Capítulo 13.4-14.7
B. Labores
de Pablo.
1. Ministerio en Chipre.
13.4-12 Bernabé regresa a su isla de origen. Para él debió haber sido una gran alegría regresar a su tierra.
Los enviados salieron de la congregación en Antioquía y viajaron a Seleucia Pieria, que fue una antigua ciudad ubicada en la región de Siria, fundada en el año 300 a.C., por el rey Seleuco I, al norte de la desembocadura del río Orontes y a los pies de las montañas Pieria.
La ciudad se consolidó como el puerto de mar de Antioquía. Durante las Guerras Sirias la ciudad adquirió gran importancia estratégica por ser clave para el control de Siria.
En el 64 a.C., fue ocupada por las tropas de Pompeyo y quedó bajo el dominio romano, y posteriormente bizantino.
Hacia el siglo V d.C., la ciudad decayó, y en el siglo VII las invasiones musulmanas la arruinaron definitivamente. Hoy en día existen numerosos restos arqueológicos que son prueba de su antigua grandeza, ubicados cerca de la actual ciudad turca de Samandağ[1].
Viajaron por mar hasta llegar a la isla de Chipre, a Salamina, que fue una antigua ciudad estado en la costa oriental de la isla, en la desembocadura del río Pedieo, 6 kilómetros al norte de Famagusta, donde la fértil llanura de Mesaoria se abría al mar.
Los primeros hallazgos arqueológicos se remontan al siglo XI a.C. Los minerales de cobre de Chipre hicieron de la isla un nudo esencial de las primeras redes comerciales, y Chipre fue fuente del origen del Período orientalizante de la Grecia continental al final de la Edad Oscura. Entierros de niños en jarras cananitas demuestran la presencia fenicia. Ha sido excavado un puerto y un cementerio de este periodo. La ciudad es mencionada en inscripciones asirias como uno de los reinos de Iadnana. En el 877 a.C., un ejército asirio alcanzó las orillas mediterráneas por primera vez. En 708 a.C., los reyes de las ciudades de Chipre pagaban homenaje a Sargón II de Asiria. Las primeras monedas fueron acuñadas en el siglo VI a.C., siguiendo prototipos persas. Chipre estuvo bajo el control de los asirios en esta época, pero las ciudades estado de la isla disfrutaron de una relativa independencia mientras pagaron su tributo al rey asirio. Esto permitió a los reyes de las diferentes ciudades acumular riqueza y poder. Algunas costumbres funerarias observadas en las tumbas reales de Salamina están directamente relacionadas con ritos homéricos, como el sacrificio de caballos y la ofrenda de jarras de aceite de oliva. Algunos eruditos han interpretado este fenómeno como el resultado de la influencia de la épica homérica en Chipre. La mayoría de los productos llegaban desde Asia Menor y Egipto.
Según el Marmor Parium, Salamina fue fundada por los griegos en 1202 a.C. Su mítico fundador fue Teucro, hijo de Telamón, quien no podía regresar a su hogar después de la guerra de Troya, porque había fracasado en vengar a su hermano Áyax.
Hacia el siglo VI a.C., concluyó una alianza con los Batiadas de Cirene. Evelton, el rey de Salamina, no ayudó al rey Arcesilao III de Cirene a recuperar el trono. Gorgo, rey en la época de la revuelta jónica, no se unió a los rebeldes, pero su hermano Onesilos le expulsó y se unió a ellos junto con otras ciudades chipriotas.
Durante la dominación persa estuvo a la cabeza de las luchas por la independencia de las ciudades estado chipriotas, gobernadas por reyes griegos semiindependientes desde el 560 al 410 a.C. Conocemos sus nombres por las fuentes históricas y a través de una serie de emisiones monetarias, que demuestran la riqueza de la ciudad.
La primera batalla de Salamina de Chipre acabó con la independencia de los reinos chipriotas; Gorgo retornó al poder.
El ateniense Anaxícrates, sucesor de Cimón, asedió Salamina, pero tras llegar a un acuerdo con los persas levantó el asedio.
En 450 a.C., Salamina fue el lugar de la batalla entre los atenienses y los persas.
La historia de Salamina durante los periodos arcaico y clásico está reflejada en las narraciones del historiador griego Heródoto y muchos de los últimos discursos del orador griego Isócrates.
La ciudad fue la capital de la isla y dirigió a las otras ciudades chipriotas en sus esfuerzos para liberarse del dominio persa. El más importante gobernante del reino de Salamina fue Evagoras, que se jactaba de ser descendiente directo de la familia de Teucro, y quien llegó a reunir la totalidad de la isla bajo su poder, con el apoyo de Atenas y obtuvo su independencia del imperio persa. Tras la Paz de Antálcidas, que devolvió las ciudades del Asia Menor y también de Chipre a los persas, se quedó solo para combatir a Artajerjes III. Salamina fue asediada y conquistada por el rey persa, y Evagoras pudo concluir un tratado de paz honroso que lo reafirmó como señor de Salamina, aunque tributario del rey de reyes.
Bajo Evagoras la cultura y el arte griego florecieron en la ciudad.
La flota chipriota tomó la decisión de combatir junto a Alejandro Magno y participó con 130 naves en el asedio de Tiro.
Después de que Alejandro Magno conquistara el Imperio aqueménida, en 312 a.C., Nicocreonte, fue nombrado estratego de Chipre por Ptolomeo I Sóter, que había obtenido el control de la isla. Acusado de traición, se encerró junto con sus familiares en el palacio de Salamina, mandó bloquear las puertas, prendió fuego al palacio y se suicidó. En su lugar reinó Menelao, hijo de Lago y hermano de de Ptolomeo. Se ha supuesto que Nicocreonte fue enterrado en un gran túmulo cerca de Enkomi. El túmulo, que ilustra el final del periodo clásico en Salamina, es el túmulo, que cubrió el cenotafio de Nicocreonte. En éste monumento fueron encontradas cinco cabezas de arcilla, quizás retratos de miembros de la familia real que fueron honrados después de su trágica muerte trágica en la pira.
En 306 a.C., Salamina fue el escenario de la Batalla de Salamina entre las flotas de Demetrio Poliorcetes y Ptolomeo I. Demetrio ganó la batalla y capturó la isla.
Durante el Imperio romano, Salamina formaba parte de la provincia romana de Cilicia. La sede del gobernador fue trasladada a Pafos. El pueblo sufrió en exceso durante el ascenso judío de 116-117. Aunque Salamina dejó de ser la capital de Chipre a partir del periodo helenístico cuando fue reemplazada por Pafos, no disminuyeron su riqueza e importancia. La ciudad fue particularmente favorecida por los emperadores romanos Trajano y Adriano que restauraron y construyeron edificios públicos.
Fue destruida por terremotos entre el 342 a.C. y el 332 a.C. La ciudad reconstruida fue llamada Constanza en honor del emperador romano de Constantinopla, Constantino II. Constantino II no solo ayudó a los salaminios a la reconstrucción de su ciudad sino que también les ayudó relevándoles de pagar los impuestos durante una época. El encenagamiento de la bahía condujo a un declive gradual de la ciudad[2].
La costumbre de los primeros enviados fue de ir en primer lugar a buscar a las ovejas perdidas de Isarel en las sinagogas, para luego poder dedicarse a la predicación entre los gentiles.
Juan Marcos, quien era pariente de Bernabé, aunque no hay seguridad si era sobrino o primo, acompañó a estos enviados de la Iglesia de Antioquía.
Ellos cruzaron toda la isla hasta llegar a Pafos. Pafos o Paphos es una ciudad chipriota, capital del distrito homónimo en la costa suroeste de la isla.
De origen fenicio, aunque la región estaba habitada desde el Neolítico, en la época griega se consideraba que era el lugar de nacimiento de la diosa Afrodita, siendo por ello un importante lugar de su culto, así como de las deidades pre-helénicas de la fertilidad. El nombre de Pafos está ligado a la diosa, pues este era el nombre del hijo mitológico de Afrodita y de Pigmalión. En el siglo XII a. C. existía un templo micénico dedicado a la diosa.
A lo largo de la historia ha sido de gran importancia. En la época romana fue la capital de la isla.
La actual ciudad de Pafos, junto con Palaipaphos, la antigua Pafos, en la actual ciudad de Kouklia, han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980 debido al valor excepcional, tanto histórico como arquitectónico, de los restos de villas, palacios, teatros, fortalezas y tumbas. Sus mosaicos se cuentan entre los más bellos del mundo[3].
Al llegar a esta ciudad se encuentra con un mago judío, que se hacía pasar por profeta, de nombre “Barjesús” o Elimas. Siguiendo el ejemplo de los otros nombres judíos, es probable que se llamara “Elimas Barjesús” o “Elimas, el hijo de Jesús”.
Al ser judío, y habiéndose proclamado profeta, debía saber que las Escrituras prohibían directamente las prácticas mágicas[4]. En nuestros días las prácticas mágicas han sido aceptadas en diversas maneras, haciéndolas pasar como incentes, pero los cristianos debemos estar pendientes del desarrollo y de las diferentes maneras en que estas buscan infiltrarse en nuestro hogar y en la Iglesia, ya que son una de las maneras en que se puede minar nuestra espiritualidad.
Entre los romanos había un puesto llamado de procónsul; que era una magistratura surgida para la administración provincial por delegación del cónsul. Las funciones de los cónsules, al aumentar el territorio, hubieron de ser delegadas para cada provincia: Primero en cuestores insulares con funciones consulares y después con la figura del procónsul o propretor, para Hispania Citerior y Ulterior.
Al finalizar el mandato de un cónsul solía ser habitual el que el Senado romano le asignase la tarea de gobernar durante un tiempo una provincia. En ese caso recibía el cargo de procónsul, bajo el cual tenía imperium y el mando sobre la provincia dada[5].
Sergio Paulo era un hombre inteligente, aunque siguiendo la costumbre romana, tenía con él un oráculo u hombre sabio que le transmitía el “mensaje” de los dioses. Debido a su inteligencia, deseaba oír la Palabra de Dios, pero Elimas se oponía a ello, posiblemente pensando que podía perder su posición.
Muchas veces me preguntan sobre aquellos que tienen conocimiento de las Escrituras pero que enseñan lo contrario, y yo les presento este ejemplo: Elimas era un judío, conocedor de las Escrituras, pero hacía lo contrario porque era motivado por su propia comodidad. Hoy vemos lo mismo en muchos púlpitos desde donde se enseña la mentira como si fuera verdad, todo porque el que lo hace no quiere perder sus beneficios.
Elimas buscaba apartar de la fe al procónsul, como hoy muchos sacerdotes, pastores y predicadores apartan de la fe a los inocentes que les creen a ellos. Se convierten en armas de Satanás, poniéndeose a ellos y a quienes les siguen en el camino al infierno.
La reacción de Saulo, quien a partir de este pasaje seguirá siendo llamado Pablo, y quien seguirá liderando el grupo misionero, lleno no de ira, sino del Espíritu Santo, mira fijamente a Elimas y lo encara, desemascarándolo como hijo del diablo y enemigo de la justicia. Lo que hace Pablo no es una grosería, como dirían mucho hoy, sino que le está dando una oportunidad a Elimas para que se arrepienta y cambie de parecer. En veces encontraremos personas que solo entenderán si se les habla fuertemente, aunque hay otros que nunca lo harán.
Para que no hubiese ninguna duda de quién iba a actuar ahí, Pablo aclara que es la manos de Dios la que ejecutará el castigo sobre Elimas: Quedará ciego por un tiempo. Inmediatamente, no a los días ni en semanas, este hombre quedó ciego. Esta ceguera no es fingida, y lo vemos porque él comienza a buscar quien le guíe, lo que provoca que Sergio Paulo, a quien Elimas quería estorbar en la fe, quede admirado.
Hoy muchos hablan de tolerancia. Pero en el asunto espiritual no puede haber ningún tipo de tolerancia, se es o no lo es. No puede haber conseciones en cuanto a las enseñanzas bíblicas, las cuales no son evolutivas, sino firmes y correctas. No es posible que se haga caso a los que piden que no se hable contra el pecado, que se deje de hablar contra el adulterio y el homosexualismo. ¡Es increíble que ya no se predica acerca del infierno en muchas congregaciones! Y qué decir de quienes han ordenado como pastores a homosexuales y a mujeres, ufanándose de su mente “abierta”.
2. Ministerio en Antioquía.
13.13-50 Los enviados salieron de Chipre hacia tierra firme, llegando a Perge de Panfilia. Desde Anatolia la carretera principal atraviesa el corazón de la llanura de Panfilia hasta Alanya, que se encuentra a 84 kilómetros. Unos 13 kilómetros al este de Antalya aparece una carretera secundaria que conduce a Perge, una de las ciudades más importantes de la antigua Panfilia.
Como Termessos, Perge aparece en la historia en el año 333 a.C., cuando se rinde a Alejandro tras la invasión macedonia de Panfilia. La ciudad es famosa por haber sido cuna de Apolonio de Perge, uno de los más grandes matemáticos de la era helenística, nacido aquí hacia el año 260 a.C. También era famosa por su santuario de Artemisa Pergea, que el orador Polemo, contemporáneo de Adriano, alabó como “una maravilla de proporciones, belleza y construcción”. A pesar de su fama, no se han encontrado restos del santuario, aunque los arqueólogos turcos siguen excavando en su busca.
La carretera al yacimiento arqueológico pasa primero por el teatro y el estadio, que se encuentran a la izquierda antes de cruzar la puerta de la ciudad antigua. El teatro fue construido en el período helenístico y reconstruido en la era imperial romana, y su capacidad era de 14 000 espectadores. La escena se conserva casi completa.
En la escena pueden verse interesantes relieves sobre la vida de Dionisos, el dios del teatro y también del vino y el éxtasis religioso. Uno de los relieves descrjbe el nacimiento de Dionisos, hijo de Zeus y Semele. Otra escena muestra a Dionisos con Artemisa Pergea, que le inició en los ritos de su culto y le enseñó a cultivar las viñas. Un tercer relieve representa una procesión dionisíaca, en la que el dios, acompañado por una bacante y un sátiro, es transportado en un carro tirado por dos panteras y decorado con hojas de viña y sarmientos.
El estadio, que tenía cabida para 12 000 espectadores, es el mejor conservado de Asia Menor después del de Afrodisias. Posiblemente fue erigido en el siglo II d.C, y su arena medía 34 x 234 metros.
A la derecha de la puerta de la ciudad se encuentran los restos de un monumento funerario erigido a finales del reinado de Adriano; sabemos esto gracias a una inscripción que dedica el monumento a una rica dama llamada Plancia Magna, cuyo nombre aparece en otros muchos lugares de Perge como benefactora de la ciudad. La puerta principal y los muros que se alzan a ambos lados fueron construidos en el siglo IV d.C., después de que Perge se extendiera más allá de sus murallas originales, que sólo encerraban una pequeña área al norte de la acrópolis. Las deterioradas torres cilindricas de la puerta helenística original pueden verse enmarcadas por la puerta romana al acercarse a la ciudad. Las puertas interior y exterior estaban unidas por tabiques, y el muro este terminaba en el agora. Durante el reinado de Septimio Severo se construyeron un ninfeo y unos propileos junto al muro oeste. Los propileos daban entrada a las termas romanas de la ciudad. A la derecha, entre el agora y la puerta exterior, se encuentran los restos de una estructura absidial que hizo las veces de iglesia a principios del período bizantino.
La puerta interior, con sus dos espléndidas torres redondas, construida en obra de sillería, es todo lo que queda de la muralla original de la ciudad helenística. Al pasar la puerta interior puede verse un magnífico patio en forma de herradura, desde el cual se entra a la ciudad tras cruzar un pórtico de dos pisos con tres vanos, estructura que Plancia Magna regaló a la ciudad de Perge en 120-122 d.C. En todos los nichos y pedestales de este patio había estatuas de emperadores y emperatrices romanos y de los fundadores de la ciudad.
El patio de la puerta interior da paso a una vía columnada que constituía la principal arteria de la ciudad; su pavimento de mármol todavía muestra las huellas del paso de los carros. La calle está dividida en dos por un canal de agua con una serie de estanques escalonados, regado por el ninfeo que se encuentra en su parte superior. La calle estaba flanqueada por estatuas, y a los lados de sus aceras había arcadas con tiendas. También había comercios en la arcada exterior del agora, una gran plaza de 65 metros de lado, construida en el siglo IV d.C, probablemente al mismo tiempo que la muralla exterior. Esta calle y la que la cruzaba junto a su extremo superior dividían la ciudad en cuatro partes desiguales. En la esquina suroeste se hallan los restos de una basílica absidial que fue también el obispado de Perge en tiempos bizantinos; y en la parte inferior del cuadrante noroeste se encuentra una palestra dedicada al emperador Claudio por un ciudadano llamado C. Julio Cornuto. Las ruinas de la acrópolis, en la montaña que se alza al norte de la ciudad, son todas del período bizantino y fueron construidas sobre los cimientos del asentamiento prehistórico originalmente fundado por las “multitudes mezcladas” tras la caída de Troya[6].
Este es un caso curioso: Tenemos a los misioneros que a pesar del episodio con Barjesús, habían logrado una gran victoria, ya que muchos creyeron en esa ciudad, incluyendo a Sergio Paulo, y ahora ponen su pie en tierra firme de nuevo; pero Juan Marcos decide volverse a Jerusalén, cosa que desagradó a Pablo. ¿Por qué se regresó? ¿Estaba muy joven y se asustó? ¿Se sentía inadecuado para esta misión? ¿Deseaba ver de nuevo a su familia? No lo sabemos, pero él se regresó.
El primer lugar al que llegaron fue Perge, y de ahí se dirigieron a Antioquía de Pisidia, donde se dirigieron a la sinagoga. Ellos tenían todo el derecho de ir a este lugar a enseñar por ser judíos. Ahí, el servicio de adoración era muy sencillo: Oraciones y lectura de la Ley y los profetas, para luego escuchar alguna palabra de consuelo, es decir una enseñanza. Por cortesía, se permitía que los visitantes hablaran de primero.
Pablo toma la Palabra y expone, basándose en la historia que todos los presentes conocían, les presenta el Evangelio. Ellos lo escuchan atentamente porque Pablo sabe usar la diplomacia y busca primero tocar su orgullo nacionalista. Pero además de los judíos que estaban en la sinagoga, también estaban los prosélitos, es decir, los gentiles convertidos al judaísmo, y los temerosos de Dios, quienes tenían que escuchar desde la puerta ya que no habían sido circuncidados.
Pablo les refiere a los tiempos de la esclavitud en Egipto y a cómo Dios los había libertado con mano fuerte. Este comentario causaba simpatía entre los oyentes hacia Pablo, que se sentían a gusto con esa historia. Les cita los Salmos y los profetas, que era lo que motivaba al pueblo.
La conquista de Canaán, aunque fue lograda con los ejércitos de Israel, se atribuye a la mano fuerte del Señor, quien destruyó al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo, y al jebuseo[7]; aunque a los cananeos lo que hizo fue convertirlos en tributarios, pero esto hace que ellos se vuelvan en sus enemigos internos[8]. Si bien es cierto que Dios dio a Israel estas tierras, no podemos afirmar, como se hace en la actualidad, afirmar que aun son de la nación de Israel, porque como veremos, los judíos le dieron la espalda al Señor al rechazar el Evangelio.
Después de la conquista Dios les dio jueces, estos gobernaron hasta Samuel, quien fue el último de los jueces y el primero de los profetas. Pero el pueblo pidió un rey, contra el plan de Dios, y Saúl fue el elegido, pero no era un hombre recto, por lo que el reino fue quitado a su familia y dado a David, que era un hombre conforme al corazón de Dios; y de él vendría la promesa dada a Israel del Salvador.
Pero antes del advenimiento del Mesías vino Juan, el profeta, anunciando Su venida. Aquí Pablo llega al clímax del discurso, cuando proclama que es por medio de Jesús que se obtiene la salvación. Pero el pueblo de Israel, rebelde a la voz del Señor, no quiso reconocer a Jesús como Salvador y más bien lo entregaron para que muriera en manos de los romanos en la cruz, cumpliendo todo lo que había sido escrito sobre Él, muriendo, pero también resucitando, de lo que son testigos muchos que le vieron y tocaron y ahora iban anunciando el Evangelio, que es la promesa hecha los padres, de que el Santo no vería corrupción, es decir, su cuerpo no entraría en descompocisión, como sí ocurrió con David.
Pablo deja en claro que la Ley no podía justificar a nadie y aunque fue necesaria en su momento, ahora la única forma de ser justificados era por medio de la sangre de Jesucristo. Y hace una advertencia para que no vayan a ser ellos rebeldes como lo fueron aquellos antepasados a la voz de los profetas cuando se anunció la invasión por parte de Nabucodonosor y la destrucción del Templo seguida con la cautividad babilónica.
Aquel primer discurso causó que se produjera una invitación para el siguiente sábado, pero además, otros les siguieron para escuchar más del mensaje de los enviados, y fueron invitados a obedecer el Evangelio.
El sábado siguiente la conmoción fue grande. ¡Casi toda la ciudad estaba en la sinagoga o en sus alrededores para escuchar a Pablo y a Bernabé! Esto nunca había sido hecho por ningún otro judío, lo que produjo que se llenaran de celos y comenzaran su labor de contradecir a Pablo, cayendo incluso en la blasfemia. Pero no podían rebatir a los enviados, quienes hablaban correctamente. Pero al ver que estos se negaban a aceptar la verdad, los sentenciaron, ya que a sí mismos se estaban negando la vida eterna, por lo que ellos se dedicarían a anunciar el Evangelio a los gentiles.
Los gentiles tienen una reacción completamente opuesta a la de los judíos, ellos se regocijan al escuchar que la salvación es también para ellos y para sus hijos. Automáticamente esto hace que la Palabra del Señor se esparza como reguero de pólvora y muchos gentiles son salvos.
Pero los judíos no se iban a quedar tranquilos. Ellos buscaron a mujeres influyentes y a los principales del pueblo y les inyectaron su veneno de odio, para que se opusieran a los cristianos. Ellos no iban a hacerlo porque eran considerados extranjeros, pero si lo hacían los propios, tendrían gran ganancia. Y esto da como producto la expulsión de los misioneros de aquellas tierras.
3. Ministerio en Iconio
13.51-14.7 Al ser sacados de Antioquía de Pisidia, los enviados se sacuden el polvo de su calzado como testimonio contra los que rechazaron el Mensaje[9]. De ahí viajaron a Iconio, a donde llegan llenos del gozo del Espíritu Santo, sabiendo que cada vez que se les rechazaba los que lo hacían en realidad estaban dando testimonio que ellos estaban haciendo lo correcto. ¡Qué triste es que hoy más bien parece que la Iglesia más bien busca estar en comunión con el mundo! La idea de ser rechazados por causa del Evangelio no es atractiva para los cristianos de hoy, quienes para evitarlo se comportan como los no cristianos.
Iconio era una ciudad importante del interior del Asia Menor; casi un oasis en la elevada y árida planicie de Licaonia. Jenofonte la llamó “ciudad fronteriza de Frigia”, pero se la consideraba, en general, como la capital de Licaonia, hasta que fue incorporada a la provincia romana de Galacia en el 25 a.C. La ciudad fue habitada continuamente y ahora se llama Konya[10].
De nuevo, al llegar a la ciudad de Iconio, el primer lugar que buscan para predicar es la sinagoga, en donde muchos judíos y temerosos creen el Evangelio. Pero de nuevo, los judíos incrédulos provocan a los gentiles contra los cristianos, pero en lugar de provocar que estos salgan huyendo, más bien deciden quedarse predicando.
Vemos que no solamente predicaban, sino que también hacían milagros, no como espectáculo sino como prueba de que eran aprobados por el Señor. Esto hace que la gente de la ciudad se divida, unos a favor y otros en contra de los cristianos. Pero nótese que la división era a causa de la predicación del Evangelio y no por la conducta de los cristianos.
La incitación de los judíos fue tanta que llegaron al punto de ir a apedrearlos junto con los gentiles. La actitud sabia de los creyentes fue de huir. Esto no es cobardía, sino sabiduría.
Ellos se van de ahí con rumbo a Listra y Derbe, en Licaonia, en donde predicaban el Evangelio.
[1] Wikipedia. Seleucia.
[2] Wikipedia. Salamina.
[3] Wikipedia. Pafos.
[4] Éxodo 22.18; Levítico 20.27; Deuteronomio 18.10-12; Isaías 47.12-14; Gálatas 5.19-21.
[5] Wikipedia. Pro cónsul.
[6] www.turquiareal.com/perge.html
[7] Deuteronomio 7.1.
[8] Números 33.35.
[9] Marcos 6.11.
[10] Diccionario Biblico Gratis - Iconio
1. Ministerio en Chipre.
13.4-12 Bernabé regresa a su isla de origen. Para él debió haber sido una gran alegría regresar a su tierra.
Los enviados salieron de la congregación en Antioquía y viajaron a Seleucia Pieria, que fue una antigua ciudad ubicada en la región de Siria, fundada en el año 300 a.C., por el rey Seleuco I, al norte de la desembocadura del río Orontes y a los pies de las montañas Pieria.
La ciudad se consolidó como el puerto de mar de Antioquía. Durante las Guerras Sirias la ciudad adquirió gran importancia estratégica por ser clave para el control de Siria.
En el 64 a.C., fue ocupada por las tropas de Pompeyo y quedó bajo el dominio romano, y posteriormente bizantino.
Hacia el siglo V d.C., la ciudad decayó, y en el siglo VII las invasiones musulmanas la arruinaron definitivamente. Hoy en día existen numerosos restos arqueológicos que son prueba de su antigua grandeza, ubicados cerca de la actual ciudad turca de Samandağ[1].
Viajaron por mar hasta llegar a la isla de Chipre, a Salamina, que fue una antigua ciudad estado en la costa oriental de la isla, en la desembocadura del río Pedieo, 6 kilómetros al norte de Famagusta, donde la fértil llanura de Mesaoria se abría al mar.
Los primeros hallazgos arqueológicos se remontan al siglo XI a.C. Los minerales de cobre de Chipre hicieron de la isla un nudo esencial de las primeras redes comerciales, y Chipre fue fuente del origen del Período orientalizante de la Grecia continental al final de la Edad Oscura. Entierros de niños en jarras cananitas demuestran la presencia fenicia. Ha sido excavado un puerto y un cementerio de este periodo. La ciudad es mencionada en inscripciones asirias como uno de los reinos de Iadnana. En el 877 a.C., un ejército asirio alcanzó las orillas mediterráneas por primera vez. En 708 a.C., los reyes de las ciudades de Chipre pagaban homenaje a Sargón II de Asiria. Las primeras monedas fueron acuñadas en el siglo VI a.C., siguiendo prototipos persas. Chipre estuvo bajo el control de los asirios en esta época, pero las ciudades estado de la isla disfrutaron de una relativa independencia mientras pagaron su tributo al rey asirio. Esto permitió a los reyes de las diferentes ciudades acumular riqueza y poder. Algunas costumbres funerarias observadas en las tumbas reales de Salamina están directamente relacionadas con ritos homéricos, como el sacrificio de caballos y la ofrenda de jarras de aceite de oliva. Algunos eruditos han interpretado este fenómeno como el resultado de la influencia de la épica homérica en Chipre. La mayoría de los productos llegaban desde Asia Menor y Egipto.
Según el Marmor Parium, Salamina fue fundada por los griegos en 1202 a.C. Su mítico fundador fue Teucro, hijo de Telamón, quien no podía regresar a su hogar después de la guerra de Troya, porque había fracasado en vengar a su hermano Áyax.
Hacia el siglo VI a.C., concluyó una alianza con los Batiadas de Cirene. Evelton, el rey de Salamina, no ayudó al rey Arcesilao III de Cirene a recuperar el trono. Gorgo, rey en la época de la revuelta jónica, no se unió a los rebeldes, pero su hermano Onesilos le expulsó y se unió a ellos junto con otras ciudades chipriotas.
Durante la dominación persa estuvo a la cabeza de las luchas por la independencia de las ciudades estado chipriotas, gobernadas por reyes griegos semiindependientes desde el 560 al 410 a.C. Conocemos sus nombres por las fuentes históricas y a través de una serie de emisiones monetarias, que demuestran la riqueza de la ciudad.
La primera batalla de Salamina de Chipre acabó con la independencia de los reinos chipriotas; Gorgo retornó al poder.
El ateniense Anaxícrates, sucesor de Cimón, asedió Salamina, pero tras llegar a un acuerdo con los persas levantó el asedio.
En 450 a.C., Salamina fue el lugar de la batalla entre los atenienses y los persas.
La historia de Salamina durante los periodos arcaico y clásico está reflejada en las narraciones del historiador griego Heródoto y muchos de los últimos discursos del orador griego Isócrates.
La ciudad fue la capital de la isla y dirigió a las otras ciudades chipriotas en sus esfuerzos para liberarse del dominio persa. El más importante gobernante del reino de Salamina fue Evagoras, que se jactaba de ser descendiente directo de la familia de Teucro, y quien llegó a reunir la totalidad de la isla bajo su poder, con el apoyo de Atenas y obtuvo su independencia del imperio persa. Tras la Paz de Antálcidas, que devolvió las ciudades del Asia Menor y también de Chipre a los persas, se quedó solo para combatir a Artajerjes III. Salamina fue asediada y conquistada por el rey persa, y Evagoras pudo concluir un tratado de paz honroso que lo reafirmó como señor de Salamina, aunque tributario del rey de reyes.
Bajo Evagoras la cultura y el arte griego florecieron en la ciudad.
La flota chipriota tomó la decisión de combatir junto a Alejandro Magno y participó con 130 naves en el asedio de Tiro.
Después de que Alejandro Magno conquistara el Imperio aqueménida, en 312 a.C., Nicocreonte, fue nombrado estratego de Chipre por Ptolomeo I Sóter, que había obtenido el control de la isla. Acusado de traición, se encerró junto con sus familiares en el palacio de Salamina, mandó bloquear las puertas, prendió fuego al palacio y se suicidó. En su lugar reinó Menelao, hijo de Lago y hermano de de Ptolomeo. Se ha supuesto que Nicocreonte fue enterrado en un gran túmulo cerca de Enkomi. El túmulo, que ilustra el final del periodo clásico en Salamina, es el túmulo, que cubrió el cenotafio de Nicocreonte. En éste monumento fueron encontradas cinco cabezas de arcilla, quizás retratos de miembros de la familia real que fueron honrados después de su trágica muerte trágica en la pira.
En 306 a.C., Salamina fue el escenario de la Batalla de Salamina entre las flotas de Demetrio Poliorcetes y Ptolomeo I. Demetrio ganó la batalla y capturó la isla.
Durante el Imperio romano, Salamina formaba parte de la provincia romana de Cilicia. La sede del gobernador fue trasladada a Pafos. El pueblo sufrió en exceso durante el ascenso judío de 116-117. Aunque Salamina dejó de ser la capital de Chipre a partir del periodo helenístico cuando fue reemplazada por Pafos, no disminuyeron su riqueza e importancia. La ciudad fue particularmente favorecida por los emperadores romanos Trajano y Adriano que restauraron y construyeron edificios públicos.
Fue destruida por terremotos entre el 342 a.C. y el 332 a.C. La ciudad reconstruida fue llamada Constanza en honor del emperador romano de Constantinopla, Constantino II. Constantino II no solo ayudó a los salaminios a la reconstrucción de su ciudad sino que también les ayudó relevándoles de pagar los impuestos durante una época. El encenagamiento de la bahía condujo a un declive gradual de la ciudad[2].
La costumbre de los primeros enviados fue de ir en primer lugar a buscar a las ovejas perdidas de Isarel en las sinagogas, para luego poder dedicarse a la predicación entre los gentiles.
Juan Marcos, quien era pariente de Bernabé, aunque no hay seguridad si era sobrino o primo, acompañó a estos enviados de la Iglesia de Antioquía.
Ellos cruzaron toda la isla hasta llegar a Pafos. Pafos o Paphos es una ciudad chipriota, capital del distrito homónimo en la costa suroeste de la isla.
De origen fenicio, aunque la región estaba habitada desde el Neolítico, en la época griega se consideraba que era el lugar de nacimiento de la diosa Afrodita, siendo por ello un importante lugar de su culto, así como de las deidades pre-helénicas de la fertilidad. El nombre de Pafos está ligado a la diosa, pues este era el nombre del hijo mitológico de Afrodita y de Pigmalión. En el siglo XII a. C. existía un templo micénico dedicado a la diosa.
A lo largo de la historia ha sido de gran importancia. En la época romana fue la capital de la isla.
La actual ciudad de Pafos, junto con Palaipaphos, la antigua Pafos, en la actual ciudad de Kouklia, han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1980 debido al valor excepcional, tanto histórico como arquitectónico, de los restos de villas, palacios, teatros, fortalezas y tumbas. Sus mosaicos se cuentan entre los más bellos del mundo[3].
Al llegar a esta ciudad se encuentra con un mago judío, que se hacía pasar por profeta, de nombre “Barjesús” o Elimas. Siguiendo el ejemplo de los otros nombres judíos, es probable que se llamara “Elimas Barjesús” o “Elimas, el hijo de Jesús”.
Al ser judío, y habiéndose proclamado profeta, debía saber que las Escrituras prohibían directamente las prácticas mágicas[4]. En nuestros días las prácticas mágicas han sido aceptadas en diversas maneras, haciéndolas pasar como incentes, pero los cristianos debemos estar pendientes del desarrollo y de las diferentes maneras en que estas buscan infiltrarse en nuestro hogar y en la Iglesia, ya que son una de las maneras en que se puede minar nuestra espiritualidad.
Entre los romanos había un puesto llamado de procónsul; que era una magistratura surgida para la administración provincial por delegación del cónsul. Las funciones de los cónsules, al aumentar el territorio, hubieron de ser delegadas para cada provincia: Primero en cuestores insulares con funciones consulares y después con la figura del procónsul o propretor, para Hispania Citerior y Ulterior.
Al finalizar el mandato de un cónsul solía ser habitual el que el Senado romano le asignase la tarea de gobernar durante un tiempo una provincia. En ese caso recibía el cargo de procónsul, bajo el cual tenía imperium y el mando sobre la provincia dada[5].
Sergio Paulo era un hombre inteligente, aunque siguiendo la costumbre romana, tenía con él un oráculo u hombre sabio que le transmitía el “mensaje” de los dioses. Debido a su inteligencia, deseaba oír la Palabra de Dios, pero Elimas se oponía a ello, posiblemente pensando que podía perder su posición.
Muchas veces me preguntan sobre aquellos que tienen conocimiento de las Escrituras pero que enseñan lo contrario, y yo les presento este ejemplo: Elimas era un judío, conocedor de las Escrituras, pero hacía lo contrario porque era motivado por su propia comodidad. Hoy vemos lo mismo en muchos púlpitos desde donde se enseña la mentira como si fuera verdad, todo porque el que lo hace no quiere perder sus beneficios.
Elimas buscaba apartar de la fe al procónsul, como hoy muchos sacerdotes, pastores y predicadores apartan de la fe a los inocentes que les creen a ellos. Se convierten en armas de Satanás, poniéndeose a ellos y a quienes les siguen en el camino al infierno.
La reacción de Saulo, quien a partir de este pasaje seguirá siendo llamado Pablo, y quien seguirá liderando el grupo misionero, lleno no de ira, sino del Espíritu Santo, mira fijamente a Elimas y lo encara, desemascarándolo como hijo del diablo y enemigo de la justicia. Lo que hace Pablo no es una grosería, como dirían mucho hoy, sino que le está dando una oportunidad a Elimas para que se arrepienta y cambie de parecer. En veces encontraremos personas que solo entenderán si se les habla fuertemente, aunque hay otros que nunca lo harán.
Para que no hubiese ninguna duda de quién iba a actuar ahí, Pablo aclara que es la manos de Dios la que ejecutará el castigo sobre Elimas: Quedará ciego por un tiempo. Inmediatamente, no a los días ni en semanas, este hombre quedó ciego. Esta ceguera no es fingida, y lo vemos porque él comienza a buscar quien le guíe, lo que provoca que Sergio Paulo, a quien Elimas quería estorbar en la fe, quede admirado.
Hoy muchos hablan de tolerancia. Pero en el asunto espiritual no puede haber ningún tipo de tolerancia, se es o no lo es. No puede haber conseciones en cuanto a las enseñanzas bíblicas, las cuales no son evolutivas, sino firmes y correctas. No es posible que se haga caso a los que piden que no se hable contra el pecado, que se deje de hablar contra el adulterio y el homosexualismo. ¡Es increíble que ya no se predica acerca del infierno en muchas congregaciones! Y qué decir de quienes han ordenado como pastores a homosexuales y a mujeres, ufanándose de su mente “abierta”.
2. Ministerio en Antioquía.
13.13-50 Los enviados salieron de Chipre hacia tierra firme, llegando a Perge de Panfilia. Desde Anatolia la carretera principal atraviesa el corazón de la llanura de Panfilia hasta Alanya, que se encuentra a 84 kilómetros. Unos 13 kilómetros al este de Antalya aparece una carretera secundaria que conduce a Perge, una de las ciudades más importantes de la antigua Panfilia.
Como Termessos, Perge aparece en la historia en el año 333 a.C., cuando se rinde a Alejandro tras la invasión macedonia de Panfilia. La ciudad es famosa por haber sido cuna de Apolonio de Perge, uno de los más grandes matemáticos de la era helenística, nacido aquí hacia el año 260 a.C. También era famosa por su santuario de Artemisa Pergea, que el orador Polemo, contemporáneo de Adriano, alabó como “una maravilla de proporciones, belleza y construcción”. A pesar de su fama, no se han encontrado restos del santuario, aunque los arqueólogos turcos siguen excavando en su busca.
La carretera al yacimiento arqueológico pasa primero por el teatro y el estadio, que se encuentran a la izquierda antes de cruzar la puerta de la ciudad antigua. El teatro fue construido en el período helenístico y reconstruido en la era imperial romana, y su capacidad era de 14 000 espectadores. La escena se conserva casi completa.
En la escena pueden verse interesantes relieves sobre la vida de Dionisos, el dios del teatro y también del vino y el éxtasis religioso. Uno de los relieves descrjbe el nacimiento de Dionisos, hijo de Zeus y Semele. Otra escena muestra a Dionisos con Artemisa Pergea, que le inició en los ritos de su culto y le enseñó a cultivar las viñas. Un tercer relieve representa una procesión dionisíaca, en la que el dios, acompañado por una bacante y un sátiro, es transportado en un carro tirado por dos panteras y decorado con hojas de viña y sarmientos.
El estadio, que tenía cabida para 12 000 espectadores, es el mejor conservado de Asia Menor después del de Afrodisias. Posiblemente fue erigido en el siglo II d.C, y su arena medía 34 x 234 metros.
A la derecha de la puerta de la ciudad se encuentran los restos de un monumento funerario erigido a finales del reinado de Adriano; sabemos esto gracias a una inscripción que dedica el monumento a una rica dama llamada Plancia Magna, cuyo nombre aparece en otros muchos lugares de Perge como benefactora de la ciudad. La puerta principal y los muros que se alzan a ambos lados fueron construidos en el siglo IV d.C., después de que Perge se extendiera más allá de sus murallas originales, que sólo encerraban una pequeña área al norte de la acrópolis. Las deterioradas torres cilindricas de la puerta helenística original pueden verse enmarcadas por la puerta romana al acercarse a la ciudad. Las puertas interior y exterior estaban unidas por tabiques, y el muro este terminaba en el agora. Durante el reinado de Septimio Severo se construyeron un ninfeo y unos propileos junto al muro oeste. Los propileos daban entrada a las termas romanas de la ciudad. A la derecha, entre el agora y la puerta exterior, se encuentran los restos de una estructura absidial que hizo las veces de iglesia a principios del período bizantino.
La puerta interior, con sus dos espléndidas torres redondas, construida en obra de sillería, es todo lo que queda de la muralla original de la ciudad helenística. Al pasar la puerta interior puede verse un magnífico patio en forma de herradura, desde el cual se entra a la ciudad tras cruzar un pórtico de dos pisos con tres vanos, estructura que Plancia Magna regaló a la ciudad de Perge en 120-122 d.C. En todos los nichos y pedestales de este patio había estatuas de emperadores y emperatrices romanos y de los fundadores de la ciudad.
El patio de la puerta interior da paso a una vía columnada que constituía la principal arteria de la ciudad; su pavimento de mármol todavía muestra las huellas del paso de los carros. La calle está dividida en dos por un canal de agua con una serie de estanques escalonados, regado por el ninfeo que se encuentra en su parte superior. La calle estaba flanqueada por estatuas, y a los lados de sus aceras había arcadas con tiendas. También había comercios en la arcada exterior del agora, una gran plaza de 65 metros de lado, construida en el siglo IV d.C, probablemente al mismo tiempo que la muralla exterior. Esta calle y la que la cruzaba junto a su extremo superior dividían la ciudad en cuatro partes desiguales. En la esquina suroeste se hallan los restos de una basílica absidial que fue también el obispado de Perge en tiempos bizantinos; y en la parte inferior del cuadrante noroeste se encuentra una palestra dedicada al emperador Claudio por un ciudadano llamado C. Julio Cornuto. Las ruinas de la acrópolis, en la montaña que se alza al norte de la ciudad, son todas del período bizantino y fueron construidas sobre los cimientos del asentamiento prehistórico originalmente fundado por las “multitudes mezcladas” tras la caída de Troya[6].
Este es un caso curioso: Tenemos a los misioneros que a pesar del episodio con Barjesús, habían logrado una gran victoria, ya que muchos creyeron en esa ciudad, incluyendo a Sergio Paulo, y ahora ponen su pie en tierra firme de nuevo; pero Juan Marcos decide volverse a Jerusalén, cosa que desagradó a Pablo. ¿Por qué se regresó? ¿Estaba muy joven y se asustó? ¿Se sentía inadecuado para esta misión? ¿Deseaba ver de nuevo a su familia? No lo sabemos, pero él se regresó.
El primer lugar al que llegaron fue Perge, y de ahí se dirigieron a Antioquía de Pisidia, donde se dirigieron a la sinagoga. Ellos tenían todo el derecho de ir a este lugar a enseñar por ser judíos. Ahí, el servicio de adoración era muy sencillo: Oraciones y lectura de la Ley y los profetas, para luego escuchar alguna palabra de consuelo, es decir una enseñanza. Por cortesía, se permitía que los visitantes hablaran de primero.
Pablo toma la Palabra y expone, basándose en la historia que todos los presentes conocían, les presenta el Evangelio. Ellos lo escuchan atentamente porque Pablo sabe usar la diplomacia y busca primero tocar su orgullo nacionalista. Pero además de los judíos que estaban en la sinagoga, también estaban los prosélitos, es decir, los gentiles convertidos al judaísmo, y los temerosos de Dios, quienes tenían que escuchar desde la puerta ya que no habían sido circuncidados.
Pablo les refiere a los tiempos de la esclavitud en Egipto y a cómo Dios los había libertado con mano fuerte. Este comentario causaba simpatía entre los oyentes hacia Pablo, que se sentían a gusto con esa historia. Les cita los Salmos y los profetas, que era lo que motivaba al pueblo.
La conquista de Canaán, aunque fue lograda con los ejércitos de Israel, se atribuye a la mano fuerte del Señor, quien destruyó al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo, y al jebuseo[7]; aunque a los cananeos lo que hizo fue convertirlos en tributarios, pero esto hace que ellos se vuelvan en sus enemigos internos[8]. Si bien es cierto que Dios dio a Israel estas tierras, no podemos afirmar, como se hace en la actualidad, afirmar que aun son de la nación de Israel, porque como veremos, los judíos le dieron la espalda al Señor al rechazar el Evangelio.
Después de la conquista Dios les dio jueces, estos gobernaron hasta Samuel, quien fue el último de los jueces y el primero de los profetas. Pero el pueblo pidió un rey, contra el plan de Dios, y Saúl fue el elegido, pero no era un hombre recto, por lo que el reino fue quitado a su familia y dado a David, que era un hombre conforme al corazón de Dios; y de él vendría la promesa dada a Israel del Salvador.
Pero antes del advenimiento del Mesías vino Juan, el profeta, anunciando Su venida. Aquí Pablo llega al clímax del discurso, cuando proclama que es por medio de Jesús que se obtiene la salvación. Pero el pueblo de Israel, rebelde a la voz del Señor, no quiso reconocer a Jesús como Salvador y más bien lo entregaron para que muriera en manos de los romanos en la cruz, cumpliendo todo lo que había sido escrito sobre Él, muriendo, pero también resucitando, de lo que son testigos muchos que le vieron y tocaron y ahora iban anunciando el Evangelio, que es la promesa hecha los padres, de que el Santo no vería corrupción, es decir, su cuerpo no entraría en descompocisión, como sí ocurrió con David.
Pablo deja en claro que la Ley no podía justificar a nadie y aunque fue necesaria en su momento, ahora la única forma de ser justificados era por medio de la sangre de Jesucristo. Y hace una advertencia para que no vayan a ser ellos rebeldes como lo fueron aquellos antepasados a la voz de los profetas cuando se anunció la invasión por parte de Nabucodonosor y la destrucción del Templo seguida con la cautividad babilónica.
Aquel primer discurso causó que se produjera una invitación para el siguiente sábado, pero además, otros les siguieron para escuchar más del mensaje de los enviados, y fueron invitados a obedecer el Evangelio.
El sábado siguiente la conmoción fue grande. ¡Casi toda la ciudad estaba en la sinagoga o en sus alrededores para escuchar a Pablo y a Bernabé! Esto nunca había sido hecho por ningún otro judío, lo que produjo que se llenaran de celos y comenzaran su labor de contradecir a Pablo, cayendo incluso en la blasfemia. Pero no podían rebatir a los enviados, quienes hablaban correctamente. Pero al ver que estos se negaban a aceptar la verdad, los sentenciaron, ya que a sí mismos se estaban negando la vida eterna, por lo que ellos se dedicarían a anunciar el Evangelio a los gentiles.
Los gentiles tienen una reacción completamente opuesta a la de los judíos, ellos se regocijan al escuchar que la salvación es también para ellos y para sus hijos. Automáticamente esto hace que la Palabra del Señor se esparza como reguero de pólvora y muchos gentiles son salvos.
Pero los judíos no se iban a quedar tranquilos. Ellos buscaron a mujeres influyentes y a los principales del pueblo y les inyectaron su veneno de odio, para que se opusieran a los cristianos. Ellos no iban a hacerlo porque eran considerados extranjeros, pero si lo hacían los propios, tendrían gran ganancia. Y esto da como producto la expulsión de los misioneros de aquellas tierras.
3. Ministerio en Iconio
13.51-14.7 Al ser sacados de Antioquía de Pisidia, los enviados se sacuden el polvo de su calzado como testimonio contra los que rechazaron el Mensaje[9]. De ahí viajaron a Iconio, a donde llegan llenos del gozo del Espíritu Santo, sabiendo que cada vez que se les rechazaba los que lo hacían en realidad estaban dando testimonio que ellos estaban haciendo lo correcto. ¡Qué triste es que hoy más bien parece que la Iglesia más bien busca estar en comunión con el mundo! La idea de ser rechazados por causa del Evangelio no es atractiva para los cristianos de hoy, quienes para evitarlo se comportan como los no cristianos.
Iconio era una ciudad importante del interior del Asia Menor; casi un oasis en la elevada y árida planicie de Licaonia. Jenofonte la llamó “ciudad fronteriza de Frigia”, pero se la consideraba, en general, como la capital de Licaonia, hasta que fue incorporada a la provincia romana de Galacia en el 25 a.C. La ciudad fue habitada continuamente y ahora se llama Konya[10].
De nuevo, al llegar a la ciudad de Iconio, el primer lugar que buscan para predicar es la sinagoga, en donde muchos judíos y temerosos creen el Evangelio. Pero de nuevo, los judíos incrédulos provocan a los gentiles contra los cristianos, pero en lugar de provocar que estos salgan huyendo, más bien deciden quedarse predicando.
Vemos que no solamente predicaban, sino que también hacían milagros, no como espectáculo sino como prueba de que eran aprobados por el Señor. Esto hace que la gente de la ciudad se divida, unos a favor y otros en contra de los cristianos. Pero nótese que la división era a causa de la predicación del Evangelio y no por la conducta de los cristianos.
La incitación de los judíos fue tanta que llegaron al punto de ir a apedrearlos junto con los gentiles. La actitud sabia de los creyentes fue de huir. Esto no es cobardía, sino sabiduría.
Ellos se van de ahí con rumbo a Listra y Derbe, en Licaonia, en donde predicaban el Evangelio.
[1] Wikipedia. Seleucia.
[2] Wikipedia. Salamina.
[3] Wikipedia. Pafos.
[4] Éxodo 22.18; Levítico 20.27; Deuteronomio 18.10-12; Isaías 47.12-14; Gálatas 5.19-21.
[5] Wikipedia. Pro cónsul.
[6] www.turquiareal.com/perge.html
[7] Deuteronomio 7.1.
[8] Números 33.35.
[9] Marcos 6.11.
[10] Diccionario Biblico Gratis - Iconio