5. 12.12-13
Según el historiador judío Flavio Josefo, para la
fiesta de la Pascua asistían entre dos y tres millones de personas. Quizá estas
grandes multitudes con toda su euforía no podían permitir a los líderes judíos
poner en ejecución su orden de arresto, sino que debían esperar para un momento
en que Jesús fuese más vulnerable.
La entrada triunfal en Jerusalén aparece registrada en los cuatro Evangelios[1]. Este acto va a ser diferente al comportamiento normal de Jesús, en donde siempre buscaba apartarse de las manifestaciones eufóricas, pero ahora más bien esta euforia le llevará al cumplimiento perfecto de su Obra.
Las ramas de palmera eran señal de triunfo y lo que hizo esta multitud fue declarar que Jesús era el Rey de Israel y el tan largamente Mesías esperado. La multitud estaba clamando por salvación, aunque su pensamiento era distinto al de Jesús que había venido a salvarnos del pecado, pero ellos clamaban por salvación de los romanos.
6. 12.14-18 Desde bien temprano, el hombre descubrió la fortaleza del caballo, al que por siglos utilizó como arma de guerra debido a su fortaleza y rapidez. Por el contrario, el asno, a pesar de ser un animal muy fuerte, no es rápido, así que era un símbolo de paz y que fue usado en Oriente para manifestar a los reyes, por lo que había profecías acerca del Rey de Israel que entraría a Jerusalén sentado en un pollino[2].
A pesar que los judíos, entre ellos los discípulos, estaban acostumbrados a estudiar las Escrituras, no entendieron sino hasta después, los eventos del día de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, porque ellos, al igual que la muchedumbre, esperaban un Mesías guerrero que entrara en un caballo blanco y no sobre un pollino. Es más, no entendían incluso después de la resurrección de Jesús por la falta de fe. Esto mismo pasa hoy, incluso entre los líderes religiosos que consideran que hay que manipular la Palabra para adaptarla a nuestros días. Para muchos la Palabra es una locura y por ello, a pesar de ser excelentes estudiantes de la Biblia, no pueden ser verdaderos cristianos.
A pesar de todas las prohibiciones y amenazas dadas por los líderes religiosos judíos, la gente seguía dando testimonio de los milagros hechos por Jesús, que nadie podía negar porque eran demasiados los testigos oculares. Todo esto producía que los que venían de visita para la fiesta salieran a recibir al Maestro y así poder conocerle.
7. 12.19 Es interesante la acotación que hace Juan sobre la meditación de los fariseos. Ellos estaban llenos de envidia, odio y frustración. Veían perder la batalla contra Jesús.
Los fariseos veían que todos se iban tras Jesús, pero esa no era la idea de Jesús. Ellos iban tras Él por motivos equivocados, por motivos políticos, en lugar de ir buscando la salvación de su alma.
8. 12.20-23 Estos griegos bien podían haber sido de los judíos que habían salido y vivían en Grecia, adoptando la manera de vivir de ese país, o de los conversos al judaísmo. A pesar de ser practicantes del judaísmo, no se les permitían entrar en el Templo más allá del Patio de los Gentiles.
Al ser Felipe de Betsaida de Galilea, tenía una mentalidad más abierta hacia los gentiles y es por eso que le buscan a él. Los griegos querían conocer mejor a Jesús, al contrario que los de su propio país que lo que buscaban era la manera de asesinarle.
Ya se acercaba la hora de que la gloria de Dios se manifestara en Jesús y prueba de ellos era el que le buscaran los gentiles, quienes serían partícipes de la salvación que Jesús traía al mundo.
8. 12.24-26 Una vez más Jesús utiliza la enseñanza que tenían los discípulos proveniente de la agricultura. La vida de las plantas solo llega por medio de la muerte de la semilla. Es curioso que al abrir tumbas antiguas encontraron granos de maíz, que a pesar de estar enterrados no habían muerto y no habían dado el fruto adecuado. De la misma manera, Jesús necesitaba morir para poder producir el fruto correcto, es decir, su Iglesia.
Cuando el grano muere deja de ser un solo grano para convertirse en millones de granos. De la misma manera, al morir Jesús en la cruz y con su resurrección, comenzó una cosecha increíble que aun continúa hasta nuestros días. Pero no solo era Jesús el único que debía morir, los discípulos, incluyendo los de hoy, debemos de morir, morir al mundo y a nuestras pasiones y deseos, para que muchos puedan ver a Cristo viviendo en nuestra propia vida y ellos también puedan nacer de nuevo.
Pero surge el dilema terrible: ¿Debo sacrificar todo por el bienestar de los demás? Nuestro ego nos dice que no, pero Jesús nos dice que sí. Pero para que esto ocurra no debemos de ir a escondernos a un monte, como hicieron muchos en el pasado, sino más bien debemos someter nuestra voluntad a la de Dios, dejar de tratar de agradarnos a nosotros mismos para agradar al Señor. Si podemos hacer esto, el Padre nos va a honrar.
9. 12.27-28 Decir que Jesús no era un hombre completo es ilógico, lo mismo que decir que no era Dios completo. Aquí está mostrando toda su humanidad dejando ver a sus discípulos las emociones que le embargaban en ese instante tan cercano a su muerte, pero a pesar de que podía buscar una salida, prefiere hacer la voluntad del Padre.
Jesús comprendía su misión en la tierra, la cual era glorificar al Padre, no vino a buscar su propia gloria, sino la de Dios, a pesar de que por ello tenía que poner su vida. Por eso una voz del cielo le dice que ya lo ha hecho, con el necimiento y el ministerio de Jesús, pero que lo hará de nuevo, con la muerte y la resurrección de Jesús y el nacimiento de la futura Iglesia.
10. 12.29 No creo que la muchedumbre que estaba ahí comprendiera realmente lo que había pasado. Habían oído un sonido, pero no lo podían identificar, así que algunos optaron por creer que era un trueno, mientras que otros aseguraban que era la voz de un ángel, lo que nos dice que no fue en realidad el sonido normal del trueno, que todos conocían.
11. 12.30-33 La Voz que escuchó Jesús audiblemente, a pesar de ser un consuelo para Él, en realidad era una manera en la que el Padre estaba moviéndose entre la gente para que pudieran creer en Jesús.
Ahora lo que vendría sería el juicio de este mundo. De cierta manera en su primer venida Jesús está condenando al mundo, ya que la única manera que queda establecida para ser salvo es por medio de Su sacrificio, por lo que cualquier otra manera de querer salvarse es inútil, ya el mundo siempre anda buscando otras maneras de querer ser salvo sin la intervención de Jesús, por lo tanto, al negarse a aceptarle, están condenándose a sí mismos.
Hay muchos que dan a Satanás una importancia que no tiene. Le temen tanto y se asustan de tal manera ante las fuerzas del mal, que casi han llegado a la adoración satánica. Autores como Rebecca Brown, Rita Cabezas, y otros debieran estudiar más estos versículos para que puedan escribir correctamente. Jesús está hablando de que la hora de Satanás, el gobernador del mundo, estaba por llegar, lo cual ocurre en la cruz y se le da la estocada final al bajar el Espíritu Santo el día de la fiesta de Pentecostés. Los que creen que Satanás tiene poder para moverse en la actualidad, olvidan que al morir Jesús en la cruz, le estaba quitando el poder[3].
Si bien es cierto que Jesús murió en la cruz, su historia no terminaba ahí, en la cruz, con su muerte, Cristo destruyó “…al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”[4]. De esta manera Dios “nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo”[5].
Satanás gobernaba sobre todos en el mundo, pero cuando Cristo muere, su poder comienza a debilitarse, y al bajar el Espíritu Santo, es atado. Entonces, si Satanás está atado, ¿por qué el hombre sigue pecando? Pecamos debido a que hay un deseo malvado en nuestro corazón y cuando viene la tentación el hombre “…es arrastrado y seducido por su propia pasión”[6]. Muchos creen que pecan porque Satanás les obligó, y hay predicadores por todo el mundo que enseñan esa mentira y de esa manera están justificando la maldad, ya que si somos obligados, ¿qué culpa tenemos? Además, le confieren a Satanás uno de los atributos de Dios: La omnipresencia, o, ¿cómo puede Satanás hacer que un grupo de hombres entre a una escuela en USA y mate a un grupo de estudiantes, mientras que en ese momento en Brasil una mujer está sacrificando a su bebé como ofrenda a los demonios? La única manera en que esto pudiera ser, es si Satanás es omnipresente, pero sabemos que eso no es posible.
Al vencer a Satanás en la cruz y darle la estocada final el día de la fiesta de Pentecostés después de la resurrección, Cristo está estableciendo Su Reino[7], pero para establecer este, era necesario, no como creían los judíos que debía levantarse contra Roma, que Jesús muriera en la cruz, la muerte más vergonzosa. Al morir en la cruz, todos los que le amammos, hemos sido atraídos a Cristo. El inocente murió por los culpables y con ello nos salvó. ¡Estas son las buenas nuevas que nos dan el poder para ser salvos![8]
Jesús es claro al hablar para sus contemporáneos, quienes ya se habían acostumbrado a ver los caminos donde Roma imperaba, sembrados de cruces; por lo que para ellos decir “cuando sea puesto en alto”, entendían que se hablaba de la cruz.
12. 12.34 Los judíos entendían la Ley de acuerdo a la interpretación que hacían los rabinos, y ellos creían que el Mesías iba a establecer un Reino eterno, en donde todos sus enemigos serían derrotados y entonces los judíos podrían reinar sobre todas las naciones, pero ignoraban pasajes como Isaías 53.
Ellos preguntan sobre la identidad del Hijo del hombre porque no entendían que Jesús es el Mesías esperado, y entienden que es contradictorio pensar que el Mesías pueda ser crucificado.
13. 12.35-41 Jesús no respondió a su pregunta, ya que ellos no iban a entender todavía, pero si les da un mensaje de advertencia para que se conviertan en los hijos de la luz. ¿Quiénes son los hijos de luz? Aquellos que viven de acuerdo a la luz del Evangelio.
Después de terminar, Jesús se aparta de ellos, se esconde. Había hecho muchas señales, y aún así no lograban entender que Él es el Cristo. Una persona con el corazón abierto a la voz de Dios no necesita de señales; es incomprensible que en el siglo XXI muchos predicadores hagan un circo con las señales que supuestamen te ellos hacen: Hablar en lenguas, milagros, sanidades, botar a la gente, etc., tratando de probar con ello que son enviados por Dios. Jesús hizo señales a los judíos porque el corazón de ellos estaba endurecido, y Juan registra unas pocas, las necesarias para convencernos de que Jesús es el Cristo.
Los judíos no podían creer en Jesús porque su corazón estaba endurecido, estaba lleno de orgullo y por lo tanto no podían, aunque ellos decían estar esperando al Mesías, entender que Este ya había venido. Lo mismo ocurre hoy, son muchos los que se dicen ser cristianos, pero su corazón se ha llenado de orgullo pensando en que ya tienen la salvación, que se olvidan que lo escencial es ser justo, misericordioso y humilde, y su conocimiento los aparta de la verdad. El problema es que aunque la persona diga que ya es cristiana, si no somete su ego a Dios, no podrá cumplir Su Voluntad, a pesar que afuera del lugar de reunión tenga un rótulo gigantesco y reluciente que dice que ahí se reúne la Iglesia de Cristo.
¿Cómo podía Isaías haber visto la gloria de Jesús si vivió ocho siglos antes? Esto se debe a que era un profeta mesiánico, que profetizó durante la crisis causada por la expansión del Imperio Asirio. Nació probablemente en Jerusalén cerca de los años 770-760 a.C., y estaba emparentado con la familia real, según la tradición judaica talmúdica. Su padre fue Amoz[9], a quien no se debe confundir con el profeta Amós.
Dios llamó a Isaías a profetizar[10] mientras estaba en el Templo. Ejerció su ministerio en Jerusalén[11] desde el año de la muerte del gran rey Uzías, cerca del 740, y a lo largo de los reinados de Acaz y Ezequías[12]. Se casó con una profetisa[13] y tuvo por lo menos dos hijos cuyos nombres simbólicos recalcaron aspectos de su mensaje[14]. También tuvo discípulos[15], lo cual puede indicar que fundó una escuela de profetas.
Según tradiciones judaicas, Isaías sufrió el martirio de ser aserrado durante el reinado de Manasés[16]. Quizás Hebreos 11.37 aluda a este martirio. Por haber pronuciado profecías mesiánicas tan claras, Jerónimo lo llamó “el evangelista del Antiguo Testamento”[17].
14. 12.42-43 Entre la cúpula de los judíos no había unanimidad, algunos de los gobernantes creían en Jesús, pero eso no era suficiente; ellos eran discípulos secretos, como José de Arimatea. Los discípulos secretos creen que pueden jugar en ambos bandos. Son los que van al bar con sus compañeros de trabajo el sábado en la noche y el domingo se acercan a alguna congregación.
Los gobernantes que creían en Jesús pensaban que estaba bien aceptar a Jesús como Mesías, pero tenían temor de ser expulsados de la sinagoga. No habían tomado el ejemplo del que había sido ciego y que Jesús sanó.
Si tomamos este versículo para analizarlo, podremos ver que la fe sola no es suficiente. Estos gobernantes tenían fe en Jesús, pero hasta ahí. Eran como el hombre que vive enamorado de una mujer, pero nunca le confiesa su amor. Según él, hay una relación, pero ella se casará con el hombre que le guste y se lo proponga. Podrán pasar los años y el enamorado secreto seguirá pensando que ella sería feliz con él, pero él nunca se lo propuso.
[1] Mateo 21.1-11; Marcos 11.1-11 y Lucas 19.28-40.
[2] Zacarías 9.9; 11.9-14.
[3] Lucas 11.21-22; Efesios 4.8; Colosenses 2.15.
[4] Hebreos 2.14-15.
[5] Colosenses 1.13.
[6] Santiago 1.14; RVA.
[7] Mateo 12.28.
[8] Romanos 1.16; 2 Tesalonicenses 2.14.
[9] Isaías 1.1.
[10] Isaías 6.
[11] Isaías 7.1-3; 37.2.
[12] Isaías 1.1; 6.1.
[13] Isaías 8.3.
[14] Isaías 7.3; 8.1-4.
[15] Isaías 8.16.
[16] 693-639 a.C.
[17] Diccionario Nelson. Isaías, profeta.
La entrada triunfal en Jerusalén aparece registrada en los cuatro Evangelios[1]. Este acto va a ser diferente al comportamiento normal de Jesús, en donde siempre buscaba apartarse de las manifestaciones eufóricas, pero ahora más bien esta euforia le llevará al cumplimiento perfecto de su Obra.
Las ramas de palmera eran señal de triunfo y lo que hizo esta multitud fue declarar que Jesús era el Rey de Israel y el tan largamente Mesías esperado. La multitud estaba clamando por salvación, aunque su pensamiento era distinto al de Jesús que había venido a salvarnos del pecado, pero ellos clamaban por salvación de los romanos.
6. 12.14-18 Desde bien temprano, el hombre descubrió la fortaleza del caballo, al que por siglos utilizó como arma de guerra debido a su fortaleza y rapidez. Por el contrario, el asno, a pesar de ser un animal muy fuerte, no es rápido, así que era un símbolo de paz y que fue usado en Oriente para manifestar a los reyes, por lo que había profecías acerca del Rey de Israel que entraría a Jerusalén sentado en un pollino[2].
A pesar que los judíos, entre ellos los discípulos, estaban acostumbrados a estudiar las Escrituras, no entendieron sino hasta después, los eventos del día de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, porque ellos, al igual que la muchedumbre, esperaban un Mesías guerrero que entrara en un caballo blanco y no sobre un pollino. Es más, no entendían incluso después de la resurrección de Jesús por la falta de fe. Esto mismo pasa hoy, incluso entre los líderes religiosos que consideran que hay que manipular la Palabra para adaptarla a nuestros días. Para muchos la Palabra es una locura y por ello, a pesar de ser excelentes estudiantes de la Biblia, no pueden ser verdaderos cristianos.
A pesar de todas las prohibiciones y amenazas dadas por los líderes religiosos judíos, la gente seguía dando testimonio de los milagros hechos por Jesús, que nadie podía negar porque eran demasiados los testigos oculares. Todo esto producía que los que venían de visita para la fiesta salieran a recibir al Maestro y así poder conocerle.
7. 12.19 Es interesante la acotación que hace Juan sobre la meditación de los fariseos. Ellos estaban llenos de envidia, odio y frustración. Veían perder la batalla contra Jesús.
Los fariseos veían que todos se iban tras Jesús, pero esa no era la idea de Jesús. Ellos iban tras Él por motivos equivocados, por motivos políticos, en lugar de ir buscando la salvación de su alma.
8. 12.20-23 Estos griegos bien podían haber sido de los judíos que habían salido y vivían en Grecia, adoptando la manera de vivir de ese país, o de los conversos al judaísmo. A pesar de ser practicantes del judaísmo, no se les permitían entrar en el Templo más allá del Patio de los Gentiles.
Al ser Felipe de Betsaida de Galilea, tenía una mentalidad más abierta hacia los gentiles y es por eso que le buscan a él. Los griegos querían conocer mejor a Jesús, al contrario que los de su propio país que lo que buscaban era la manera de asesinarle.
Ya se acercaba la hora de que la gloria de Dios se manifestara en Jesús y prueba de ellos era el que le buscaran los gentiles, quienes serían partícipes de la salvación que Jesús traía al mundo.
8. 12.24-26 Una vez más Jesús utiliza la enseñanza que tenían los discípulos proveniente de la agricultura. La vida de las plantas solo llega por medio de la muerte de la semilla. Es curioso que al abrir tumbas antiguas encontraron granos de maíz, que a pesar de estar enterrados no habían muerto y no habían dado el fruto adecuado. De la misma manera, Jesús necesitaba morir para poder producir el fruto correcto, es decir, su Iglesia.
Cuando el grano muere deja de ser un solo grano para convertirse en millones de granos. De la misma manera, al morir Jesús en la cruz y con su resurrección, comenzó una cosecha increíble que aun continúa hasta nuestros días. Pero no solo era Jesús el único que debía morir, los discípulos, incluyendo los de hoy, debemos de morir, morir al mundo y a nuestras pasiones y deseos, para que muchos puedan ver a Cristo viviendo en nuestra propia vida y ellos también puedan nacer de nuevo.
Pero surge el dilema terrible: ¿Debo sacrificar todo por el bienestar de los demás? Nuestro ego nos dice que no, pero Jesús nos dice que sí. Pero para que esto ocurra no debemos de ir a escondernos a un monte, como hicieron muchos en el pasado, sino más bien debemos someter nuestra voluntad a la de Dios, dejar de tratar de agradarnos a nosotros mismos para agradar al Señor. Si podemos hacer esto, el Padre nos va a honrar.
9. 12.27-28 Decir que Jesús no era un hombre completo es ilógico, lo mismo que decir que no era Dios completo. Aquí está mostrando toda su humanidad dejando ver a sus discípulos las emociones que le embargaban en ese instante tan cercano a su muerte, pero a pesar de que podía buscar una salida, prefiere hacer la voluntad del Padre.
Jesús comprendía su misión en la tierra, la cual era glorificar al Padre, no vino a buscar su propia gloria, sino la de Dios, a pesar de que por ello tenía que poner su vida. Por eso una voz del cielo le dice que ya lo ha hecho, con el necimiento y el ministerio de Jesús, pero que lo hará de nuevo, con la muerte y la resurrección de Jesús y el nacimiento de la futura Iglesia.
10. 12.29 No creo que la muchedumbre que estaba ahí comprendiera realmente lo que había pasado. Habían oído un sonido, pero no lo podían identificar, así que algunos optaron por creer que era un trueno, mientras que otros aseguraban que era la voz de un ángel, lo que nos dice que no fue en realidad el sonido normal del trueno, que todos conocían.
11. 12.30-33 La Voz que escuchó Jesús audiblemente, a pesar de ser un consuelo para Él, en realidad era una manera en la que el Padre estaba moviéndose entre la gente para que pudieran creer en Jesús.
Ahora lo que vendría sería el juicio de este mundo. De cierta manera en su primer venida Jesús está condenando al mundo, ya que la única manera que queda establecida para ser salvo es por medio de Su sacrificio, por lo que cualquier otra manera de querer salvarse es inútil, ya el mundo siempre anda buscando otras maneras de querer ser salvo sin la intervención de Jesús, por lo tanto, al negarse a aceptarle, están condenándose a sí mismos.
Hay muchos que dan a Satanás una importancia que no tiene. Le temen tanto y se asustan de tal manera ante las fuerzas del mal, que casi han llegado a la adoración satánica. Autores como Rebecca Brown, Rita Cabezas, y otros debieran estudiar más estos versículos para que puedan escribir correctamente. Jesús está hablando de que la hora de Satanás, el gobernador del mundo, estaba por llegar, lo cual ocurre en la cruz y se le da la estocada final al bajar el Espíritu Santo el día de la fiesta de Pentecostés. Los que creen que Satanás tiene poder para moverse en la actualidad, olvidan que al morir Jesús en la cruz, le estaba quitando el poder[3].
Si bien es cierto que Jesús murió en la cruz, su historia no terminaba ahí, en la cruz, con su muerte, Cristo destruyó “…al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”[4]. De esta manera Dios “nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo”[5].
Satanás gobernaba sobre todos en el mundo, pero cuando Cristo muere, su poder comienza a debilitarse, y al bajar el Espíritu Santo, es atado. Entonces, si Satanás está atado, ¿por qué el hombre sigue pecando? Pecamos debido a que hay un deseo malvado en nuestro corazón y cuando viene la tentación el hombre “…es arrastrado y seducido por su propia pasión”[6]. Muchos creen que pecan porque Satanás les obligó, y hay predicadores por todo el mundo que enseñan esa mentira y de esa manera están justificando la maldad, ya que si somos obligados, ¿qué culpa tenemos? Además, le confieren a Satanás uno de los atributos de Dios: La omnipresencia, o, ¿cómo puede Satanás hacer que un grupo de hombres entre a una escuela en USA y mate a un grupo de estudiantes, mientras que en ese momento en Brasil una mujer está sacrificando a su bebé como ofrenda a los demonios? La única manera en que esto pudiera ser, es si Satanás es omnipresente, pero sabemos que eso no es posible.
Al vencer a Satanás en la cruz y darle la estocada final el día de la fiesta de Pentecostés después de la resurrección, Cristo está estableciendo Su Reino[7], pero para establecer este, era necesario, no como creían los judíos que debía levantarse contra Roma, que Jesús muriera en la cruz, la muerte más vergonzosa. Al morir en la cruz, todos los que le amammos, hemos sido atraídos a Cristo. El inocente murió por los culpables y con ello nos salvó. ¡Estas son las buenas nuevas que nos dan el poder para ser salvos![8]
Jesús es claro al hablar para sus contemporáneos, quienes ya se habían acostumbrado a ver los caminos donde Roma imperaba, sembrados de cruces; por lo que para ellos decir “cuando sea puesto en alto”, entendían que se hablaba de la cruz.
12. 12.34 Los judíos entendían la Ley de acuerdo a la interpretación que hacían los rabinos, y ellos creían que el Mesías iba a establecer un Reino eterno, en donde todos sus enemigos serían derrotados y entonces los judíos podrían reinar sobre todas las naciones, pero ignoraban pasajes como Isaías 53.
Ellos preguntan sobre la identidad del Hijo del hombre porque no entendían que Jesús es el Mesías esperado, y entienden que es contradictorio pensar que el Mesías pueda ser crucificado.
13. 12.35-41 Jesús no respondió a su pregunta, ya que ellos no iban a entender todavía, pero si les da un mensaje de advertencia para que se conviertan en los hijos de la luz. ¿Quiénes son los hijos de luz? Aquellos que viven de acuerdo a la luz del Evangelio.
Después de terminar, Jesús se aparta de ellos, se esconde. Había hecho muchas señales, y aún así no lograban entender que Él es el Cristo. Una persona con el corazón abierto a la voz de Dios no necesita de señales; es incomprensible que en el siglo XXI muchos predicadores hagan un circo con las señales que supuestamen te ellos hacen: Hablar en lenguas, milagros, sanidades, botar a la gente, etc., tratando de probar con ello que son enviados por Dios. Jesús hizo señales a los judíos porque el corazón de ellos estaba endurecido, y Juan registra unas pocas, las necesarias para convencernos de que Jesús es el Cristo.
Los judíos no podían creer en Jesús porque su corazón estaba endurecido, estaba lleno de orgullo y por lo tanto no podían, aunque ellos decían estar esperando al Mesías, entender que Este ya había venido. Lo mismo ocurre hoy, son muchos los que se dicen ser cristianos, pero su corazón se ha llenado de orgullo pensando en que ya tienen la salvación, que se olvidan que lo escencial es ser justo, misericordioso y humilde, y su conocimiento los aparta de la verdad. El problema es que aunque la persona diga que ya es cristiana, si no somete su ego a Dios, no podrá cumplir Su Voluntad, a pesar que afuera del lugar de reunión tenga un rótulo gigantesco y reluciente que dice que ahí se reúne la Iglesia de Cristo.
¿Cómo podía Isaías haber visto la gloria de Jesús si vivió ocho siglos antes? Esto se debe a que era un profeta mesiánico, que profetizó durante la crisis causada por la expansión del Imperio Asirio. Nació probablemente en Jerusalén cerca de los años 770-760 a.C., y estaba emparentado con la familia real, según la tradición judaica talmúdica. Su padre fue Amoz[9], a quien no se debe confundir con el profeta Amós.
Dios llamó a Isaías a profetizar[10] mientras estaba en el Templo. Ejerció su ministerio en Jerusalén[11] desde el año de la muerte del gran rey Uzías, cerca del 740, y a lo largo de los reinados de Acaz y Ezequías[12]. Se casó con una profetisa[13] y tuvo por lo menos dos hijos cuyos nombres simbólicos recalcaron aspectos de su mensaje[14]. También tuvo discípulos[15], lo cual puede indicar que fundó una escuela de profetas.
Según tradiciones judaicas, Isaías sufrió el martirio de ser aserrado durante el reinado de Manasés[16]. Quizás Hebreos 11.37 aluda a este martirio. Por haber pronuciado profecías mesiánicas tan claras, Jerónimo lo llamó “el evangelista del Antiguo Testamento”[17].
14. 12.42-43 Entre la cúpula de los judíos no había unanimidad, algunos de los gobernantes creían en Jesús, pero eso no era suficiente; ellos eran discípulos secretos, como José de Arimatea. Los discípulos secretos creen que pueden jugar en ambos bandos. Son los que van al bar con sus compañeros de trabajo el sábado en la noche y el domingo se acercan a alguna congregación.
Los gobernantes que creían en Jesús pensaban que estaba bien aceptar a Jesús como Mesías, pero tenían temor de ser expulsados de la sinagoga. No habían tomado el ejemplo del que había sido ciego y que Jesús sanó.
Si tomamos este versículo para analizarlo, podremos ver que la fe sola no es suficiente. Estos gobernantes tenían fe en Jesús, pero hasta ahí. Eran como el hombre que vive enamorado de una mujer, pero nunca le confiesa su amor. Según él, hay una relación, pero ella se casará con el hombre que le guste y se lo proponga. Podrán pasar los años y el enamorado secreto seguirá pensando que ella sería feliz con él, pero él nunca se lo propuso.
[1] Mateo 21.1-11; Marcos 11.1-11 y Lucas 19.28-40.
[2] Zacarías 9.9; 11.9-14.
[3] Lucas 11.21-22; Efesios 4.8; Colosenses 2.15.
[4] Hebreos 2.14-15.
[5] Colosenses 1.13.
[6] Santiago 1.14; RVA.
[7] Mateo 12.28.
[8] Romanos 1.16; 2 Tesalonicenses 2.14.
[9] Isaías 1.1.
[10] Isaías 6.
[11] Isaías 7.1-3; 37.2.
[12] Isaías 1.1; 6.1.
[13] Isaías 8.3.
[14] Isaías 7.3; 8.1-4.
[15] Isaías 8.16.
[16] 693-639 a.C.
[17] Diccionario Nelson. Isaías, profeta.