22. 4.43-45 Jesús,
a pesar de la buena acogida que tuvo entre los samaritanos, no se quedó mucho
tiempo allí ya que su misión debía desarrollarse entre los judíos; los
samaritanos tendrían su momento para recibir las buenas nuevas.
Las palabras de Jesús son ciertas en todo momento. No hay personas más incrédulas al testimonio de alguno que los mismos miembros de su familia. Los judíos se negaban a aceptar las palabras de Jesús y constantemente preguntaban: “¿No es este el hijo del carpintero?”, como si eso le restara mérito. Pero los galileos actúan diferente hacia Él.
Juan deja en claro que algunos de estos galileos habían estado presentes en la fiesta de la Pascua y habían visto no solamente el momento en que hizo la limpieza del Templo, sino que probablemente le vieron hacer otros milagros. Esta era la razón por la que le recibían, no porque estuvieran creyendo en Su Palabra o porque creyeran que era el Salvador, tal como había pasado con los samaritanos, sino por sus milagros.
2. 4.46-47 Jesús regresa al lugar donde había hecho su primer milagro. En Capernaum había un oficial del rey Herodes, tetrarca de Galilea, que tenía un hijo enfermo.
Capernaum, palabra hebrea, que significa “pueblo de Nahum”. Ciudad importante en el ministerio de Jesús, ubicada en la costa noroeste del mar de Galilea.
El Antiguo Testamento no menciona a Capernaum y cuanto podemos saber de esta ciudad solamente se menciona en los cuatro Evangelios. Josefo solamente lo menciona dos veces. Tal parece que en tiempo de Jesús, Capernaum fue un centro de gran importancia; luego decayó y desapareció de la historia. Jesús, rechazado en Nazaret, hizo de Capernaum la sede de sus actividades. La ciudad fue famosa por su sinagoga y es el único lugar del que se afirma que Jesús tenía allí su casa o que era “su ciudad”. Se acepta que el hogar de Pedro y Andrés estaba allí.
Capernaum fue escenario de muchos incidentes en la vida de Jesús. En su sinagoga sanó a una persona que tenía un espíritu inmundo y en sus cercanías sucedieron los hechos que llevaron a Jesús a pronunciar el sermón sobre el pan de vida.
En la ciudad había una aduana y un centro para el cobro de impuestos. Es muy probable que en esta ciudad hubiera un destacamento de soldados romanos, cuyo centurión edificó una sinagoga del pueblo. Aquí Jesús sanó a un siervo de este, y más tarde al hijo de un oficial del rey. A pesar de este ministerio en su seno, por 18 ó 20 meses, Jesús incluye a Capernaum entre las ciudades impenitentes por su dureza y culpabilidad ante Dios.
Luego del ministerio de Jesús, Capernaum perdió su importancia y ha habido una diferencia considerable de opinión en cuanto al sitio exacto. Khan Minyeh situado en un extremo del llano de Genesaret, anteriormente era considerado como el lugar; pero ahora se cree que estaba localizado al lado noreste del mar de Galilea, a cuatro kilómetros de la desembocadura del Jordán, y ahora se representa por medio de algunas ruinas de una antigua iglesia y de una sinagoga que se han descubierto cerca de la ribera del lago. El lugar más a menudo sugerido es conocido por los árabes como Tell-Hum, que se halla a unos 4 kilómetros al sudoeste de la desembocadura del Jordán en el mar de Galilea. Aunque el nombre significa, según parece, “colina color café”, posiblemente hum es reminiscencia de Nahum. Las ruinas de una sinagoga de principios de la era cristiana se encuentran en esta localidad.
Luego de estar olvida y abandonada por siglos, Capernaum surgió de nuevo en 1894, cuando las ruinas del lugar se entregaron para su custodia a un grupo franciscano. Durante los años 1905 y 1921 se llevaron a efecto varias excavaciones arqueológicas; y en 1968, bajo la dirección de V. Corbo y S. Loffreda, se descubrieron varios sectores importantes de la ciudad y la casa de Pedro. También, bajo las ruinas de una sinagoga del siglo IV o V d.C., se descubrió la sinagoga del centurión romano.
La casa de Simón Pedro, mencionada con cierta regularidad en los Evangelios, estaba ubicada al sudeste de la sección que se extiende desde el lago de Galilea; el norte apuntaba hacia el balcón de la sinagoga y el este hacia un campo abierto.
Durante la primera revuelta judía llevaron a Josefo a Capernaum para recibir tratamiento médico, luego de recibir heridas en combate[1].
El oficial de la corte no puede resistirse el recorrer estos treinta kilómetros para ir a buscar la ayuda del hijo del carpintero. Quizá muchos se sorprendieron de sus acciones y no es de extrañar que alguien se burlara de él, pero eso no importaba porque había una necesidad sincera.
Solo que hay un fallo en la fe tanto de este hombre como en otros personajes que aparecen en el relato evangélico. A diferencia del centurión romano que no duda en decirle a Jesús que tan solo de la orden y su criado será sano[2], este otro le pide que vaya a su casa, igual que Jairo, la mujer con flujo e incluso las hermanas de Lázaro. Ellos ponían límites al poder de Jesús. Hoy, algunos limitan el poder de Dios haciendo que la gente piense que el Señor solo obrará milagros si se lleva a los enfermos a la “campaña de sanidad”, o si depositan cierta cantidad de dinero.
3. 4.48 Es probable que este oficial no hubiese buscado a Jesús si su hijo estuviera sano y tal vez por eso la actitud hasta cierto punto áspera de parte del Señor. Aquí Él aprovecha para denunciar a los que no creen si no ven milagros. Así hay muchos hoy día. Piensan que si no hay “milagros”, el Señor no estaba presente, o si alguien hace cosas prodigiosas, tiene la aprobación de Dios.
4. 4.49 Tristemente el oficial del rey solo tenía fe para pensar que Jesús era sanador, pero no dice que creyera que es el Salvador.
5. 4.50 A pesar de todo ello, Jesús accede, no a ir, sino a sanar al muchacho. La fe de aquel padre está siendo probada. ¿Debe irse y mirar si de veras su hijo está sano o debe seguir insistiendo para que Jesús vaya a su casa? Nos recuerda el caso de Naamán, a quien el profeta le envió a bañarse en el río, pero él lo que estaba esperando era ver al profeta saliendo y haciendo gesticulaciones y diciendo oraciones floridas. ¡Cuántas veces el Señor se manifiesta de forma sencilla! Quizá lo que necesitábamos viene de una palabra de quien menos esperábamos, o de algo que vimos en algún lugar. Lo que tenemos que confiar es que Dios tiene el control.
6. 4.51-53 Los milagros hechos por Jesús, a diferencia de los de muchos hoy día, pueden ser confirmados por el testimonio de los que lo vieron. No era necesario que Jesús fuera a Capernaum ya que Él tiene toda la autoridad y cuando manda, se le obedece o se le resiste y se corre con las consecuencias. No puedo olvidar cuando vino a mi país un sanador muy famoso y cuando fue criticado por el obispo católico, pidió autorización para entrar en uno de los hospitales y así sanar a los enfermos, cosa que le fue negada. Pero, ¿por qué, si realmente Dios lo apoyaba, no oró por ellos desde su lujoso cuarto de hotel para que estos salieran sanos del nosocomio? ¿No habría sido esto una señal que aún hoy todos comentarían?
7. 4.54 La primera señal que Jesús hizo en Galilea fue cuando convirtió el agua en vino en las bodas en Caná, y aunque había hecho otras señales en Jerusalén, esta es la segunda señal hecha en Galilea.
[1] Diccionario Nelson; Diccionario de Geografía Bíblica. Capernaum
[2] Lucas 7.7-9.
Las palabras de Jesús son ciertas en todo momento. No hay personas más incrédulas al testimonio de alguno que los mismos miembros de su familia. Los judíos se negaban a aceptar las palabras de Jesús y constantemente preguntaban: “¿No es este el hijo del carpintero?”, como si eso le restara mérito. Pero los galileos actúan diferente hacia Él.
Juan deja en claro que algunos de estos galileos habían estado presentes en la fiesta de la Pascua y habían visto no solamente el momento en que hizo la limpieza del Templo, sino que probablemente le vieron hacer otros milagros. Esta era la razón por la que le recibían, no porque estuvieran creyendo en Su Palabra o porque creyeran que era el Salvador, tal como había pasado con los samaritanos, sino por sus milagros.
2. 4.46-47 Jesús regresa al lugar donde había hecho su primer milagro. En Capernaum había un oficial del rey Herodes, tetrarca de Galilea, que tenía un hijo enfermo.
Capernaum, palabra hebrea, que significa “pueblo de Nahum”. Ciudad importante en el ministerio de Jesús, ubicada en la costa noroeste del mar de Galilea.
El Antiguo Testamento no menciona a Capernaum y cuanto podemos saber de esta ciudad solamente se menciona en los cuatro Evangelios. Josefo solamente lo menciona dos veces. Tal parece que en tiempo de Jesús, Capernaum fue un centro de gran importancia; luego decayó y desapareció de la historia. Jesús, rechazado en Nazaret, hizo de Capernaum la sede de sus actividades. La ciudad fue famosa por su sinagoga y es el único lugar del que se afirma que Jesús tenía allí su casa o que era “su ciudad”. Se acepta que el hogar de Pedro y Andrés estaba allí.
Capernaum fue escenario de muchos incidentes en la vida de Jesús. En su sinagoga sanó a una persona que tenía un espíritu inmundo y en sus cercanías sucedieron los hechos que llevaron a Jesús a pronunciar el sermón sobre el pan de vida.
En la ciudad había una aduana y un centro para el cobro de impuestos. Es muy probable que en esta ciudad hubiera un destacamento de soldados romanos, cuyo centurión edificó una sinagoga del pueblo. Aquí Jesús sanó a un siervo de este, y más tarde al hijo de un oficial del rey. A pesar de este ministerio en su seno, por 18 ó 20 meses, Jesús incluye a Capernaum entre las ciudades impenitentes por su dureza y culpabilidad ante Dios.
Luego del ministerio de Jesús, Capernaum perdió su importancia y ha habido una diferencia considerable de opinión en cuanto al sitio exacto. Khan Minyeh situado en un extremo del llano de Genesaret, anteriormente era considerado como el lugar; pero ahora se cree que estaba localizado al lado noreste del mar de Galilea, a cuatro kilómetros de la desembocadura del Jordán, y ahora se representa por medio de algunas ruinas de una antigua iglesia y de una sinagoga que se han descubierto cerca de la ribera del lago. El lugar más a menudo sugerido es conocido por los árabes como Tell-Hum, que se halla a unos 4 kilómetros al sudoeste de la desembocadura del Jordán en el mar de Galilea. Aunque el nombre significa, según parece, “colina color café”, posiblemente hum es reminiscencia de Nahum. Las ruinas de una sinagoga de principios de la era cristiana se encuentran en esta localidad.
Luego de estar olvida y abandonada por siglos, Capernaum surgió de nuevo en 1894, cuando las ruinas del lugar se entregaron para su custodia a un grupo franciscano. Durante los años 1905 y 1921 se llevaron a efecto varias excavaciones arqueológicas; y en 1968, bajo la dirección de V. Corbo y S. Loffreda, se descubrieron varios sectores importantes de la ciudad y la casa de Pedro. También, bajo las ruinas de una sinagoga del siglo IV o V d.C., se descubrió la sinagoga del centurión romano.
La casa de Simón Pedro, mencionada con cierta regularidad en los Evangelios, estaba ubicada al sudeste de la sección que se extiende desde el lago de Galilea; el norte apuntaba hacia el balcón de la sinagoga y el este hacia un campo abierto.
Durante la primera revuelta judía llevaron a Josefo a Capernaum para recibir tratamiento médico, luego de recibir heridas en combate[1].
El oficial de la corte no puede resistirse el recorrer estos treinta kilómetros para ir a buscar la ayuda del hijo del carpintero. Quizá muchos se sorprendieron de sus acciones y no es de extrañar que alguien se burlara de él, pero eso no importaba porque había una necesidad sincera.
Solo que hay un fallo en la fe tanto de este hombre como en otros personajes que aparecen en el relato evangélico. A diferencia del centurión romano que no duda en decirle a Jesús que tan solo de la orden y su criado será sano[2], este otro le pide que vaya a su casa, igual que Jairo, la mujer con flujo e incluso las hermanas de Lázaro. Ellos ponían límites al poder de Jesús. Hoy, algunos limitan el poder de Dios haciendo que la gente piense que el Señor solo obrará milagros si se lleva a los enfermos a la “campaña de sanidad”, o si depositan cierta cantidad de dinero.
3. 4.48 Es probable que este oficial no hubiese buscado a Jesús si su hijo estuviera sano y tal vez por eso la actitud hasta cierto punto áspera de parte del Señor. Aquí Él aprovecha para denunciar a los que no creen si no ven milagros. Así hay muchos hoy día. Piensan que si no hay “milagros”, el Señor no estaba presente, o si alguien hace cosas prodigiosas, tiene la aprobación de Dios.
4. 4.49 Tristemente el oficial del rey solo tenía fe para pensar que Jesús era sanador, pero no dice que creyera que es el Salvador.
5. 4.50 A pesar de todo ello, Jesús accede, no a ir, sino a sanar al muchacho. La fe de aquel padre está siendo probada. ¿Debe irse y mirar si de veras su hijo está sano o debe seguir insistiendo para que Jesús vaya a su casa? Nos recuerda el caso de Naamán, a quien el profeta le envió a bañarse en el río, pero él lo que estaba esperando era ver al profeta saliendo y haciendo gesticulaciones y diciendo oraciones floridas. ¡Cuántas veces el Señor se manifiesta de forma sencilla! Quizá lo que necesitábamos viene de una palabra de quien menos esperábamos, o de algo que vimos en algún lugar. Lo que tenemos que confiar es que Dios tiene el control.
6. 4.51-53 Los milagros hechos por Jesús, a diferencia de los de muchos hoy día, pueden ser confirmados por el testimonio de los que lo vieron. No era necesario que Jesús fuera a Capernaum ya que Él tiene toda la autoridad y cuando manda, se le obedece o se le resiste y se corre con las consecuencias. No puedo olvidar cuando vino a mi país un sanador muy famoso y cuando fue criticado por el obispo católico, pidió autorización para entrar en uno de los hospitales y así sanar a los enfermos, cosa que le fue negada. Pero, ¿por qué, si realmente Dios lo apoyaba, no oró por ellos desde su lujoso cuarto de hotel para que estos salieran sanos del nosocomio? ¿No habría sido esto una señal que aún hoy todos comentarían?
7. 4.54 La primera señal que Jesús hizo en Galilea fue cuando convirtió el agua en vino en las bodas en Caná, y aunque había hecho otras señales en Jerusalén, esta es la segunda señal hecha en Galilea.
[1] Diccionario Nelson; Diccionario de Geografía Bíblica. Capernaum
[2] Lucas 7.7-9.