Capítulo 4
4. Direcciones para el
crecimiento.
4.1-12 La enseñanza de Pablo no se limitaba a lo espiritual, sino que iba a asuntos más mundanos, porque la forma en que actuemos en lo mundano es un claro reflejo de cómo es nuestra vida espiritual. Ahora, no quiere Pablo que se limiten a actuar bien en una ocasión, sino que en cada una actúen mejor.
Pablo había dado instrucciones sobre cómo vivir con los demás y de cómo vivir delante de Dios, que desea que vivamos en santidad, esto es alejados del pecado. ¿Puede el cristiano vivir sin pecar? ¡Sí! Si así no fuera, el Señor no insistiría tanto en ello, pero para hacerlo es necesario que estemos consagrados a Él en todo momento.
La insistencia de Pablo en lo concerniente a la inmoralidad sexual nos habla de que en ese tiempo y lugar esto era muy común. El paganismo estaba saturado de sensualidad, teniendo en muchas de las religiones sacerdotisas prostitutas, y las leyendas de los dioses estaban saturadas de sexo y violencia. En este tipo de ambiente no debe extrañarnos que Pablo exhorte a los cristianos acerca de esto.
La inmoralidad sexual ha sido y siempre será uno de los grandes tropiezos para todo cristiano, y son muchos los que no han logrado triunfar cuando la tentación toca a la puerta. Hoy es tan difícil luchar contra esta tentación porque ha sido una de las mejores formas de hacer publicidad, que ha descubierto que el mercado crece cuando usa mujeres con poca ropa o muy ajustada, etc. La sensualidad ha venido a ser el tema número uno en casi todo ambiente, y el pudor se ha venido perdiendo, incluso en aquellos que dicen ser cristianos, de tal manera que cosas que hasta hace unos pocos años jamás se imaginaban en el seno de la Iglesia hoy son comunes, y en casos que rayan en el descaro, por ejemplo, entre algunos grupos evangélicos en Brasil, se habla de la producción de “pornografía cristiana”, lo cual no es raro después de que se ha aceptado con tanta normalidad el “rock cristiano”, el “reggetón cristiano”, la “salsa cristiana”, etc., cuando por mucho tiempo estos ritmos fueron censurados por considerarse ofensivos al decoro.
Para evitar la inmoralidad sexual, el consejo de Pablo es que todo vivamos en santidad, y no dando oportunidad a los deseos sexuales como era normal entre las naciones paganas. Pero además aconseja a no aprovecharse de los demás, pasando por encima de los hermanos para sacarles alguna ventaja por codicia, y aunque en el mundo todo esto más bien es alabado y propiciado, entre los creyentes es algo grave que no debe darse, ya que sabemos que el Señor será castigador de todos aquel que no tenga misericordia del prójimo. ¡Cuánto dolor produce cuando personas que se hacen llamar cristianos defraudan a los inocentes!
De nuevo insiste Pablo en que no debemos vivir en inmundicia, sino en santidad, y quien prefiere seguir sus instintos carnales está desechando a Dios y no a los hombres. Hoy muchos creen que los que suben al púlpito solo están emitiendo sus propios pensamientos, pero cuando de verdad enseñan lo que dice la Palabra, están enseñando la Voluntad de Dios, tal y como lo hacía Pablo en sus Epístolas.
Conozco tantas personas que se llenan de orgullo porque dicen tener al Espíritu Santo en ellos, por lo que pueden hacer obras milagrosas, pero se niegan a hacer la Voluntad de Dios. Es cierto que Dios nos ha dado el Espíritu y que este mora en nosotros, pero actúa a través de la Palabra y no por otros medios. Hay quienes han llegado a pensar que cualquier cosa que hacen en su vida cotidiana les sale bien porque están siendo utilizados por el Espíritu Santo, así que si cocinaron un plato que les quedó muy bien, aseguran que les quedó así porque el Espíritu los guió. Pero el mover del Espíritu Santo se ve en nuestra vida más bien en la obediencia que aplicamos a las enseñanzas de la Palabra de Dios.
Había algo entre los tesalonicenses que Pablo considera que no tiene necesidad de enseñarles nada, y ese aspecto era el del amor fraternal, que describe con la palabra philadelphia, que antes era usada solo para referirse al cariño entre hermanos de padres, pero entre los que obedecían el Evangelio era usada ahora por su sentimiento de cariño debido a la unión que tenían por el efecto de la sangre de Cristo. Así lo habían aprendido los tesalonicenses directamente de Dios al escuchar el Evangelio, y no se limitaban a practicarlo entre ellos en la congregación sino que actuaban de esta manera entre los hermanos de Macedonia.
Aunque el elogio de Pablo es sincero, no quiere que ellos se conformen con lo que han logrado, sino que es necesario que crezcan más en ello, y además que se mantengan tranquilos, que no estén metiéndose en cosas que no les incumben, sino que se ocupen en resolver sus propios problemas y que trabajen en lo suyo, incluso con los de fuera de la Iglesia, y que no padezcan por ninguna falta.
5. Revelación sobre los muertos en Cristo.
4.13-18 Pongamos cuidado con lo que dice Pablo aquí y la diferencia entre grupos religiosos como los mormones y los católicos que tienen ritos y enseñanzas secretas que solo unos pocos tienen derecho a saber. Pablo dice más bien que no quiere que todos sepan acerca de todo lo que compete a la Iglesia. La idea de Dios es que todos los creyentes sepamos y entendamos Su Voluntad.
Cuando Pablo se refiere a los que duermen, se refiere a no a los que duermen por cansancio, sino a los muertos. Pero no creamos que sea que el alma duerme, como enseñan los russellistas. ¿Qué quería Pablo que entendieran? Que la muerte es como un sueño, y nadie se lamenta porque un ser querido se fue a la cama a dormir, por lo tanto debemos sufrir cuando alguien muere en Cristo. Los no cristianos sufren cuando un ser querido muere, porque no tienen esperanza y saben que aquel va a sufrir en la eternidad. No quiere decir esto que los cristianos no nos entristezcamos cuando algún ser querido fallece, porque aún si tan solo porque se aleja de nuestro lado por algún viaje nos entristecemos, pero la diferencia es que nuestra tristeza no es como la de los que no están seguros de lo que ocurrirá con aquel ser amado.
Los razonamientos de los griegos eran que nunca se volvería a ver a los que habían muerto, para ellos, no había esperanza. Pero los cristianos estamos seguros que la vida no acaba con la muerte, sino que más bien es tan solo un puente que nos lleva a la presencia de Cristo.
El no cristiano piensa que después de la muerte todo se acabó, pero los cristianos estamos seguros que resucitaremos después de morir porque el mismo Cristo venció la muerte y ese era el tema principal de la enseñanza de los Enviados. Toda nuestra esperanza se basa en la resurrección de Cristo.
Parece que Pablo esperaba la segunda venida de Cristo en su tiempo. Él no sabía en qué momento volvería el Señor, por lo que si Pablo siendo un Enviado no sabía este dato, ¿cómo pretenden algunos modernos engañadores decir que ellos conocen cuándo volverá el Señor?
Lo que Pablo si sabía era que en la venida del Señor, primero se levantarían los que habían muerto con el Señor, y esto ocurriría en el momento en que el Señor llamará con “llamada imperativa”, en algunas versiones han traducido “con voz de mando”; esto es porque se dará una orden que nadie podrá dejar de obedecer, tal y como cuando ordenó a Lázaro que abandonara la tumba[1].
Con la voz del jefe de los ángeles; este jefe es también llamado “arcángel”, y según el catolicismo, constituyen uno de los nueve coros de la jerarquía. El arcángel es el penúltimo, antes de los propios ángeles, tal y como lo indica el prefijo “arc”, que significa superior. Según la Iglesia Católica hay tres arcángeles a quienes llaman Miguel, Gabriel y Rafael; para algunos protestantes hay dos: Miguel y Gabriel, y no aceptan a Rafael porque este aparece solo en uno de los libros apócrifos. La Biblia solo menciona a Miguel[2] y este término nunca se emplea en plural en las Escrituras.
Con trompeta de Dios, hace que muchos crean que en el cielo hay instrumentos musicales, pero no se está tomando en cuenta que Pablo bien puede estar haciendo una analogía. Lo mismo ocurre con la siguiente frase: “descenderá desde el cielo”, como si Dios estuviese supeditado a un lugar, el cielo que tenemos sobre nuestras cabezas, sin tomar en cuenta que Dios está en todo lugar.
Luego ocurrirá un evento mundial del cual ya hubo uno localizado en Jerusalén cuando Jesús murió[3], cuando los muertos resucitaron, con otra diferencia más, ya que en el siglo I, cuando ocurrió este evento ellos volvieron a morir, mientras que ahora serán arrebatados al cielo al encuentro de Cristo. Tómese en cuenta también que solo resucitarán los que han muerto en Cristo, es decir, los salvos, pero o es como dice Wayne Partain, que es una resurrección figurada ya que todos seremos resucitados al mismo tiempo, o bien que los acontecimientos van a suceder de manera tan rápida que puede ser que para Pablo y Juan que se refieren a lo mismo, les pareciera un solo evento, lo cual se trae por el suelo las teorías de los mileniaristas.
Los muertos serán arrebatados y al instante los vivos en ese momento, y parece que Pablo pensaba que esto iba a ocurrir muy pronto porque él se toma en cuenta entre los que están vivos, seremos levantados violentamente, de un solo golpe. No se menciona aquí ningún “rapto”, que es un acto ilegal, por lo que es imposible que el Señor vaya a ejecutar algo así, ya que Él viene por los suyos, no por los que no lo son. Tampoco habla de un tiempo en el que los que se queden puedan percatarse de lo que está ocurriendo, sino que todo va a pasar de manera instantánea. La “Gran Tribulación” que tanto atribula a los evangélicos, no tiene sustento, ni su falsa enseñanza del rapto secreto, sino que todos, en todo lugar, ya sea que estemos muertos o vivos, nos daremos cuenta de lo que está ocurriendo[4], pero no tendremos tiempo para reaccionar.
Con estas palabras sencillas, Pablo explica de manera clara lo que va a ocurrir en el momento en que Jesús regrese. ¿Quiere él que tengamos temor? De ninguna manera, más bien dice que esto es para confortarnos, para alentarnos.
[1] Juan 11.43.
[2] Judas 9.
[3] Mateo 27.52
[4] Revelación 1.7.
4.1-12 La enseñanza de Pablo no se limitaba a lo espiritual, sino que iba a asuntos más mundanos, porque la forma en que actuemos en lo mundano es un claro reflejo de cómo es nuestra vida espiritual. Ahora, no quiere Pablo que se limiten a actuar bien en una ocasión, sino que en cada una actúen mejor.
Pablo había dado instrucciones sobre cómo vivir con los demás y de cómo vivir delante de Dios, que desea que vivamos en santidad, esto es alejados del pecado. ¿Puede el cristiano vivir sin pecar? ¡Sí! Si así no fuera, el Señor no insistiría tanto en ello, pero para hacerlo es necesario que estemos consagrados a Él en todo momento.
La insistencia de Pablo en lo concerniente a la inmoralidad sexual nos habla de que en ese tiempo y lugar esto era muy común. El paganismo estaba saturado de sensualidad, teniendo en muchas de las religiones sacerdotisas prostitutas, y las leyendas de los dioses estaban saturadas de sexo y violencia. En este tipo de ambiente no debe extrañarnos que Pablo exhorte a los cristianos acerca de esto.
La inmoralidad sexual ha sido y siempre será uno de los grandes tropiezos para todo cristiano, y son muchos los que no han logrado triunfar cuando la tentación toca a la puerta. Hoy es tan difícil luchar contra esta tentación porque ha sido una de las mejores formas de hacer publicidad, que ha descubierto que el mercado crece cuando usa mujeres con poca ropa o muy ajustada, etc. La sensualidad ha venido a ser el tema número uno en casi todo ambiente, y el pudor se ha venido perdiendo, incluso en aquellos que dicen ser cristianos, de tal manera que cosas que hasta hace unos pocos años jamás se imaginaban en el seno de la Iglesia hoy son comunes, y en casos que rayan en el descaro, por ejemplo, entre algunos grupos evangélicos en Brasil, se habla de la producción de “pornografía cristiana”, lo cual no es raro después de que se ha aceptado con tanta normalidad el “rock cristiano”, el “reggetón cristiano”, la “salsa cristiana”, etc., cuando por mucho tiempo estos ritmos fueron censurados por considerarse ofensivos al decoro.
Para evitar la inmoralidad sexual, el consejo de Pablo es que todo vivamos en santidad, y no dando oportunidad a los deseos sexuales como era normal entre las naciones paganas. Pero además aconseja a no aprovecharse de los demás, pasando por encima de los hermanos para sacarles alguna ventaja por codicia, y aunque en el mundo todo esto más bien es alabado y propiciado, entre los creyentes es algo grave que no debe darse, ya que sabemos que el Señor será castigador de todos aquel que no tenga misericordia del prójimo. ¡Cuánto dolor produce cuando personas que se hacen llamar cristianos defraudan a los inocentes!
De nuevo insiste Pablo en que no debemos vivir en inmundicia, sino en santidad, y quien prefiere seguir sus instintos carnales está desechando a Dios y no a los hombres. Hoy muchos creen que los que suben al púlpito solo están emitiendo sus propios pensamientos, pero cuando de verdad enseñan lo que dice la Palabra, están enseñando la Voluntad de Dios, tal y como lo hacía Pablo en sus Epístolas.
Conozco tantas personas que se llenan de orgullo porque dicen tener al Espíritu Santo en ellos, por lo que pueden hacer obras milagrosas, pero se niegan a hacer la Voluntad de Dios. Es cierto que Dios nos ha dado el Espíritu y que este mora en nosotros, pero actúa a través de la Palabra y no por otros medios. Hay quienes han llegado a pensar que cualquier cosa que hacen en su vida cotidiana les sale bien porque están siendo utilizados por el Espíritu Santo, así que si cocinaron un plato que les quedó muy bien, aseguran que les quedó así porque el Espíritu los guió. Pero el mover del Espíritu Santo se ve en nuestra vida más bien en la obediencia que aplicamos a las enseñanzas de la Palabra de Dios.
Había algo entre los tesalonicenses que Pablo considera que no tiene necesidad de enseñarles nada, y ese aspecto era el del amor fraternal, que describe con la palabra philadelphia, que antes era usada solo para referirse al cariño entre hermanos de padres, pero entre los que obedecían el Evangelio era usada ahora por su sentimiento de cariño debido a la unión que tenían por el efecto de la sangre de Cristo. Así lo habían aprendido los tesalonicenses directamente de Dios al escuchar el Evangelio, y no se limitaban a practicarlo entre ellos en la congregación sino que actuaban de esta manera entre los hermanos de Macedonia.
Aunque el elogio de Pablo es sincero, no quiere que ellos se conformen con lo que han logrado, sino que es necesario que crezcan más en ello, y además que se mantengan tranquilos, que no estén metiéndose en cosas que no les incumben, sino que se ocupen en resolver sus propios problemas y que trabajen en lo suyo, incluso con los de fuera de la Iglesia, y que no padezcan por ninguna falta.
5. Revelación sobre los muertos en Cristo.
4.13-18 Pongamos cuidado con lo que dice Pablo aquí y la diferencia entre grupos religiosos como los mormones y los católicos que tienen ritos y enseñanzas secretas que solo unos pocos tienen derecho a saber. Pablo dice más bien que no quiere que todos sepan acerca de todo lo que compete a la Iglesia. La idea de Dios es que todos los creyentes sepamos y entendamos Su Voluntad.
Cuando Pablo se refiere a los que duermen, se refiere a no a los que duermen por cansancio, sino a los muertos. Pero no creamos que sea que el alma duerme, como enseñan los russellistas. ¿Qué quería Pablo que entendieran? Que la muerte es como un sueño, y nadie se lamenta porque un ser querido se fue a la cama a dormir, por lo tanto debemos sufrir cuando alguien muere en Cristo. Los no cristianos sufren cuando un ser querido muere, porque no tienen esperanza y saben que aquel va a sufrir en la eternidad. No quiere decir esto que los cristianos no nos entristezcamos cuando algún ser querido fallece, porque aún si tan solo porque se aleja de nuestro lado por algún viaje nos entristecemos, pero la diferencia es que nuestra tristeza no es como la de los que no están seguros de lo que ocurrirá con aquel ser amado.
Los razonamientos de los griegos eran que nunca se volvería a ver a los que habían muerto, para ellos, no había esperanza. Pero los cristianos estamos seguros que la vida no acaba con la muerte, sino que más bien es tan solo un puente que nos lleva a la presencia de Cristo.
El no cristiano piensa que después de la muerte todo se acabó, pero los cristianos estamos seguros que resucitaremos después de morir porque el mismo Cristo venció la muerte y ese era el tema principal de la enseñanza de los Enviados. Toda nuestra esperanza se basa en la resurrección de Cristo.
Parece que Pablo esperaba la segunda venida de Cristo en su tiempo. Él no sabía en qué momento volvería el Señor, por lo que si Pablo siendo un Enviado no sabía este dato, ¿cómo pretenden algunos modernos engañadores decir que ellos conocen cuándo volverá el Señor?
Lo que Pablo si sabía era que en la venida del Señor, primero se levantarían los que habían muerto con el Señor, y esto ocurriría en el momento en que el Señor llamará con “llamada imperativa”, en algunas versiones han traducido “con voz de mando”; esto es porque se dará una orden que nadie podrá dejar de obedecer, tal y como cuando ordenó a Lázaro que abandonara la tumba[1].
Con la voz del jefe de los ángeles; este jefe es también llamado “arcángel”, y según el catolicismo, constituyen uno de los nueve coros de la jerarquía. El arcángel es el penúltimo, antes de los propios ángeles, tal y como lo indica el prefijo “arc”, que significa superior. Según la Iglesia Católica hay tres arcángeles a quienes llaman Miguel, Gabriel y Rafael; para algunos protestantes hay dos: Miguel y Gabriel, y no aceptan a Rafael porque este aparece solo en uno de los libros apócrifos. La Biblia solo menciona a Miguel[2] y este término nunca se emplea en plural en las Escrituras.
Con trompeta de Dios, hace que muchos crean que en el cielo hay instrumentos musicales, pero no se está tomando en cuenta que Pablo bien puede estar haciendo una analogía. Lo mismo ocurre con la siguiente frase: “descenderá desde el cielo”, como si Dios estuviese supeditado a un lugar, el cielo que tenemos sobre nuestras cabezas, sin tomar en cuenta que Dios está en todo lugar.
Luego ocurrirá un evento mundial del cual ya hubo uno localizado en Jerusalén cuando Jesús murió[3], cuando los muertos resucitaron, con otra diferencia más, ya que en el siglo I, cuando ocurrió este evento ellos volvieron a morir, mientras que ahora serán arrebatados al cielo al encuentro de Cristo. Tómese en cuenta también que solo resucitarán los que han muerto en Cristo, es decir, los salvos, pero o es como dice Wayne Partain, que es una resurrección figurada ya que todos seremos resucitados al mismo tiempo, o bien que los acontecimientos van a suceder de manera tan rápida que puede ser que para Pablo y Juan que se refieren a lo mismo, les pareciera un solo evento, lo cual se trae por el suelo las teorías de los mileniaristas.
Los muertos serán arrebatados y al instante los vivos en ese momento, y parece que Pablo pensaba que esto iba a ocurrir muy pronto porque él se toma en cuenta entre los que están vivos, seremos levantados violentamente, de un solo golpe. No se menciona aquí ningún “rapto”, que es un acto ilegal, por lo que es imposible que el Señor vaya a ejecutar algo así, ya que Él viene por los suyos, no por los que no lo son. Tampoco habla de un tiempo en el que los que se queden puedan percatarse de lo que está ocurriendo, sino que todo va a pasar de manera instantánea. La “Gran Tribulación” que tanto atribula a los evangélicos, no tiene sustento, ni su falsa enseñanza del rapto secreto, sino que todos, en todo lugar, ya sea que estemos muertos o vivos, nos daremos cuenta de lo que está ocurriendo[4], pero no tendremos tiempo para reaccionar.
Con estas palabras sencillas, Pablo explica de manera clara lo que va a ocurrir en el momento en que Jesús regrese. ¿Quiere él que tengamos temor? De ninguna manera, más bien dice que esto es para confortarnos, para alentarnos.
[1] Juan 11.43.
[2] Judas 9.
[3] Mateo 27.52
[4] Revelación 1.7.