales escritos un gran interés en formar a un grupo de creyentes en medio de su afán milenarista. La gran religiosidad de la señora White combinada con la epilepsia de lóbulo temporal que la aquejaba fueron los reactantes que produjeron sus visiones catastróficas e hipermoralistas.
Las declaraciones de la señora White respecto al mundo natural no son ni reveladoras ni esclarecedoras, más aún si se asume que tales declaraciones fueron hechas inspiradas por Dios. Estas pueden dividirse en dos grupos. Hay un tipo de declaraciones que tan solo reflejan las preocupaciones y los límites del conocimiento propios de su época y no añaden nada más explicativo y que fuese revolucionario para mejorar la práctica médica. Es este primer grupo se clasificarían sus declaraciones relacionadas con la salud. Tales declaraciones son presentadas ávidamente por los dirigentes adventistas mientras señalan que al ser consejos buenos confirman el don profético de la señora White.
En el segundo grupo están las declaraciones que son completamente falsas, como las relacionadas con la masturbación y la ceguera, el uso de pelucas y la locura, o la causa del vulcanismo. Para este grupo de declaraciones la estrategia de los pastores adventistas es no mencionarlas, tanto así que muchos adventistas las desconocen. Pero por el hecho de no predicarlas o publicarlas estas no desaparecen. Están allí, son una fuerte evidencia que la señora White no fue receptora de un Dios Omnisapiente.
No podemos desconocer que los adventistas al no fumar tabaco, ni consumir alucinógenos, ni embriagarse, disminuyen los riesgos de enfermedades cardiovasculares, entre muchas otras. Tampoco podemos negar que ellos promueven valores elevados como la honradez y la sinceridad. Sin embargo, esto último no lo logran los dirigentes de la Iglesia Adventista y del Patrimonio White, quienes han sabido de las equivocaciones de la señora White, de su escabrosa salud por su epilepsia, y su conducta plagiaria, y aún así se esfuerzan por hacer creerle a sus adeptos que ella fue en verdad una profetiza. Es la falta de escepticismo y de autocrítica, nula en las religiosas fundamentalistas, lo que hace que muchos creyentes, de forma sincera y sin malicia, crean y promulguen cosas falsas somo el don profético de Hellen G. White.
[1] Santiago 1.5.
[2] Según los lingüistas más reconocidos, este idioma nunca ha existido.
[3] Cambió cinco veces de religión.
[4] Eternity y Moody Monthly, Noviembre de 1977.
[5] Journal de Oliver Boardman Huntington, Volúmen 2, páginas 128-129.
[6] Ibid. Volúmen 3, página 166 y El Periódico de la Mujer Joven, publicado por la “Asociaciones de Zion Para El Mejoramiento Mutuo De Las Mujeres Jóvenes”, Volúmen 3, páginas 263-264, 1982.
[7] 117.12.
[8] Doctrinas y Convenios 114.1.
[9] Doctrinas y Convenios 84.97, 101.
[10] Deuteronomio 13.1-5; Mateo 7.15; 24.4-5, 24; 1 Juan 4.1.
[11] Historia de los mormones, página 35.
[12] Doctrinas y Convenios 135.4.
[13] El Manifiesto.
[14] Diario de Discursos, Volúmen 3, página 247; Volúmen 4, páginas 53-54, 219-220.
[15] Ibid. Volúmen 9, página 312.
[16] Ibid. Volúmen 13, páginas 264, 95.
[17] Ibid. Volúmen 3, página 266.
[18] Ibid. Volúmen 7, página 289.
[19] Ibid. Volúmen 8, página 115.
[20] Ibid. Volúmen 6, página 120.
[21] Ibid. Volúmen 12, página 127.
[22] Sección 2. 122-136.
[23] Ibid 13.
[24] Ibid 76, 110, 137-138.
[25] Ibid 102.
[26] Ibid 109, 121.
[27] Ibid 113.
[28] Ibis 123.
[29] Ibid 127-128.
[30] Ibid 129-131
[31] Ibid 134.
[32] Mensajes selectos, tomo I, página 63.
[33] Copiar ilegalmente de otras fuentes.
[34] Adventist Review, 17 de Setiembre de 1981.
[35] The Visions of Mrs. E. G. White, página 103.
[36] Spiritual Gifts, tomo 3, página 64.
[37] Ibid. Página 75.
[38] Enfisema pulmonar.
[39] "Words to Christian Mothers, No. 2," Health Reformer 6 (Octubre 1871):121.
[40] Consejos sobre el régimen alimenticio, página 458.
[41] Ibid, página 464.
[42] Ibid, página 463.
[43] John Harvey Kellogg, "An Authentic Interview", 7 de octubre de 1907, páginas 23-39.
[44] Consejos sobre el régimen alimenticio, página 464.
[45] Mensajes selectos, tomo II, página 542.
[46] Consejos sobre el régimen alimenticio, página 463.
[47] Mensajes selectos, tomo III, página 331.
[48] Historia de los patriarcas y profetas, página 99.
[49] J. N. Loughborough, Rise and Progress of the Seventh-day Adventists (Battle Creek, Michigan: General Conference Association of Seventh-day Adventists, 1892) Página 167.
[50] Páginas 39-40.
[51] En Topsham, Maine, en 1846.
[52] Mayo 2001.
1. Joseph Smith, hijo.
En 1830, en LaFayette, Nueva York, surgió la “Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, más conocidos como “Mormones”. Su fundador fue Joseph Smith, quien se proclamó profeta.
Joseph Smith, Jr. nace en Sharon, Vermont, Estados Unidos, el 23 de diciembre de 1805. Fue el quinto de once hijos del matrimonio entre Joseph Smith padre y Lucy Mack, casados en 1796. Su familia era una de las tantas descendientes de inmigrantes y eran considerados por sus vecinos como una familia “analfabeta, bebedora de whiskey, holgazana e irreligiosa”. La madre, Lucy Mack, practicaba la hechicería y alimentaba la pretensión, por lo visto no del todo desprovista de fines económicos, de tener visiones. El padre, Joseph, más conocido como Joe, contaba con una cierta popularidad que emanaba de que su ocupación consistía en buscar tesoros en favor de aquellos que le pagaban con esa finalidad, en particular el del capitán Kidd. Está documentado que el joven Joseph Smith acompañaba con frecuencia a su padre en estas expediciones a mitad de camino entre el fraude y lo oculto, y desde edad muy temprana se dedicó a la práctica de la adivinación y de decir la fortuna mediante el uso de piedras, una práctica específicamente prohibida por la Biblia. Sin embargo, de manera aún más interesante, la familia de Joseph Smith estaba estrechamente vinculada con la masonería. El padre, Joseph Smith Sr. había sido iniciado en el grado de maestro masón el 7 de mayo de 1818 en la logia de Ontario de Canandaigua, Nueva York. Uno de los hijos mayores, Hyrum Smith, era miembro de la logia Mount Moriah de Palmyra, Nueva York.
Joseph Smith padre logró prosperar, pero varios reveses económicos le obligaron a establecerse en Palmyra, a orillas del rio Hathaway, en el condado de Ontario, ahora llamado Wayne, en el estado de Nueva York, a unos 2 kilómetros al sur de la población en 1815. Cuatro años más tarde, se mudaron al pueblo de Manchester; en el mismo condado de Ontario.
En el momento en que entraba en la adolescencia, la región de Vermont se vio convulsionada por una serie de corrientes religiosas cristianas revisionistas y fundamentalistas que comenzó con los metodistas; pero pronto se extendió a las demás sectas de la comarca afectando a toda la región. Grandes multitudes se unian a las distintas iglesias creando conmoción y desunión entre la gente. Unos decian “He aquí la verdad”, y otros afirmaban que solo ellos tenían razón. Unos contendían a favor de los metodistas y otros a favor de los presbiterianos o de los bautistas. Parte de su familia abrazó la religión presbiteriana e incluso el joven Smith asistió a diversas reuniones de esta denominación cristiana, no sin dudas al respecto. Joseph Smith, Jr. sentía especial afinidad por lo espiritual, sea cual fuere su origen, y deseaba unirse a una denominación. A pesar del gran amor que los conversos afirmaban sentir al momento de su conversión y del gran fervor manifestado por los clérigos respectivos, que activamente fomentaban este ambiente de fanatismo religioso con el fin de convertir a todos, según ellos, no importaba a qué secta fuera, cuando la gente comenzó a dividirse y a unirse unos a una iglesia, y otros a otra, se vio que los buenos sentimientos tanto de los clérigos como de los conversos eran más fingidos que reales; porque enseguida se produjo una escena de gran confusión y antagonismo: Pastor contra pastor y prosélito contra prosélito, perdieron todos los buenos sentimientos que pudieron abrigarse en una guerra de palabras y opiniones.
Joseph Smith Jr. como la mayor parte de sus contemporáneos, era un varón de escasa escolaridad, colindante en el analfabetismo y según sus propias palabras, casi incapaz de manejar la aritmética básica. Las causas de esta situación pueden encontrar origen en la necesidad de ayudar a mantener el sustento familiar.
En 1820, después de mucho estudio y oración, luego de meditar un pasaje de la Biblia en particular[1], llegó a la conclusión de que debía orar para preguntar a Dios mismo o quedar con la duda para toda su vida. A los 14 años solía acudir a un bosque colindante a su hogar para orar y meditar sobre sus dudas teológicas. Fue en una de estas ocasiones cuando, según su propio relato, presenció una columna de luz dentro de la cual dos personajes celestiales aparecieron ante él, Jesucristo y Dios mismo. Según su relato: “Vi una columna de luz, más brillante que el sol, directamente arriba de mi cabeza; y esta luz gradualmente descendió hasta descansar sobre mí. Al reposar sobre mí la luz, vi en el aire arriba de mí a dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción. Uno de ellos me habló, llamándome por mi nombre, y dijo, señalando al otro: Éste es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo!” El mensaje que estos seres celestiales le anunciaron fue que la verdadera iglesia y doctrina pura del Evangelio de Cristo en ese momento no se encontraba sobre la tierra y que él habría de ser una herramienta en las manos del Señor para restaurar la iglesia de Jesucristo en los últimos días.
Joseph Smith, después de esta experiencia, intentó transmitir dicho mensaje a algunas personas que eran de su confianza o con las que había sostenido alguna conversación religiosa en el pasado, pero fue rechazado, tratado como uno de los autoproclamados profetas precedentes o contemporáneos a su época y frecuentemente ridiculizado.
Tres años más tarde, el 21 de setiembre de 1823, cuando tenía 17 años, Smith proclamó que el ángel Moroni se le había aparecido. Moroni, según contó Smith, le dijo que él, Joseph, había sido elegido para traducir unos escritos de pueblos antiguos, el Libro de Mormón. El documento habría sido escrito sobre planchas de oro por varios profetas americanos y compilado por Mormón, padre de Moroni, más de mil años antes de la aparición, en el 385, en donde se registra que los descendientes de un grupo de inmigrantes provenientes desde el antiguo reino de Israel, quienes llegaron navegando a América aproximadamente 600 años antes de Cristo, y que habrían dado origen en parte a los pobladores amerindios encontrados allí por los colonizadores Europeos. Moroni, el hijo de Mormón, escondería el libro hacia el año 421 d.C., en una colina, actualmente conocida como monte Cumorah, en el Estado de Nueva York. Según Smith, el ángel le mencionó que, a causa de su misión, su nombre sería tomado para bien o para mal en las naciones. Al parecer, el ángel le había dicho que aún no se encontraba listo para traducirlos, por lo que no se los entregó al momento. Sus revelaciones, tildadas de patrañas y locuras por muchos contemporáneos, hallaron acogida en algunos pocos seguidores. La insatisfacción de estos, que por el momento solo contaban con los testimonios de Smith para construir su cuerpo doctrinal, provocó que muchas veces sus seguidores pidieran a Smith que les mostraran las supuestas planchas de oro. Cierto tiempo después, y siempre según el propio Smith, encontró las planchas en el lugar indicado por el ángel Moroni y anunció que el Señor le había ordenado mostrar las planchas, lo que efectivamente haría ante once testigos escogidos entre sus fieles. Los testimonios de estos se pueden encontrar hoy entre las primeras páginas del “Libro de Mormón”.
Esto ha sido enseñado por lo mormones acerca de la aparición que vio Smith, pero cierto es que no fue así. Los mismos mormones se han visto obligados a reconocer que el relato oficial de la primera visión de Joseph Smith y las visitas del ángel Moroni fue publicado por primera vez en 1842, es decir, 22 años después de acontecidos los hechos. Hasta qué punto este retraso resulta absurdo podemos verlo en el hecho de que la secta fue fundada oficialmente el 6 de Abril de 1830, el mismo año de publicación del Libro de Mormón, en Fayette, Condado de Séneca, Nueva York. Smith y sus seguidores organizaron la Iglesia de acuerdo con las leyes del estado con un total de seis miembros.
Diversas investigaciones parecen apuntar a una causa bien poco presentable: El mismo Joseph Smith no contó siempre la misma historia y ello se debe sencillamente a que la misma no era verdad. Jerald y Sandra Tanner han dejado de manifiesto que en el interior de la secta circulaban, al menos, dos versiones diferentes de la visión divina de Smith si bien no salieron a la luz pública hasta que Paul Cheesman, un estudiante de la universidad Brigham Young, las publicó en 1965. Por si esto fuera poco, al año siguiente, James B. Allen, profesor asociado de Historia de la BYU, reveló otra versión más de la visión. Demasiados relatos discordantes para creer en una versión, hoy oficial, que, al parecer, desconocieron dirigentes mormones como Brigham Young y Oliver Cowdery.
El mismo Joseph Smith se destacó por ser el origen de este tremendo embrollo. A fin de cuentas, no relató siempre la misma historia. Así, el “Messenger and Advocate” de Septiembre de 1834 y de Febrero de 1835 publicó diversas versiones de la primera visión considerablemente diferentes de la oficial de 1842. Las diferencias son de magnitud. En la versión ahora oficial, Joseph Smith tenía catorce años, buscaba saber qué secta era la verdadera y se le aparecieron el Padre y el Hijo. En las de 1834 y 1835, Joseph Smith tenía diecisiete años, lo que ansiaba saber es si existía un ser supremo y el que se le apareció fue un simple ángel. Para terminar de complicar las cosas el 29 de mayo de 1852 el “Desert News” publicaba unas declaraciones del profeta Smith en que afirmaba que la primera visión la tuvo a los catorce años y que fue de ángeles.
Esto fue corroborado posteriormente, por el apóstol mormón Orson Pratt y por John Taylor, el tercer presidente de los mormones. Por desgracia para Smith, ni siquiera en la época en que coincidían casi todos en que quien se había aparecido era un ángel, llegaban a ponerse de acuerdo sobre la identidad del mismo. En la primera edición de la “Perla de gran precio” de 1851, página 41, se decía que el ángel era Nephi y la misma opinión sustentaba Lucy Mack, su madre. No obstante, después se denominó al ángel con el apelativo de Moroni. Finalmente, alguien debió de llegar a la conclusión de que una aparición del Padre y del Hijo siempre es mucho más atrayente que la de un simple enviado. Así esta tesis acabaría imponiéndose de manera oficial en la “Perla de gran precio”, uno de los libros sagrados de los mormones.
Como fundamento, según el profeta y apóstol MacKay, de la organización que afirmaba ser la única iglesia cristiana, la visión primera de Smith da la impresión de dejar mucho que desear. No coinciden, de acuerdo a las diferentes versiones, ni la edad de Smith, ni el motivo de su oración ni los personajes que se le aparecieron. Francamente, un profeta con una memoria tan dudosa sobre asunto de tanta importancia no consigue crear precisamente confianza en la manera en que transmite las revelaciones ni en la veracidad de las mismas. Para colmo, la última, por el momento, versión de la visión de Smith se contradice con sus propias enseñanzas de manera directa.
Mientras llegaba el tiempo de recibir los escritos sagrados, conoció en 1825 a una joven maestra llamada Emma Hale, que pasaría a ser Emma Smith después de un noviazgo de más de dos años al casarse en enero de 1827 en South Bainbridge, Nueva York. De allí pasaron a residir en Palmyra.
Finalmente, el 22 de setiembre de 1827 proclamó haber recibido las planchas tras ser instruido por Moroni para llevar a cabo la traducción, en la que se sirvió asimismo de unas piedras pectorales identificadas por el angel como las bíblicas Urím y Tumím. El procedimiento habría consistido en que Smith vistiera las piedras, obteniendo así la facultad de leer las planchas y dictárselas a un testigo para que las transcribiera.
Según Smith, y más tarde los ya mencionados once testigos, el documento consistía en unas planchas de oro con inscripciones en alfabeto “egipcio reformado”[2] unidas con gruesas anillas a modo de libro. Dicha obra habría permanecido oculta en el cerro de Cumorah, a 8 kilómetros al sur, cerca de su residencia en Palmyra. Tras esta proclamación, el matrimonio Smith fue objeto de persecuciones e intentos de robo. Así pues, decidieron mudarse a Harmony, y en ese lugar comenzó su tarea. El papel de su mujer, dotada de una cierta cultura en cuanto maestra de escuela, es considerado determinante. Asimismo, contó con ayuda de su vecino Martin Harris, hombre acaudalado con ciertos problemas de identidad religiosa[3], que le prestaría apoyo económico. El método de traducción consistía en lo siguiente: Diariamente, Harris y Smith se reunían en casa de este; Smith había introducido previamente las planchas de oro en un sombrero en el que, en presencia de Harris, colocaba también las dos piedras videntes que le permitían traducirlas. Harris nunca vio las planchas de oro, aunque sí las piedras, posteriormente, despúes de haber abandonado el mormonismo y luego vuelto a él, declararía haber visto las planchas. Smith entonces introducía su rostro en el sombrero, y comenzaba a dictar el texto traducido, que Harris trasladaba al papel.
La familia de Harris supo por este del particular proceso de traducción, y su esposa, arguyendo que ansiaba ver el texto, insistió en leer la traducción antes de que hubiera sido completada. Smith permitió a Martin Harris llevarse las primeras 116 páginas de la traducción. La mujer de Harris, sospechando un fraude, le comentó a su marido la posibilidad de que Smith se estuviera inventando el texto sobre la marcha. Así que, pretendiendo desenmascarar a Smith, decidió retener el texto traducido e hizo creer a su marido que lo había extraviado. De ser un fraude, Smith produciría una segunda versión que diferiría de la primera. Pero, en lugar de recomenzar el proceso partiendo de las mismas planchas, Smith alegó que el ángel le había prohibido valerse del original en castigo por su negligencia, obligándole entonces a acudir a otros escritos en los que se relataba la misma historia, pero de manera algo distinta.
La familia de Harris tomó esta explicación como una evidencia del engaño, terminando así toda colaboración. En 1829, Smith renaudó la traducción en presencia de otro testigo, Oliver Cowdery. Esta vez Smith tomó la precaución de no dejarle a nadie los textos antes de concluir la traducción, que culminaría ese mismo año. Las planchas de oro y los artefactos, una vez traducidos, le habrían sido retirados de las manos de Smith por el mismo ángel llamado Moroni. En 1830, el texto vio la luz bajo el título de Libro de Mormón.
Según Joseph, durante el proceso de traducción se le apareció, entre otros, Juan el Bautista, quien le confirió el Sacerdocio Aarónico, o sacerdocio menor, sin aclarar qué significaba tal honor. Posteriormente, otros santos cristianos como Pedro, Santiago y Juan le ordenaron en el Sacerdocio de Melquisedec o sacerdocio mayor, encomendándole restaurar la verdadera iglesia de Cristo conforme al modelo de los primeros cristianos. El mensaje reformista no era novedoso, y se basaba, como ya lo hicieran los cuáqueros o los luteranos, en razón de que las iglesias surgidas después de las muertes de los primeros apóstoles, habrían sido “corrompidas” por las filosofías imperantes, pervirtiendo su mensaje. Al período religioso que transcurría entre sus revelaciones y la labor de los apóstoles Smith lo llamó “la Gran Apostasía”, periodo en el que los derechos del sacerdocio carecían de validez. Se hacía necesaria, pues, una restauración directa por parte de los apóstoles, en la que también se revelarían partes fundamentales de la doctrina de Cristo que habían sido olvidadas.
El Libro de Mormón aparece como un relato del pueblo de Nefi, de origen semita, que llegó al continente americano desde el Oriente Medio, guiado por inspiración divina. El relato cubre un periodo que va, aproximadamente, desde el año 600 a.C., hasta el año 400 d.C. También incluye la historia de una migración anterior, de los jareditas, pueblo de la época de la torre de Babel, quienes supuestamente emigraron a este continente, pero que fueron casi exterminados antes de la llegada del grupo semita de Nefi. La trama principal trata de una clan familiar de hebreos que abandona Jerusalén antes de que fuera sitiada y tomada por las tropas de Senaquerib, rey Asirio, y que guiados por Dios y una brújula especial llamada “Liahona”, atraviesan los oceános para llegar a América bajo el liderazgo de un hombre llamado Nefi. Tras alcanzar su destino, se multiplican grandemente, para después dividirse en dos grupos rivales, los nefitas y los lamanitas, en pugna constante. Los nefitas fueron finalmente derrotados por los lamanitas en 428. Los lamanitas que sobrevivieron se transformaron en un pueblo feroz y muy distante de las costumbres nefitas, constituyendo la ascendencia de los indios americanos. La arqueología, la genética y la historiografía modernas han considerado esta historia tan sorprendente que ni tan siquiera se han propuesto refutarla directamente, salvo cuando se han visto forzadas a hacerlo en respuesta a las pretensiones de historicidad verídica por parte de la propia Iglesia mormona, pero las pruebas demuestran que los pueblos nativos americanos no tienen en nigún caso origen semita, que las culturas mesoamericanas jamás tuvieron un contacto incuestionable con los pueblos del mediterráneo de la Antigüedad, y que no hay vestigio alguno que muestre una ruptura de la continuidad cultural, histórica, o económica de las mismas en el entorno del año 600 a.C., cuando habrían llegado los nefitas. Buena parte del libro trata la aparición de Jesucristo en América, donde habría repetido buena parte de sus doctrinas a los nefitas. Sea como sea, para los mormones, El Libro de Mormón es un volumen de escrituras sagradas con la misma validez que la Biblia. Para ellos es una historia de la comunicación de Dios con los antiguos habitantes de las Américas y contiene la plenitud del evangelio eterno, e ignoran que:
a. Nunca existió un idioma tal como los “jeroglíficos reformados egipcios”, como lengua oral o escrita. Ningún lingüista confirma ese hecho.
b. Nadie ha encontrado rastros de alguna de las 38 ciudades de América Central que se mencionan en el Libro de Mormón. La arqueología ha dejado de buscarlas.
c. No hay conexiones genealógicas entre el pueblo hebreo y los indios americanos. Mormón pretende que Jesús visitó a los indios después de su resurrección, lo que es un fraude.
d. La división en capítulos y versículos en la Biblia fue usada cientos de años después del año 421 cuando supuestamente las planchas de oro fueron usadas para contar sobre las migraciones hebreas y lo demás. Entonces, ¿cómo es posible que esas divisiones aparecieran en una traducción cuando en realidad no aparecían originalmente en las Escrituras? Las citas del Antiguo y Nuevo Testamentos son exactamente las de la versión inglesa King James, de 1611, incluyendo las palabras en cursiva que fueron agregadas para la claridad del texto. Esa traducción fue hecha mil doscientos años después del pretendido encuentro de las planchas de oro en 421.
e. Los mormones pretenden que ese libro es el “más correcto que se haya escrito”, pero ha tenido alrededor de cuatro mil correcciones desde la primera edición, a medida que los líderes han tratado de corregir errores. Pero hasta la actualidad, no han borrado la declaración de 3 Nephi 8.23, que declara que las tinieblas cubrieron la tierra por tres días después que Cristo fue crucificado. En Mateo 27.45-46, Marcos 15.33 y Lucas 23.44 se dice que fueron tres horas.
f. Los nombres de once “testigos” están en la portada del libro, como quienes certifican que es auténtica la “traducción” hecha por Joseph Smith de las planchas de oro. Ocho de esos testigos luego fueron expulsados de la iglesia por “fraude, mentira y otros crímenes”.
g. Solomon Spaulding murió diez años antes que surgiera el Libro de Mormón. Escribió otra “novela”. Tres peritos calígrafos: Howard Davis, Wayne Cowdrey y Donald Scales, han afirmado que la escritura de ambos ha sido identificada como igual, excepto interpolaciones y cambios hecho por Smith y sus seguidores[4].
h. En 2 Nephi 29.3-10 declara tontos a los “gentiles” por decir que la Biblia es adecuada. En una conferencia juvenil en 1970, un líder mormón dijo que los leen la Biblia no aprenden mucho y que se necesita leer tres veces más el Libro de Mormón.
Kirtland, Ohio se convierte en el principal lugar de reunión de los mormones. José Smith recibe muchas revelaciones. Otros mormones se mudan a Missouri, con la esperanza de edificar Sión. Kirtland, Ohio es el sitio del primer templo mormón.
Algunos aspectos de las doctrinas presentadas por Smith ofendían a las denominaciones cristianas ya establecidas, y otros, como la poligamia o sus intentos de establecer una especie de teocracia en un país que estaba construyendo su identidad nacional sobre la separación entre Iglesia y Estado, resultaban intolerables para buena parte de la opinión pública norteamericana. Tras su expansión inicial, la tirantez entre miembros y no miembros de la iglesia mormona se fue intensificando, obligando a Smith a trasladar su sede en varias ocasiones hasta ser detenido en el estado de Illinois, donde se hallaba en proceso de construir un segundo templo con sus seguidores, entre los que se encontraba un nutrido grupo de conversos europeos.
Tanto Smith como sus consejeros estuvieron varias veces encarcelados bajo cargos tales como escándalo público o alterar el orden, aunque en ningún caso durante largo tiempo. El hecho de presentarse como un profeta receptor del mensaje divino con la intención de reformar el protestantismo a su favor, no le hicieron ningún bien de cara a la opinión pública, mayoritariamente suspicaz ante tales casos. El ambiente profundamente religioso y protestante surgido en los Estados Unidos a principios del siglo XIX, del que Smith era un destacado producto, era marcadamente hostil a toda autoproclamación profética. Más aún, el afán proselitista del mismo y su ruptura doctrinal no eran algo fácilmente asumible por una sociedad con reticencias religiosas.
De junio a octubre de 1830, Joseph Smith presentó a la nueva Iglesia, lo que habrían sido importantes revelaciones doctrinales, escribió una versión que refirió ser inspirada del Génesis y escritos de Moisés, incluyendo porciones de un libro que habría escrito el profeta antediluviano Enoc. En diciembre de 1830, la Iglesia en Nueva York tenía más de 70 miembros bautizados en la nueva fe, y pocos meses después el número de conversos en Ohio superaba los de la sede en Nueva York.
Luego se trasladan al Condado de Jackson, Missouri, en 1831.
En 1832, Joseph Smith afirmó haber tenido una revelación de Dios según la cual nadie puede ver a Dios sin tener el sacerdocio. Según el propio Smith él no tuvo ese sacerdocio hasta pasado 1830 pero la visión de Dios fue, al menos, diez años antes. Como y por qué Dios hizo una excepción a Su revelación en relación a Smith constituye un misterio que hasta la fecha ningún adepto de la secta ha conseguido aclarar.
Como ha dejado de manifiesto Floyd C. Mc Elveen, ambas revelaciones no pueden ser verdad. O bien Smith vio a Dios en 1820, y eso se contradice con la revelación sobre el sacerdocio de 1832, o bien la revelación de 1832 es falsa y con ello queda a salvo la veracidad de la versión, hoy oficial, de la visión de 1820. Naturalmente cabe también la posibilidad de que ambas visiones no fueran sino una falacia.
Para 1833, ellos son arrojados del Condado de Jackson por grupos de personas. Los mormones primero se establecen en el Condado de Clay, y se mudan más permanentemente a los Condados de Caldwell, creado para que los mormones se asentaran y Davies en 1836. Pero estos Condados también son sitios de acoso. Algunos mormones responden la agresión. Un grupo de mormones organiza los “Danitas”, quienes responden la pelea. Cuando el resto de la Iglesia se muda a Missouri, el conflicto crece. La Orden de Exterminación fuerza a los mormones a salir de Missouri. Docenas de mormones son masacrados en el Molino de Haun, otros son quemados fuera de sus casas. Smith es arrestado.
Smith era considerado profeta y vidente y el 14 de Febrero de 1835 anunció que en 56 años, es decir, en 1891, sería la Venida de Cristo y el 14 de Febrero de ese año comenzaría el Juicio Final[5]. Pero además afirmó que los habitantes de la Luna medían 1,80 metros, vestían como los Quakers y vivían cerca de 1 000 años[6]. En su libro “Doctrinas y Convenios” [7] afirmó que elnombre de Oliver Granger “…será guardado en sagrada memoria de generación en generación, para siempre, ha dicho el Señor”, pero al consultar a varios mormones de nuestros días sobre este señor, nadie sabe quién fue. Otra de las “profecías” fallidas de Smith se refiere a David W. Patten que debía llevar a cabo una misión durante la próxima primavera de 1838[8], pero ¡David Patten murió antes de la primavera! Smith declaró que Dios le mandó instituir la poligamia. Tuvo 47 “esposas oficiales”, ocho de las cuales tenían entre catorce y diecinueve años. En 1833 predicó que las ciudades de Nueva York, Albany y Boston serían destruidas en su tiempo si rechazaban su mensaje. Esas ciudades no aceptaron el estilo de vida de Smith pero no fueron destruidas por Dios a causa de ello. También profetizó que la ciudad de Sión sería establecida en Independence, Estado de Misuri[9]. Afirmó que cerca del Polo Norte hay una tierra cálida y fructífera donde viven las diez tribus perdidas de Israel. Dijo que la tribu de Manasés era más numerosa que las demás y, aunque no sean judíos, que los mormones proceden de las tribus de Efraín y Manasés. En esa época, había rumores de que estallaría la guerra entre el Sur y el Norte y Smith profetizó que se extendería “por todas las naciones”, pero eso no ocurrió. La Biblia advierte sobre los falsos profetas[10]. Smith declaró que había tenido visitas de Juan el Bautista en Mayo de 1829 y le había dado autoridad para bautizar y desde entonces los mormones dicen que ellos son los administradores legales del bautismo y la cena del Señor y que todos los demás son falsos. También pretendió haber sido visitado por Moisés, Elías, Miguel, Gabriel y, por supuesto, Moroni[11].
Pese a la antipatía que suscitaban sus pretensiones mesiánicas, vistas por muchos contemporáneos como los delirios de un loco, la fama de Joseph Smith entre sus seguidores alcanzó niveles tan elevados que muchos pensaron en postularlo a la presidencia de los Estados Unidos, lo que efectivamente llevaron a cabo.
En abril de 1839, un guardia quien era muy amable con Smith le permitió que escapara de la prisión y se unió a los mormones en Illinois. El escogió las orillas de Mississippi en el Condado de Hancock como el sitio para el nuevo asentamiento y lo nombró Nauvoo. Así empezó el nuevo capítulo en la historia mormona. Los mormones prosperaron en Illinois. En 1840, justamente 10 años después de que la Iglesia fuera organizada, la membrecía alcanzó los 16 000. En el otoño, ellos empezaron a construir otro templo mormón. La persecución continúo, Missouri intentó extraditar a Joseph Smith, en 1842, pero sin ninguna evidencia, los mormones resentidos trataron de escribir ataques en contra de Smith, forzándolo a esconderse para evitar ser enviado a la cárcel. En pocos años Nauvoo rivaliza con Chicago en tamaño.
La candidatura a la presidencia de Smith contribuyó a la hostilidad general contra los mormones, y nuevamente Joseph y su hermano Hyrum fueron encarcelados en la prisión de Carthage por cargos de sedición, después de haber estimulado el cierre de un periódico de Nauvoo, Illinois, que había publicado acusaciones contra él acerca de su poligamia, y una noche Smith hizo asaltar la imprenta y echar los materiales a la calle. El jefe de la policía del Condado acusó a Smith con cargos de incitar un motín que se desató después. Nuevamente, Smith se escondió, con miedo a que la chusma se desquitara. Pero él se entregó a sí mismo a la orden del Gobernador Ford y fue puesto en la cárcel de Cartago el 22 de junio. Joseph Smith murió asesinado a balazos la noche del 27 de junio de 1844 por una turba de alrededor de 200 a 250 personas que lograron abrirse paso hasta su celda, aunque mató a dos atacantes e hirió a otro. En el momento de su muerte, se encontraba preso junto con su hermano Hyrum Smith y su consejero, Taylor, quien sobrevivió e hizo un recuento de los eventos. Smith mató a por lo menos dos antes de que le dispararan de muerte, a pesar que había dicho “Seré llevado como oveja al matadero”[12].
Tras la muerte de Smith, sus opositores pensaron que el movimiento mormón se desvanecería y las persecuciones se redujeron, al tiempo que la agresividad evangelizadora de los mormones menguaba tras desaparecer su cabeza visible y establecerse en los todavía poco poblados territorios del medio oeste americano.
Tras la muerte de Smith, la congregación mormona entró en un periodo de discusiones por la sucesión del cargo de Presidente de la Iglesia y sus atributos. Un grupo reclamó que la sucesión debía recaer en el hijo de Smith; otro grupo postuló la basada en lo que el Consejo de los Doce propusiese.
2. Brigham Young.
Brigham Young nació el 1 de junio de 1801 en una familia de granjeros en Whittingham, Vermont y trabajó como carpintero y herrero itinerante, entre otros trabajos. Asistió tan sólo dos meses a la escuela. Se casó por primera vez en 1824.
Aunque se había convertido al metodismo en 1823, cuando en 1829 se estableció en la ciudad de Mendon, Nueva York, conoció a un hermano y discípulo de Joseph Smith, fundador de la comunidad mormona, Young se acercó al mormonismo, tras leer el “Libro de Mormón” poco después de su publicación en 1830. Se unió formalmente a la nueva fe en 1832 al bautizarse y viajó a Canadá como misionero. Cuando su primera esposa falleció en 1833, Young colaboró con otros mormones para establecer una comunidad en Kirtland, Ohio.
Entre 1833 y 1836, su fama y su talla dentro del movimiento mormón crecieron de una forma extraordinaria. Fue ordenado como apóstol y se unió al Consejo de los Doce Apóstoles como uno de los primeros miembros, el 14 de febrero de 1835. Durante las persecuciones del populacho en Misuri a finales de la década de 1830 le fueron embargadas todas sus propiedades y le hicieron migrar al condado de Hancock, en Illinois, y se estableció Nauvoo como nuevo centro del mormonismo. En 1840 y 1841 viajó a Liverpool, en el Reino Unido como misionero de la Iglesia. La mayoría de los que Young convirtió, unos 70 000, emigraron a Estados Unidos para unirse a las comunidades mormonas norteamericanas. En la década de 1840 Young estaba entre los que establecieron la ciudad de Nauvoo, Illinois, a orillas del río Misisipi. En esta ciudad se estableció la nueva sede de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. En tamaño, llegó a ser comparable a Chicago.
Mientras estaba en la cárcel esperando un juicio por cargos de traición, el presidente de la Iglesia Joseph Smith fue asesinado por una multitud enfervorecida en 1844.
Hubo varios aspirantes para sustituirá Smith como presidente de la iglesia. Sidney Rigdon, el único superviviente de la primera presidencia argumento la necesidad de ser temporalmente “guardián de la Iglesia”, pero en un mitin celebrado en Nauvoo, Young argumentó con éxito que era el Consejo de los Doce quien debía regir la comunidad. Esta propuesta salió adelante, y Young, como presidente del Consejo, se autoproclamó líder como presidente del Quorum de los Doce. A partir de esta conferencia la Iglesia se dividió en dos fuertes corrientes: Los que postulaban que la sucesión de la presidencia y oficio de profeta debían estar a cargo de quien habría sido señalado por el difunto Joseph Smith, su hijo de 12 años a la fecha Joseph Smith Tercero y aquellos que apoyaron la autoproclamación de Brigham Young como líder espirtual, profeta, vidente y revelador. La corriente que no acepto a Young hoy conforma la Comunidad de Cristo radicada en Independence, Misuri y la facción que siguió a Young es hoy la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días establecida en Utah.
Rigdon se separó y asumió la presidencia de la Iglesia Rigdonita, con sede en Pittsburgh, Pensilvania. Surgieron también otros líderes para encabezar lo que más tarde serían grupos independientes del movimiento.
Después de una tregua, los ataques empezaron nuevamente y el acuerdo de Nauvoo fue revocado en enero de 1845.
La persistencia de conflictos y la practica de la poligamia motivó la oposición de Illinois contra ellos hizo que en 1846 Young organizase y supervisase la marcha de cerca de 5 000 mormones a través de las grandes llanuras llegando a Council Bluffs, Iowa, y a las montañas Rocosas hacia Winter Quarters, Nebraska, y más tarde a la región árida de Great Basin, estableciendo la “Ruta Mormona” a Utah. Allí, en el valle de Salt Lake, por entonces parte de México, fundó el 24 de Julio de 1847 la ciudad de Great Salt Lake. Esta fecha se recuerda como el Día del Pionero y es festivo en el Estado de Utah. Después de tres años bajo el Consejo de los Doce, Young organizó una nueva Primera Presidencia y el 5 de diciembre del mismo año lo designaron de forma solemne como cabeza de la Iglesia mormona. En los próximos años continuaron llegando los inmigrantes a Salt Lake, y Young envió a establecer comunidades alrededor del territorio.
El Batallón Mormón participa en la Guerra de Estados Unidos y México y explora California. Los pioneros mormones establecen ciudades en Utah, Nevada, Colorado, Wyoming, Arizona e Idaho, así como en el norte de México y al sur de Canadá. Este periodo marca diez años de paz para la Iglesia Mormona.
Poco después de que las nuevas colonias mormonas se establecieran en territorio mexicano, en la Alta California, vendido ilegalmente a Estados Unidos por Antonio López de Santanna y mencionado como “Cesión Mexicana” por cronistas estadounidenses de la época, Young solicitó al Congreso de los Estados Unidos la creación del estado de Deseret. En lugar de eso, en 1850 se estableció en el territorio que hoy es Utah, y Young fue nombrado gobernador. Como gobernador y presidente de la Iglesia, Young gestionó asuntos religiosos y económicos. Promovió la independencia económica y la autosuficiencia. Elevó el status económico de las arcas eclesiásticas sacando a la iglesia y a sus miembros de la pobreza.
Muchas ciudades de Utah y algunas de los estados vecinos fueron fundadas bajo la dirección de Young. Algunos han acusado a Young de ser un autócrata. Otros discrepan, reconociendo a Young como un líder fuerte e influyente durante una época complicada, conservando así una reputación y una herencia que están mayoritariamente bien vistas dentro del movimiento mormón.
En 1857, la iglesia mormona estaba asegurando su poder en Utah cuando ocurrió un hecho luctuoso. Los primeros funcionarios de Utah, usando presión policial y mentiras que decían que los mormones se rebelaban contra la autoridad de los Estados Unidos, inducen al Presidente James Buchanan a enviar el Ejército de Johnston a Utah para sofocar una rebelión inexistente y colocar a un nuevo gobernador, ya que se relevó a Brigham Young del cargo de gobernador de Utah, pero no se le notificó. Los mormones, que no desean ser expulsados nuevamente, hostigan al Ejército de Johnston quemando pasto y dispersando a los caballos. El ejército finalmente concluye que no hay rebelión y establece la paz después que Brigham Young se reunió con el nuevo gobernador Alfred Cumming y obtuvo un acuerdo de que los mormones asentados no serían hostigados, luego de lo cual el renunció al puesto de gobernador. Los mormones evitaron la guerra y el volver a mudarse.
Desafortunadamente, los temores provocados por la idea de invasión conducen a algunos mormones a masacrar a una caravana de un centenar y medio de personas atravesaba el Estado con destino a California, la caravana era dirigida por el señor Fincher, eran colonos buscando tierra, la caravana es rodeada y atacada por un grupo de hombres armados.
Luego de un sitio de cinco días, la milicia convence a los colonos de rendirse con la promesa de que se les daría un salvoconducto para atravesar el Estado. Cuando los colonos se rinden, toma lugar la carnicería mayor entre pioneros blancos durante toda la historia de la colonización en América. Alrededor de 140 hombres, mujeres y niños fueron ejecutados a sangre fría; solo 17 niños menores de 8 años fueron conservados con vida. Ocho años es el máximo dentro de la edad de inocencia entre los mormones. El gobierno detuvo a John D. Lee acusado como el ejecutor intelectual de la masacre. La iglesia lo excomulgó declarando a Lee fuera de la ley del hombre, y de la iglesia al supuestamente malinterpretar un edicto de su líder, Brigham Young.
En marzo de 1877, 20 años más tarde, el gobierno de los Estados Unidos ejecutó al hombre al mando de los asesinos, John D. Lee. En sus últimas palabras, Lee confesó sentirse traicionado por Brigham Young, aunque mantuvo que este no supo de la atrocidad hasta después de que había ocurrido. Cierta interpretación de los hechos hicieron a Lee suponer que Brigham Young quería que todo emigrante que pasara por el Territorio de Utah durante el toque de sitio fuera detenido o asesinado. Brigham Young no fue juzgado por la masacre hasta su muerte ese mismo año. El acontecimiento de Mountain Meadows fue y ha sido hasta el día de hoy criticado duramente por críticos de la iglesia mormona contándose una gran cantidad de material bibliográfico dedicado a ello. La masacre de Mountain Meadows fue perpetrada por hombres que tomaron esta decisión en contra de las leyes tanto del país como de su iglesia. El líder mormón Gordon Hinckley que presidio la iglesia mormona entre 1994 y 2007, dio disculpas públicas debido al revuelo que se ha dado debido a la reciente publicación de un libro que trata sobre este tema y la iglesia mormona levantó un monumento conmemorativo a la masacre.
Durante la Guerra Civil, se deja en paz a la Iglesia Mormona por mucho tiempo, pero al final de la guerra, fue abolida la esclavitud y entonces la poligamia llegó a ser de nuevo el blanco de atención. Se aprobaron varias leyes por el Congreso haciendo ilegal la poligamia y se castigaron aquellos que la practicaban. Al principio esto fue difícil de implementar, pero con la muerte de Brigham Young, varios líderes de la Iglesia fueron encarcelados por practicar la poligamia y algunos de ellos se escondieron para evitar ser encarcelados. Miles de mormones son finalmente encarcelados y a otros se les prohíbe votar, tener cargos, o poseer propiedades. Para mantener a los mormones fuera del trabajo, se instituyeron juramentos de lealtad. Los líderes de la Iglesia se escondían y muchos mormones huyeron a México y Canadá. Las sanciones del gobierno federal incrementaron hasta el año 1890 cuando el profeta mormón y presidente de la Iglesia Mormona, Wilford Woodruff, anunció la revelación de terminar con la práctica de la poligamia[13]. Más tarde, el Presidente de los Estados Unidos, Grover Cleveland perdonará a todos los poligamitas. Durante este periodo, miles de mormones europeos vinieron a Utah.
Entre los dichos de Brigham Young encontramos que declaro: “No hay hombre o mujer que quebrante los pactos hechos con su Dios, a quien no se le requerirá que pague la deuda. La sangre de Cristo nunca limpiará aquello; usted debe expiar por ello con su propia sangre...”[14]. Además: “...y aquel que no confiesa que Jesús ha venido en la carne y que envió a Joseph Smith con la plenitud del Evangelio para esta generación, no es de Dios, sino que es Anticristo”[15]. Acerca de sus discursos: “Les digo ahora, cuando ellos son copiados y aprobados por mí, son tan buena Escritura como lo que está expresado en esta Biblia...”[16] Acerca de la poligamia: “Ahora, si cualquiera de ustedes negara la pluraildad de esposas, y persistiese en hacerlo, les prometo que será maldecido”[17]. Sobre la salvación: “...ningún hombre o mujer en esta dispensación entrará jamás al reino celestial de Dios sin el consentimiento de Joseph Smith”[18]. Sobre la concepción de Jesús: “El nacimiento del Salvador fue tan natural como el de nuestros hijos; fue el resultado de una acción natural. El participó de carne y sangre, fue engendrado por su Padre, como nosotros lo fuimos por nuestros padres”[19]. Acerca de la Omnisciencia de Dios: “Dios mismo está aumentando y progresando en conocimiento, poder y dominio, y continuará haciéndolo perpetuamente”[20]. Sobre sí mismo: “¿Qué hombre o mujer en la tierra, qué espíritu del mundo espiritual puede decir verdaderamente que yo haya dado jamás una palabra de consejo errónea, o una palabra de consejo que no pudiera ser sancionada por los cielos? El éxito que me ha acompañado en mi presidencia se debe a las bendiciones y misericordia del Todopoderoso...”[21]
Young es conocido con varios sobrenombres, entre ellos “el Moisés Americano” debido a que, igual que Moisés, condujo a los primeros miembros de la Iglesia de Jesucristo durante un arduo “éxodo” por las planicies de norteamérica, para llegar a una “tierra prometida”.
Las siguientes décadas por algún tiempo están marcadas por un período de paz en la historia del mormonismo. Cuando la poligamia terminó Utah llegó a ser parte de los Estados y la historia mormona se estabilizó. La Iglesia Mormona empieza a volverse próspera otra vez, aunque tomará algún tiempo para poder pagar todas las deudas acarreadas por la persecución. Y algunas partes de la persecución todavía existen. Reed Smoot, un apóstol mormón, debe pelear por dos años para tomar su lugar en el Senado de los Estados Unidos después de ser elegido. El Presidente Joseph F. Smith recibe una importante revelación acerca de la salvación para los muertos. La Iglesia celebra su centenario y empieza a comprar lugares históricos. Durante la Gran Depresión, la Iglesia crea el sistema de Bienestar de la Iglesia para ayudar a sus miembros. Los mormones fuera de los Estados Unidos dejan de mudarse a Utah en masa, la mayoría se queda donde está. La obra misional en América del Sur y en las islas del Pacífico trae a miles a la Iglesia y se construyen templos mormones en Canadá, Europa, Nueva Zelanda y Hawái. Los mormones se hallan en ambos lados del conflicto de la Segunda Guerra Mundial y muchos son atrapados detrás de la Cortina de Hierro después de la guerra.
A continuación de la Segunda Guerra Mundial, la Iglesia Mormona empieza a crecer exponencialmente. Los templos aumentan junto con este crecimiento. Aún se construye un templo en Alemania Oriental bajo el control Soviético. El presidente David O. McKay se convierte en el presidente mormón que más ha viajado hasta esa fecha. Los programas de bienestar y humanitario mormones se expanden y la Iglesia provee valiosa ayuda a la reconstrucción de Europa y Japón. Se establecen los centros de capacitación misional para ayudar a los misioneros a aprender los muchos y crecientes idiomas en la Iglesia. David O. McKay anima a todos los miembros a ser misioneros y el Señor revela a uno de sus sucesores, Spencer W. Kimball, que todos los miembros varones deben servir como misioneros. El número en la fuerza misional de la Iglesia se eleva a más de 50 000. Este crecimiento hace necesario hacer más eficientes el gobierno de la Iglesia y los programas de la Iglesia a través del programa de correlación. El crecimiento de la Iglesia en Brasil y África mueve al profeta mormón Spencer W. Kimball a orar acerca de la prohibición de otorgar el sacerdocio a las personas de raza negra. En 1978, él recibe una revelación de que todos los miembros varones dignos pueden recibir el sacerdocio. La Iglesia Mormona crece exponencialmente en Brasil y en África. En la década de 1980, la Iglesia se enfoca en la traducción del Libro de Mormón a docenas de idiomas mundiales y los mormones responden al llamado de “inundar la tierra” con el Libro de Mormón.
Actualmente, la Iglesia tiene 14 millones de miembros repartidos en diferentes países, incluyendo Latinoamérica y Europa, estableciendo congregaciones y templos a través del mundo. Los fieles de la Iglesia creen que Jesucristo guía la Iglesia por revelación dada al Presidente de la Iglesia, a quien considera un profeta. Además tienen 129 Templos funcionando y más de 27 000 congregaciones llamadas barrios o ramas, los cuales asisten cada domingo a “capillas” en 160 naciones. Entre ellos hay más de 53 000 misioneros, la mayoría de entre 19 y 21 años de edad, cuya actividad proselitista dura dos años; las mujeres sirven misiones de año y medio, lo mismo que los matrimonios mayores. Los centros de capacitación misional se encuentran en Provo, Utah, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana, Inglaterra, Guatemala, Japón, México, Nueva Zelanda, Perú, las Filipinas, España y Corea del Sur.
3. Creencias mormonas.
Según los mormones, la iglesia cristiana fue apóstata hasta 1830. No aceptan la doctrina de la Trinidad, sino que enseñan la existencia de infinidad de dioses que fueron una vez hombres. Los humanos pueden transformarse en dioses y alcanzar la divinidad en la vida venidera. La encarnación de Cristo no es única para ellos, ya que otros dioses, después de una existencia como espíritus, se establecieron en algún planeta para recibir cuerpos antes de alcanzar la deidad.
Joseph Smith enseñó, y desde entonces la creencia se ha mantenido, que el canon de libros sagrados no estaba cerrado y que Dios seguía revelando, cosas divinas, al hombre. La Iglesia acepta otros libros sagrados y revelaciones que complementan y clarifican a la Biblia. Más aún, Dios puede dar revelaciones a quienes presiden la iglesia en el presente, así como revelaciones personales a cualquier hombre o mujer en cualquier lugar y situación y que cumpla los requisitos de la fe en Cristo, relacionados a sus vidas personales y familiares. Se sostienen a la Primera Presidencia y a los doce apóstoles de la Iglesia como profetas, videntes y reveladores.
4. Literatura Aceptada por los Mormones.
Todos los Santos de los Últimos Días aceptan a la Santa Biblia como Escritura Sagrada hasta donde esté correctamente traducida, y creen que sus profecías son verídicas, pero que hay algunas partes de la traducción de la Biblia que están incompletas o incorrectas. Se estudia el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento en clases dominicales, llamadas Escuela Dominical. Se entiende que las escrituras son compendios de libros que manifiestan la voluntad de Dios por medio de sus respectivos profetas, y notan que existen otros libros que se mencionan en la Biblia que se han perdido. La revisión de la Santa Biblia, considerada la mejor traducida; totalmente aceptada y usada por los miembros hispano-hablantes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es “Reina Valera 1960”.
Como vimos antes, el Libro de Mormón es un volumen de escritura sagrada para los mormones, semejante en propósito y teología a la Biblia, y es considerado por sus miembros como el más correcto de todos los libros sobre la tierra, y la clave de su religión.
Otro de sus libros es “Doctrinas y Convenios” que contiene escritos, considerados revelaciones modernas, dadas por Dios a Joseph Smith y algunos de sus sucesores. Contiene instrucciones sobre el sacerdocio, la obra misional, la obra de los templos, las glorias de las eternidades, y la obra a favor de los muertos, entre otras.
“Doctrinas y Convenios” constan de 138 secciones o capítulos y 2 Declaraciones Oficiales, dadas a José Smith en su mayoría; aunque contienen también lo que se considera es la palabra literal de Dios o ángeles[22], ordenaciones[23], visiones, actas, oraciones, preguntas, deberes y responsabilidades eclesiásticas, epístolas, instrucciones personalizadas y declaraciones.
La mayoría de las Secciones fueron recibidas por Joseph Smith desde 1829 hasta su muerte. La Sección 135 relata la muerte del mismo, escrito por John Taylor el 27 de junio de 1844. La última sección es una vision dada al Presidente Joseph F. Smith en el año 1918 sobre el mundo de los espíritus y la administración de la obra misional entre los muertos.
Todos los Santos de los Últimos Días aceptan una colección de escrituras sagradas llamada “La Perla de Gran Precio”. La misma consiste de “El libro de Moisés”, “El libro de Abraham”, “Joseph Smith – Mateo” y “Joseph Smith – Historia”: Una selección de materias o temas de gran valor que se relacionan con muchos aspectos importantes de la fe y de la teología de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El profeta Joseph Smith preparó estos temas y se publicaron en los periódicos de la Iglesia en su época y son considerados auténticos y parte de la palabra de Dios.
El “Libro de Moisés” consiste en un libro corto, de ocho capítulos, que José Smith comenzó en junio de 1830 en el que afirmó haber traducido, con el poder de Dios, los escritos de Moisés de la Biblia, agregando partes originales que se habían perdido con el correr del tiempo. Equivale al comienzo del Génesis, y contiene un relato de la creación del mundo, la historia de Adán y Eva, la vida de Enoc y las condiciones que prepararon al mundo para el Diluvio. Relata el intento de Satanás de destruir el Plan de Salvación, y de como Jesucristo aceptó dicho plan en la vida premortal.
A comienzos del siglo XIX, un arqueólogo italiano, Antonio Lebolo, encontró ciertos papiros en tumbas egipcias. Al morir se los dejó a Michael Chandler. El mismo los expuso en Estados Unidos en 1835. Joseph Smith los compró con ayuda de los miembros de la iglesia en Kirtland por US$ 2400 y, con Oliver Cowdery y W. W. Phelps como escribas, tradujo los caracteres y jeroglíficos. Estas transacciones históricas se tornaron en cuestión de fe al dar Joseph Smith a conocer la traducción de los manuscritos. Los escritos que presentó Smith contienen un relato en primera persona, escrito por quien según él, fuera el patriarca Abraham. En pocos capítulos, se narra la decisión de Abraham de huir de su casa, su viaje a Egipto, y diversas visiones que tuvo, incluyendo otra narración de la creación del mundo y el plan de salvación que fue presentado a los hijos espirituales de Dios en la vida premortal.
El “Libro de Mateo” consta de un solo capítulo, forma parte de la corrección que Joseph Smith afirmó hacer de la Biblia, con la ayuda divina. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días continúa utilizando la Biblia cristiana, pero considera de importancia la corrección de Joseph Smith. Sin embargo, ninguna de esas correcciones se encuentra en el canon de las escrituras, excepto dos fragmentos: “El libro de Moisés” y el capítulo 24 de Mateo, cuya corrección se denomina “Joseph Smith – Mateo”.
La “Historia” de Smith son selecciones del testimonio e historia oficial de Joseph Smith que él preparó en 1838 y que se publicó en serie en el periódico “Times and Seasons”, en Nauvoo, Illinois, empezando el 15 de marzo de 1842.
Los mormones se han extendido por casi todo el mundo, incluyendo la América Latina, aunque antes de su entrada en Brasil, creían que las personas de raza negra eran ángeles que durante el conflicto celestial entre Dios y Satanás, ellos habían decidido no participar en ninguno de los dos bandos, por lo que como castigo por su cobardía fueron enviados a la tierra como negros.
5. Organización.
Los Mormones se organizan de la siguiente manera:
a. La Primera Presidencia, compuesta por el Profeta y sus dos Consejeros;
b. El “Consejo de los Doce Apóstoles”, presidido por el segundo Apóstol de mayor antigüedad en el Quórum de los Doce;
c. El Obispado Presidente compuesto por un Obispo Presidente y dos Obispos Consejeros;
d. El “Primer y Segundo Quórum de los Setenta”, conforman lo que los Santos de los Últimos Días conocen como “Las Autoridades Generales” de la Iglesia, es decir, los líderes con autoridad a nivel mundial en los asuntos de la Iglesia.
e. Del Tercer al Octavo Quórum de los Setenta se les conoce como Autoridades de Área, es decir, cuya su autoridad esta dentro de la jurisdicción de un Área, que tiene límites específicos.
f. Los quórumes de los Setenta son presididos por 7 presidentes.
g. A nivel local la Iglesia se divide en unidades llamadas “estacas”, divididas a su vez en unidades más pequeñas llamadas “barrios”. Cada estaca es presidida por una Presidencia de Estaca compuesta por un Presidente y dos Consejeros.
h. Los barrios son dirigidos por Obispos que son también asistidos por dos consejeros, formando el Obispado del Barrio.
i. En las localidades donde no haya una gran cantidad de miembros de la Iglesia se organizan Ramas, que son unidades más pequeñas que un barrio pero que al igual que estos agrupan a un número de familias. Estas Ramas son dirigidas por una presidencia de Rama compuesta por un presidente y dos consejeros.
j. Si se diera el caso que hay Ramas que geográficamente están cerca una de la otra se puede conformar un Distrito, presidido por una Presidencia de Distrito compuesta por un presidente y dos consejeros. Cada Distrito es dependiente de la Misión donde se encuentre situado.
k. Una Misión es presidida por una Presidencia de Misión compuesta por un presidente y dos consejeros.
l. El Sacerdocio es la autoridad que Dios a dado a los miembros fieles y dignos de la Iglesia para dirigir y bendecir su Iglesia. Es por medio del Sacerdocio de Dios que se dirigen los asuntos del Reino de Dios en la Tierra. El Sacerdocio está conformado por diferentes Oficios, cada uno con responsabilidades específicas según su ordenación. Una agrupación de hermanos con el mismo oficio conforma un Quórum.
m. Diáconos, por lo general jóvenes de 12 y 13 años: Son presididos por una presidencia de hermanos con este oficio en el sacerdocio. La presidencia se compone de un presidente y dos consejeros. Se conforman a nivel de Barrios o Ramas.
n. Maestros, por lo general jóvenes de 14 y 15 años: Son presididos por una presidencia de hermanos con este oficio en el sacerdocio. La presidencia se compone de un presidente y dos consejeros. Se conforman a nivel de Barrios o Ramas.
o. Presbíteros, jóvenes de 16 a 18 años o varones recién bautizados mayores de edad: Son presididos por el Obispo quien es asistido por dos hermanos con el Oficio de Presbítero, a quienes se les denomina Asistentes. Se conforman a nivel de Barrios o Ramas.
p. Elderes, hermanos mayores de 18 años: Son presididos por una presidencia de hermanos con este oficio en el sacerdocio. La presidencia se compone de un presidente y dos consejeros. Se conforman a nivel de Barrios o Ramas.
q. Sumo Sacerdotes: Son presididos por la Presidencia de Estaca, en un Distrito no se conforman los quorumes de Sumo Sacerdotes, por lo que los hermanos que posean este Oficio del Sacerdocio integran el Quórum de Élderes.
r. Setentas: Son presididos por Siete Presidentes. Se conforman a nivel General.
s. Han levantado enormes templos en varias ciudades del globo y su principal institución educativa es la Universidad Brigham Young en Salt Lake City, ciudad donde radica la sede de la iglesia.
E. Los Adventistas del Sétimo Día.
1. William Miller.
Nació el 15 de febrero de 1782 en Pittsfield, Massachusetts. A la edad de 4 años, su familia se mudó a Hampton Nueva York. Fue educado en casa por su madre, hasta los 9 años de edad, cuando ingresó en la recientemente establecida Escuela del Distrito de Poultney del Este. Se desconoce si Miller cursó alguna educación formal después de los 18 años; a pesar de ello, continuó leyendo vorazmente. En su juventud es sabido que tuvo acceso a las bibliotecas privadas del Juez James Witherell, del Congresista Matthew Lyon en la cercana Fairhaven, Vermont y de Alexander Cruikshanks de Whitehall, Nueva York.
En 1803, Miller contrajo matrimonio con Lucy Smith y se mudaron al pueblo de su esposa, cercano a Poultney, Vermont, donde se convirtió en granjero. Mientras Miller era electo como miembro de la Oficina Civil de Poultney, comenzó con el oficio de Guardia. En 1809 fue elegido para el puesto de Sheriff Diputado y en una fecha desconocida fue elegido como Juez de Paz. Miller sirvió en la milicia de Vermont y fue comisionado como teniente el 21 de julio de 1810. Por estas fechas se convierte en un hombre relativamente acaudalado, poseyendo una casa, tierras y por lo menos dos caballos.
Al comienzo de la Guerra Anglo-Estadounidense de 1812, Miller reunió una compañía local de hombres y viajaron a Burlington, Vermont. Fue transferido al Trigésimo Regimiento de Infantería en el Ejército Regular de los Estados Unidos con el rango de Teniente. Miller pasó la mayor parte de la guerra trabajando como reclutador y el 1 de febrero de 1814 fue promovido a Capitán. Vio por primera vez acción en la Batalla de Plattsburgh, donde las fuerzas americanas sumamente superadas en número vencieron a su contraparte británica. Miller llegó a ver el resultado de esta batalla como milagroso. Escribió posteriormente: “Me pareció que un Ser Supremo debió haber observado los intereses de esta nación en una forma especial, y nos liberó de las manos de nuestros enemigos... un resultado sumamente sorprendente, contra tales probabilidades, me pareció el trabajo de una fuerza más poderosa que el hombre”.
Después de la guerra, y siguiendo a su liberación del ejército el 18 de junio de 1815, Miller regresó a Poultney. Poco después de su cambio a Poultney, Miller rechaza sus creencias bautistas y se convierte en Deísta. En su biografía, Miller reseña su conversión: “Me hice conocido de los principales hombres en esa aldea, que eran abiertamente Deístas; pero eran buenos ciudadanos, y de una conducta y moral serias. Ellos pusieron en mis manos los trabajos de Voltaire, Hume, Paine, Ethan Allen y otros escritores deístas”.
Miller fue también un activo francmasón y avanzó al grado más alto que las logias en el Condado, o en la región. Poco sabemos de los lazos masónicos de Miller, aparte de los registrados por su biógrafo Sylvester Bliss. La mayoría de los autores subsecuentes ignora este hecho o no mencionan comentario alguno. Whitney R. Cross especifica que Miller era un masón del Arco Real pero no da más detalles o fuentes. H. Y. Smith y W. S. Rann, editores del libro de 1886 Historia del Condado Rutland Vermont con Ilustraciones y Bosquejos Biográficos de algunos de sus Prominentes Hombres y Pioneros muestra a William Miller como uno de los cincuenta y un individuos listados por el Sr. Clarke como “los que han sido prominentes en el Orden de el Condado de Rutland. El Capitán Miller es nombrado posteriormente como uno de los primeros Maestros de la “Logia Estrella de la Mañana”, No. 27. Se dice de esta logia que fue organizada en Poultney anteriormente a 1800, pero la fecha exacta no es conocida. En una carta escrita a su amigo Truman Hendryx, fechada el 17 de noviembre de 1832, Miller se regocija cuando la Antimasonería muere en su localidad. Las declaraciones de Miller referentes a la Antimasonería se fechan bien después de su conversión en 1816, y parecen indicar que Miller no veía contradicciones entre su religiosidad Bautista y sus creencias Masónicas.
Poco después, se mudó con su familia de regreso a Low Hampton, en donde compraron una granja, ahora un sitio histórico poseído y administrado por El Ministerio de la Herencia del Adventista. Pronto después de su retorno a Low Hampton, Miller tomó medidas tentativas hacia la recuperación de su fe Bautista. Al principio procuró combinar ambas, exponer públicamente su Deísmo mientras que simultáneamente asistía a la iglesia Bautista local. Su asistencia se tornó en participación cuando le pidieron leer el sermón del día durante una de las frecuentes ausencias del ministro local. Su participación se convirtió en comisión un domingo, cuando estaba leyendo un sermón sobre los deberes de los padres y fue elogiado con emoción. No parece probable que Miller fuese masón activo mientras seguía su permiso como ministro de la Iglesia Bautista de Low Hampton el 12 de septiembre de 1833; la logia de Poultney, y la mayoría de las otras logias, cerró en 1832 durante el tiempo del fervor Anti-Masón. Aunado a esto, Miller regresó a Low Hampton en 1815. Sin embargo, como se mostró previamente, la evidencia sugiere que él por lo menos, mantuvo su simpatía por el movimiento masónico hasta 1834, y posiblemente después.
A través de este período, Miller estuvo profundamente preocupado por la pregunta de la muerte y la vida después de la muerte. Esta reflexión sobre su propia mortalidad siguió a las recientes muertes de su padre y su hermana; y su experiencia como soldado en la guerra. Miller aparentemente sentía que solo había dos opciones posibles después de la muerte: La aniquilación o la rendición de cuentas; con ninguna de las dos se sentía cómodo.
Después de su conversión, Miller fue pronto confrontado por sus amigos deistas para justificar su renovada fe. Él lo hizo examinando la Biblia detalladamente, declarando a uno de sus amigos: “Si me diera tiempo, yo armonizaría todas las contradicciones aparentes para mi satisfacción, o seré aún un deísta”. Miller comenzó con Génesis 1.1, estudiando cada verso y sin avanzar hasta que sentía que el significado estaba claro. De esta forma se convenció primeramente, que el Postmilenarismo no era bíblico; y en segunda, que la Segunda Venida de Cristo estaba revelada en la Profecía de la Biblia.
Basando su creencia principalmente en Daniel 8.14, y usando un principio interpretativo conocido como el “Principio de día-año”; Miller concluyó que la purificación del santuario, el Templo de Jerusalén, representaba la purificación de la tierra por fuego en la Segunda Venida de Cristo. Para Miller y otros usuarios de este principio, un día en la profecía debería ser leída como un período de un año, 365 días. Además, Miller estaba convencido que el período de 2 300 días había comenzado en 457 a.C., con el Decreto para reconstruir Jerusalén de Artajerjes I de Persia. Cálculos simples revelaron que este período terminaba en el año 1843 y por lo tanto, en esa fecha, ocurriría el regreso de Cristo. Miller escribió: “Llegué entonces a la solemne conclusión, que en cerca de veinticinco años a partir de esa fecha, 1818, todos los asuntos de nuestro estado actual, se colapsarían”.
Aunque Miller estaba convencido de sus cálculos en 1818, continuó con sus estudios en privado hasta 1823 para asegurarse de la autenticidad de sus interpretaciones. En septiembre de 1822, Miller plasmó formalmente sus conclusiones en un documento de 20 puntos, incluido el artículo 15: “Yo creo que la segunda venida de Jesucristo está cerca, casi en puerta, aun dentro de veinte años, o antes de 1843”. Sin embargo, Miller continuó sin leerlo públicamente hasta el primer Domingo de Agosto de 1831 en el pueblo de Dresden.
En 1832 entregó una serie de dieciséis artículos al “Vermont Telegraph”, una publicación Bautista. El primero de estos fue publicado el 15 de Mayo, a lo que Miller comenta sobre la respuesta del público: “Comencé a ser inundado con cartas preguntándome sobre mis opiniones, y visitantes se reunieron conmigo para conversar del tema”. En 1834, incapaz de cumplir con muchas de las peticiones urgentes y con invitaciones para viajar y predicar que había recibido, Miller publica una sinopsis de sus enseñanzas en un escrito de 64 páginas con el título de: “Evidencia de las Escrituras y la Historia sobre la Segunda Venida de Crísto, cerca del año 1843: Exhibido en un Curso de Conferencias”.
Desde 1840 en adelante, el Millerismo se transformó de un “movimiento regional oscuro, a una campaña nacional”. La figura clave en esta transformación fue Joshua Vaughan Himes, pastor de la capilla de la calle Chardon en Boston y un experimentado editor. A pesar de que Himes no aceptó completamente las ideas de Miller hasta 1842, estableció el periódico quincenal “Señales de los tiempos” el 28 de febrero de 1840, para publicarlas.
A pesar de la urgencia de sus partidarios, Miller nunca fijó una fecha exacta para la Segunda Venida. Sin embargo, en respuesta a sus peticiones, redujo el periodo de tiempo a algún día dentro del calendario Hebreo comenzando en el año gregoriano de 1843, registrando: “Mis principios en breve, son, que Jesucristo vendrá otra vez a esta tierra, limpiará, purificará, y tomará posesión del mismo, con todos los santos, en algún momento entre el 21 de marzo de 1843 y el 21 de marzo de 1844”.
El 21 de marzo de 1844 pasó sin incidentes, algunas discusiones y estudios posteriores resultaron en la pronta adopción de una nueva fecha: 18 de abril de 1844, basado en la interpretación caraísta del Calendario hebreo, opuesta al calendario rabínico. Como en la fecha pasada, el 18 de abril pasó sin el retorno de Cristo. Miller respondió públicamente, escribiendo: “Confieso mi error y reconozco mi decepción; pero aún creo que el día del Señor está cerca, casi a la puerta”.
En agosto de 1844 en un campamento de reunión en Exeter, Nuevo Hampshire, Samuel S. Snow presentó un mensaje que llegó a ser conocido como “El mensaje de los siete meses o el verdadero grito de medianoche”. En una discusión basada en tipología escritural, Snow presentó su conclusión, aún basada en la profecía de los 2 300 días de Daniel 8.14, que Cristo regresaría el décimo día del séptimo mes del presente año 1844. Otra vez usando el calendario de los judíos caraístas, el día fue determinado como el 22 de octubre de 1844.
El 22 de octubre y el amanecer del 23 de octubre, se convirtieron en la gran decepción de los Milleristas. Hiram Edson registró: “Nuestras más profundas esperanzas y expectativas fueron destrozadas, y un espíritu de angustia vino sobre nosotros como nunca antes había experimentado... lloramos y lloramos hasta el atardecer”. Después de la “Gran Decepción” muchos Milleristas simplemente renunciaron a sus creencias. Algunos no lo hicieron y proliferaron puntos de vista y explicaciones. Miller inicialmente parecía creer que la Segunda Venida de Cristo aún iba a tener lugar, que “el año de expectativa estaba de acuerdo a la profecía; pero... que debía de haber algún error en la cronología de la Biblia, que provenía de algún error humano, que podría haber desechado alguna fecha y que esto de alguna forma contará para la discrepancia”. Miller nunca renunció a su creencia en la Segunda Venida de Cristo.
Miller murió el 20 de diciembre de 1849, aún convencido que la Segunda Venida era inminente. Miller fue enterrado cerca de su casa en Low Hampton, Nueva York. Su casa está registrada como Lugar Histórico Nacional de los Estados Unidos y es preservada como museo: Casa de William Miller.
2. Helen Gould Harmon-White.
Nace, con su hermana gemela Elizabeth, el 26 de noviembre de 1827 en una granja, ahora conocida como Fort Hill Farm, cerca de Gorham, Maine, una aldea situada a unos 19 kilómetros al oeste de la ciudad de Portland en el noreste de los Estados Unidos, de padres metodistas, Robert Harmon y Eunice Gould, que tenían una familia de ocho hijos. Pocos años después del nacimiento de Hellen y su hermana, la familia se mudó a Portland, en donde su padre, se dedicó a la fabricación de sombreros.
Durante su infancia, Hellen ayudaba en los quehaceres del hogar y a su padre en la fabricación de sombreros. A los nueve años, en 1836, una tarde, mientras regresaba a casa de la escuela, fue golpeada en la cara con una piedra que una compañera de clases le tiró. El golpe le fracturó el tabique de la nariz y casi le costó la vida, por tres semanas estuvo inconsciente, virtualmente en estado de coma. En los años siguientes sufrió una salud disminuida lo que le obligó a abandonar la escuela y no podía continuar ayudando en casa. A todos les parecía que no podría vivir mucho. Algunos consideran que esto pudo ocasionar que padeciera de epilepsia de lóbulo temporal, enfermedad que puede hacer que la persona sufra de visiones.
La salud de Hellen la perjudicó de tal forma que en raras ocasiones estuvo en disposición de asistir a la escuela. Ella misma describe sobre esta experiencia: “Mis maestras me aconsejaron que dejase de asistir a la escuela y no prosiguiese los estudios hasta mejorar de salud. La más terrible lucha de mi niñez fue el verme obligada a ceder a mi flaqueza corporal y decidir que era preciso dejar el estudio y renunciar a toda esperanza de educación”. Así, su educación fue limitada aproximadamente a tres años, este hecho genera sorpresa en todos aquellos que estudian su amplia producción literaria.
En 1840 asiste a una campaña metodista en Buxton, y entonces hace confesión de fe. Dos años después bajará a las aguas bautismales en la bahía de Portland, y aceptada como miembro de la Iglesia Metodista Episcopal. Ese mismo año, Helen y otros miembros de su familia, asistieron a las reuniones adventistas en Portland, en donde escucha una serie de conferencias dictadas por William Miller y su equipo de predicadores, y confiaban que Jesús regresaría a la tierra inicialmente en 1843, y luego en 1844. Las fervientes actividades de la familia en promulgar la esperanza del advenimiento indujeron a la Iglesia Metodista de Portland a expulsar a la familia de la feligresía de la misma, en la última parte de 1843.
En 1844, Helen y otros, enseñan acerca de la Segunda Venida de Cristo que ocurriría el 22 de Octubre de es año, para después llevarse la “Gran Decepción”. En Diciembre de este mismo año Ellen Harmon tuvo su primera visión, la cual renovó su confianza y la de otros creyentes en sus creencias sobre el advenimiento. Esto dio base para que se considerara que había recibido el don de “profecía”. Según los “Adventistas”, ella experimentó cerca de 2 000 visiones.
Debido al estado precario de salud de Hellen, estaba alojada en la casa de los Haines en South Portland, Maine, para aportar un poco de descanso a su madre. Su médico y sus amigos habían aceptado ya la idea de que moriría de tuberculosis. Era la hora la meditación matinal, ella junto a un grupo mujeres estaban orando en busca de respuestas sobre la “Gran Decepción”. Fue en este momento que esta adolescente entró en trance, y en este vio un viaje simbólico del grupo de creyentes al que pertenecía hacía una ciudad celestial, con Cristo a la cabeza.
En esta visión los creyentes adventistas no encontraron una explicación por la no venida de Cristo, el 22 de Octubre de 1844, pero pronto hallaron explicar la “Decepción” reinterpretando la fallida profecía. La explicación que aceptaron los primeros adventistas derivó de escuchar la narración de otra visión, en este caso de Iram Edson, en donde veía a Jesús en el Santuario Celestial, pasando del Lugar Santo al Lugar Santísimo. Esta visión sembró la creencia en los adventistas del séptimo día que existe un santuario en el cielo como el mencionado en el Antiguo Testamento. Esta doctrina no es común en otros grupos protestantes.
Hellen relató su primera visión a un grupo de sesenta creyentes adventistas de Portland. Este pequeño grupo creyó sin dudas que era Dios que se dirigía a ellos a través de esa joven. Luego viajó con varios miembros de su familia o mujeres que ella conocía, para contar su experiencia en Maine y los Estados vecinos.
Esta primera visión fue escrita por Hellen Harmon un año después el 20 de diciembre de 1845 y publicada en el “Day-Star” de Cincinnati, Ohio el 24 de enero de 1846. La impresión de esta historia, que fue enviado como correspondencia personal al redactor E. Jacobs, proporcionó consuelo y fortaleció a muchos creyentes adventistas que habían visto el no cumplimiento del regreso de Cristo el 22 de octubre de 1844 por la interpretación de la profecía de Daniel 8.14, lo que conllevó a que los creyentes terminarán aceptando que la profecía era correcta respecto a la fecha, pero que se habían equivocado respecto al evento.
En un viaje a Oregón, Maine, Hellen conoció a un joven ministro adventista, llamado James Springer White con quien se casó el 30 de agosto de 1846. El hogar de los Harmon en Gorham, fue su primer lugar de residencia. La pareja acepta favorablemente los trabajos del Capitán Joseph Bates sobre el reposo bíblico del sábado. Seis meses más tarde, el sábado 7 de abril de 1847, Elena tuvo una visión en la que veía los diez mandamientos en el santuario celestial con un halo de luz que rodeaba el cuarto. Esto la convenció aún más de la importancia de realizar los servicios religiosos de la naciente iglesia y confirmó su papel como moldeadora de las doctrinas de la nueva religión. La doctrina de la adoración en sábado fue tomada del estudio de la Biblia en Éxodo 20.8. En donde están grabados los diez mandamientos de Dios.
La experiencia de los primeros días de James y Hellen White se vio lleno de pobreza. Sin existir una organización eclesiástica no había una forma de sostén del ministerio regular o seguro. En la actualidad los ministros adventistas son mantenidos por los diezmos que pagan los feligreses. El tiempo de James White durante un año se dividió entre viajar y predicar por una parte, y ganarse la vida en el ferrocarril o en los campos de heno por la otra.
Poco después del nacimiento de su primer hijo Henry Nichols White, ocurrido el 26 de agosto de 1847, la joven pareja decidió dedicarse totalmente al ministerio. Henry fue dejado al cuidado de manos ajenas a las de su madre. Esto también resultó cierto con respecto a James Edson White, nacido en 1849. Cuando William nació, en 1854 y John, en 1860, los esposos White pudieron tener su propia casa.
Durante la primavera y el verano de 1848, James y Hellen White asistieron a cinco conferencias sabáticas, en las cuales se dio forma a las principales doctrinas que la Iglesia Adventista sostiene como un cuerpo orgánico de enseñanza. En esas reuniones, Hellen White intermedió entre puntos difíciles de doctrina aludiendo a sus visiones como respuesta a las polémicas.
En la sexta conferencia, realizada en noviembre de 1848, a Hellen se le mostró que su esposo debía publicar un pequeño periódico para diseminar las verdades bíblicas. En respuesta a las urgencias de ella, James, en junio de 1849, sin dinero para llevar a cabo la empresa, y mientras vivía en habitaciones prestadas en el hogar de los Belden, ubicados en Rocky Hill, Connecticut, inició la publicación de un periódico de ocho páginas denominado “The Present Truth”. En la última parte de 1850, con el propósito de hacer que el título representara una misión más amplia, se sustituyó por el de “Second Advent Review and Sabbath Herald”, el órgano de la iglesia adventista que existe hasta hoy.
Las visiones siguientes de Hellen fueron apareciendo en pliegos sueltos o en artículos de la revista Present Truth. Su primer libro, de 64 páginas, que estaba encuadernado a la rústica y tenía por título “A Sketch of Christian Experience and Views of Hellen G. White”, en donde se relata la primer visión y que más tarde sería la primera parte del libro “Early Writings”. Se componía de artículos o condensaciones de artículos que aparecieron en forma suelta en Present Truth, y también de algún material nuevo.
Los esposos White viajaron entre los creyentes, animaron, instruyeron y, en algunas ocasiones, reprendieron la indiferencia y el fanatismo. Mientras se alojaban en uno u otro hogar hospitalario, James White hacía los arreglos para la publicación de las revistas que se esforzaba para que aparecieran con cierta regularidad. Con la decisión de comprar un equipo de impresión en 1852, se establecieron en Rochester, Nueva York, y fijaron su residencia familiar en una casa grande rentada que sirvió también como centro de impresión y casa de alojamiento para los que ayudaban en la impresión. Aunque acosados por la pobreza, la enfermedad y la angustia, los esposos White gozaban del placer de tener su familia junta en su propio hogar.
En 1854 nace su tercer hijo, William Clarence White. Un año después se instalan en Battle Creek, Michigan.
En noviembre de 1855, en respuesta a una invitación de observadores del sábado del Estado de Míchigan, el equipo de impresión fue trasladado a Battle Creek, donde los esperaba una pequeña casa editora. A medida que la iglesia se desarrollaba, Battle Creek llegó a ser su centro de operaciones y de administración, y continuó siéndolo hasta el año 1903, fecha en la cual se trasladó a Washington, D. C.
Hellen White tuvo una visión considerada importante para los creyentes durante la conferencia realizada inmediatamente después que se estableció en Battle Creek, y cuando ella la leyó a la iglesia pocos días más tarde, se tomó el acuerdo de que debía ser publicada para beneficio de todos los adventistas observadores del sábado. La publicación apareció como un folleto de 16 páginas titulado “Testimonies for the Church”. De año en año, a medida que Hellen tenía visiones importantes, estas eran publicadas en folletos, y más tarde reimpresas en los volúmenes de la colección “Testimonies”.
La visión del 14 de marzo de 1858, relativa al gran conflicto, es considerada por los adventistas como la más importante de la señora White. El relato de una visión de dos horas fue publicado en la última parte del verano bajo el título de “El gran conflicto ente Cristo y sus ángeles y Satanás y sus ángeles”. En sus 219 páginas con tipo pequeño, ella fue trazando los puntos más importantes de la historia con un énfasis particular en los acontecimientos de los últimos días y la recompensa para los fieles. A través de los años posteriores, a medida que por el crecimiento de la iglesia se publicaban libros mayores, visiones repetidas fueron desarrollando más plenamente esa idea del conflicto, y Hellen White, en gran parte del resto de su vida, preparó libros, con ayuda de su esposo y varios secretarios.
En 1858 publica “Spiritual Gifts”. Dos años luego, nace John Herbert White, que fallece tres meses más tarde de una infección. A su muerte se adquirió un pequeño lote familiar en el cementerio de Oak Hill, donde actualmente descansan todos los miembros de la familia.
En 1863 se inaugura la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Battle Creek, pero mientras la familia estaba en un viaje de trabajo y de vacación rumbo a Maine, muere Henry White de neumonía, a los 16 años.
El 6 de junio de 1863, poco después de la organización de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en la última parte de Mayo, Hellen tuvo una visión sobre la abarcante reforma relativa a la salud, en Otsego, Míchigan, unos 45 kilómetros al oeste de Battle Creek. Esta visión llamaba la atención de los adventistas del séptimo día a la importancia de un conocimiento de los principios relativos a la salud; hacía un llamamiento a regresar a un programa alimentario desprovisto de carne como el establecido en el Edén del Génesis; señalaba los peligros del uso de las drogas intoxicantes prescritas libremente en aquel tiempo; aconsejaba el uso benéfico del agua en el buen vivir y en el cuidado de los enfermos; recomendaba usar vestidos saludables, y amonestaba contra el abuso en las relaciones matrimoniales. Aunque algunos de estos principios eran defendidos por uno que otro conferenciante sobre temas de la salud, a menudo se mezclaban con ellos ideas no defendidas por la señora White. A raíz de esto viene una nueva visión a establecer la posición adventista oficial. En la publicación de esta visión Hellen White conocida como: “Este es el camino”, ella da a conocer los principios de la salud. Se publicaron artículos, se imprimieron folletos y finalmente, y se inició una institución médica en setiembre de 1866, en Battle Creek, la que se llamó “The Western Health Reform Institute”. Esta fue solamente la primera de una cadena de instituciones médicas que hoy son dirigidas por la Iglesia Adventista alrededor del mundo.
En este campo hay declaraciones polémicas por parte de la señora White, las cuales causan conflictos ya que estas declaraciones son mostradas como reveladas por Dios. Dentro de estas se pueden mencionar: Todos los tipos de cáncer se deben al consumo de carne, la tuberculosis es causada por el consumo de carne, los organismos tienen una fuerza vital y se declinación causa la enfermedad, una postura claramente vitalista, la creencia que la masturbación causa locura y ceguera, que el uso de pelucas causa locura, entre otras.
En 1868, con una reunión que duró diez días y que se realizó en un bosque de Wright, Míchigan, James White y sus asociados iniciaron una serie de Congresos Campestres, como convocaciones en las cuales de año en año los creyentes podían retirarse por un tiempo para fines espirituales. Esta forma de reuniones resultó de tanto éxito que en los años que siguieron casi todas las asociaciones tenían sus propias reuniones campestres. Hellen White asistía a estas regularmente con su esposo, y a veces estaba presente en diez a quince reuniones en una sola estación. Esta obra realizada durante la década del 70 sobrecargó mucho la salud de Hellen y retrasó sus escritos.
En 1872 la iglesia recibió por parte de la señora White, instrucciones para establecer una institución educacional donde la juventud adventista pudiera obtener educación en su religión, y jóvenes de ambos sexos se prepararan para el servicio de la denominación.
Para 1873, el matrimonio White anima al joven adventista John Harvey Kellogg, futuro responsable del sanatorio de Battle Creek y creador de los famosos Corn Flakes en 1894, a realizar estudios de medicina y administración.
El Colegio de Battle Creek se inició en 1874, para ser seguido a su debido tiempo por colegios en el este y el oeste del país, y en otros países alrededor del mundo. Estos colegios fueron seguidos a su vez por el establecimiento de escuelas primarias y secundarias. Artículos aparecidos en “Testimony”, así como algunos folletos especiales, contenían sus instrucciones con respecto a cómo ella consideraba que Dios quería que estas instituciones fueran dirigidas.
No obstante su timidez y renuencia, Hellen White era una oradora pública muy popular, no solo en los Estados Unidos, sino también en Europa y Australia. Se demandaba su presencia no solo en reuniones adventistas sino también ante audiencias no adventistas, donde se apreciaban mucho sus temas sobre temperancia. Durante 1876 ella habló a una audiencia estimada en 20 000 personas, su mayor audiencia, en Groveland, Massachusetts, por más de una hora sin la ayuda de un micrófono.
En Agosto de 1881 James White cayó repentinamente enfermo y tan solo una semana después muere a la edad de 60 años. Fue enterrado en el lote familiar del cementerio de Oak Hill.
Después de la muerte de su esposo, Hellen se apoyó en su hijo William C. White, que a la sazón tenía 27 años, por pedido especial empezó a ayudar a su madre en sus viajes y en su obra de publicación. Su confianza en William fue confirmada por otra visión.
Después que los dos trabajaron juntos en iniciar el Colegio de Healdsburg, California, en 1882, y luego que ella había completado la tarea de escribir su historia del espiritú de profecía, la Asociación General envió a Hellen White un pedido de los creyentes de Europa de que ella visitara los países en los cuales se había comenzado la adoctrinación en la década anterior. Se pidió que su hijo William la acompañara, y que tomara una parte activa en la tarea de poner sobre una base de operación sólida a la casa editora de Basilea, Suiza, recientemente establecida.
Hellen White, junto con su ayuda secretarial y William y su familia, se embarcaron para Inglaterra en agosto de 1885. Durante dos años trabajaron en Europa, estableciendo su sede en Basilea, Suiza. Desde allí viajaron visitando Italia, Inglaterra, y los países escandinavos tres veces. Visitó a los creyentes adventistas, asistió a reuniones generales, y a veces habló a grandes auditorios de público en general, como ocurrió en Oslo, Noruega, donde se dirigió a 5 000 personas en una noche. Por supuesto, tanto en su propio país como en el extranjero, Hellen White no podía escapar a la tarea de escribir, ya sea testimonios de orden personal para animar, amonestar o preservar a familias o individuos, o artículos para periódicos de la iglesia, o bien sus libros.
Al volver a los Estados Unidos en Setiembre de 1887, Elena de White de nuevo dividió su tiempo entre la tarea de escribir y el ministerio público. Asistió a reuniones campestres, y luego a la sesión de la Asociación General realizada el año 1888 en Minneápolis, Minnesota, en donde se opone al legalismo mayoritario de los delegados de la Conferencia General. Esta reunión, con sus conflictos sobre enseñanzas doctrinales, afectó mucho su salud. Pero empleó una buena parte de los dos próximos años para viajar entre las iglesias llevando la doctrina de la justificación por la fe, tanto a las iglesias como a las asambleas ministeriales. Ese año se publica la primera versión de “The Great Controversy”, el más conocido de los libros de la señora White, publicado en español con el nombre “El Conflicto de los siglos”. Ese año viaja a Australia y Nueva Zelanda.
Teniendo ya impresos y en circulación los libros “Testimonies for the Church”, tomo 5; “El conflicto de los siglos”; “Patriarcas y profetas” y “Christian Temperance and Bible Hygiene”, Hellen White estaba preparada para responder al pedido que la Asociación General le hizo en 1890 para que visitara Australia y ayudara en el establecimiento de la iglesia adventista en ese continente, donde la adoctrinación recién se iniciaba. De nuevo su hijo William C. White y varios ayudantes la acompañaron a cruzar el Pacífico en noviembre de 1891. Llegaron a Australia a mitad del verano. Trabajó allí por nueve años. Fuera de la casa editora de Melbourne, llamada “Bible Echo”, y grupos de creyentes aquí y allá, no había un solo edificio de iglesia, y poco para mostrar en favor de la obra en Australia.
Mientras estaba en Australia completó y publicó tres libros: “Steps to Christ” en 1892, “Thoughts from the Mount of Blessing” en 1896 y “The Desire of Ages” en 1898. Dos de ellos han sido puestos fuertemente en tela de juicio por ser considerados como plagio: “Steps to Christ” y “The Desire of Ages”.
En 1900 Hellen White regresa a Norteamérica, según ella por instrucciones de Dios dadas en visión. Cuando salió de Australia en Agosto de ese año, para regresar a Norteamérica, dejó una iglesia más que triplicado en su feligresía, varias asociaciones bien organizadas, edificios de iglesia para la mayor parte de las congregaciones, un colegio en Corranbong establecido en el campo, rodeado de huertas, jardines y viñedos, una buena granja que sin embargo había sido declarada inservible, un gran sanatorio en los suburbios de Sidney en plena construcción, el comienzo de una fábrica de productos alimenticios, y una floreciente casa editora.
Once días después de su arribo había encontrado en el norte de California una propiedad: Elmshaven, lista para ser ocupada, y allí se mudó para continuar con su tarea. En 1900 se instala en Elmshaven, California, y publica “Christ’s Object Lessons”. Las exigencias de la causa a menudo requerían que abandonara la tarea de escribir. Ella asistió a la Asociación General en su sesión de 1901, donde sus mensajes fueron el principal factor en la reorganización de la Asociación General. Allí se distribuyeron responsabilidades y se abrió el camino para un rápido progreso por todo el mundo.En esa reunión ella hizo frente al movimiento fanático llamado “Holy Flesh”. En 1903 publica “Education”; en 1905, “The Ministry of Healing” y “Testimonies for the Church”, tomos 8 y 9; en 1911, “The Acts of the Apostles” y se actualiza y corrige “The Great Controversy”.
Aludiendo a sus visiones se insto a los dirigentes a adquirir propiedades en el sur de California y a iniciar la obra de sanatorios en Paradise Valley, Glendale y Loma Linda, y también al desarrollo de una facultad de medicina en este último lugar.
En 1912, Hellen White estableció una junta de fideicomisarios compuesta de dirigentes de la iglesia, incluyendo su propio hijo, a los cuales les confió el cuidado de sus escritos. Ellos y sus sucesores han llevado esta responsabilidad, y al hacerlo han hecho los arreglos para proveer a la distribución siempre creciente de sus libros. Esta obra es dirigida desde la oficina central de la Corporación Editorial Hellen G. de White, en la sede de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Washington, D. C.
“Consejos para los padres, maestros y alumnos”, publicado en 1913, y “Obreros evangélicos”, en 1915, completaron la serie de libros publicados mientras Hellen vivía.
Aunque estuvo activa en la obra de preparar libros hasta el tiempo en que cayó y se fracturó la cadera en febrero de 1915, hellen White fue aliviada de las tareas más pesadas de escribir cartas y hablar en público durante los últimos tres años de su vida. Tuvo visiones hasta el año 1914, y aún hasta 1915, año en que murió.
El sábado de mañana, 13 de febrero de 1915, al entrar en la pieza que usaba para escribir, a la edad de 87 años, tropezó y cayó, quebrándose la cadera. Tuvo que quedar confinada a una cama de hospital, que se instaló en su sala de escribir, donde pasó los últimos días de su vida sin sufrir. Una silla de ruedas le permitía ocasionalmente pasar unas pocas horas en el balcón del segundo piso. Durante este período estaba a veces completamente alerta y otras veces en coma. Su vida terminó un viernes por la tarde, el 16 de julio de 1915. Sus últimas palabras, dichas a su hijo, fueron: “Yo sé en quién he creído”. El próximo Domingo por la tarde se realizó un servicio fúnebre en el patio de su casa. Otro servicio se realizó en el campamento de la asociación en Richmond, California, el Lunes, y un tercero en el tabernáculo de Battle Creek, el Sábado 24 de julio. A este servicio asistieron 4 000 personas. Fue enterrada junto a su esposo en el cementerio de Oak Hill, en el lote familiar.
Hellen G. de White murió convencida que las visiones que había tenido durante su vida eran producto de Dios, y no como resultado de la epilepsia de lóbulo temporal que probablemente se le generó como resultado del accidente que tuvo en su niñez. Su fuerte fe se manifiesta en la última parte de su vida al escribir: “Ya sea que mi vida sea preservada o no, mis escritos hablarán constantemente, y su obra irá adelante mientras dure el tiempo. Mis escritos son guardados en los archivos en la oficina, y aunque yo no viviera, esas palabras que me han sido dadas por el Señor todavía tendrán vida y hablarán a la gente”[32].
“Life Sketches” siguió inmediatamente después de su muerte el mismo año.
Hellen G. White promovió el vegetarianismo, así como la evangelización y difusión del adventismo en diferentes lugares del mundo. Durante su vida escribió más de 5 000 artículos de periódicos y 40 libros; actualmente, incluyendo las compilaciones de sus 50 000 páginas de manuscritos se han publicado cerca de 40 libros, los cuales han sido traducidos a los principales idiomas del mundo.
Los delegados a la conferencia internacional de los adventistas del séptimo día reafirmaron que Hellen G. White fue “inspirada de la misma manera en que lo fueron los profetas de la Biblia”. Ella escribió más de 50 libros. Ahora, un hombre que ha sido ministro adventista por 36 años y ha pasado dos años investigando los escritos de ella, declaró: “Era una plagiaria”.
El pastor Walter Rea afirma que las pruebas son tan claras que “puedo hacer que un camionero note eso por sí mismo”. Declara que las fuentes de consulta de Hellen White fueron a menudo obras de escritores religiosos de a mediados del siglo XIX que no eran adventistas, y ofrece una cantidad de ejemplos para probar su afirmación. Afirma que, hasta la fecha, no ha encontrado una obra de importancia escrita por Hellen White en la que no se haya utilizado una fuente ya publicada. “Lo importante de este asunto es que ella y la confesión siempre afirmaron que ella nunca copió de otros y que ella nunca recibió la influencia de nadie”, dice Rea.
En sus comentarios acerca del descubrimiento de esta apropiación literaria, Donald R. McAdams, presidente del Colegio Adventista del Sudoeste, de Keene, Texas, escribió: “Hellen White es una parte tan céntrica de la vida de los adventistas del séptimo día que sus palabras penetran en prácticamente toda área de la enseñanza y práctica adventista... El que se considere que sus palabras posiblemente se hayan derivado de otra persona y que no necesariamente sean la autoridad final introduce un elemento de caos en el mismo corazón del adventismo, lo cual hace que todos nos sintamos incómodos.”
Es interesante notar que Hellen White ha sido a veces el centro de acusaciones que afirman que sus asistentes literarias escribieron sus libros, o que cometió plagio[33] en la mayor parte de lo que ella escribió. No obstante, en el prefacio de “El conflicto de los siglos”, ella afirmó que había usado otros libros: “En algunos casos, cuando he encontrado que un historiador había reunido los hechos y presentado en pocas líneas un claro conjunto del asunto, o agrupado los detalles en forma conveniente, he reproducido sus palabras [...]. Y, al referir los casos y los puntos de vista de quienes siguen adelante con la obra de reforma en nuestro tiempo, me he valido en forma similar de las obras que han publicado”.
En 1981, la Asociación General pidió a un abogado especialista en derechos de autor que estudiara el asunto. Después de pasar más de trescientas horas investigando, llegó a la conclusión de que “Hellen G. de White no fue plagiaria, y que sus obras no constituyen plagios ni violaciones de los derechos de autor”[34]. Entre las razones que dio, estaban: Primero, el hecho de que los libros que usó Hellen White no estaban protegidos por derechos de autor; segundo, aun si hubieran estado cubiertos por derechos de autor, el tipo de uso que hizo de frases y oraciones no constituye una violación de los derechos de autor.
Entre los tópicos más discutidos por los críticos de la Iglesia Adventista, se encuentra la polémica teoría de la “Amalgamación de las Especies” desarrollada por la señora White en sus obras, las cuales fueron supuestamente editadas y censuradas por su tono racista. El pastor Uriah Smith intentó zanjar la cuestión en 1868 publicando una defensa de Hellen White, conjeturando que la unión del hombre y la bestia había creado razas tales como los “bosquimanos salvajes de Africa”[35], cabe mencionar que ella jamás aprobó la interpretación racista de Smith.
“Pero si hubo un pecado por encima de los demás que clamaba por la destrucción de la raza por el diluvio fue el crimen básico de la amalgama de hombre y bestia que desfiguró la imagen de Dios, y causó confusión por todas partes. Dios se propuso destruir por un diluvio esta raza poderosa y longeva que había corrompido sus caminos delante de él”[36].
“Todas las especies de animales que Dios había creado fueron preservadas en el arca. Las especies confusas que Dios no creó, que fueron el resultado de la amalgama, fueron destruidas por el diluvio. Después del diluvio ha habido amalgama de hombres y de bestias, como se puede ver en la casi infinita variedad de especies de animales, y en ciertas razas de hombres”[37].
Los defensores de las obras de Hellen White, resaltan que ella no hizo mención de una mezcla híbrida de humano animal, únicamente de las prácticas idolátricas paganas que utilizaron imágenes mitad hombre-animal, aun en tiempos de las longevas razas descritas en la Biblia y el resultado del pecado, evidenciado en la degradación de las especies del mundo recién creado. Dado que se expresaba en términos espirituales de un fuerte trasfondo bíblico, hacen un paralelismo de los días antidiluvianos con la imagen escatológica de la bestia de Revelación 13, que al ser aceptada por el hombre provoca la ira de Dios y la destrucción final.
En ocasiones, la Iglesia Adventista distribuye artículos en sus revistas para convencer a sus lectores que la señora White era una profetiza. Por ejemplo, el mes de mayo de 2001 distribuyeron en su revista mensual “El centinela” un curioso artículo apologético sobre Hellen G. de White. El artículo decía lo siguiente: "Ella escribió mayormente sobre la vida espiritual. Pero sus obras discuten también temas variados tales como educación, relaciones sociales y nutrición. Lo asombroso es que aunque murió en 1915 y la ciencia ha tenido un progreso enorme desde entonces en nuestra comprensión de los requisitos de la salud física, lo que ella escribió al respecto todavía es válido". Para finalizar el autor dice: "Los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día creen que sus nociones sobre la salud espiritual y física son más que el mero resultado de adivinar bien. Ven en ella un cumplimiento de la promesa bíblica de conducción profética poco antes del regreso de Jesús".
El defensor adventista afirma en su artículo que Hellen G. de White dijo que el fumar produce enfermedades. Esto es totalmente cierto, pero es necesario mencionar que la señora White nunca mencionó los tipos de cánceres que el uso del tabaco produce; jamás mencionó los productos cancerígenos presentes en el cigarrillo: Alquitrán, radicales libres, etc. La señora White tampoco habló concretamente sobre otros problemas de salud relacionados con el hábito de fumar, tales como la hipoxia fetal en madres fumadoras, o el riesgo de ataques cardíacos. Todo esto nos lleva a la conclusión, en lo que a este punto se refiere, que la señora White no se adelantó en nada a la ciencia de esa época, y por tal razón tampoco hay indicio que su “fuente de información sobrenatural” fuese lo suficientemente inteligente como para adelantarse en la explicación sobre el daño del tabaco a los alvéolos pulmonares[38].
Verdaderamente curioso es que la señora White realizó una serie de explicaciones a hechos naturales que resultaron ser totalmente falsos o poco precisos. Pero es extraño que los señores de “El Centinela” no los mencione. Por esta razón presento algunos de ellos aquí:
a. El uso de pelucas genera locura.
"La moda recarga las cabezas de las mujeres con trenzas y almohadillas artificiales... que calientan y excitan los centros nerviosos de la médula espinal en el cerebro... La acción de la sangre sobre los órganos inferiores o animales del cerebro causa una actividad antinatural y una tendencia hacia la temeridad en la moral, y la mente y el corazón están en peligro de corromperse. Al excitarse y fortalecerse los órganos animales, la moral se debilita. Los poderes morales e intelectuales de la mente se convierten en siervos del animal... Muchos han perdido la razón y se han vuelto locos sin remedio después por seguir esta moda deformadora"[39].
Si bien es cierto que en ninguna iglesia adventista se afirma esto, causa mucho asombro que miles de personas crean que Hellen G. White era una profetiza después de encontrar declaraciones como estas. Esta declaración es completamente falsa, pues no existe ninguna relación de causa y efecto entre el uso de pelucas y el desarrollo de locura. Es posible que este consejo esté ligado al hipermoraslismo que la señora White ponía en el vestir y en las actividades recreativas.
b. La carne se descompone en el estómago a menudo, produciendo enfermedad.
“Muchas veces cuando se come carne, está se descompone en el estómago, y produce enfermedad”[40].
A principios del siglo XIX los fisiólogos creían que el estómago era como una olla cuya función era permitir que el alimento se descompusiera. Esta situación cambió después de los trabajos de William Beamont quien descubrió el jugo gástrico y su acción sobre los alimentos.
Es sumamente curioso que la “mensajera del Señor” siguiese manteniendo este punto de vista. ¿Acaso el supremo Hacedor no podría haberle mandado una visión en la que le exlicase como funcionaba el estómago? Claro esta, que si Hellen G. White no recibia la información de Dios, debería esperarse que en sus escritos se encontrasen una réplica de algunas creencias comunes que luego se probasen falsas. Tal es el caso de las declaraciones relativas a la fisiología del estómago, la cual no explicase nada diferente a lo que corrientemente se creía, aunque Beamount empezó su trabajo en 1822.
c. El cáncer se produce por el consumo de carne con gérmenes de cáncer.
“... la práctica de comer mayormente carne hace que se contraigan enfermedades de todo género: Cáncer, tumores, escrófula, tuberculosis y una cantidad de otras afecciones similares” “Continuamente sucede que la gente come carne que llena gérmenes de tuberculosis y cáncer. Así se propagan estas enfermedades y otras también graves”[41]. "Por la luz que Dios me ha dado, sé que la prevalencia de carne y tumores se debe a un sistema de vida vulgar a base de carne"[42].
En la cita de la página 464 de “Consejos sobre el régimen alimenticio” es curioso que mencione “cáncer” y “tumores” como dos enfermedades separadas. Hoy sabemos que un tumor es una masa creciente de tejido que aumentan gradualmente en el número de células con capacidad para dividirse descontroladamente. El desarrollo de tumores es una etapa del desarrollo del cáncer que se da después de la perdida del control de la división celular de una célula, y la no eliminación de la misma, y previó a la metástasis o invasión de este tipo de células “rebeldes” por el cuerpo.
La parte que dice "Continuamente sucede que la gente come carne que lleva gérmenes de... cáncer" Plantea dos interrogantes:
1) ¿Existen gérmenes de cáncer? y
2) De existir “gérmenes de cáncer” ¿se transmiten estos principalmente por el consumo de carne?
En el primer punto he recibido la respuesta, por parte de personas adventistas, de que la ciencia ha descubierto agentes virales que producen cáncer. Esto es cierto. Algunos de estos virus y los tipos de cáncer que produces son: El virus de Epstein-Barr asociado con el linfoma de Burkitt, el virus del papiloma humano asociado al cáncer de cuello uterino, el virus de hepatitis B asociado al cáncer de hígado, el virus linfotrópico de células T humano asociado a la leucemia de células T en adultos, y el herpes virus asociado con sarcoma de Kaposi se relaciona con el sarcoma de Kaposi. También la bacteria Helicobacter pylori se asociado con el cáncer de estómago.
El descubrimiento de estos factores biológicos en el desarrollo del cáncer ha hecho que muchos adventistas consideren que este punto ya se ha aclarado y que la ciencia ha corroborado las explicaciones de su lidereza cofundadora. Pero ¿se contraen estos virus por el consumo de carne? La respuesta es no.
El virus de la hepatitis B se contrae por vía sanguínea y sexual, el virus del papiloma humano por contacto sexual, y el VEB se contrae sobre todo por contacto sexual con las zonas lesionadas, por lo que también se engloba dentro de las E.T.S., también se dan caso de transmisión materno-fetal, la transfusión sanguínea y contacto con semen. No hay una relación, ni siquiera indirecta, entre el consumo de carne y el desarrollo de cáncer de hígado debido al virus de hepatitis B.
También es importante comentar que enfermedades como el Sarcoma de Kaposi no son muy frecuentes, estas se presentan en personas inmunodeprimidas, ya sea tras un transplante o por VIH, y el linfoma de Burkitt es un tipo de cáncer algo escaso. Siendo estos tipos de cáncer menos frecuentes que otros más comunes, como el cáncer de seno o el pulmón.
Sin embargo, faltaríamos a la verdad si no mencionásemos que hay una relación directa entre el consumo de carne y el cáncer de colón. Esta situación es más corriente en Occidente con el aumento de la cultura de las comidas rápidas. También el consumo de grandes cantidades de grasas y carbohidratos está relacionado con el mismo tipo de cáncer.
Para el desarrollo del cáncer, sabemos hoy, y no de boca de la “inspirada” Hellen G. White, que las causas de este pueden clasificarse como biológicas, físicas y químicas. Dentro de las causas biológicas tenemos los virus y la bacteria antes mencionados. Causas físicas como la radiación ultravioleta asociada al cáncer de piel, y los rayos X, gamma, o por sustancias químicas tales como el benceno, el aminobenceno y benzoantraceno, presentes junto a muchos otros en el humo del tabaco, entre otras sustancias. Otros defensores de la profetiza dicen que el descubrimiento de sustancias cancerígenas como el benzopireno y el benzoantraceno, que se pueden formar en alimentos quemados corrobora los escritos de la señora White. Nada más equivocado. Perfectamente podría haber dicho “El Señor me mostró que no deben consumirse partes de alimentos que se hayan quemado” y no obligar al texto a que “gérmenes” signifique sustancia química. Además que esto sería sacar de contexto el término germen. A decir verdad, en los “escritos revelados” no se encuentra ninguno en que ella lograse distinguir entre bacteria, virus o protozoo. Todo lo que le sonaba microscópico, ella lo llamaba germen. Además como no existe un microorganismo que se relacione con todos los tipos de cáncer podemos decir que su expresión “gérmenes de cáncer” indica su falta de conocimiento en el tema.
Algunos adventistas han comentado que no solo Hellen G. White era ignorante sobre los virus, sino todos los médicos de la época. Lo cual es totalmente cierto. Los virus, esos elementos genéticos que no se pueden reproducir sin infectar una célula, fueron identificados a finales del siglo XIX e inicios del XX. En 1892 el científico ruso D. Ivanonowsky ya había demostrado que el agente causal de la enfermedad del mosaico del tabaco era “filtrable”, es decir era tan pequeño que podía pasar por los poros de los filtros que eran capaces de retener bacterias. El microbiólogo holandés Martinus Beijerick dio un paso adelante en el descubrimiento de los virus al encontrar que estos tenían algunas características de los seres vivos. Ya en el año en el que murió la señora White, 1915, el biólogo británico F. W. Twort y dos años más tarde, el francés F. D´Herelle descubren los virus bacterianos, conocidos como bacteriófagos. La relación entre los virus y el cáncer inició con su demostración en 1810 con el patólogo Francis Peyton Rous, quien decidió inyectar a un grupo de gallinas con un filtrado obtenido de un tumor procedente de otra gallina. Estos trabajos plantearon la hipótesis de microorganismos más pequeños que las bacterias y su importancia en la generación de algunas enfermedades.
Los defensores de la señora White aducen que en su tiempo la medicina estaba poco adelantada en oncología y microbiología, y que ella solo contaba con un tercer grado de educación básica, razón por la que no puede exigírsele una mayor precisión. Entendemos estos argumentos, y deseamos dejar en claro que no atacamos a la persona en sí, sino la idea que se le considere una persona que escribía, predicaba y aconsejaba porque Dios le mostraba visiones. Recalcamos que es bastante sospechoso que tras oír y ver en visiones consejos sobre la salud del mismísimo Dios no se presentasen aspectos verdaderamente novedosos para su época que hubieran demostrado, más allá de toda duda razonable, que sus nuevas explicaciones y ampliaciones venían de una fuente que todo lo sabe.
John Harvey Kellogg, un médico preocupado por los hábitos saludables y que después adquiriría fama por ayudar a introducir el consumo de cereales en el desayuno fue amigo personal de los White. Fue adventista por un tiempo pero luego se retiró. Kellogg nunca creyó en el don profético de la señora White. Según cuenta el pastor Rea en el su libro “La mentira White” capítulo 11: “No creo en su infalibilidad, y nunca creí. Hace ocho años, le dije cara a cara que algunas de las cosas que me había escrito como testimonios no eran verdaderos, que no estaban en armonía con los hechos, y que ella misma lo había averiguado. Tengo una carta de ella en la que explica cómo es que me envió ciertas cosas.... Sé que la gente va a ver a la Sra. White con algún plan o proyecto que desean llevar adelante con su aprobación, y se levantan y dicen: "El Señor ha hablado”. Y sé que eso es fraude, y aprovecharse injustamente de las mentes y conciencias de la gente... yo no simpatizo con eso, y se lo dije a W. C. White hace mucho tiempo[43].
d. La tuberculosis se propaga gracias al consumo de carne con gérmenes de tuberculosis[44].
No es de extrañarse que la señora White se preocupara tanto por la tuberculosis, dado que esta enfermedad constituía una emergencia sanitaria por aquellos días. El Mycobacterium tuberculosis, agente infeccioso de la tuberculosis, se contrae principalmente por vía respiratoria, por ejemplo, si usted respira el mismo aire que haya sido contaminado poco tiempo después de haber tosido un tuberculoso. En realidad el contagio de tuberculosis por alimentos es casi nulo, especialmente si se tienen en cuenta medidas higiéncias. Existe la tuberculosis bovina la cual es consecuencia de la exposición al ganado tuberculoso, por lo regular por ingestión de leche cruda o productos lácteos no pasteurizados, y a veces por la diseminación de bacilos llevados por el aire, a granjeros y personas que manipulan animales. Notemos que la señora White no habla de los productos lácteos, ni tampoco hace recomendaciones para destruir los microorganismos por el método que hoy conocemos como pasteurización. Lo que discuto es que sea el consumo de carne la principal causa de la adquisición del agente etiológico de la tuberculosis.
La señora White también relacionó el desarrollo de la tuberculosis linfonodular o escrofula con una causa totalmente diferente al microorganismo que la causa: “El vestido embarrado y húmedo se pone en contacto con los tobillos, que no están suficientemente protegidos, y los enfría pronto; esta es una de las grandes causas productoras de catarros y tumefacciones escrofulosas, y pone en peligro la salud y la vida”[45].
e. Todas las enfermedades inflamatorias se deben principalmente al consumo de carne.
"El cáncer, los tumores y todas las enfermedades inflamatorias son producidas mayormente por el consumo de carne"[46].
Actualmente denominamos las enfermedades que involucran algún tipo de inflamación con la terminación “itis”, por ejemplo: Bronquitis, gastritis, hepatitis, apendicitis, etc. No tenemos nada en contra de los vegetarianos; lo inaceptable es engañar a la gente con supuestas “revelaciones divinas” como estas. Al contrario de lo que dice Hellen White, y para poner un ejemplo, está comprobado que muchas gastritis son producidas por la infección de la bacteria Helicobacter pylori.
f. Dar carne a los niños nerviosos los corrompe y los hace perder las prácticas virtuosas.
“Los efectos de que un régimen basado en carne tendrá sobre hijos nerviosos no tenderá a hacerlos de un temperamento dulce, sino malhumorados, irritables, apasionados e impacientes frente a las restricciones; se pierden las prácticas virtuosas, y la corrupción destruye la mente, el alma y el cuerpo”[47] .
El desarrollo del carácter humano no se relaciona con el consumo de carne. Existen más pruebas que relacionan el ambiente de crianza, el afecto, la atención y demás cuidados con el desarrollo de prácticas virtuosas, para usar la expresión de la señora White. Tal declaración es sin duda falsa.
g. El carbón y el petróleo se encienden bajo la Tierra y producen los terremotos y las erupciones volcánicas.
“...En ese tiempo (en el diluvio) inmensos bosques fueron sepultados. Desde entonces se han transformado en el carbón de piedra... y han producido también inmensas cantidades de petróleo. Con frecuencia el petróleo se enciende y arde bajo la Tierra. Esto calienta las rocas, quema la piedra caliza y derrite el hierro. La acción del agua sobre la cal intensifica el calor y ocasiona terremotos, volcanes y brotes ígneos”[48]
En geología se conoce como una falla a una línea de fractura a lo largo de la cual una sección de la corteza terrestre se ha desplazado con respecto a otra. La dirección de este movimiento puede ser vertical, horizontal o una combinación de ambas. Hoy sabemos que los sismos se deben al rompimiento abrupto y repentino de una falla.
La relación entre fallas y terremotos se estableció claramente hasta principios del siglo XX. Fue tras el terremoto que sacudió la región de San Francisco el 18 de abril de 1906 que H. Reid dirigió una comisión para investigar el suceso. La comisión informó que la sacudida fue provocada por un deslizamiento de cinco metros sobre una porción de la falla de San Andrés de varios cientos de kilómetros. La relación quedaba establecida. Además, la Comisión distinguió tres tipos de deslizamientos. El primero se da cuando los bloques son sometidos a fuerzas de estiramiento, estos disminuyen de grosor y se alejan siguiendo un plano inclinado: Se habla en tal caso de fallas normales, y es este tipo de movimiento el que abré rifts como en el Mar Rojo. El segundo se da cuando los bloques son comprimidos, generando acortamiento y se levantan las zonas deformadas. El tercer tipo de movimiento se da por los desplazamientos horizontales: Un plano se desliza contra otro en un plano vertical sin crear relieve. La falla de San Andrés, en California, es el ejemplo más conocido.
Los terremotos y las erupciones volcánicas son efectos superficiales de la actividad interna del planeta. Hoy sabemos que el motor del vulcanismo y los sismos el calor interno desprendido por la radiactividad natural de las rocas profundas, especialmente las del manto. Como las rocas son muy poco conductoras del calor estas suben en forma líquida por medio de grandes corrientes de convección que mezclan todo el manto. Estos lentos movimientos, del orden de 10 centímetros/año, son los que generan el desplazamiento de las placas tectónicas en la superficie del planeta. Las fracturas de las fallas debido a estos movimientos son la real causa de los sismos.
Los volcanes, esas estructuras geológicas que arrojan magma o roca fundida junto con gases también se deben al calor interno del planeta que genera magma y gases los cuales salen de la corteza terrestre a través de los lugares más débiles de esta.
La idea mencionada por la señora White, de que estos fenómenos se deben a la combustión del petróleo y el carbón es falsa y están relacionadas con las ideas corrientes que sobre estos fenómenos se tenían en el siglo XIX. Debe tenerse en cuenta que la explicación dada por la señora White sobre el vulcanismo fue hecha en 1864, mientras que el trabajo de H. Reid se llevó a cabo en 1906, la teoría de la tectónica de placas fue formulada por Alfred Waggener de 1908-1912 y totalmente fue aceptada en la década de 1960 tras el estudio del fondo marino con técnicas de datación. Pienso que este tema hubiese sido una excelente oportunidad para que la señora White se hubiese adelantado a su tiempo y demostrara que en realidad “algo inefable” le enviaba sus visiones. El terremoto de San Francisco, estudiado por H. Reid fue atribuido por la señora White a “un juicio de Dios sobre la pecaminosa ciudad”.
h. Sostuvo que en Júpiter y Saturno hay vida inteligente.
En una visión de 1846, producto de su epilepsia de lóbulo temporal, la señora White afirmó haber sido transportada a Júpiter y Saturno. Afirmó que logro ver en ellos seres “altos y majestusos” y que en tales planetas no había entrado el pecado.
La siguiente nota fue escrita por J. N. Loughborough: “Pronto notamos que ella era insensible a las cosas terrenales....Después de contar en voz alta las lunas de Júpiter, y poco después las de Saturno, hizo una hermosa descripción de los anillos de éste último. Luego dijo: "Los habitantes son personas altas, majestuosas, bien diferentes de los habitantes de la tierra. El pecado nunca ha entrado allí”[49].
En “Primeros Escritos”[50], Hellen también informa sobre su visión planetaria, en la cual vio a Enoc entre los habitantes de uno de los planetas.
En 1977 los Estados Unidos enviaron dos sondas a los planetas exteriores del Sistema Solar: Júpiter, Saturno, Urano y Néptuno. Las naves fueron la Voyager I y la Voyager II mostraron que estos gigantes gaseosos no tienen vida inteligente, y que sus condiciones ambientales hace imposible ser habitados por seres humanos. Las sondas Voyager dieron a conocer las tormentas increíbles que hay en Júpiter y que son responsables de la Gran Mancha Roja el cual es un ciclón gigantesco de 40.000 kilómetros de largo.
Otros aspecto relacionado con la astronomía fue una situación que desembocó en la aceptación de la señora White como profeta por el respetado e integro pastor Joseph Bates, uno de los pioneros adventistas y aficionado a la astronomía. El pastor Bates se convenció del don profético de la señora White en una visión en la que mencionó detalles de sus “viajes” a otros mundos. El pionero Loughborough narra en la página 258 del libro “The Great Second Advent Movement”: “Una noche, durante la conferencia mencionada arriba[51], en la casa del Sr. Curtis, y en presencia del pastor Bates, que todavía estaba indeciso en relación con estas manifestaciones, la Sra. White, estando en visión, comenzó a hablar acerca de las estrellas, dando una entusiasta descripción de las franjas de tinte rosáceo que veía a través de la superficie de algún planeta, y añadió: “Veo cuatro lunas”. “Oh”, dice el pastor Bates, “ella está mirando a Júpiter”. Luego, habiendo hecho unos movimientos como si viajara por el espacio, ella comenzó a describir franjas y anillos en su siempre cambiante belleza, y dijo: "Veo ocho lunas”. “Ella está describiendo a Saturno”. Luego vino una descripción de Urano con sus seis lunas, y después una maravillosa descripción de los “cielos abiertos”.
Bates se convenció muy fácil. Le hizo falta más escepticismo. Pero qué diría Bates si se enterara que hoy sabemos que Júpiter tiene 63 satélites. Muchos más de los que se conocía en su época.
Ya hablamos que Hellen sufrió una fuerte lesión en la cabeza a la edad de nueve años que le generó inmediatamente tres semanas de inconsciencia. Este lamentable accidente fue la causa de una epilepsia de lóbulo temporal. Muchos neurólogos, incluso varios médicos adventistas, han avalado esta explicación al analizar la zona de la lesión, sus síntomas tras el trauma, su comportamiento y los aspectos de sus visiones.
Muchos líderes adventistas argumentan que una prueba de la influencia de Dios en la señora White es el hecho que ella llegó a escribir muchísimo a pesar de su bajo nivel educativo. Lo primero que debe apuntarse es que su extensa obra escrita se explica por tres razones.
La primera es que ella contaba con un equipo de secretarias que revisaban y corregian sus escritos. Segundo, la hipergrafía es un signo conductual de los pacientes con epilepsia de lóbulo temporal; tercero, se ha comprobado que la señora White cometió plagio en sus escritos. Por ejemplo, gran parte de su obra “El Conflicto de los siglos” fue copiado de “Historia del protestantismo” de J. A. Wylie, LL.D., escrito en 1876. Para la elaboración del libro “El deseado de todas las gentes”, el cual narra la vida de Jesús, Hellen White tomó partes de “La vida de Cristo” de William Hanna, de “El gran Maestro” de John Harris, y principalmente del libro de “The Life and Times of Jesus, the Messiah”, publicado en 1883. La obra “Patriarcas y reyes” tuvo como fuente principal “Bible History: Old Testament” de Alfred Edersheim. El descubrimiento de este plagio o préstamo literario ha causado grandes discusiones en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, tanto así que algunos pastores han renunciado a esta denominación tras evidenciar que parte de la cúpula de ella es renuente a admitir que hubo una falta de ética por parte de la señora White al no dar crédito a sus escritos. Tal es el caso del pastor Walter Rea, de Long Beach, California, quien elaboró el libro “La mentira White”.
La señora White también hizo predicciones que no se cumplieron. Predijo que Inglaterra se uniría a la guerra civil norteamericana luchando contra el Norte y que los Estados Unidos sería “humillado hasta el polvo”, cosa que jamás ocurrió.
Después de analizar algunos de los textos de la señora White donde hace declaraciones sobre el mundo natural se puede concluir que ella no “recibió” nada superior para los conocimientos de su época, como lo afirman en la revista propagándistica “El Centinela”[52], y como es la creencia de la mayoría de los adventistas. Al contrario se nota en tales escritos un gran interés en formar a un grupo de creyentes en medio de su afán milenarista. La gran religiosidad de la señora White combinada con la epilepsia de lóbulo temporal que la aquejaba fueron los reactantes que produjeron sus visiones catastróficas e hipermoralistas.
Las declaraciones de la señora White respecto al mundo natural no son ni reveladoras ni esclarecedoras, más aún si se asume que tales declaraciones fueron hechas inspiradas por Dios. Estas pueden dividirse en dos grupos. Hay un tipo de declaraciones que tan solo reflejan las preocupaciones y los límites del conocimiento propios de su época y no añaden nada más explicativo y que fuese revolucionario para mejorar la práctica médica. Es este primer grupo se clasificarían sus declaraciones relacionadas con la salud. Tales declaraciones son presentadas ávidamente por los dirigentes adventistas mientras señalan que al ser consejos buenos confirman el don profético de la señora White.
En el segundo grupo están las declaraciones que son completamente falsas, como las relacionadas con la masturbación y la ceguera, el uso de pelucas y la locura, o la causa del vulcanismo. Para este grupo de declaraciones la estrategia de los pastores adventistas es no mencionarlas, tanto así que muchos adventistas las desconocen. Pero por el hecho de no predicarlas o publicarlas estas no desaparecen. Están allí, son una fuerte evidencia que la señora White no fue receptora de un Dios Omnisapiente.
No podemos desconocer que los adventistas al no fumar tabaco, ni consumir alucinógenos, ni embriagarse, disminuyen los riesgos de enfermedades cardiovasculares, entre muchas otras. Tampoco podemos negar que ellos promueven valores elevados como la honradez y la sinceridad. Sin embargo, esto último no lo logran los dirigentes de la Iglesia Adventista y del Patrimonio White, quienes han sabido de las equivocaciones de la señora White, de su escabrosa salud por su epilepsia, y su conducta plagiaria, y aún así se esfuerzan por hacer creerle a sus adeptos que ella fue en verdad una profetiza. Es la falta de escepticismo y de autocrítica, nula en las religiosas fundamentalistas, lo que hace que muchos creyentes, de forma sincera y sin malicia, crean y promulguen cosas falsas somo el don profético de Hellen G. White.
[1] Santiago 1.5.
[2] Según los lingüistas más reconocidos, este idioma nunca ha existido.
[3] Cambió cinco veces de religión.
[4] Eternity y Moody Monthly, Noviembre de 1977.
[5] Journal de Oliver Boardman Huntington, Volúmen 2, páginas 128-129.
[6] Ibid. Volúmen 3, página 166 y El Periódico de la Mujer Joven, publicado por la “Asociaciones de Zion Para El Mejoramiento Mutuo De Las Mujeres Jóvenes”, Volúmen 3, páginas 263-264, 1982.
[7] 117.12.
[8] Doctrinas y Convenios 114.1.
[9] Doctrinas y Convenios 84.97, 101.
[10] Deuteronomio 13.1-5; Mateo 7.15; 24.4-5, 24; 1 Juan 4.1.
[11] Historia de los mormones, página 35.
[12] Doctrinas y Convenios 135.4.
[13] El Manifiesto.
[14] Diario de Discursos, Volúmen 3, página 247; Volúmen 4, páginas 53-54, 219-220.
[15] Ibid. Volúmen 9, página 312.
[16] Ibid. Volúmen 13, páginas 264, 95.
[17] Ibid. Volúmen 3, página 266.
[18] Ibid. Volúmen 7, página 289.
[19] Ibid. Volúmen 8, página 115.
[20] Ibid. Volúmen 6, página 120.
[21] Ibid. Volúmen 12, página 127.
[22] Sección 2. 122-136.
[23] Ibid 13.
[24] Ibid 76, 110, 137-138.
[25] Ibid 102.
[26] Ibid 109, 121.
[27] Ibid 113.
[28] Ibis 123.
[29] Ibid 127-128.
[30] Ibid 129-131
[31] Ibid 134.
[32] Mensajes selectos, tomo I, página 63.
[33] Copiar ilegalmente de otras fuentes.
[34] Adventist Review, 17 de Setiembre de 1981.
[35] The Visions of Mrs. E. G. White, página 103.
[36] Spiritual Gifts, tomo 3, página 64.
[37] Ibid. Página 75.
[38] Enfisema pulmonar.
[39] "Words to Christian Mothers, No. 2," Health Reformer 6 (Octubre 1871):121.
[40] Consejos sobre el régimen alimenticio, página 458.
[41] Ibid, página 464.
[42] Ibid, página 463.
[43] John Harvey Kellogg, "An Authentic Interview", 7 de octubre de 1907, páginas 23-39.
[44] Consejos sobre el régimen alimenticio, página 464.
[45] Mensajes selectos, tomo II, página 542.
[46] Consejos sobre el régimen alimenticio, página 463.
[47] Mensajes selectos, tomo III, página 331.
[48] Historia de los patriarcas y profetas, página 99.
[49] J. N. Loughborough, Rise and Progress of the Seventh-day Adventists (Battle Creek, Michigan: General Conference Association of Seventh-day Adventists, 1892) Página 167.
[50] Páginas 39-40.
[51] En Topsham, Maine, en 1846.
[52] Mayo 2001.