Trabajos de Pablo
A. Bernabé
y Saulo son enviados desde Antioquía.
12.25-13.3 Llegamos a la mitad de la historia referida en Hechos. Ahora va a comenzar el relato del trabajo de Saulo, quien luego sería llamado Pablo. En tres viajes, este Enviado llevó el Evangelio por todo el Imperio Romano, algo que le favorecería, ya que como ciudadano romano podía circular libremente.
Vamos a notar que el punto de partida de los tres viajes de Saulo se dan en Antioquía de Siria, no en Jerusalén y mucho menos en Roma, por lo que no es falso decir que esta congregación iba tomando mayor importancia en la Iglesia original, aunque ellos nunca tuvieron la idea de gobernar sobre los demás.
Bernabé y Saulo regresaron de Jerusalén acompañados de Juan Marcos, primo de Bernabé, probablemente por temor de la persecusión que se vivía en Judea. Lucas nos señala que el ministerio de profetas y maestros se desarrollaba en Antioquía, poniendo en primer lugar a Bernabé, hombre con gran talento para consolar. ¡Cuánto necesitamos hermanos que sean capaces de llevar consuelo a la Iglesia de hoy! Muchas veces se piensa que solo se puede servir al Señor desde el púlpito, pero la visitación a los hogares de los hermanos que pasan dificultades y a los hospitales, es una necesidad y para ello son prioritarios los Bernabés que puedan llevar aliento y paz.
Los otros hombres solo son mencionados aquí, Simón Niger, Lucio de Cirene, y Manaén, de quien se anota que fue criado junto con Herodes. Por supuesto, el último en la lista pero que llegaría a convertirse en una de las saetas más efectivas en manos de nuestro Dios: Saulo de Tarso.
Ellos no estaban en Antioquía cruzados de brazos, sino que se mantenían en el trabajo de la Iglesia. Me da mucho pesar cuando conozco “ministros” que reciben salario para trabajar a tiempo completo en la Obra y que se niegan a salir a evangelizar y culpan a los demás miembros de la Iglesia por no traer visitas.
Además del trabajo que hacían, estos varones ayunaban, es decir, dedicaban el tiempo para orar, ya que ayuno lleva implícito orar, de lo contrario sería aguantar hambre. El ayuno es bueno y correcto, pero si lo hacemos debemos cuidar que no sea el censurado por Jesús en Mateo 6.1-18.
El Espíritu Santo se mantiene moviéndose hasta el día de hoy en la Iglesia, aunque ya no nos hablo como a la Iglesia del siglo I, sino que lo hace a través de la Palabra. En auel tiempo pide que Bernabé y Saulo sean separados para un trabajo especial. Quizá se refiera a que estos dos hombres no debían comprometerse a algún otro trabajo en la Iglesia en Antioquía que les ocupara, ya que iban a ser llevados a otro lugar guiados por el Espíritu Santo.
La actitud de estos hermanos no es nombrar un comité para analizar si lo que escucharon era realmente de Dios o si lo habían imaginado, o para medir si la inversión que ellos tendrían que hacer era revituable. Inmediatamente tomaron a los dos elegidos y ayunaron por ellos y oraron imponiéndoles las manos para que les fuera bien, y los despidieron. ¡No hubo necesidad de nombrar una sociedad misionera ni de hacer análisis de factibilidad!
12.25-13.3 Llegamos a la mitad de la historia referida en Hechos. Ahora va a comenzar el relato del trabajo de Saulo, quien luego sería llamado Pablo. En tres viajes, este Enviado llevó el Evangelio por todo el Imperio Romano, algo que le favorecería, ya que como ciudadano romano podía circular libremente.
Vamos a notar que el punto de partida de los tres viajes de Saulo se dan en Antioquía de Siria, no en Jerusalén y mucho menos en Roma, por lo que no es falso decir que esta congregación iba tomando mayor importancia en la Iglesia original, aunque ellos nunca tuvieron la idea de gobernar sobre los demás.
Bernabé y Saulo regresaron de Jerusalén acompañados de Juan Marcos, primo de Bernabé, probablemente por temor de la persecusión que se vivía en Judea. Lucas nos señala que el ministerio de profetas y maestros se desarrollaba en Antioquía, poniendo en primer lugar a Bernabé, hombre con gran talento para consolar. ¡Cuánto necesitamos hermanos que sean capaces de llevar consuelo a la Iglesia de hoy! Muchas veces se piensa que solo se puede servir al Señor desde el púlpito, pero la visitación a los hogares de los hermanos que pasan dificultades y a los hospitales, es una necesidad y para ello son prioritarios los Bernabés que puedan llevar aliento y paz.
Los otros hombres solo son mencionados aquí, Simón Niger, Lucio de Cirene, y Manaén, de quien se anota que fue criado junto con Herodes. Por supuesto, el último en la lista pero que llegaría a convertirse en una de las saetas más efectivas en manos de nuestro Dios: Saulo de Tarso.
Ellos no estaban en Antioquía cruzados de brazos, sino que se mantenían en el trabajo de la Iglesia. Me da mucho pesar cuando conozco “ministros” que reciben salario para trabajar a tiempo completo en la Obra y que se niegan a salir a evangelizar y culpan a los demás miembros de la Iglesia por no traer visitas.
Además del trabajo que hacían, estos varones ayunaban, es decir, dedicaban el tiempo para orar, ya que ayuno lleva implícito orar, de lo contrario sería aguantar hambre. El ayuno es bueno y correcto, pero si lo hacemos debemos cuidar que no sea el censurado por Jesús en Mateo 6.1-18.
El Espíritu Santo se mantiene moviéndose hasta el día de hoy en la Iglesia, aunque ya no nos hablo como a la Iglesia del siglo I, sino que lo hace a través de la Palabra. En auel tiempo pide que Bernabé y Saulo sean separados para un trabajo especial. Quizá se refiera a que estos dos hombres no debían comprometerse a algún otro trabajo en la Iglesia en Antioquía que les ocupara, ya que iban a ser llevados a otro lugar guiados por el Espíritu Santo.
La actitud de estos hermanos no es nombrar un comité para analizar si lo que escucharon era realmente de Dios o si lo habían imaginado, o para medir si la inversión que ellos tendrían que hacer era revituable. Inmediatamente tomaron a los dos elegidos y ayunaron por ellos y oraron imponiéndoles las manos para que les fuera bien, y los despidieron. ¡No hubo necesidad de nombrar una sociedad misionera ni de hacer análisis de factibilidad!