C. Explicación de su
cambio de planes respecto a viajar a Corinto (1.12-2.13).
1. Su conducta siempre ha sido honesta.
1.12-14 La situación que había pasado Pablo fue muy fuerte, pero había sido librado de esa terrible tribulación, y ahora podía decir que en lo único que se jactaba era su conciencia. A pesar de todos sus enemigos y todas las artimañas que habían usado contra él, podía estar tranquilo porque su conciencia no le acusaba de haber hecho algo contra la Voluntad de Dios. Hace algunos años fui acusado por falsos hermanos ante la congregación, y aunque para la mayoría de la congregación yo era quien había pecado, mi conciencia sabía que había actuado de acuerdo a la Voluntad de Dios, y dolorosamente debo decir que quienes me acusaron no tardaron en dejar ver la realidad de su vida, y aquella congregación prácticamente se disolvió, y a pesar de haber sido durante muchos años ejemplo ante la hermandad, hoy solo son unas cuantas personas que se siguen reuniendo para no perder el edificio.
El hombre sin Dios necesita usar su razonamiento, sus deducciones, su astucia, para enfrentar la vida y su problemática, pero esta siempre va movida por la arrogancia y el egoísmo, más el hombre espiritual lo que busca es hacer la Voluntad de Dios para glorificar al Señor. Pablo podía decir que esa era su actitud entre los del mundo, y si así actuaba para con ellos, no lo iba a hacer de otra manera entre los hermanos.
Y siguiendo esta línea de pensamiento y acción, escribía a la hermandad, con toda sinceridad, mostrando que lo de decía en su doctrina era igual a lo que vivía. Esa es la actitud de todo cristiano, y Pablo, como Enviado, daba el ejemplo.
Aunque había miembros en la Iglesia de Corinto que actuaban de mala manera, los hermanos fieles realmente daban testimonio del buen proceder de Pablo y sus colaboradores, pero la acción de unos pocos afectaba a toda la Iglesia pues la contaminaba con su pecado. Pablo confiaba en que ellos se arrepentirían y podrían ver que así como él se jactaba por la obra que había hecho en ellos, ellos también debían jactarse de haber sido el fruto del trabajo de Pablo, para poder glorificar al Señor en Su día.
1. Su conducta siempre ha sido honesta.
1.12-14 La situación que había pasado Pablo fue muy fuerte, pero había sido librado de esa terrible tribulación, y ahora podía decir que en lo único que se jactaba era su conciencia. A pesar de todos sus enemigos y todas las artimañas que habían usado contra él, podía estar tranquilo porque su conciencia no le acusaba de haber hecho algo contra la Voluntad de Dios. Hace algunos años fui acusado por falsos hermanos ante la congregación, y aunque para la mayoría de la congregación yo era quien había pecado, mi conciencia sabía que había actuado de acuerdo a la Voluntad de Dios, y dolorosamente debo decir que quienes me acusaron no tardaron en dejar ver la realidad de su vida, y aquella congregación prácticamente se disolvió, y a pesar de haber sido durante muchos años ejemplo ante la hermandad, hoy solo son unas cuantas personas que se siguen reuniendo para no perder el edificio.
El hombre sin Dios necesita usar su razonamiento, sus deducciones, su astucia, para enfrentar la vida y su problemática, pero esta siempre va movida por la arrogancia y el egoísmo, más el hombre espiritual lo que busca es hacer la Voluntad de Dios para glorificar al Señor. Pablo podía decir que esa era su actitud entre los del mundo, y si así actuaba para con ellos, no lo iba a hacer de otra manera entre los hermanos.
Y siguiendo esta línea de pensamiento y acción, escribía a la hermandad, con toda sinceridad, mostrando que lo de decía en su doctrina era igual a lo que vivía. Esa es la actitud de todo cristiano, y Pablo, como Enviado, daba el ejemplo.
Aunque había miembros en la Iglesia de Corinto que actuaban de mala manera, los hermanos fieles realmente daban testimonio del buen proceder de Pablo y sus colaboradores, pero la acción de unos pocos afectaba a toda la Iglesia pues la contaminaba con su pecado. Pablo confiaba en que ellos se arrepentirían y podrían ver que así como él se jactaba por la obra que había hecho en ellos, ellos también debían jactarse de haber sido el fruto del trabajo de Pablo, para poder glorificar al Señor en Su día.